Si 2016 te trajo una chiva, una burra negra, una yegua blanca y una buena suegra; deseo que 2017 multiplique las cosas buenas para ti y tu familia. Si 2016 no fue generoso, va un abrazo y la esperanza de que 2017 sea maravilloso.
En cuanto a la humildad, ¿qué tal si cambiamos esta por orgullo?
Si tuviera que elegir tres que necesito practicar, sigo con: resolución, frugalidad y serenidad…y así es cada año.
Las virtudes de Franklin, son:
Templanza: No comas hasta sentirte harto. No bebas hasta la ebriedad.
Silencio. No hables más que aquello que pudiera beneficiar a otros o a ti mismo. Evita las conversaciones triviales.
Orden: Ten un lugar para cada una de tus cosas. Ten un momento para cada parte de tu trabajo.
Resolución: Comprométete a llevar a cabo lo que debes hacer. Haz sin falta lo que te comprometes a llevar a cabo.
Frugalidad: No gastes más que en lo que pueda hacer el bien a otros o a ti mismo. No desperdicies nada.
Trabajo: No pierdas el tiempo. Ocúpate siempre en algo útil. Elimina todo acto innecesario.
Sinceridad: No lastimes a nadie con engaños. Piensa con inocencia y con justicia. Si hablas, hazlo de acuerdo con esto.
Justicia: No perjudiques a nadie, ni haciéndole daño ni omitiendo lo que es tu deber.
Moderación: Evita los extremos. No guardes resentimientos tanto tiempo como puedas creer que lo merecen.
Limpieza: No toleres la falta de limpieza, ni en el cuerpo, ni en la ropa, ni en la vivienda.
Serenidad: No te dejes alterar por nimiedades, ni por accidentes comunes o inevitables.
Castidad: Recurre al acto sexual rara vez, y esto por motivos de salud o descendencia; pero nunca hasta sentirte harto o débil, y sin que llegues a afectar tu propia paz o reputación o la de otra persona. Ya lo dije arriba, pero lo repito: La primera parte es un disparate; pero la segunda tiene sentido.
Humildad: en todo caso…sugiero cambiar esta por Orgullo: ese que es consecuencia de la autoestima y de la productividad.
A los lectores de Carpe Diem: ¡Que 2017 les traiga, a ustedes y a sus familias, felicidad y prosperidad!
Esta columna fue publicada en elPeriódico.