Hay que resistir a la tentación

A como están las cosas, los políticos deben resistirse a la tentación –y a la presión– de hacer algo para minimizar los efectos negativos que ocasiona el alza del precio del petróleo.

Veamos las opciones que se plantean hoy en las noticias:

  • Promover una campaña para concientizar a la población para que gaste menos en combustible, o recomendarle que lo use con más eficiencia.
  • Reducir el impuesto a la Distribución del Petróleo para que los combustibles sean vendidos a mejor precio.
  • Adherirse a Petrocaribe.
  • Fomentar la producción de etanol y de biodisel.
  • Escalonar los horarios de entrada de establecimientos educativos y de empresas.

La primera opción parece interesante; pero si la vemos de cerca notaremos que esas campañas son más un desperdicio de recursos y un paliativo para que no se diga que no se hace nada. En realidad muchos de nosotros ya estamos racionando el uso del combustible porque nos hemos dado cuenta de que está carísimo y de que hay que usarlo mejor. La gente no es tonta y racionaliza el uso de los recursos sin necesidad de campañas costosas.

La segunda opción es la mejor, porque el citado impuesto encarece artificial y políticamente el precio de los combustibles. No es una consecuencia de las condiciones del mercado, sino un gravámen antojadizo que puede ser fácilmente eliminado. Dicha eliminación no sólo bajaría el precio de los combustibles, sino que obligaría a las autoridades fiscales a racionalizar sus gastos y a priorizarlos, para enfrentar la ausencia de los recursos que proveía el tributo citado.

La tercera opción es inaceptable; no sólo porque no ha tenido los efectos esperados en países firmantes, como Nicaragua; sino porque es venderle el alma al diablo.

La cuarta opción también es una idea mala. En primer lugar porque no tiene un impacto en los precios; en segundo, porque encarece los precios de la caña de azúcar y de los otros productos alimenticios que se usan para producir el etanol y el biodiesel; y en tercero, porque privilegia a los productores de etanol y de biodiesel. Los exonera de impuestos, o desvía, para ellos, recursos que de otra forma no les correspondería.

La quinta también es inaceptable porque interfiere artificialmente en las decisiones y necesidades de los afectados por la disposición. Altera la asignación de recursos y la toma de decisiones económicas. Hará que unos sean beneficiados y otros damnificados por una decisión política centralizada. Resultará en un juego de suma cero en el que unos ganarán y otros perderán, arbitrariamente.

Al final, es erróneo partir de la idea de que “el país” está gastando mucho en combustibles. En realidad, la gente y cada uno de nosotros gastamos más en combustibles y somos los responsables de administrar nuestros recursos y de usarlos racionalmente. Esa responsabilidad también es del gobierno y de los pipoldermos; pero no debe suponerse que lo que es bueno para unos -en términos de cómo administrar sus recursos- es bueno para todos. Eso sería un abuso y la mediciona resultaría peor que la enfermedad.

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  1. Totalmente de acuerdo con usted, lo mejor es quitar los impuestos, para tener que enfrentar el precio real de la gasolina y que cada uno se racione. Yo que tengo un Jeep que me hace promedio de 18 Km./gal. ya no salgo a chompipear en mi carro, le pido favor a mi hermano que tiene uno menos gaston. Uso mi carro con conciencia de los precios de gasolina, tampoco con tacañería, si tengo que salir y usarlo lo uso.LMMC

  2. Cabal. Si no existiera el riesgo de que me roben la bicicleta y la compu, yo vendría a trabajar en bicicleta. De hecho lo hacía antes y dejé de hacerlo por los asaltos.

  3. Hagamos un ejercicio rápido y fácil, si Yo tengo Q100.00 y los gasto -porque no sería invertirlos- en combustible, entonces mi carrito me lleva y trae según adonde yo fuese, haciendo la salvedad de que si lógicamente está cada día mas caro, entonces serán menos los galones, por eso yo pienso que la primera opción es efímera, cuales palabras se las lleva el viento. Las otras opciones no digamos, son como querer jugar a magos y sacarlas del sombrero. Yo estaba revisando la producción de petróleo en Guate, porque hace rato vi en un noticiero que ya habían plantas sofisticadas, bla bla bla, pero ahi si como diría mi viejo, “estamos lavados!!”