El sábado se me metió que quería hacer uno de los pays de pollo que hacían mi bisabuela y mi abuela, y hace mi madre. Elegí uno cuya receta es de Abel, que fue uno de los cocineros de mi bisabuela, Adela, -en la Casa Contenta-. La particularidad de esta receta es que lleva crema de tomate, aceitunas y pasas; de modo que es delicadamente dulzón. El relleno me salió muy bueno y me trajo muchísimos recuerdos: las cocinas de mi madre y de mi abuela. El hecho de que ambas permitían que los niños hiciéramos palitos de queso con los recortes de la masa de los pays. Las hojas que mi abuela, Frances, y mi madre , Nora, dibujaban en la masa de los pays antes de hornearlos, ¡Sabores, texturas y aromas! Los palitos también me salieron muy bien ahora; pero tengo que trabajar más en la masa porque todavía no estoy contento con el resultado. No es que saliera mal; pero tampoco salió como debe ser.
Todavía recuerdo a Abel. Recuerdo muy bien que -durante el desayuno- le pedí un cucharón para mi mosh, queriendo decir una cuchara grande. Y el se acercó con un tremendo cucharón de cocina de hotel, así como para emplatar sopas. Y todos, en la cocina, se rieron de mí. Recuerdo que en los años 80, en la casa de mi abuela, todavía comimos un mango chutney preparado por él, quizás a finales de los años 60.
En fin, me alegro de haber hecho el pay y quedé con ganas de hacer otro. Mi madre es la diosa viviente de los pays, y espero que algún día la masa me salga tan bien como a ella…y a mi abuela y a mi bisabuela.
El almuerzo del sábado incluyó otra maravilla: un aguacate muy especial de La Antigua. ¡Que cosa más deliciosa! ¿Y de postre? Helado de laichis hecho en casa, con un topping de trocitos de aquella fruta conservados en licor de naranjas.
¿Y por qué se me metió lo de hacer un pay? Porque estoy leyendo El último príncipe del imperio mexicano, por C.M. Mayo, y ahí cuentan que a Alice Green, la madre del pequeño príncipe Iturbide -que era de inmediaciones de Washington, D.C.-, le gustaba mucho hacer pays. Y ya sabes…una cosa lleva a la otra. Y por cierto que el libro está muy bueno.