La morería de don Esteban Suruy es un lugar muy peculiar. Al entrar, y del techo de zinc, cuelgan docenas de hermosas y policromáticas máscaras de jaguares, otros felinos, monos, moros y conquistadores. Al fondo hay centenares de imágenes religiosas sin pintar y monocromáticas. Es una guardería inmensa de niñosdios. Y envueltos por ahí, como por casualidad, varios bultos de coloridos y brillantes trajes de moros y cristianos, de toros, y de otros personajes propios de los bailes indígenas guatemaltecos, como el baile del venado.
Morería de don Esteban Suruy, en San Juan Sacatepéquez. Haz clic en la foto para ver más fotos.
Su familia extensa no escatima sonrisas de bienvenida; y, por lo menos una docena de perros se unen a sus amos en eso de los saludos.
Los trajes propios de los bailes indígenas son elaborados y costosos. Como ocurre con el traje de luces propio de la tauromaquia, ponérselos es una ceremonia que involucra no sólo a quien lo usará en algún baile, sino a una o dos personas más. La camisa, la capa, los pañuelos para la cabeza y la cara, la peluca y el sombrero, todo requiere atención y cuidado. Atención y cuidado que don Esteban pone con empeño.
¿Y quién se animó a ponerse un traje? @ottoraul Que en una de las fotos es observado por algunos de los niños de la casa de don Estaban.
En esta morería de San Juan Sacatepequez, se venden y se alquilan trajes para los bailes; y don Esteban -que en las fotos muestra una exquisita capa de toro- bailó durante más de 56 años.