Piketty y “el viejito del costal”

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A los niños chiquitos, en Guatemala, se les amanazaba con que si no se portaban bien vendría el viejito del costal y se los llevaría.  Es una forma primitiva de conseguir que los niños se porten bien; pero sin duda es lo mejor que podían hacer ciertos padres.  El viejito del costal es como El coco.   El capital, de Thomas Picketty es como el viejito del costal.

Paul Krugman, por ejemplo, dice que el libro es un prodigio y que contiene erudición auténtica; y los conservadores se aterrorizaron con él.  Las mentes más serenas, las que están acostumbradas a pensar en términos de principios, no se alborotaron.  Keep calm.

Mi cuate, Adriano Gianturco escribió:  Cuando descubrimos que el libro de Piketty tiene mala data, asumimos que ha sido refutado.  El hecho de que sus argumentos ya eran ilógicos e incoherentes y que sus propuestas son imposibles, y que sus políticas son contraproducentes no importaba.  Es increíble que la mayoría de personas piense que la data es objetiva y que la lógica no importa. Estamos muy lejos de un pensamiento superior, abstracto y teórico.

En The New York Times, Neil Irwin comentó que uno de los acercamientos más comunes a El capital, de Piketty ha sido el de criticar sus teorías y predicciones; pero alabar efusivamente su data; después de todo el autor habría hecho un gran trabajo de compilación de data para tratar de determinar la historia de la desigualdad de riquezas en el mundo.  Sin embargo The Financial Times le ha echado un ojo cuidoso a la data del libro y ha puesto sobre la mesa la pregunta: El libro de economía más influyente de este año, ¿está construido sobre malas matemáticas?  Irwin no fue el único que se dio cuenta de los errores de data en el libro de Piketty; Martin Feldstein, en The Wall Street Journal advirtió que los números de Picketty no cuadran.  Al ignorar cambios dramáticos en la legislación impositiva desde 1980, creó la impresion falsa de que la desigualdad en ingresos está creciendo.

Aparentemente los errores de Piketty son elementales; y Fraser Nelson se hace la pregunta: ¿Por qué es que el editor de Piketty, en Harvard, no se dió cuenta de los errores que ha expuesto The Financial Times? La respuesta es pertubadora, pero a mí no me sorprende para nada y sólo confirma que en todas partes se cuecen habas: HUP sólo reimprimió la versión francesa sin aplicar las verificaciones que se le aplicarían a un libro de economía de Harvard.  El editor habló de lo mucho que el libro ha significado para la compañía en términos de dinero y concluyó diciendo: As long as there is bullshit and inequality, we won’t go out of business.  Pues sí. Eso de tirar mierda y clamar desigualdad es como una fórmula, ¿o no?  Funciona allá…y funciona por aquí.

¡Que bueno que encontraron que la data del libro está mal!; pero que mal que, en atención a lo que nos advierte Adriano, a la gente no le importe la mala lógica y la mala teoría.  Que mal que la atención sea sobre sumas y restas.  George Leef también lo dijo muy bien: En vez de ir tras los números de Piketty, deberíamos ir tras su “filosofía”.  ¡Es en la batalla de las ideas donde está la clave del futuro!  Lo que hizo Piketty fue una apología de la expoliación legal; y ya Federico Bastiat nos había advertido bastante acerca de eso; y Leef nos advierte, también, que ya tenemos bastante expoliación legal y Piketty quiere más.

Que los estatistas se hayan emocionado con El capital, de Piketty; y que los conservadores se hayan aterrorizado con él, no debería extrañarnos.  Y no cayó nada mal que su data fuera defectuosa.  Empero, creo que la mejor lección que nos deja esta experiencia es una que Ludwig von Mises y Ayn Rand han estado tratando de comunicarnos desde hace décadas: hay que pensar en términos de principios.  La teoría es importante.  El pensamiento abstracto es importante.  ¡Es en la batalla de las ideas donde está la clave del futuro!

La ilustración es Que viene el coco, por Francisco Goya [Public domain], via Wikimedia Commons

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  1. Es fabulosa la comodidad de unos libros, un sofá y muchas elocubraciones apartadas del comportamiento humano!