13
Jun 11

Las películas de mi abuelo

Desde la segunda mitad de los años 40, del siglo pasado, hasta 1963, mi abuelo -Luis- usaba su cámara de cine para guardar recuerdos de la familia.  Bautizos, bodas, y otras celebraciones fueron filmadas en pies y pies de película.  Ahí estaban la boda de mis padres y mi bautizo.

Entre todo ese pietaje quedaron imágenes de la vida chapina en aquellos tiempos, y de lugares como La Casa Crema (que en los años 40 era la residencia del Jefe de las Fuerzas Armadas), el Ingenio Pantaleón,  del Lago de Atitlán y Panajachel.

Mi abuela -Frances- cuidó ese material hasta los años 80 y yo lo tuve guardado hasta los años 90.  Luego fue a parar a una bodega y ahí estuvo entre el agua.  Casi todo se dañó por el óxido y el moho, pero ayer dediqué buena parte del día a limpiar y airear algunos de los rollos que no fueron totalmente destruidos.

Me pregunto si serán rescatables.


14
Feb 11

Lo sublime de los tejidos indígenas

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Durante mi visita de la semana pasada a Xela, una de las mejores experiencias que viví fue la visita al Museo Vibo´z, de don Oscar Boj.  En ese lugar encantador, don Oscar mantiene viva la excelencia y la tradición de los mejores textiles indígenas.

Antiguamente, su padre, don Víctor Boj, tenía ahí un taller con entre 12 y 14 telares; pero ahora sólo hay dos que se mantienen ocupados todo el tiempo en la producción de textiles de altísima calidad.  Don Oscar está involucrado en esta actividad desde que tenía 10 años de edad y ayudaba en las tareas a su padre y al equipo que trabajaba en el taller.

Vibo´z es un museo interactivo en el que don Oscar, con pasión y con paciencia, le cuenta a uno los detalles más íntimos de la producción de cortes, huipiles, sobrehuipiles, servilletas, tzuts y otras piezas importantes del vestuario tradicional indígena.

En Vibo´z uno puede vivir la complejidad, la profundidad y la belleza de los equipos, los materiales y los diseños.  Y si uno ya sentía admiración por estos textiles antes de visitar este espacio, cuando uno sale de él esa admiración adquiere caracteres sublimes.

Los textiles indígenas me hay llamado la atención desde niño, en parte por haber pasado muchas de mis vacaciones en Panajachel; y en parte porque tanto mi bisabuela, Adela, como mi abuela, Frances, integraban piezas indígenas a sus vestidos occidentales.  Ayer mismo fui a visitar a mi tìaabuela, Adelita, y tenía puesto un bellísimo huipil en el que predominaba el color morado.   Nunca fui ajeno a los colores variados de sus diseños, ni a la rica  iconografìa que incluye quetzales, aves diversas, flores, cuerpos celestes y una extraordinaria abundancia de formas.

Mis amigos y yo pasamos un rato muy agradable aprendiendo acerca de los textiles y don Oscar nos permitió hacer uso de su equipo y tener la experiencia de producir canillas de hilo.

Vibo´z queda cerca del Puente de los Chocoyos, en Xela; y seguramente cualquiera del vecindario lo puede guiar a ese lugar hermoso, cuando usted ande por Quetzaltenango. A don Oscar también se lo puede encontrar en la Casa No´j, frente al Parque Centroamérica en aquella ciudad.


25
Ene 11

Anoche hicimos “Mango Chutney”

El Mango Chutney que hacemos en casa es con la receta de mi tatarabuela, Minnie.  A mí me gusta comerlo con chuletas ahumadas y lomo de cinta frito, o asado; con gallina, o pollo frito; con pescado, o camarones fritos, o asados; con costillas de cerdo, o de res.

La receta la tenemos gracias a mi abuela, Frances, que lo preparaba delicioso y aprendió a hacerlo con su abuela, allá en Hawaii.  Por cierto que ellas no le ponían coco, pero a mi me gusta mucho el toque que le da y le pongo algo de carne de coco rallada.  Mi bisabuela, Adela o Mami, también lo preparaba y quizás el que fue uno de sus últimos chutneys tuvo una historia curiosa.

Una vez, vaciando la que había sido la alacena de Mami, mi abuela encontró unos frascos de chutney.  Haciendo cuentas, el cocinero que hacía el chutney con mi bisabuela había muerto hacía unos diez años; y, antes de eso, había dejado de trabajar con mi bisabuela unos diez años antes; de modo que mi abuela y su hermana concluyeron en que los frascos bien podría tener unos 20 años.  Eso no las detuvo y en esa ocasión degustamos el chutney con gran reverencia.

El que tenemos en casa lo hice hace unos 8 años; y este que hicimos anoche durará algo parecido.  Bien envasados y en el refrigerador, su sabor y su consistencia no hacen más que mejorar.

La receta lleva mangos verdes, pasas y pasas de corinto, ajo, pimienta gorda y clavo de olor, vinagre y azúcar moreno, chiltepes, cáscara de naranja confitada, coco rallado y jengibre.


13
Dic 10

Deliciosa mermelada de rosa de Jamaica

Después de por lo menos unos 10 años, al fin hicimos mermelada de rosa de Jamaica.  En Guatemala, este hibisco se usa para hacer una infusión muy refrescante y sabrosa a la que, si se le agrega un poco de canela, se la eleva a la décima potencia.  Es uno de mis refrescos favoritos y yo lo solía tomar acompañado por panes franceses.

Mi abuela, Frances, hacía mermelada de rosa de Jamaica para usarla en vez de la de cranberries; y ciertamente que es una muy buena opción para variar. Es riquísima para acompañar el pavo; pero también para aderezar  pollo, o gallina fritos, y chuletas ahumadas.  A mí me encanta como mermelada, con mantequilla, en panes de manteca.

Cuesta conseguir la rosa de Jamaica fresca -que florea en diciembre- porque normalmente se vende seca.  Este año tuvimos que encargársela a un vendedor en el Mercado Central y tuvimos que pagársela por adelantado.


10
Nov 10

Prodigiosa Mei Yi Foo

La pianista Mei Yi Foo se lució con el Allegro de concert, de Federico Chopin, y con el Bôsendorfer anoche en la Universidad Francisco Marroquín. Y el público le ofreció una de las más largas ovaciones de pie que he presenciado.

Prodigiosamente, la pianista interpretó aquella difícil y poco conocida pieza del polaco; y no dejó duda alguna acerca de su maestría y su virtuosismo. Yi Foo dominó al Allegro y al piano de una forma elegante y poderosa que causó admiración. Igual cosa hizo cuando interpretó el Mephisto Waltz, de Franz Liszt.  El Allegro, por cierto, fue interpretado por primera vez en Guatemala, en esta ocasión.

A mí, sin embargo, la interpretación que me ganó el corazón fue la de la Suite Francesa, No. 2 en do menor, BWV 813 de Juan Sebastián Bach. Especialmente los tres primeros movimientos. Dulces, suaves y nostálgicos, me llevaron a alguna tarde lluviosa de domingo, en la casa de mi abuela Frances; y a las edades de 9 ó 12 años.  Fue un déjà vu musical que me dejó embobado.

Este concierto fue el último del estupendo Festival Bravissimo 2010 con el que la Organización para las Artes de la UFM, y su presidente Geraldina Baca-Spross, dieron un ejemplo más de cómo es que se alcanza la excelencia y consintieron a los melómanos chapines.


30
Oct 10

Las cajas fuertes del correo


Esta pequeña exhibición de cajas fuerte se halla en antiguo edificio de El Correo, en la ciudad de Guatemala. Las más viejas han de ser de principios del Siglo XX; en tanto que las más nuevas tienen todo el color y aspecto de ser de los años 70.

Mi bisabuela, Adela, tenía una caja fuerte negra y de principios del Siglo XX en su dormitorio; y mi abuela, Frances, tenía otra -gris y cincuentera- en su estudio. Mi abuelita, Juanita, contaba que en la casa de su madre había una caja de hierro en el último patio.  Mi tío Freddy importaba cajas fuertes; y durante un tiempo, en su oficina, hubo unas grandes como refrigeradoras que olían muy rico. Olor que contrasta con las de la foto que tienen un intenso olor a húmedad y moho.


10
Oct 10

Día de Bloody Marys

Ayer, con el sol y el calorcito del medio día -luego de una larga temporada lluviosa- fue día de Bloody Marys en casa.

Mi abuela, Frances, era la diosa de los Bloody Marys y de las Margaritas; y entre ella y mi papá me enseñaron a  hacerlos desde que yo era niño.  Para hacerlos, como los hacía ella, se mezclan el vodka, jugo de vegetales, limón, salsa inglesa y sal con apio al gusto; y luego se sirve sobre hielo abundante.  Por cierto que, cuando era niño, lo que se me permitía tomar eran Virgin Marys, sin el vodka.


09
Dic 09

Historias de cebollas

Manix era hijo de Simón y era uno de nuestros mejores perros en la casa de mis padres; y Manix tenía la manía de robarse las cebollas de la cocina.

En el colegio se decía que si uno se ponía unas cebollas en las axilas le daba fiebre; y que esa era una forma efectiva para capearse de clases.
Mis cebollas favoritas son las Vidalia. Así asadas, u horneadas sólo con un chorrito de aceite de oliva.
El pie de cebollas que hacían mi bisabuela, Adela; mi abuela, Frances; y que hace mi madre, es uno de los mejores de todo el universo mundo.
Robert Louis Stevenson escribió estos versos:
First let the onion flourish there,
Rose among roots, the maiden-faire
Wine-scented and poetic soul
Of the capacious salad bowl!
La cebolla de la foto fue cultivada en mi balcón y el fin de semana formó parte de un vindaloo de pollo que estuvo de chuparse los dedos.

31
Ago 09

El pequeñísimo "jardín" de hierbas

Ayer empezamos a plantar un pequeño jardín de hierbas en casa. Ahí está el orégano que se salvó porque tenía ganas de vivir, acompañado por un chiltepar, hierbabuena, tomillo, romero y albahaca.

El orégano es nativo de la región mediterránea y su nombre se deriva de origanum que, a su vez, viene de las voces griegas orus, que significa montaña y ganus, que significa gozo. Es, entonces, el gozo de la montaña. El tomillo es un símbolo de actvidad y las abejas difícilmente resisten el atractivo del olor de sus flores; esta hierba también sirve para encantamientos y en El sueño de una noche de verano Oberon sugiere buscar a Titania y a su corte en un banco donde crece el tomillo silvestre. La albahaca, en Grecia, era tan apreciada que sólo el rey podía cortarla y si lo hacía con una oz de oro. En Italia siempre ha sido una prenda de amor y en Rumania cuando un chico acepta de una chica, una ramita de esta hierba, significa que está comprometido. Nativa de la India, la albahaca es considerada una hierba sagrada. El romero es símbolo de fidelidad y del recuerdo; y en Hamlet, la trágica Ofelia dice: Este es el romero, para el recuerdo. Te ruego, amor, que recuerdes.
El aporte del Nuevo Mundo lo pone el chiltepe, que es uno de mis chiles favoritos porque a la vez que es picante y aromático, es gentil.
En la terraza de la casa de mi abuelita Juanita y de La Mamita, solía haber una o dos cajas de madera -de esas que antes se usaban para embalar- en las cuales mi hermano y yo cultivábamos zanahorias, rábanos, espinacas y acelgas. Una vez algo extraño pasó y lo único que creció en las cajas fueron bledos. Años mas tarde, en la casa de mis padres, mi papá reservaba un rincón del jardín para cultivar perejil, cebollín, rábanos y zanahorias. Y de todo eso me acordé cuando preparabamos, en casa, el pequeño jardín de hierbas.
Como el espacio es pequeño, a las hierbas la acompañan el cactus que mi abuelita Frances me dió para que absorbiera los virus que atacan a las computadoras; y mi planta de Perdidos en el espacio.
La información sobre las hierbas es de Avanelle Day & Lilie Stikey. The Spice Cookbook. David White Co., New York, 1964.

28
Jun 09

¡Carpe Diem!, claro que sí

De Jaime, un amable lector, recibí la foto que ilustra esta entrada, acompañada por la siguiente nota: Soy lector frecuente de sus columnas y ahora de Carpe Diem. Hace unos días vi en la tienda de ropa que se encuentra justo al lado de Hooters en Plaza Obelisco el artículo ideal para su columna.

¡Gracias, Jaime! Por cierto que es interesante que en otras partes del mundo hay bebidas que se llaman Carpe Diem, y restaurantes que llevan ese nombre.
Mis sandalias más célebres fueron unos caites de puro cuero y suela de llanta que compré c. 1980 en Panajachel. Su olor a cuero era extraordinario, y quien más lo disfrutaba era Nicolás, el gato de mi abuela, Frances. Nicolás tenía tres vicios: Los calamares que de vez en cuando le compraba mi padre, la hierba de gato o catnip, y mis caites. Ese gato entornaba los ojos y se restregaba sobre mis calzaduras de un modo que no no podía sino tratar de imaginar qué enorme placer le le causaban.
Mis caites de suela de llanta tuvieron un lado oscuro: durante muchos años los usé con calcetines blancos; disparate que sólo se explica porque eran los 80 y ¡vea usted!, porque Michael Jackson usaba calcetines blancos.
Para mediados de los años 90 mis caites llegaron al fin de su vida útil y rápidamente los sustituí por otros de igual manufactura. Empero, ya no tuve la paciencia para domarlos, ya Nicolás no podía disfrutar de ellos y no tuvieron el éxito que alcanzaron sus predecesores.