29
Nov 18

¿Cuál es la prisa con el voto de los migrantes?

El Tribunal Supremo Electoral presentó una iniciativa de ley para que los guatemaltecos que residen en el extranjero y cuentan con el Documento Personal de Identificación sean tomados en cuenta en las votaciones programadas para el próximo año. ¿Cuál es la prisa con el voto de los migrantes?

Digo…entiendo que para ciertos migrantes pueda resulta difícil y caro irse a empadronar antes de votar; quizás como puede resultar difícil y caro -para un habitante lejano de Huehuetenango, por decir algo- irse a empadronar al centro de empadronamiento más cercano a su caserío.  Entonces, ¿cuál es la prisa de incluirlos en los comicios hasta el punto de crear un procedimiento específico e incluso privilegiado para aquellos? Si se puede votar sin estar empadronado en Chicago, ¿por qué no se puede votar de la misma forma en los rincones de Chiquimula?

En el fondo, ¿para qué quieres un padrón si hay ciudadanos que sólo podemos votar si estamos incluidos en él, y hay ciudadanos que pueden votar sin estar incluidos en él?

Los migrantes guatemaltecos nunca han votado -y a lo mejor sería bueno que votaran, o se- pero, en el contexto de las caravanas de migrantes y su naturaleza, ¿cuál es la pisa de voten los migrantes chapines casi que a como de lugar?

En el contexto del acuerdo entre el Tribunal Supremo Electoral y la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala, ¿cuál es el interés y la prisa de que voten los migrantes, en condiciones que le son negadas a otros ciudadanos guatemaltecos?

El TSE habilitó en julio pasado un sitio Web para que los chapines  se empadronen, pero no se obtuvieron avances significativos ya que solamente se registraron 70 solicitudes en cinco meses. Puede ser que entre los migrantes haya cierta dirigencia muy interesada en votar en 2019; pero, ¿hay interés legítimo entre el grueso de migrantes? ¿Son necesarias la prisa y un procedimiento específico y privilegiado para el voto de los migrantes?


05
Oct 18

Privilegios

En los últimos meses, grupos de exportadores y de industriales han estado promoviendo una devaluación política y forzada del quetzal, con el propósito de ganar competitividad para sus empresas.  Y la autoridad monetaria –dentro de las posibilidades que le da la legislación actual– ha estado encareciendo el dólar, poco a poco.

La devaluación artificial del quetzal les permite a los beneficiarios de esa política recibir más quetzales a cambio de sus dólares y facilita que sus empresas les generen ganancias.  Es un típico caso de lo que se ve y lo que no se ve, de Frédéric Bastiat, Es fácil ver la prosperidad de los exportadores e industriales beneficiados por la devaluación del quetzal y el encarecimiento del dólar; pero no es fácil ver los efectos negativos que traen consigo. La diferencia entre un mal y un buen economista es esta: uno se limita al efecto visible; y el otro tiene en cuenta no sólo el efecto que se ve, sino también los que hay que prever, escribió Bastiat.

A simple vista es fácil ver que la devaluación del quetzal beneficia a sus promotores; pero hay que prever que encarecerá las importaciones.  Por ejemplo, las importaciones de bienes de capital que sirven para elevar la productividad de verdad; hay que prever que encarecerá las importaciones de combustibles.  Si el quetzal es devaluado políticamente, la gasolina que usas va a ser más cara. Al transporte colectivo que usas le van a subir los costos, cuando suba el precio del diesel.  Igualmente, el transporte que trae maíz, zanahorias y güisquiles va a ser más caro.

Y si los daños económicos de una devaluación política te parecen malos, ¿qué tal los daños éticos?  Una devaluación al servicio de industriales y exportadores confirma que en esta sociedad los privilegios no son mal vistos.  Confirma que, si un grupo está suficientemente organizado y tiene suficiente influencia, puede usar la ley y el poder del estado para conseguir rentas, aunque eso perjudique a otros.  Confirma que el estado está al servicio de unos y no de todos.  ¿Estás de acuerdo?

Columna publicada en elPeriódico.


31
Ago 18

¿Grandes los taxistas?

Los taxistas tienen la oportunidad de hacerse grandes, ¿van a aprovecharla? Los taxistas están en la posición perfecta para luchar contra las regulaciones innecesarias y absurdas que les impiden prestar el servicio de transporte sin coerción, ni privilegios.

Y cuando su lucha tenga éxito habrán contribuido –grandemente- a liberar a los chapines de ese ese ambiente en el que para producir se necesita la autorización de quienes no producen nada; en el que el dinero fluye hacia quienes trafican no con bienes, sino con favores; en el que muchos se hacen ricos por el soborno y las influencias más que por el trabajo, en el que las leyes no protegen a la gente contra aquellos, sino que, por el contrario, son aquellos los que están protegidos contra la gente; y ese ambiente en el que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un sacrificio personal, ese ambiente en el que Ayn Rand advirtió que la sociedad está condenada.

Para hacerse grandes y ejemplares los taxistas tienen la oportunidad de resistirse a la tentación de hacer como el labrador ruso que tenía una vaca y odiaba a su vecino porque él tenía dos. Un hechicero le ofreció al primer campesino que le concedería un único deseo. Y ¿qué pidió el labriego? Mata la vaca del vecino le ordenó al brujo.

En vez de exigir iguales condiciones de arbitrariedad y regulación contra los socios de Uber; y en vez de demandar rotulaciones, placas específicas y otros obstáculos, los taxistas se harían grandes si lucharan contra las condiciones que condenan no sólo su actividad comercial, sino a la sociedad entera.  Además, el de Uber y el de los taxistas son dos modelos de negocios muy distintos, que sirven a necesidades y propósitos diferentes no sólo de sus usuarios (que son importantes), sino de los proveedores mismos (que no son menos importantes).

Los taxistas podrían conseguir lugar en los libros de Historia como aquellos que la cambiaron para bien; o quedarse en el bote de los que bloqueaban calles para perpetuar el sistema que condena a la sociedad.

Columna publicada en elPeriódico; y la foto es de Prensa Libre.


23
Ago 18

Los industriales también quieren privilegios

La Cámara de Industria –como la Anacafé– también quiere un precio político para el dólar y ayer propuso una devaluación del quetzal.

La dirigencia industrial quiere el privilegio de una devaluación anual de 5 por ciento para beneficiarse, aunque dicha devaluación perjudique a otros guatemaltecos.   Los industriales como los cafeteros quieren ganar competitividad por medio del encarecimiento político del dólar.

Es cierto, claro, que la industria chapina ha perdido competitividad; pero buena parte de esa pérdida es a causa de los altos costos de transacción que hay en el país.   En vez de pedir el privilegio de un precio político para el dólar los industriales deberían exigir que sean reparadas las carretaras; que se garantice seguridad; que se flexibilice la legislación laboral y el tema de los salarios.

A esto añádele que en el mediano y largo plazo es infructuoso fingir competitividad (a fuerza de falsear el precio del dólar) si en el país se sabe a voces que, si tu inversión es amenazada por grupos suficientemente influyentes y poderosos, la Corte de Constitucionalidad (por ejemplo) no va a proteger tus derechos. ¿Qué competitividad real va a ser posible en estas y aquellas condiciones?

Con élites empresariales así, estamos en la calle y sin llavín.


22
Ago 18

El café y ¡¿precios de lesa humanidad?!

Los precios del café son de lesa humanidad dijo el Presidente de la Asociación Nacional del Café y cualquiera pensaría que está hablando de genocidio, o algo parecido.

Imagen de previsualización de YouTube

Por cierto, delitos de lesa humanidad son actos inhumanos graves cuando que reúnen dos requisitos: la comisión como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil, y con conocimiento de dicho ataque.  No hay tal cosa como precios de lesa humanidad -ni precios justos, o injustos- lo que hay son precios de mercado.

Ayer hubo un titular que decía Café cae a US$ 97, con una advertencia: baja de precios podría agravar crisis social; y hoy, la dirigencia cafetalera habla de precios de lesa humanidad, de crisis y de efectos negativos, habla de la dominación por consorcios internacionales, habla de que el precio es la última bala para matar al productor de café. El Presidente de la Anacafé cree que los precios del café son un tema humanitario y de costos. Los políticos y burócratas deberían devaluar el quetzal para servir a los intereses de la caficultura, aunque los costos de la devaluación los pagaran otras personas, y lo dijo así: una tasa de cambio nos saca de competitividad y todos los demás países han devaluado su moneda como una medida para apoyar a la caficultura y ser competitivo, menos Guatemala.  ¿Los cafetaleros quieren el privilegio de una tasa política -que no es la del mercado- aunque eso dañe y perjudique a otras personas y grupos productivos?

Lo cierto es que en Postulados económicos fundamentales (o en Proceso económico) uno aprende que si la oferta de un producto es muy elevada y la demanda no crece, o disminuye, lo más seguro es que eso resulte en precios bajos para el producto en cuestión.  Es un hecho que en el mundo hay más oferta de café, que demanda y eso hace que los precios caigan.

Claro que los cárteles y consorcios pueden influir en los precios; pero de eso a suponer que los precios son de lesa humanidad hay kilómetros de distancia.

Cierto es, también, que en Guatemala los costos de transacción para la producción y comercialización del café son muy elevado y contribuyen demasiado a hacer inviable la caficultura masiva.  En vez de pedir el privilegio de un precio político para el dólar, o de pedir el privilegio de programas subsidiarios (que pagan los tributarios, o sea tu) los cafetaleros deberían exigir que sean reparadas las carretaras; que se garantice seguridad no sólo en los caminos, sino en las fincas; que se flexibilice la legislación laboral y el tema de los salarios (esto si lo  mencionó el dirigente en cuestión).  Si te toca pagar programas subsidiarios para los cafetaleros, ¿luego te repartirán dividendos, o sólo pagarás el subsidio sin recibir algo a cambio?

Yo amo el café y me da pena que los cafetaleros pierdan por los precios bajos y los costos altos de transacción; pero me parece inapropiado que se sumen a los grupos que demandan privilegios.


29
Nov 17

Acerca de limpiar Guatemala

Imagínate que fuera así de fácil limpiar Guatemala.

Hoy anduve por el Mapa en Relieve y el hombre de la limpieza estaba haciendo lo suyo con una sopladora.  Lo que se me vino a la cabeza fue: ¡Qué tal si fuera así de fácil limpiar Guatemala!

Pero…¿de qué la limpiaría? La limpiaría de privilegios.  Me gustaría una ley que dijera: en ningún caso el Congreso dictará ley o decretos arbitrarios o discriminatorios, en los que explícita o implícitamente se concedan prerrogativas, privilegios o beneficios que no puedan disfrutar todas las personas que tengan la oportunidad de hacerlo.  Eliminaría del Prepupuesto del estado toda partida y asignación destinada a intereses específicos y particulares.

¿De qué más la limpiaría? De toda legislación que no protegiera los derechos individuales de todos por igual.

La limpiaría de delincuentes y de prevaricadores -de acuerdo con la ley penal- claro.

Pero no se puede, ¿verdad? ¿O sí?


18
May 17

La tragicomedia del Banguat

El titular que dice Intervenciones protegen al dólar* es trágicamente divertido por dos razones:

  • La misión del Banco de Guatemala debería ser la de proteger al quetzal, ¿o no?  Tal vez es que soy old fashioned; pero me late que es a la Reserva Federal de los Estados Unidos de América a la que le corresponde proteger al dólar.
  • Visto desde otra perspectiva, lo que está protegiendo el Banguat es a los exportadores -que se benefician a costa de los importadores y de los consumidores de combustibles, para mencionar sólo dos- con un dólar artificialmente y políticamente caro.

¿Verdad?

*Prensa Libre del 17 de mayo de 2017, página 13.


13
Feb 17

Reforma judicial, ¿otro tren que nos deja?

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A los guatemaltecos, de cuando en cuando, nos deja el tren.  Está a punto de dejarnos ahora porque la importante y necesaria reforma del sistema judicial está por ser sacrificada en el altar del racismo y de los privilegios. Y, ¿por qué habría de ocurrir semejante disparate? Porque el lado colectivista del espectro de las ideas está empecinado en que, por razones étnicas, en Guatemala hay dos tipos de grupos de personas que no deben ser iguales ante la ley.

Es cierto que a lo largo de la historia del país a la mayoría de casos que presentan los indígenas ante la administración de justicia esta no les da solución; pero…¡ese es un problema administrativo! y no debería ser ideológico.  La administración de justicia chapina tampoco les hace justicia a muchos casos de miembros de otros grupos étnicos. Posiblemente también sea un problema conceptual; pero eso es más atribuible a que la administración de justicia se basa más en legislación que en leyes; está demasiado obsesionada con el derecho positivo (basado en legislación); no respeta los derechos y principios procesales establecidos en la Constitución y las leyes; y se afinca en un sistema en el que la repartición de privilegios es más importante que la eliminación de los mismos.  Y eso afecta a todos, independientemente de nuestra etnia, nuestro sexo, y demás.

La idea descabellada de que la administración justicia no debe ser igual para todos los que convivimos en un mismo espacio, sino que debería ser distinta basada en criterios colectivistas como la etnia y el sexo (para mencionar dos), es una que confunde la justicia con el uso de la legislación para ejercer el poder.

Esto se entiende fácil si has visto un juego de fútbol en el que el árbitro (el juez) no favorece a un equipo, o a otro (o a miembros específicos de un equipo, u otro) basado en criterios étnicos, o de sexo.  Un buen árbitro hace que se respeten las reglas igualmente para todos, sin distinción, ni privilegios y así hace justicia.  La hace al evaluar objetivamente lo que ocurre en el campo de juego. ¿Qué clase de partidos veríamos si las decisiones de los árbitros (o jueces) dependieran de presiones de grupos de interés como ONG, comisiones internacionales, países amigos, u otras?

¡Por supuesto que el acceso al sistema de justicia es muy caro para la población más pobre del país! y  es cierto que la población más pobre del país es indígena; pero eso es un problema económico y no de una administración de justicia basada en la igualdad de todos ante la ley, sin privilegios étnicos, o de sexo.  Habrá menos pobreza cuando los políticos y funcionarios dejen de asfixiar el ahorro, las inversiones productivas y el intercambio para mencionar tres.  Habrá menos pobreza cuando los políticos y funcionarios eliminen las aduanas y los aranceles, liberen el mercado laboral y abolan el impuesto a los rendimientos del capital, para mencionar tres. Sin distinción étnica, o de sexo, todos nos beneficiaríamos si hubiera más y mejores empleos, más y mejores oportunidades para emprender y menos pobreza.

Las leyes generales y abstractas, pre-conocidas; la administración de justicia independiente e imparcial, objetiva, ciega, no politizada, no ideológica y dedicada a la protección de los derechos individuales de todos por igual sin privilegios (al margen del racismo y del sexismo) sirven más a la justicia, que los juegos de poder entre colectivos en los tribunales y las cortes.

El tren nos va a dejar porque, aunque la reforma al sistema de justicia es muy necesaria y urgente (mira las noticias sobre delincuencia, impunidad y corrupción en los diarios, por si no te lo crees), la necedad de incluir entre ellas el privilegio de una legislación específica para grupos étnicos casi imposibles de concretizar a la hora de rajar ocote, va a hacer que la reforma sea rechazada en las urnas.  Y entonces nos vamos a quedar con un palmo de narices.  Los chapines nos vamos a quedar sin la urgente y necesaria reforma de justicia; y las ONG, las comisiones internacionales, los países amigos van a sufrir una derrota similar a la que sufrieron en mayo de 1999.  ¿Van a aprender en esta ocasión? Ojalá que sí, porque sus caprichos les cuestan mucho a los chapines de todos los colores.

Ilustración por Tim Green de Bradford (Justicia ciega) CC BY 2.0, via Wikimedia Commons


08
Feb 17

¡Piñata para las comadronas!

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Con dinero de los tributarios, los diputados acordaron otorgarles el privilegio de una asignación presupuestaria del estado a las comadronas, por el monto de Q3,000 anuales. La idea es dignificarlas y por eso, paralelamente, se declaró que el 19 de mayo es el Día de al Dignificación Nacional de la Yon o comadrona indígena de Guatemala.

Sospecho que son Q3,000 para cada comadrona y no Q3,000 para todas; y las preguntas que siguen son: ¿Cuántas comadronas hay? ¿Cómo y dónde se registran las comadronas? ¿Quién y con fundamento en qué decide quién es comadrona calificada para recibir el privilegio y quién no? ¿De verdad es sólo para las comadronas indígenas? Las comadronas ladinas, ¿no gozarán de este privilegio? ¿Por qué? Las comadronas, ¿tendrán asueto el 19 de mayo?

Si los oficios son dignificados con privilegios presupuestarios y con días de celebración, ¿por qué sólo el oficio de comadrona recibe el favor de los diputados? ¿Qué otros oficios merecen dignificación? ¿Qué oficios no la merecen?  ¿Qué hay que hacer para que el oficio de uno sea dignificado con dinero de los tributarios y con un día festivo? Cuando un grupo social específico recibe un privilegio de esta talla, ¿por qué no es tráfico de influencias?

Mira que me siguen asaltando dudas: si los maquileros, los de call centers, los ganaderos y las comadronas reciben tratos especiales, ¿por qué no los reciben otros grupos de interés?

Ya lo dijo Fréderic Bastiat: el estado es la gran ficción por medio de la cual todo el mundo se esfuerza en vivir a expensas de todo el mundo.


07
Feb 17

Régimen Especial Tributario para el Sector Agropecuario

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Escucha el podcast aquí.

Si un hombre primitivo observa que la gente consigue comida, ropas y todo tipo de objetos simplemente presentando trozos de papel llamados cheques, y observa que rascacielos y gigantescas fábricas crecen desde el suelo a las órdenes de hombres muy ricos, cuyos contables continúan cambiando figuras mágicas en los libros contables de unos y de otros. Parecen hacerlo más rápido de lo que el primitivo puede seguirlo, así que concluye que la velocidad es el secreto del poder mágico del papel, y que todo funcionará, será productivo y prosperará siempre y cuando esos cheques se pasen de mano a mano lo suficientemente rápido. Si el mencionado salvaje corre a la imprenta para divulgar su descubrimiento, encontrará que se le ha anticipado John Maynard Keynes*….o algún funcionario chapín.

De eso me acordé cuando leí que los ministros de Agricultura y de Finanzas están enfrentados por la legislación de fomento y desarrollo de la ganadería bovina, ovina, caprina y porcina (¿te acordaste de tus clases de Agropecuaria, en la Primaria?).

El caso es que en el Congreso se halla la iniciativa de un diputado oficialista para exonerar de impuestos a los ganaderos del país, que luego se convirtió en la iniciativa de ley 5182 sobre fomento y desarrollo de la ganadería bovina, ovina, caprina y porcina de la República, la cual ya tiene el comentario desfavorable de la Superintendencia de Administración Tributaria. A pesar de ello, la Junta Directiva del Organismo Legislativo plantea colocarla en agenda para su aprobación.

En dos platos la iniciativa es una forma de formalizar al sector ganadero de modo que se conviertan en tributarios regulares y efectivos.  Por medio de un régimen particular y específico llamado Régimen Especial Tributario para el Sector Agropecuario, se espera facilitarle al estado la expoliación y darles a los ganaderos un nivel más alto de seguridad jurídica.  La inseguridad jurídica –cuando no la arbitrariedad– afecta a todo lo ancho y todo lo largo del sector productivo.  El año pasado, por ejemplo, supimos del caso de los exportadores de café y cardamomo a quienes, desde hace cuatro años, los políticos y funcionarios les tenían retenidos más de Q800 millones.  ¿En qué habrá parado eso?

Quienes se acojan al Retriagro tendrían que bancarizar sus operaciones, llevar contabilidad, emitir y exigir facturas (incluso las especiales) a cambio de privilegios como el de no pagar aranceles, ni sobrecargos aduanales para la importación de maquinaria y equipos que usen para sus actividades productivas.

Y aquí es donde se hace relevante el párrafo de Rand.  Los funcionarios no entienden el proceso económico y creen que este es un juego de suma cero en el que las ganancias de unos son las pérdidas de otros; por lo que la velocidad de la circulación del dinero (sobre todo en dirección del estado) es de gran importancia.  Creen que si cortan una rodaja del pastel aquí y la trasladan allá, no va a haber cambios en el tamaño de la rodaja de pastel si la redistribución se hace rápido y sin mal modo.

En el caso de la iniciativa citada, es posible que reduzca la inseguridad jurídica y la arbitrariedad; pero ya que beneficiará sólo al sector ganadero y no a todo el sector productivo del país, no es más que un privilegio, una ventaja, una canonjía, un favor, o una prerrogativa para un grupo social específico y particular.

Siendo así, tanto el hecho de que sea un privilegio, como el hecho de que su principal objetivo sea facilitar la expoliación, oscurecen el hecho de que les de algo de seguridad jurídica a los beneficiados.  Además, hace que surja las preguntas obligadas: Si el Retriagro es bueno para los ganaderos, ¿por qué no sería bueno para todos por igual? ¿Por qué tiene que ser un privilegio, en vez de ser una norma general e igual para todos? ¿Por qué es que un sector tiene la dicha de un régimen especial y discriminatorio, en tanto que otras actividades productivas tienen que aguantar la inseguridad jurídica y la mayor arbitrariedad?

En el sistema actual las maquilas tienen privilegios, los call centers tienen privilegios por mencionar dos sectores…y es natural que otros quieran tenerlos. No es raro entonces que todo el que pueda, quiera su particular monte de orégano.  ¿Por qué es que unos son tratados como hijos y otros son tratados como entenados?

Está claro que gobernar es gravar para gastar; pero…¿ese proceso tiene que ser primitivo? ¿Por qué no puede hacerse con fundamento en la igualdad de todos ante la ley? ¿Por qué tiene que hacerse con base en privilegios?

¿Qué tal si hacemos algo novedoso y audaz? ¿Qué tal si se establece un Retriagro para todas las actividades productivas por igual, sin privilegios para algunos? Esta es una oportunidad de oro.

*Gracias a mi cuate, Rudy, que compartió The Season of Platitudes, en The Ayn Rand Column del 7 de octubre de 1962.