Sindicatos, indígenas y campesinos anti privilegios

El Movimiento Sindical, Indígena y Campesino Guatemalteco anda con la idea de mejorar la recaudación de impuestos; y para ello propuso, muy atinadamente que sean eliminadas todas las exenciones, exoneraciones, incentivos fiscales y privilegios de que gozan determinados sectores. ¡Ojalá y el movimiento sostuviera esta propuesta genial! ¡Ni un solo privilegio fiscal, para ninguno! ¡Nadie debería poder vivir a costillas de otros por medio del prespuesto del estado, ni por medio del uso de la fuerza para tomar recursos ajenos!


Sería fabuloso que el Movimiento apoyara una norma que, por ejemplo, dijera que en ningún caso el Legislativo emitirá Ley o decretos arbitrarios o discriminatorios, en los que explícita o implícitamente se concedan prerrogativas, privilegios o beneficios que no puedan disfrutar todas las personas que tengan la oportunidad de hacerlo.


El Movimiento, sin embargo, tiene otra propuesta menos afortunada; porque según su dirigencia, al elevarles los impuestos a las bebidas alcoholicas se inrementaría la recaudación y se desalentaría el exceso en el consumo de alcohol.

Lo que sucederá, sin embargo, es que si se le alzan los impuestos al guaro legal, el contrabando del mismo será más rentable, y la recaudación bajará. Eso ya lo sabía Pepe Batres y lo expresa muy bien en su célebre poema Las falsas apariencias.

Hubo simpre y habrá contrabandistas
que al gobierno defrauden sus caudales,
a pesar de los guardas, de los vistas,
los administradores, los fiscales;
inútilmente los economistas
con su ciencia y sus fórmulas legales
el medio de evitarlo van buscando:
¡Mientras más leyes hay, más contrabando!
Y yo de sopetón, sin que se entienda
que en materias que ignoro me entrometo,
a la dificultad hallo la enmienda;
y la quiero callar con el objeto
de colocarme al frente de la hacienda:
cuando la obtenga se sabrá el secreto,
que, en reserva, sin tropas y sin balas
consiste en suprimir las alcabalas.

Sucederá, también, que los trabajadores, los indígenas y los campesinos más pobres -que no pueda pagar los altos precios del guaro encarecido por los impuestos- comprará licor de menor calidad. Y seguramente habrá gente que ponga en riesgo su salud, ya de por sí precaria, al ingerir alcoholes de dudosa procedencia. El costo de esa farsa que se conoce como salud pública crecerá, y el valor de la recaudación disminuirá más en vez de crecer.

Comments

comments

Comments are closed.