Hay pues una alianza estratégica tácita entre las empresas telefónicas y los rateritos que merodean por todas las calles y semáforos, escribió hoy Virgilio Alvarez, en alusión al hecho de que que aquellas no se interesan por proteger a sus clientes, y el flasheo de teléfonos móviles robados no sólo es posible, sino que es algo muy fácil de hacer. Por cierto que en lo que va de 2010 han sido registrados 29,479 robos de teléfonos móviles; y no está de más anotar que en Guatemala hay unas 17 millones 571 mil 895 líneas registradas. ¡Hasta los más pobres entre los pobres tienen teléfono móvil aquí!
Si el razonamiento de Virgilio fuera llevado hasta sus últimas consecuencias, pareciera que conduce hacia la posibilidad de que los vendedores de autos tendrían alguna responsabilidad en los atropellamientos y los vendedores de cuchillos tendrían alguna responsabilidad en los asesinatos con armas blancas, para citar dos ejemplos Empero, hay un punto en el cual el columnista tiene razón: Cuando un vendedor de autos vende uno, se desvincula totalmente de las acciones del conductor. Auto y conductor, en cuanto a la acción de conducir, quedan totalmente desvinculados del vendedor. E igual cosa ocurre con el vendedor de cuchillos.
Con el de telefonía es distinto porque el usuario -legal, o ilegal- necesita del proveedor para tener servicio. Nunca se desvinculan el que provee el servicio del que lo compra. De hecho, la relación entre el proveedor de servicio y el usuario es una relación continuada. El caso se parece, un poco, al de los constructores de carreteras, que deberían ser responsables de lo malo que ocurra porque las vías que han hecho, han sido hechas de forma defectuosa.
En este sentido, una parte de la opinión pública está clamando porque haya una ley que obligue a las telefónicas a actuar responsablemente; pero yo creo que esta es una falsa solución;. Falsa porque ya hay una ley; y porque ya sabemos que con leyes, reglamentos y normativas no se arreglan las cosas. Una ley más dura, intrusiva, tampoco ofrecería consuelo. No, porque la impunidad sigue siendo la norma general. Al final de cuentas el robo de celulares es un delito, es criminal, es delicta mala in se; pero la venta de aparatos y de servicios, no.
¿Qué les queda a las telefónicas? Definitivamente no es su responsabilidad lo que se haga con los aparatos y con el servicio que venden; pero…así de buena onda, bien podrían contribuir a hacerles más difícil la vida a los ladrones. Nadie tiene derecho a exigirles que lo hagan; pero…así de buena onda, podrían actuar como miembros responsables de una sociedad que está siendo atacada por la delincuencia impune y por la ineptitud de las autoridades, y obstaculizar a los delincuentes.
Posiblemente, además, quizás no se hayan dado cuenta de que opera contra sus intereses y contra los de sus clientes legítimos, animar un estado de cosas en el que los grupos de presión demanden una legislación opresiva e intrusiva sobre la telefonía.