04
Ene 15

La cohetería del Año Nuevo

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En la ciudad de Guatemala la cohetería del Año Nuevo no es tan impresionante como la de la Nochebuena; y esto es porque muchas personas dejan la ciudad para esa fiesta.  Sin embargo, el vídeo muestra que -aún así- la urbe y el cielo de la media noche se iluminan alegremente con los fuegos artificiales.


28
Nov 14

El pavo del Día de gracias

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Anoche celebramos el Día de gracias con una deliciosa cena.  Fue una cena íntima, con mi familia más inmediata y en casa de mi hermana que hizo el pavo.  Gracias a La Guise por habernos acogido en su casa.  Gracias a todos porque no sólo es que la cena estuviera riquísima, sino que nos reímos un montón y siempre es maravilloso sentir ese cariño que sólo se siente alrededor de una mesa cuando se juntan tres generaciones.

El pavo y los demás componentes de la cena no aparecieron ahí.  Fueron posibles gracias al ingenio, la empresarialidad y la productividad de miles de personas que no conocemos. Fueron posibles gracias a nuestra productividad y a la de quienes nos facilitan ser productivos. Fueron posibles gracias a quienes los transportaron y a quienes nos lo vendieron.

Gracias a quienes valoran nuestros talentos humildes.  Gracias a los agricultores, transportistas, comerciantes, industriales, científicos, técnicos y demás que hicieron posibles el pavo, los tomates, las papas, los panes, las arvejas, el tocino, los pasteles y demás.  Gracias a quienes lavaron los platos, los moldes, los cubiertos y demás.  Gracias a quienes hicieron el vino y las gaseosas.

Gracias a mi madre que siempre tiene espacio, siempre tiene tiempo, siempre tiene ganas, siempre tiene buenos consejos, siempre tiene amor, siempre tiene sentido del humor, siempre tiene alegría, siempre nos reúne…y ya no da paletazos.    Gracias a todos por mantener la tradición.


16
Nov 14

El Arbol Gallo y el comienzo de las fiestas de fin de año

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En Guatemala, las fiestas de fin de año comienzan con la inauguración del Arbol Gallo en el monumento a los próceres de la independencia.  De una forma u otra siempre había visto el Arbol de lejos; pero ayer me di una vuelta por el área. ¡Es toda una fiesta!  Las familias llegan al lugar desde temprano y hacen picnic.  Desde niños de brazos hasta ancianas en sillas de ruedas,  todos gozan de un día sabroso de noviembre en la grama de la Avenida de la Reforma y en los alrededores.  ¡Por supuesto que no faltan las ventas de comida!, desde los tradicionales churrasquitos con carne adobada, longanizas y otros embutidos hasta los hot-dogs, panes, dulces artesanales, tacos y demás.  ¡Se venden hasta memorias USB y ropa interior de señoras!  El musicón no para y el ambiente es de fiesta, de feria.

Para ver el espectáculo de las luces del Arbol y de los fuegos artificiales me fui para mi casa y desde ahí pude imaginar la alegría de la gente cuando se encienden las primeras luces.  A la distancia se oye la algarabía. Uno puede ver a los niños emocionados y a los ancianos maravillados.

El Arbol Gallo es obsequio de la Cervecería Centroamericana y a mí empieza a ponerme en Xmas Mode; y seguramente a la gente que acude al espectáculo, también.  Al finalizar el mismo, me gusta ver cuando las familias retornan a sus hogares.  Todos bien cubiertos por el frío.  Los niños cansados, cansados, pero contentos.  Ya no van saltando como cuando se dirigen a la fiesta; sino que van arrastrando los pies cuando no van cargados por sus padres.

¡Y ya se va a acabar el año!

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02
Nov 14

¿Cuál es el mejor fiambre?

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El mejor fiambre es el que sabe como el de la casa de tus padres, de tus abuelos, o de tus bisabuelos; pero también es el que tiene tu toque personal.  Es el que te recuerda tu niñez, tu adolescencia y tu proceso de maduración, y es el que tiene tu carácter.  El mejor fiambre es el que es acerca de tus raíces y acerca de tus ramas…para usar una metáfora como cualquiera otra.

El fiambre es un plato típico de la cocina guatemalteca.  Es muy complejo y  requiere de todo el buen juicio,  la pasión y la sazón que pueda tener quien lo prepara.  Es un plato para compartir con la familia y los amigos.

Muchas personas creen –y estoy de acuerdo-que la fiesta del fiambre es el Día de gracias chapín.  La del fiambre es una festividad que celebra los frutos del trabajo productivo y la dicha de tener con quienes compartirlos.  El año pasado leí, en Twitter,  que La verdadera soledad es no tener quién te regale un buen plato de fiambre.

En casa comenzamos a preparar el fiambre desde miércoles pasado cuando cocimos y cortamos las carnes y los embutidos:  la cesina, la gallina, el cerdo y el pollo; así como las longanizas y las butifarras.  Seguimos el jueves cuando cocimos las verduras: zanahorias, arvejas, güisquiles, coliflores y repollos.  Ese día mezclamos los caldos y sazonamos el caldillo resultante con vinagre y miel de abejas.  También mezclamos las carnes, los embutidos y las verduras y el caldillo.

El primer sábado de octubre preparamos el encurtido de remolachas y en esos días hemos encargado los embutidos, así como adquirido los adornos enlatados y conservas: espárragos verdes y blancos, chiles morrones, atún, salmón, sardinas en aceite y en tomate, pepinillos ácidos y dulces,  aceitunas verdes rellenas y negras, cebollitas, rábanos, perejil colocho y lechugas.  Más tarde, el día 1 de noviembre agregamos camarones, huevos duros rodajados, chiles chamborotes y dientes de perro a los adornos de los platos.  Ese día también añadimos rodajas de gelatina de cerdo, jamón de sangre, salami, lengua salitrada y otros jamones, así como queso duro y queso de capas, y algo de remolachas.

Como ves, la preparación del fiambre lleva varios días de planificación y de ejecución.  Y ya intuirás que, con tantos y tan variados ingredientes se requiere de un balance muy fino para que todo esto salga bien.  Ya no digamos para que salga magnífico y memorable.

Una vez un cuate extranjero me preguntó que  por qué es que usaba enlatados y conservas en vez de ingredientes frescos.  El sostiene que si se usan salmón y atún frescos, por ejemplo, sería mejor.  Y puede ser…¿por qué no?  Lo que pasa es que parte de la experiencia del fiambre está relacionada con recuerdos, nostalgia y tradición.  El fiambre, en mi casa, tiene que tener no sólo la sazón particular que nos gusta en casa, sino una ìntima e inequívoca relación con los sabores y texturas que recuerdo en casa de mis padres y en casa de mi abuela.  Y allá se usaban enlatados y conservas.

El fiambre de este año nos salió como debe ser…buenísimo como siempre.  Y lo gozamos como debe ser y como siempre, con la familia y amigos.

Este año servimos los platos de fiambre sobre un perraje de Quetzaltenango.


31
Oct 14

“Halloween” y Día de muertos

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Hoy se celebra la fiesta de Halloween, íntimamente ligada a los festejos de todos los santos y de los muertos.  Los tres días son una de las fiestas más importantes del calendario de celebraciones chapinas.

En Guatemala, las últimas dos se fusionan en la del 1 de noviembre cuando las familias se reúnen para comer e intercambiar el Fiambre; y mi hipótesis, sin fundamento científico, es que esta es nuestro Día de Gracias.

La noche de Halloween es importante porque es la víspera.  Es la noche en la que se deja curtiendo el Fiambre para comerlo al día siguiente. La noche en la que los ingredientes quedan mezclándose e intercambiando sus sabores y aromas. Además es una noche lúdica en la que celebramos la vida y nos burlamos de la muerte; así como de las brujas, de la hechicería y de otros productos del misticismo.

En el día 1 las familias recuerdan a los que han fallecido y alrededor de un plato opulento –que incluye carnes, embutidos, vegetales y adornos exuberantes–  celebran que están unidas, que pueden comer aquellas delicias y que ¡hasta pueden compartirlas!

El Fiambre, como el pavo y otras maravillas del Día de Gracias, no es posible sin trabajo productivo, ni cosechas, ni ahorro, ni salud, prosperidad y talento.  El Fiambre que se come en soledad no sabe tan bien como el que se come acompañado por las personas que uno ama, que uno valora, que uno admira, que uno respeta o a las que uno les tiene cariño.

No es cierto, por cierto, que la tradición de pedir dulces en la noche de hoy sea ajena a la cultura chapina. Los niños de antaño, durante lo que ahora conocemos como Halloween, iban de casa en casa recitando: Angeles somos/ del cielo venimos/ cabecera pedimos./ Si no nos la dan/ puertas y ventanas lo pagarán. Era la versión criolla del trick, or treat; y si los críos no recibían sus dulces de ayote y de jocotes manchaban puertas y ventanas con cal.

De cualquier manera, una fiesta en la que se celebra la vida y en la que se hace mofa del misticismo; una fiesta en la que se celebran la bonanza y la prosperidad, y una fiesta en la que la familia es el núcleo unificador, es una fiesta que merece ser celebrada.

Columna publicada en El periódico.


16
Sep 14

¿Por qué es que me gusta tanto la fiesta de el Obelisco?

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Por poco y me pierdo la fiesta en el monumento a Los próceres.  El caso es que con mis amigos dispusimos hacer un potluck chino de Independencia y al final de la tarde creí que estaba muy cansado como para ir a El obelisco.  Sin embargo, cuando los grupos de antocheros pasaban bajo mi ventana con sus pitos, sus trompetas, sus cantos y sus gritos yo escuchaba ¡Veeeen, veeeeen, veeeeen! desde aquel sitio histórico.  Para hacer la historia corta me puse un sudadero y una gorra y agarré para El obelisco.

¡Me encanta esa fiesta! No sólo me conmueve el patriotismo cándido de la gente, sino que me emocionan la alegría, las energías y el entusiasmo que la gente pone en esta celebración.  La del Obelisco se distingue de la de la Plaza de la Constitución en que es una verdadera fiesta popular.  No llegan los políticos, ni los funcionarios.  No hay grupos musicales de moda.  Es sólo la gente siendo gente.  Familias, escuelas, barrios, grupos de amigos, equipos deportivos y hasta grupos de iglesias en busca de celebrar.  La gente no llega ahí a pedir cosas, y no espera que se le de algo.  Este año, la llama eterna de la Libertad -en el monumento- estaba apagada.  Y ni hacía falta que estuviera encendida. Las antorchas eran encendidas por la gente, para la gente.  Un policía buena onda -en full gear– acompañado por un miembro de la Escuela de Educación Física estaban ayudando a unos grupos a encender sus antorchas.  Y del otro lado del monumento la gente encendía las antorchas de otros, sin necesidad de autoridades pomposas y vanidosas.  Es la antorcha de la Libertad a por la que va la gente.

¿Qué gente? Todo el que quiera y pueda.  A nadie se le hace el feo en El obelisco.  Ahí van unos con los cabellos pintados de azul y blanco, otros con sus uniformes del equipo de fútbol, otros sin camisas.  Ahí va un grupo familiar con todo y abuelito y nieto de brazos. Ahí va un patojo vestido de Tecún Umán seguido por dos cuates disfrazados de…de…de quién sabe qué.  Nunca faltan los muchachos que llegan en bicicletas, las reinas vestidas con sus mejores galas y canelones, las chicas y chicos que sólo van a cuzquear…los que vamos a donde va Vicente…y anoche todos bajo la lluvia.  ¿¡A quién le importa la lluvia!?

Un año, los que ejercía  el poder mandaron  tamales, y nadie extraña los tamales.  Otro año los que ejercían el poder mandaron luces y equipo de sonido, y nadie extraña las luces y el equipo de sonido.  La fiesta de El obelisco no es una fiesta para comprar a la gente, es una fiesta de la gente.  Los que nos congregamos en ese espacio vamos en busca de la antorcha de la libertad…cada quien a su modo y como puede…por eso es que es una fiesta popular de verdad.  Sin discursos, sin servilismo y sin pretensiones.

Regresé a casa como zope mojado y con frío.  Pero como en otros años me la pasé muy bien con los antorcheros de El obelisco.  Y me gocé el potluck chino de Independencia.  Un potluck, por cierto, es lo que en buen chapín llamamos fiesta de traje.  Y el de Independencia es chino porque, en muchos lugares de la Costa Sur, es costumbre que luego del desfile del 15 de septiembre, las familias y los amigos se reúnan en los restaurantes chinos del lugar para almorzar.  ¿Por qué en restaurantes chinos? Mi hipótesis es porque las porciones suelen ser generosas y entonces se come bastante, por poco.

En fin…¿qué deseo para los guatemaltecos en esta efemérides? Que meditemos más sobre lo que significa la antorcha de la Libertad Y que nunca, nunca, nunca cambiemos esa por otra.


11
Sep 14

No hay septiembre sin pasteles de Luna

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Tardaron; pero llegaron.  Hoy hubo pasteles de Luna para el desayuno.  La de comer estas delicias es una costumbre china que, se celebra en otoño durnante el Festival Zongquiu o Festival de la Luna. Los pasteles de Luna son densos  comparados con los pasteles occidentales tradicionales; y suelen estar decorados con caracteres que aluden a la felicidad, la longevidad y otros buenos deseos, acompañados por imágenes de flores y conejos entre otros.  Los chinos, igual que los mayas veían un conejo en la faz de la Luna llena.

A mi me gustaron mucho desde la primera vez que los probé, seguramente allá por finales de los años 90, gracias a mis amigos de Taiwán; y desde entonces siempre estoy pendiente de que salgan a la venta a principios de septiembre….y este año por poquito y se me olvida. En Guatemala los venden en el restaurante Lai Lai.  Los hay sin huevo y con huevo.  Los primeros no serán ajenos al gusto occidental y de hecho pueden recordar algunos dulces tradicionales chapines hechos con camote (aunque los que venden aquí son rellenos de lentejas verdes dulces). Los segundos sí son un gusto adquirido que, a quienes nos fascina la comida oriental, nos parece encantador.

Los rellenos varían; pero usualmente son pastas de flor de loto, de frijoles dulces, o de alguna combinación de nueces y semillas.


15
Ago 14

Cada quién habla de la feria…

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Hay un montón de cosas que se me vienen a la mente cuando es temporada de la feria de Jocotenango, en la ciudad de Guatemala.  Se me vienen los dichos que dicen Cada quién habla de la feria, según le fue en ella; y Llevaste a la feria el pollino, y se te murió en el camino.  Cuando era niño, este último me daba tristeza.  Me daba tristeza por el burro y me daba tristeza por el dueño.

Cuando voy a la feria, voy a comer.  Voy a por churros y por atol de elote; a por tacos, también.  Voy a por canillitas y por bolitas de leche, cocadas y conserva de coco, mazapanes, encanelados, colochos de guayaba, nuégados y bolitas de tamarindo.  Voy por tartaritas de leche y de almendras.  No soy fan de las garnachas; pero si la mara insiste me las como con mediano entusiasmo.

Hace añales que no me subo a un juego mecánico de feria y es que la última vez, en la de Sumpango, me subí a la rueda de Chicago y me maree demasiado. ¡Puña!, creo que nunca había estado tan mareado en mi vida…o tal vez si, luego de una célebre Margarita´s nite en mi casa.

¿Sábes? Cuando digo rueda de Chicago no puedo sino recordar un anuncio de radio en el que se le preguntaba a la gente: “¿Está, usted de acuerdo con que para la Feria de Agosto haya una rueda de Chicago, o cree que Guatemala debería tener su propia rueda?” Y la gente, encendida en patrio ardimiento, respondía que Guatemala debería tener su propia rueda.  En esa misma serie de anuncios, se le preguntaba a la gente si estaba de acuerdo, o no, con la tala inmoderada del árbol genealógico, y la gente condenaba dicha práctica.

Cuando voy a la feria me gusta comprar rosarios de tuzas, aunque ya casi ni traigan azúcar adentro; me encanta comprar ronrones porque me divierte su sonido y porque me gustan sus colores variados y brillantes.  Un día de estos me gustaría comprar una de esas guitarritas que venden en la feria y un tambor. Me gustan el tiro al blanco y la lotería; y que un pajarito saque un papelito con mi suerte….y claro, la experiencia mejora si uno se gana un premio.

Este año no he podido ir a la feria; pero en un descuido me escapo.

Columna publicada en El periódico.


17
Jun 14

Recuerdos en el Día del padre

Recuerdos del Día del padre

Mi padre -Luis- era un personaje divertido y alegre.  Generoso. Era un buen hombre y es una lástima que haya muerto antes de conocer a sus nietos y antes de ver que sus hijos y sus familias crecimos y somos  felices. Es una lástima que no esté viendo el Mundial con mi madre.  A veces… hasta extraño las discusiones que teníamos.  No, eso no.

Un ejemplo de su espíritu juguetón era el juego de buscar el tesoro que armaba ya fuera cuando El ratón nos dejaba dinero a cambio de dientes, a mis hermanos y a mí; o cuando cumplíamos años.  Las fotos que acompañan esta entrada son muestras de uno de esos juegos.  Este fue en una ocasión en la que fui a pasar mi cumpleaños a Panajachel.  Al volver me estaban esperando en casa no con un regalo, sino con un sobre que contenía la primera instrucción: Happy Birthday Luisito, busque debajo de su almohada.

Luego de eso se desató el recorrido por toda la casa en el cual yo iba siguiendo las instrucciones y las pistas, y mis padres y mis hermanos iban detrás divirtiéndose como micos y emocionados, conmigo, por el misterio y la emoción.

A la primera instrucción seguía otras:

Manix tiene sorpresa, papás, Hnos, Nacho y Manix, etc. etc. etc.  Manix era uno de los perros de la casa y a Nacho -que era un gallo que nos habían regalado; ya sabes: Nacho, el gallo más macho.  Y la siguiente pista estaba en el collar de Manix.

Yu ju. Busque dentro de la caja de juegos de cuero.  Esa una caja con dados, baraja y que había sido de mi bisabuela.

Dentro del congelador de la hielera hay ALGO.

ALGO tenía que encontrar, busque en el limonar del patio de enfrente.

Aquí como hiede, se orinó Manix, busque debajo de la almohada Nona.  Nona es mi madre y ese era uno de sus apodos.

Buscar capítulo XXVII Libro 1 de los Paralipómenos…y uno tenía que averiguar qué jodidos era Paralipómenos.

Me gustan las toronjas.  Busque.  Allí sí verá algo.

Verdad que yáatengo toronjas? Busque debajo de la almohada de papito.  El era papito, claro.

Busque en la maceta de la flor de pascua.

Busque en horno de el comedor.

Te toca ir a la almohada de Guisela.  Guisela es mi hermana.

Dele un beso a La Chuchis, linda.  Ya casi, casi.  La Chuchis era Guisela…y habia que darle un beso.

Dale un beso a La Nona, y ya casi casi. Beto.  Beto era yo, por Alberto.  Me tenia varios apodos: Beto, Beto el recluta, Fray Junípero, Lalo, y algún otro que no recuerdo.

Ahora no recuerdo qué era el regalo.  Lo importante era el juego, el ambiente que se armaba, el cariño que se recibía.  El alboroto familiar.  Es una dicha que haya guardado los papelitos del juego porque en ellos estaba la clave de todo…  Estos son sencillos; pero otros eran más complejos e incluían dibujos: Un perico siendo perseguido por Simón, o Manix, por ejemplo.

Si no has visto, ni llamado a tu padre hoy…¿qué estás esperando?


10
May 14

Hoy, a todas las madres buenas

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Hoy, que es Día de la Madre, leo los diarios chapines y encuentro numerosas alusiones al sacrificio de las madres y a las madres sacrificadas. Y pienso…¿es a sacrificio a lo que se refieren? Por ejemplo, si una madre deja de comer para darle alimentos a sus hijos, ¿se está sacrificando?

La creencia general es que sí. Que si una madre deja de ir al cine con sus amigas para quedarse a cuidar a su hijo pequeño, eso es un sacrificio. Que si una madre deja de hacer cosas que hacía antes para ahorrar y tener plata con qué mandar a su hijo a la universidad, eso es sacrificio. Y así sucesivamente.

Empero, un sacrificio es, primero que nada, una acción a la que uno se sujeta con gran repunancia, o es sujetarse con resignación a una cosa violenta. Es abnegación, que a su vez es renunciar uno a sus intereses y a sus propias valoraciones. Hay sacrificio, por ejemplo, cuando uno entrega algo de más valor (para uno), a cambio de algo de menos valor (para uno). Ahora bien, si la madre valora (ama, quiere, respeta, admira y demás) al hijo y deja de comer por él, o deja de ir al cine con sus amigas, por él, ¿dónde esá el sacrificio? Si la madre valora y se interesa por su hijo más que por el cine, por decir algo, ¿dónde está la abnegación?

Es evidente, en aquel caso, que la madre cambia algo que valora (comer, o ir al cine), por algo que valora más (su hijo). No hay repugnancia, ni resignación frente a la violencia. Al contrario.

Entonces, ¿qué es eso que en los medios masivos y en la cultura popular se conoce como sacrificio maternal? Es costo de oportunidad.

Sí, por ejemplo, una madre gasta el tiempo y dinero que tiene en cuidar a su hijo, no puede gastarlos en ir al cine con sus amigas, y en otra cosa.  El costo de oportunidad es el valor del siguiente uso alternativo más valorado para los recursos escasos que una madre (o cualquiera) tiene.  El costo de oportunidad de ir al cine es el amor hacia el hijo (porque lo valora más).  Si el mejor siguiente uso alternativo de tiempo y dinero para cuidar al hijo amado es ir al cine; entonces el costo de oportunidad de cuidar al hijo es el placer de ir al cine. No hay tal sacrificio en este tipo de relación voluntaria y natural.  El costo de oportunidad se manifiesta, también, cuando una madre decide dejar de hacer cosas en el corto plazo, para conseguir o alcanzar otras mejores, en el largo plazo.

Claro que otro es el caso si se diera el uso de violencia; es decir, si la madre fuera obligada a cuidar a un hijo que no quiere, que no ama, que no respeta, que no admira. Entonces sí habría sacrificio, porque hay intervención de violencia que puede ser física, o no. Y claro, ese no es el tipo de relación que admiramos entre una madre y su hijo (o alreves).

En este Día de la Madre, ¡celebremos el amor! No celebremos el sacrificio, la repugnancia, la abnegación ni la violencia. Por mi parte, ¡celebró a mi madre! -Nora- cuyos amor, gozo por la vida, buen humor, generosidad y buen juicio han estado a mi lado tanto en los días de fiesta, como en los días adversos.

Este artículo lo publique, por primera vez, en 2008.  Lo publico de nuevo porque -de verdad- me parece inapropiada e indigna la forma en el que el concepto de sacrificio es usado en esta temporada.

Foto por: Carlo Facchinetti [Public domain or Public domain], via Wikimedia Commons.  Amor maternal, de Carlo Facchinetti.