¡El jueves negro cumple su aniversario 16, hoy! La de estos actos trágicos es una efeméride que no debe caer en el olvido. Aquella mañana me asomé a la ventana del que era mi dormitorio; y desde allí vi a los bochincheros, armados con palos para piochas, de esos que venden en las ferreterías. Caminaban rumbo al este sobre la 14 calle de la zona 10; y por supuesto que tomé una foto con mi teléfono de aquel entonces.
Hace una 16 años, centenares de eferregistas fuera de control tomaron…calles y sectores de la capital. Con los rostros cubiertos y armados, con palos, piedras, machetes y armas de fuego exigieron la inscripción de José Efraín Ríos Montt, como candidato presidencial del FRG.
Los movimientos comenzaron desde la madrugada. Alrededor de 50 buses procedentes principalmente de Quiché, Totonicapán, Jalapa Jutiapa y las verapaces arribaron a la capital a las 5 de la mañana, con cientos de campesinos simpatizantes del Frente Republicano Guatemalteco y se dirigieron a puntos estratégicos de la ciudad.
Con días de antelación habían planificado que el Hipódromo del Norte, en la zona 2, la avenida de Las Américas, en la zona 13, y el Centro Cívico, serían los puntos donde se reunirían para iniciar las protestas a favor del caudillo eferregista.
La movilización obedecía a las palabras de Ríos Montt, quien el lunes 21 advirtió que si no era inscrito como candidato, era posible que perdiera el control de las bases del partido y se suscitaran actos de violencia.
“Estamos llegando a un punto que se pueden salir de control del Comité Ejecutivo algunas acciones de simpatizantes”, dijo ese día. Tres días más tarde cumplía la advertencia”.
El diario Prensa Libre reportó así los hechos del 24 de julio de 2003, fecha conocida en la Historia reciente de Guatemala como el Jueves Negro. Durante aquellos actos violentos fue víctima mortal el periodista Héctor Ramírez, cuando era perseguido por los revoltosos. Héctor (el Reportero X) fue mi compañero cuando yo trabajaba en el noticiario de televisión Aquí el mundo.
Ese jueves fue seguido por una jornada luctuosa que no debe ser confundida con los Viernes de Luto en los que los guatemaltecos protestabamos contra los abusos tributarios de la administración del FRG y del presidente Alfonso Portillo.
Jornadas de terror como la del Jueves negro no deben caer en el olvido porque las posibilidades de hacer uso de la violencia -por parte de aquellos que quieren conseguir, o retener el poder a cualquier costo y de cualquier lado del espectro político- siempre son una posibilidad. Y porque algunos de los protagonistas de aquella mañana de destrozos y muerte todavía están vigentes en la política chapina.