La iguana no sabe a pollo


Lo que a mí más me emociona de andar por ahí es comer cosas que nunca he comido antes. El domingo, por ejemplo, tuve la oportunidad de comer iguana en el parque Cataluña, de San Juan Sacatepequez.

Cuando andaba buscando hongos, vi que una señora ofrecía una iguana asada y estuve tentado de comprar el animalito. Luego, me topé con otra vendedora que ofrecía el mismo plato,solo que guisado y ahí no me aguanté. Compre una porción sin piel, y a la señora de enfrente le compré unas tortillas para luego irme a comer iguana sentado en una de las fuentes del parque.

¿A qué sabe la iguana? Pues no sabe a pollo; pero si tuviera que describirla diría que es algo así como entre gallina y pato. La carne tiene un gusto muy sabroso y ofrece algo de resistencia al morderla; y, además, el guisado estaba verdaderamente rico.

Hacía ratos que quería comer iguana porque sentía como que me hacía falta probarla. Ya he comido ancas de rana, que me dió mi padre cuando era niño; cocodrilo, en una cevichería que quedaba en la zona 5; y culebra, en el callejón de la culebra, en Taipei. ¿Cómo iba a dejar pasar la oportunidad de comer iguana?

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  1. que no lo vaya agarrar un vegetariano que lo lincha