19
Ene 10

Sindicatos, indígenas y campesinos anti privilegios

El Movimiento Sindical, Indígena y Campesino Guatemalteco anda con la idea de mejorar la recaudación de impuestos; y para ello propuso, muy atinadamente que sean eliminadas todas las exenciones, exoneraciones, incentivos fiscales y privilegios de que gozan determinados sectores. ¡Ojalá y el movimiento sostuviera esta propuesta genial! ¡Ni un solo privilegio fiscal, para ninguno! ¡Nadie debería poder vivir a costillas de otros por medio del prespuesto del estado, ni por medio del uso de la fuerza para tomar recursos ajenos!


Sería fabuloso que el Movimiento apoyara una norma que, por ejemplo, dijera que en ningún caso el Legislativo emitirá Ley o decretos arbitrarios o discriminatorios, en los que explícita o implícitamente se concedan prerrogativas, privilegios o beneficios que no puedan disfrutar todas las personas que tengan la oportunidad de hacerlo.


El Movimiento, sin embargo, tiene otra propuesta menos afortunada; porque según su dirigencia, al elevarles los impuestos a las bebidas alcoholicas se inrementaría la recaudación y se desalentaría el exceso en el consumo de alcohol.

Lo que sucederá, sin embargo, es que si se le alzan los impuestos al guaro legal, el contrabando del mismo será más rentable, y la recaudación bajará. Eso ya lo sabía Pepe Batres y lo expresa muy bien en su célebre poema Las falsas apariencias.

Hubo simpre y habrá contrabandistas
que al gobierno defrauden sus caudales,
a pesar de los guardas, de los vistas,
los administradores, los fiscales;
inútilmente los economistas
con su ciencia y sus fórmulas legales
el medio de evitarlo van buscando:
¡Mientras más leyes hay, más contrabando!
Y yo de sopetón, sin que se entienda
que en materias que ignoro me entrometo,
a la dificultad hallo la enmienda;
y la quiero callar con el objeto
de colocarme al frente de la hacienda:
cuando la obtenga se sabrá el secreto,
que, en reserva, sin tropas y sin balas
consiste en suprimir las alcabalas.

Sucederá, también, que los trabajadores, los indígenas y los campesinos más pobres -que no pueda pagar los altos precios del guaro encarecido por los impuestos- comprará licor de menor calidad. Y seguramente habrá gente que ponga en riesgo su salud, ya de por sí precaria, al ingerir alcoholes de dudosa procedencia. El costo de esa farsa que se conoce como salud pública crecerá, y el valor de la recaudación disminuirá más en vez de crecer.


08
Dic 09

Campesinos por la propiedad

Habitantes de 9 aldeas de Izabal quieren que se les reconozca como únicos dueños de la tierra donde habitan, misma que es disputada por la Compañía Guatemalteca de Níquel. Lo que buscan, según un representante de la Procuraduría de los Derechos Humanos, es la legalización de las áreas y reducir el índice de desconfianza y el nivel de conflictividad.

Lo que los campesinos quieren es que se les reconozca como propietarios de aquellas tierras, quieren que se les reconozca !el derecho de propiedad! Esto es muy importante porque la dirigencia campesina que vinculada a la Unidad Nacional Revolucionaria Nacional Guatemalteca (la exguerrilla marxista leninista) evade este tema. En algunos círculos, la propiedad es uno de los derechos individuales, equivalente al derecho a la vida, el derecho a la libertad y el derecho a la búsqueda de la libertad; pero entre las organizaciones afines a la exguerrilla, se habla con sorna del sacrosanto derecho de la propiedad, cuando no se lo expone como el origen de todos los males del mundo, o como un vicio clasista.
Pero ahí está que cuando la gente está libre de las influencias ideológicas del socialismo, lo que quiere es lo que cree que es suyo, o sea: su propiedad. ¿Y qué es la propiedad? Es el poder directo e inmediato que las personas tienen sobre los objetos que le pertenecen. Su ejercicio implica el ejercicio más amplio posible de las facultades jurídicas sobre un bien. El propietario puede gozar y disponer de su propiedad arbitrariamente, ¡siempre que no viole derechos ajenos!
Tradicionalmente la propiedad implica tres facultades principales: La de uso, o ius iutendi, que significa que el propietario, o quien él designe, tiene el derecho a servirse de la cosa para sus intereses. La de goce, o ius fruendi, que significa que el propietario puede gozar de los frutos, y de los productos naturales, o artificiales que genere el bien. Y la de disposición, o ius abutendi, que significa que, como la cosa es suya, el propietario puede disponer de ella hasta el punto de que puede dañarla, o destruirla; y, por supuesto, puede venderla, donarla, hipotecarla, pignorarla, dividirla, y todo eso.
Ese derecho que están reclamando los campesinos de Izabal es un derecho exclusivo porque es del propietario, y no de los que no son propietarios. Vea usted que interesante: es oponible frente a todos los demás.
Pero notó algo más interesante aún: los campesinos saben que la certeza sobre lo que ellos dicen que es su propiedad:
-Reduce la desconfianza; y
-Reduce la conflictividad.
En dos palabras, los campesinos saben que el respeto al derecho ajeno es: la paz. En buena medida, la paz es consecuencia de que se sepa qué es de quién y de que se respete la propiedad.
Por eso es que es perverso que la dirigencia popular campesina, vinculada a la exguerrilla, eluda el tema de la propiedad (en el cual no importa si la propiedad sea individual, o colectiva, en tanto implique el ejercicio de las facultades propias del derecho de propiedad). Cuando la dirigencia popular campesina elude el tema de la propiedad, lo que hace es garantizar que habrán la desconfianza y la conflictividad que impiden el bienestar y el desarrollo; y con eso, se garantizan pobres para su causa. Esto es, porque mientras haya pobres, habrá esperanza de revolución.
Los campesinos de Izabal no se han dejado dar atol con el dedo; pero, ¿por cuánto tiempo?

07
Dic 09

Linchamientos: "su manera" de hacer las cosas

El viernes pasado, tres personas fueron quemadas vivas por pobladores de la aldea Chicol, en Huehuetenango. Los campesinos permitieron el acceso de la prensa para dejar constancia de que aplicaron la justicia a su manera. Y el domingo, una turba linchó a otra persona y la policía impidió que quemaran a tres mujeres en Panajachél, Sololá. Sólo les vamos a aplicar justicia popular, decían los aspirantes a linchadores, cuando querían que las autoridades (¿autoridades?) les entregaran a las mujeres que querían quemar.

Si esta es su manera de hacer las cosas, y si esta es la justicia popular, a mí me gustaría que uno de esos investigadores sociales de por ahí por Flacso, el IIPS, el Idies, o Asies, publicaran un estudio acerca de cómo es que esa manera de hacer justicia influyó en la violencia durante los 36 años en los que la exguerrilla quiso hacerse del poder por la fuerza. Por cierto que cuando veo pelis como Sometimes in April, u Hotel Rwanda, se me pone la carne de gallina y pienso en hasta dónde pueden llegar las cosas cuando se hacen de cierta manera.
Sería interesante entender cómo es que esta su manera de hacer las cosas influyó en el comportamiento de todas las partes involucradas en el conflicto, especialmente en departamentos como Huehuetenango, Sololá, Quiché, Totonicapán, Quetzaltenango, y Alta Verapaz.

29
Oct 09

La irresponsable dirigencia popular

Si no fuera trágico, daría mucha risa: La supuesta dirigencia popular que organiza los bloqueos y las actividades violentas como las del martes pasado quieren que baje el precio de la energía eléctrica; pero se oponen a la construcción de más hidroeléctricas y quieren que sean nacionalizadas la producción, transporte y distribución de electricidad.

¿Se acuerda usted qué pasaba cuando la mayoría de la energía eléctrica era nacionalizada? Pues resulta que no había. Y lo que había era apagones que, en los años 90 llegaron a durar como 6 horas y obligaron a mucha gente a comprar plantas costosas y de alto mantenimiento. De hecho, el colapso de la producción nacionalizada de energía eléctrica obligó al estado a contratar generación de emergencia y en condiciones que luego serían objetadas, precisamente por onerosas.
¿Se acuerda usted qué pasaba cuando la telefonía era nacionalizada? Pues resulta que no había. Conseguir una línea fija podía requerir de 4 años de espera y de numerosas mordidas.
¿Se acuerda de cuando había una línea aérea nacionalizada? No tenía aviones propios, y era una fuente espectacular de corrupción y de desperdicio.
¿Qué pasó con los ferrocarriles nacionalizados? Se convirtieron en chatarra y dejaron de funcionar. ¿Qué pasaba con el correo nacional? Dejó de funcionar completamente, a ver si a usted no se le olvidó, ya, cuando dejó de haber correo.
Toda esa dirigencia popular que se opone a las hidroeléctricas, que quiere que los políticos retomen el control de ciertos servicios, y que engaña a la gente haciéndola creer que con eso mejorarán su situación económica y su calidad de vida, no sólo son unos irresponsables, sino unos canallas.

07
Sep 09

Preguntas que me asaltan

Cuando leo noticias como esta: Población ch´orti´ se opone a hidroeléctrica; me pregunto si las dirigencias que promueven estas actitudes también se oponen a la energía eléctrica. Digo…si se oponen a que esta sea generada en sus localidades, ¿también estarán dispuestos a renunciar a ella? Y si no están dispuestos a renunciar a ella, pero creen que su generación es perjudicial, ¿querrán tenerla siempre y cuando se genere en otra parte y supuestamente perjudique a otros?


¿Renunciará la dirigencia ch´orti´a la energía eléctrica para sus televisores, sus móviles, sus molinos de nixtamal, sus enfriadores, y todas esas cosas? Me pregunto si la dirigencia le explicará a la gente que sin generación no hay energía y sin energía no hay todas esas cosas que hacen sus vidas mejores.

24
Jun 08

Alerta desde San Antonio Las Trojes

La dirigencia popular no se mide. En el fin de semana -y con la participación de sujetos encapuchadospobladores de San Antonio Las Trojes, asesinaron a machetazos a Francisco Tepeu. Esto fue, luego de que los embozados habían colocado barricadas y cerrado los accesos a la población. Un familiar de Tepeu dice haber visto cuando sus asesinos saltaban sobre su cuerpo.

El terrorismo en aquella zona no es nuevo. En diciembre del año pasado, desconocidos hicieron estallar una bomba en el puente Chimeneas, y luego hubo un enfrentamiento con la policía. La causa inmediata de tanta criminalidad es la protesta contra la instalación de una planta cementera en el lugar; empero, hay mar de fondo detrás de lo que está ocurriendo allá.

El área de San Juan Sacatepéquez, donde se encuentra San Antonio, se vio golpeada durante el tiempo de la agresión de la URNG. Allá operan numerosas numerosas Organizaciones No Gubernamentales que, con el apoyo de países europeos, trabajan por el desarrollo de las poblaciones, muchas veces en coordinación con grupos como el Comité de Unidad Campesina, la Fundación Rigoberta Menchú y con grupos de supuestos defensores de los derechos de los indígenas, principalmente los notorios “abogados mayas“.

Aquel cóctel explosivo debe llamar la atención de los servicios de inteligencia y la de los grupos de análisis político; porque eventos de violencia como los vividos en San Antonio no son frutos de la casualidad.

En defensa del estado de derecho -y de las personas que queremos vivir y trabajar a su amparo- es menester que las autoridades (si las hay) entiendan bien cuál es la verdadera naturaleza de actos como los ocurridos en San Antonio. Antes de que aquella forma de violencia se salga de proporción, las fuerzas policíacas deben ser dotadas de apoyos político, presupuestario y técnico para prevenir y enfrentar movimientos como los que hoy comentamos. Los servicios de inteligencia deben proveer la información necesaria para adelantarse a los hechos y establecer cuáles son los vínculos y los vasos comunicantes que hacen posible la coordinación de los bochinches y actos como el asesinato de Tepeu.

En este caso es aplicable la frase de Santayana que dice: Aquellos que no aprenden de la historia, están condenados a repetirla.


16
Abr 08

¿Qué quiere la dirigencia popular?

“Después de cuatro días de recorrer 127 kilómetros, desde Los Encuentros, Sololá, la marcha de campesinos, para conmemorar los 30 años de fundación del Comité de Unidad Campesina (CUC), llegó ayer a la capital”.

A su llegada, los manifestantes estropearon más el ya difícil tránsito en la ciudad de Guatemala. Como es su costumbre, la dirigencia popular ensució cuanto pudo: paredes, edificios, monumentos y demás quedaron llenos de pintas alusivas al CUC, el Ché, y la revolución, entre otras. La celebración fue una demostración más (por si hacía falta) de que a esta gente los derechos ajenos “les vienen del norte” y de que la inmundicia no les incomoda.

Mi amiga, Lucía, vio banderas de Cuba y de Venezuela entre los manifestantes; y llamó la atención sobre las capuchas “huelgueras” que portaban muchos de los que pintaban paredes.

En 2001 tuve la oportunidad de participar en aquellas demostraciones que se conocían como Viernes de Luto. Para los que no las conocieron, estas fueron una serie de manifestaciones contra los abusos de la administración de Alfonso Portillo. Durante casi 3 meses, cada viernes a las 6:00 p.m., centenares de ciudadanos nos reuníamos en el Monumento a los Próceres.

Cantábamos el Himno nacional, algunas personas decían unas palabras, llevábamos candelas y le dábamos una vuelta al monumento. Y la plaza quedaba límpia.

Nunca faltaron los audaces que proponían cosas como detener el tránsito en los alrededores del monumento: “Vas a ver cómo así llamamos más la atención de los medios”, me dijo uno, una vez. Otro, estaba bajando la bandera gigante que orna aquel espacio y fue difícil convencerlo de que dejara de hacerlo.

Yo me pregunto, cuando la dirigencia popular fastidia a la ciudad entera y la deja inmunda, ¿qué pretende? ¿De dónde sale el manual que recomienda esos abusos? ¿Cuál es su experiencia en cuanto a resultados? ¿Vale la pena todo el daño causado a otros? A esa dirigencia, ¿le importa?