En 1946 los chapines le enviaron un mensaje alto y claro a todo aquel delincuente que amenazara la seguridad de las personas y la tranquilidad de la sociedad. La celeridad del juicio y posterior fusilamiento de José María Miculax Bux , fue una advertencia inequívoca de lo que le pasaría a todo aquel criminal que siguiera los pasos de aquel asesino de niños.
El momento histórico, el sentido común, pero sobretodo la complicidad ciudadana, hicieron posible que los guatemaltecos dieran una respuesta contundente a una serie de crímenes cometidos con saña, desprecio a la vida y a la inferioridad física e indefensión de las víctimas, dice José Eduardo Valdizán, del programa de televisión Valdizán, al relatar los detalles de aquella ocasión en la que los guatemaltecos dispusieron enfrentar la criminalidad.
José María Miculax Bux fue un asesino en serie que entre los meses de enero a abril del año 1946 dio muerte en compañía de su primo Mariano Macú Miculax a entre 14 y 15 niños y adolescentes, después de abusar sexualmente de ellos y mientras les asfixiaba utilizando una cuerda con la que ataba las manos y el cuello de sus víctimas. Aquél sicópata creó un ambiente de zozobra y temor en la Guatemala de aquellos días, obligando a todas las fuerzas de seguridad a dedicarse a la cacería, del sujeto o sujetos, involucrados en estos actos, cuenta Valdizán y puedes leer la historia completa aquí.
El caso Siekavizza
De aquello me acordé ahora que muchos chapines estamos viviendo el caso Siekavizza, caso triste e impresionante que incluye un presunto asesinato, la desaparición de dos niños, la fuga del principal sospechoso y la relación filial de este con personas que han ocupado altos cargos en el Organismo Judicial, incluyendo la presidencia del mismo.
El compromiso activo y la movilización de la familia y amigos de la víctima, Cristina Siekavizza de Barreda, ha despertado la participación ciudadana de centenares de personas que claman por una investigación seria, por el esclarecimiento de los hechos delincuenciales que podrían estar relacionados con el caso, y por la captura y castigo de los involucrados en ellos. En un país en el que 98% de los delitos quedan impunes, la tarea es titánica y demanda la atención de todos aquellos que entiendan que, si no están indignados, es porque no están poniendo atención.
Para enterarte de detalles del caso te recomiendo Cristina Siekavizza y las mujeres silenciadas, por Sylvia Gereda. También La extraña desaparición de Cristina Siekavizza y la incansable lucha por conocer su paradero, por Juan Manuel Castillo.
Indignados no sólo por el caso Siekavizza, sino por la espantosa cifra de delitos impunes, a lo mejor este es el momento histórico apropiado para hace acopio de sentido común y de complicidad ciudadana en busca de justicia y para darle una respuesta contundente a la impunidad. ¿Te apuntas, o te vas a hacer el loco?
La foto es por JEV.