Lo de los espectáculos de la apertura de los Juegos Olímpicos en París no lo vi venir. Yo estaba tan concentrado en las posibilidades de terrorismo y otras acciones similares, que olvidé que -en 2021- abordé el peligro de la ideología woke, aunque desde otra perspectiva. La verdad es que no estaba preparado para los mamarrachos del viernes pasado.
La ilustración la tomé de https://x.com/cb_doge/status/1817235892916146413?s=46
Algunas personas que valoro han opinado que lo que vimos durante la apertura de los JJ. OO. fueron manifestaciones de la libertad de expresión y expresiones del espíritu transgresor francés; pero pienso distinto.
Pienso, también, que espectáculos como aquel nos urgen, en occidente, a meditar y a conversar, con detenimiento y profundidad, qué somos, y por qué es importante la belleza para nuestra civilización. ¿Por qué? Porque ya sea que lo del viernes fuera La última cena, de Leonardo da Vinci; o El festín de los dioses, de van Biljert, es evidente que lo de la apertura de los Juegos Olímpicos fue una provocación que no ocurre en un vacío intelectual, ni ideológico y, por cierto, me recordó el caso chapín de la Procesión de la poderosa vulva.
¿Estatales, o privadas?
Cuando uno busca cómo se financian las Olimpiadas, lo que encuentra en las fuentes oficiales es que el Comité Olímpico Internacional es una organización no gubernamental; y en ese contexto pareciera ser que es una organización privada y que, por lo tanto, sus decisiones pertenecen a la esfera de acción privada y ya. Pero eso no quita que las acciones de una ONG no puedan ser comentadas y juzgadas; sólo implica que, como decisiones, no están sujetas a la aprobación, o desaprobación del público general.
Pero aquí hay un caveat. Andrew Lisa, en Where Does Olympic Funding Come From, explica que desde 1992 más de la mitad de los costos de los Juegos Olímpicos los paga el país anfitrión; es bien sabido que las Olimpiadas nunca respetan los presupuestos y nunca producen ganancias; de modo que, ¿quién pone los billones de dólares que se necesitan para cubrir esos eventos que no son financieramente rentables?, pregunta el autor. Y la respuesta es mayoritariamente tu (el tributario), o alguna otra versión de ti en la ciudad, o el país anfitrión.
El Comité Olímpico Internacional pone algo de dinero; pero no es mucho y principalmente sirve para cubrir los costos de operaciones del comité local de organización. Todo lo demás en términos de infraestructura y operaciones, lo ponen los países anfirtriones, principalmente por medio de dinero público, se explica en Olympics Funding Breakdown. Y tu ya sabes que eso significa dinero tomado de los tributarios.
Checa The Economics of Hosting the Olympic Games, por James McBride, Noah Berman y Melissa Manno para más detalles.
¿Cachas el punto? ¿De quién es la libertad de expresión cuando el grupo en el poder usa el dinero tomado de millones de tributarios para expresarse? ¿Pueden los políticos y burócratas en el poder usar el dinero tomado de los tributarios para expresar algo que muchos (o alguno) de esos tributarios no aprueban? Este punto es tan importante que se aplica incluso en el sector privado y es un problema viejo: ¿Puede la administración de una corporación usar el dinero de los accionistas para patrocinar causas, o expresiones que muchos (o alguno) de esos accionistas no aprueban? En el sector voluntario de la economía (el sector privado) eso se soluciona cuando la administración les pregunta personalmente a los accionistas si quieren donar parte de sus ganancias, y a qué causas. Pero eso no ocurre en el sector coercitivo de la economía (el sector estatal) porque los políticos estiman que pueden usar el dinero que toman de los tributarios para lo que a ellos les parezca.
Es un abuso de poder y no una manifestación de la libertad de expresión cuando un reducido grupo de políticos y burócratas contrata un show que muchos tributarios no financiarían voluntariamente ni con canciones.
Cabe entender que, como dijo Jordan Peterson: para poder pensar uno tiene que arriesgarse a ser ofensivo; y ¡por supuesto que no hay tal cosa como el derecho a no ser ofendido!. Pero…peeero…aquel pensamiento y las acciones que lo sucedan deben ir de la mano de la virtud Objetivista de la prudencia y de la virtud smithiana de la simpatía. ¿Por qué? Porque somos humanos, no amimalitos.
La transgresión no es un valor en sí
Otro tema es el del espíritu transgresor. Personalmente creo que el espíritu transgresor, en una sociedad principalmente abierta (en el sentido poperiano) es como un pedo inflado y está sobrevalorado. Donde tiene valor el espíritu transgresor es en las sociedades cerradas, o principalmente cerradas. Los que visitan este espacio saben que no soy religioso; pero ¿te das cuenta de que no es lo mismo burlarse de las creencias religiosas en occidente que en el mundo islámico, por decir algo? Espíritu transgresor es el de las mujeres valientes que no usan velo en Teherán. Espíritu transgresor es burlarse de Kim Jong-un en Pyongyang. Espíritu transgresor es el de la revista Charlie Hebdo cuyos miembros desafiaron al fanatismo y pagaron caro. Espíritu transgresor es el de Flemming Rose, que hizo lo mismo y paga igual. Espíritu transgresor es el de Jimmy Lai que se enfrenta al Partido Comunista de China. Pero lo del viernes pasado en Paris 2024, que puede ser ofensivo para muchas personas, más que transgresor es una provocación de mal gusto. Transgresor, por citar un caso, era burlarse del catolicismo en la Nueva España en 1500; pero montar una provocación en París, en 2024, sería sólo infantil, ridículo y grotesco, si no respondiera a la ideología woke. Lo del viernes no ocurrió en un vacío intelectual, ni ideológico, repito.
La cultura woke lleva años destruyendo la cultura, la arquitectura y los monumentos, el lenguaje, la lógica y la racionalidad, la moral y la ciencia, y desde Tokio 2020 me parece evidente que también las olimpiadas. Lleva años minando lo mejor de la civilización occidental.
La transgresión no es un valor por sí mismo. Sólo tiene sentido cuando desafía a quien de verdad tiene el poder para evitarla, o castigarla de forma significativa. ¿Recuerdas lo que dijo Voltaire? Si quieres saber quién te controla, mira a quién no puedes criticar, lo que, en el contexto del párrafo anterior, se traduce a Mira qué es lo que no puedes trasgredir.
El feísmo va a por todo
Finalmente pienso que al mamarracho del viernes pasado, en Paris 2024 le faltó no sólo belleza, que es muy importante; sino que careció de dignidad. El espíritu olímpico de poner siempre el deporte al servicio del desarrollo armónico del hombre, con el fin de favorecer el establecimiento de una sociedad pacífica y comprometida con el mantenimiento de la dignidad humana, fue arrollado por el feísmo y por el destruccionismo de la ideología woke.
La belleza es una necesidad el espíritu y gracias al arte somos individuos y dejamos de ser máquinas de reproducción y muerte. La belleza ha sido expulsada del arte VIP porque este ha sustituido la disciplina por el activismo de redes sociales. Si una obra es incapaz de manifestar belleza, pero es retórica ideológica, no es arte, dijo la crítica de arte Avelina Lésper.
Avelina explicó que los museos han entrado en un proceso de corrupción filosófica e ideológica. Siempre creemos que todo lo nuevo es bueno y el arte no se hace de novedades, sino de conocimiento y de perfeccionamiento. Los museos se afanan por presentar novedades como si fueran las pantallas de una TV…y es evidente que este razonamiento se aplica a los espectáculos como la apertura de los Juegos Olímpicos.
De ahí que haya que conversar sobre esto entre aquí y el momento en el que se empiece a planificar el carácter de las Olimpiadas en Brisbane y Los Angeles. Porque, como escribió el filósofo y arquitecto Warren Orbaugh: El placer que nos produce la belleza no es sensual, sino que es intelectual, es conceptual. Por eso es que la vida placentera y. la vida buena son valores para los seres humanos. La belleza nos conecta con la vida.
Al final, la pregunta con la que me quedo es: Dada la monumentalidad de los Juegos Olímpicos, ¿Lo del viernes pasado en las Olimpiadas, es lo mejor que podemos ofrecer en occidente, en el 2024?