04
May 20

Un paseo por el Mercado central

El sábado hicimos una visita al Mercado Central de la ciudad de Guatemala porque necesitábamos algunos ingredientes y por curiosidad.

Este rico pirulí fue “ganancia” en la visita al mercado.

Me dió tristeza ver todo el primer piso cerrado y pensar en las penas que deben estar pasando los propietarios y los trabajadores de esos puestos.  En el segundo y tercer pisos había bastante más actividad; pero poca gente y productos en cantidades limitadas, aunque abundantes frutas y verduras.

Me impresionó, sin embargo, la amabilidad y la alegría con la que nos atendieron.  El hombre de las semillas me conmovió porque se notó estaba agradecido de vender; igual cosa ocurrió con el hombre del queso, con la chica de la pepitoria y con el hombre de los dulces.  En todos los puestos que compramos nos dieron ganancia; cosa que nunca había visto que ocurriera en tiempos normales. El encierro está dañando a mucha gente.

Yo hubiera querido comprar aunque sea algo en cada puesto porque aunque el mercado esté abierto, es evidente que el nivel de ventas está por los suelos.

Hasta Maximón toma precauciones.

¿Sábes qué me dio un pesar particular? Ver el comedor de doña Mela cerrado.  No es lo mismo ir al mercado y saludar alegremente a Carmen, a su familia y a sus colaboradores, comerse una tortita de yuca con miel y unas pacayas envueltas en huevo y salir contento, que pasar de largo.

#UnlockHumanity


03
May 20

En el Día de la libertad de expresión

Hoy se celebra el Día de la libertad de expresión, libertad que se pierde minuto a minuto, sobre todo en tiempos de calamidades e incertidumbre. No se pierde toda y en un día, sino poquito a poco y por eso no nos damos cuenta de cómo nos vamos privando de ella.

La ilustración la tomé de Facebook.

Desde hace ratos y en todo el mundo una de las libertades más amenazadas es la de expresión.  La corrección política, la penetración cultural y la de ideas alla Gramsci, la multiplicación de espacios seguros contra ideas controversiales, y el totalitarismo islámico, así como formas de conservadurismo, son las principales fuentes de aquellas amenazas.

En enero de 2017, en Guatemala, Flemming Rose explicó que la libertad de expresión se basa en el concepto del individuo como un ser moralmente autónomo que tiene capacidad de entender y decidir qué decir y de cómo reaccionar a lo que otras personas dicen y piensan.  Pienso, dijo, que ningún político, ningún individuo, ningún grupo, debería tener el poder de ocultarnos opiniones, ni formas de expresión.  En ese sentido la libertad de expresión también se trata de la dignidad humana; debemos tratarnos, unos a otros, como adultos, como individuos independientes y autónomos, y no como criaturas inmaduras, robots, o niños.

No sólo para quienes ejercen el poder directamente, sino para grupos de interés que buscan influir en políticos y burócratas, o grupos que anhelan controlar el poder, es tentadora la posibilidad de hacer callar las opiniones que los ofenden, que los incomodan, las que no les parecen verdaderas, y as que van contra sus intereses entre otras; pero así de a poquito, haciendo callar aquí y haciendo callar allá, linchando mediáticamente aquí y linchando mediáticamente allá terminaremos en silencio y con la vista hacia el suelo.  Repito: sobre todo en tiempos de calamidades e incertidumbre, como en el contexto del virus chino.

En la medida en que renunciamos a la libertad de expresión, en esa medida nos acercamos más a la esclavitud, perdemos un valioso instrumento para la búsqueda de la verdad, y para la conservación de la dignidad humana como seres racionales.

Actualización: Hoy estuve en Canal Antigua, junto a la periodista Sylvia Gereda, hablando del tema con Mariano Rayo y Christians Castillo.

Gracias a María José Saiz por la foto.

#UnlockHumanity


01
May 20

Desbloquear a la humanidad

Más que una causa de naturaleza médica, o una causa de naturaleza económica, la de desbloquear a la humanidad (cesar el encierro forzado de personas sanas) es una causa de naturaleza moral; y la resistencia a los cierres de población está aumentando rápidamente. Terminar con el bloqueo de la humanidad es la causa más importante en este momento, porque debería ser evidente que las cadenas son lo contrario de lo que la humanidad necesita para enfrentar los desafíos.

Haz clic en la imagen para ir a http://unlockhumanity.com/

Mi cuate, Judd Weiss, fotógrafo que estuvo de visita en Guatemala y en la Universidad Francisco Marroquín en 2016, desde hace unos días comparte la iniciativa #UnlockHumanity -en redes sociales- y me he adherido a ella porque estoy de acuerdo con ella.

Lo que separa a esta de otras iniciativas es un equilibrio entre nuestras necesidades de seguridad, con nuestro deseo de vivir nuestras vidas y nuestra obligación de no dañarnos mutuamente; de ahí el lema de la campaña: Stay Safe, Do no harm, Live Life (Mantente a salvo, No hagas daño, Vive la vida).  Si quieres más información visita unlockhumanity.com y puedes usar los elementos que Judd ha diseñado para tus redes sociales.

¿Por qué es que desbloquear a la humanidad es una causa de naturaleza moral? La moral es el código de valores que nos sirven para guiar nuestras  elecciones y acciones en función del propósito y el curso de nuestras vidas. Sin libertad para actuar y pensar, sin libertad para expresarnos y sin otras formas de libertad, es imposible tomar las decisiones racionales necesarias para florecer y vivir como seres humanos plenos; en vez de sobrevivir prisioneros, temerosos e improductivos. En vez de irnos convirtiendo cada vez más en siervos dependientes.

Haz clic en la foto para obtener marcos y “banners”.

La vida es acción humana y lo que los gobiernos pueden hacer es impedir, o facilitar las capacidades de las personas para adaptarse. La toma de decisiones centralizada y luego forzada lo que hace es limitar e incluso bloquear el uso del conocimiento disperso; y el menor uso de ese conocimiento disperso se traduce en resultados sociales limitados, cuando no perjudiciales. Urge desbloquear a la humanidad.

Columna publicada en elPeriódico.


24
Abr 20

“El trono” y la libertad de expresión

Ahora que murió Marcos Mundstock, voz entrañable e icónica de Les Luthiers, vinieron a mi mente unos versos de El rey enamorado: ¡El poder, la prisión, el trono! ¿El trono, o María? Al fin y al cabo, el trono lo quiero para posarme sobre el, y satisfacer mis deseos, los mas sublimes y los mas perversos, en cambio a María la quiero para…. caramba, ¡qué coincidencia!

¿Y por qué es atingente aquello?

La ilustración la tomé de Facebook.

En el mundo, muchos de quienes ejercen el poder han echado mano de un dicho perverso de la política que aconseja que nunca desperdicies una buena crisis; y en ese espíritu han aprovechado “el trono” para satisfacer -con todo tipo de intenciones- muchos de sus deseos y caprichos ideológicos y políticos.  Posados en el trono han encontrado que pueden mandar, ordenar,  prohibir, regular y controlar a una masa ansiosa por ser mandada, ordenada, prohibida y regulada. Incluso si para ello tienen que violar la ley y el orden constitucional.

En casi todo el mundo la libertad individual de producir, consumir, intercambiar y servir, sin coerción, ni privilegios está bajo ataques constantes, cuando no ha sido pisoteada sin más.  Igual suerte corre la libertad de expresión.

En España, por ejemplo, el Jefe de la Guardia Civil, dejó ir que ese cuerpo policial estaba trabajando en minimizar las críticas al gobierno.  En China, el régimen criminal de Pekín ha impuesto restricciones sobre la publicación de investigaciones académicas sobre el origen del SARS-CoV-2.  Aquí en Guatemala hay diputados que quieren regular el teletrabajo; y así podemos seguir con una lista larga de acciones contra la libertad en general, y contra la libertad de expresión en particular. Y este estado de cosas no debe ser tolerado, venga de donde venga. Sobre todo en tiempos de crisis, porque, como leí en Twitter: Al poder se le incomoda, no se le besan las botas.

Todo intento por coartar la libertad de expresión sólo contribuirá a el establecimiento de un pensamiento único, castigará la discusión de ideas y penalizará la búsqueda de la verdad. ¡Nada bueno trae la censura! El trono, no debería ser para eso.

Columna publicada en elPeriódico.


19
Abr 20

Una vuelta por el Centro

Ayer tuve que ir a la zona 1 de la ciudad de Guatemala  y entré por la Séptima avenida con la intención de dar una vuelta por la Plaza de la Constitución antes de hacer mi mandado.

Imagen de previsualización de YouTube

Mi cuate, Joaquín, de Madrid y que estuvo aquí hace unos años comentó: Que bonita es esa zona, al ver el vídeo y recordar su paseo por la zona 1.

Imagen de previsualización de YouTube

Es bonita, sí; pero hace falta la gente.  Hace falta el bullicio y la vida propia de la ciudad. Mientras conducía noté que había cambistas como siempre.  En la Séptima avenida, entre 13 y 12 calles suelen haber mucha actividad de cambistas; también noté que en el montepío había hasta cola.  Ese fenómeno ya lo había anotado antes; pero supongo que se ha ido agravando conforme se alarga el confinamiento forzado.

Casa de empeños en la Séptima avenida.

Me inquietan mucho las penas que ha de estar pasando mucha gente para enfrentar sus necesidades y compromisos, sobre todo cuando tienen familias y sus ingresos han disminuido, o se han suspendido.  Como cuando han perdido sus empleos, o sus negocios han tenido que cerrar.

Por favor, quédense en sus castillos.

Esas penas, claro, no las pasan quienes tienen sus cheques asegurados a fin de mes; ni aquellos cuyos negocios -aunque hayan menguado- no están en peligro.


17
Abr 20

No, al osito Lotso

Antes de que existieran las vacunas muchas enfermedades mortales acompañaron a la humanidad por miles de años; pero actualmente los seres humanos pueden responder a un brote viral en cosa de meses.  Y cuando pensaba en eso me acordé de cuando Miss Estercita, en la primaria, nos contaba la historia de E. Jenner y las vacas.  Me acordé de cuando Maruca nos vacunaba, a mis hermanos y a mí en la clínica de Juan José.

Eduardo Jenner, por John Raphael Smith / Dominio publíco, via Wikimedia Commons.

Actualmente y en medio de la incertidumbre, lo cierto es que la humanidad nunca antes había estado tan preparada, tecnológicamente, para enfrentar una pandemia; y -si le pones atención a casos como el de España, China o el de México, para citar tres- vas a notar que las políticas irresponsables, de políticos extraordinariamente inescrupulosos, son las que han causado más muertos e infectados con el SARS-CoV-2.

Hace 35 años, ¡sólo 35 años,! una horrible pandemia golpeaba a la humanidad, que se hallaba perpleja no sólo porque veía miles y miles de muertos por su causa, sino porque ignoraba la naturaleza de aquel azote viral y estaba inmersa en los prejuicios propios de la ignorancia. Actualmente se podría decir que el VIH fue domado y que -salvo por casos de extrema irresponsabilidad, sobre todo en países con elevados índices de pobreza y de ignorancia- muy poca gente tiene motivos para temerle a aquel retrovirus.

Como hace 35 años, ahora reinan la incertidumbre y el temor, que son malos consejeros.  De ahí que muchos busquen el consuelo de las autocracias benevolentes, tipo la de Lotso, el osito tirano de Toy Story 3.

Y, aún así, quizás salga algo bueno, de todo.  Ves que hace ratos no se sabe de aquella niña con carita de pan que paseaban en catamaranes y vagones de primera clase.  Quizás, como dice mi cuate, Luis I. Gómez, es de esperar que lo que estamos viviendo durante este estado de alarma (una emergencia real, no una por venir) ponga fin a la coquetería infantil con que evocamos tesis alarmistas y abuso de la planificación paternalista estatal y que lo que vendrá tras la crisis no será obra de los políticos.  Tenemos que diseñarlo y manejarlo nosotros.

Columna publicada en elPeriódico.


13
Abr 20

Dos eventos sobre la Covid-19 que no querrás perderte

Se trata de la CovidCon, organizada por la Human Rights Foundation; y de el webinar Moral Frameworks for Addressing the Pandemic, organizado por el Ayn Rand Institute.  Si te interesan los efectos éticos y políticos de este coronavirus, te interesa participar. Puedes hacerlo ahora, o luego.

National Institute of Allergy and Infectious Diseases (NIAID), National Institutes of Health (NIH) / Public domain, via Wikimedia Commons.

La CovidCon es un evento de dos días, abierto al público mundial, ofrece presentaciones y paneles sobre la pandemia actual y su relación con la censura estatal, la desinformación, la vigilancia y las libertades civiles. Las sesiones de CovidCon mostrarán la diferencia en las respuestas de los regímenes autoritarios y los gobiernos democráticos al brote del nuevo coronavirus.

El webinar del Ayn Rand Institute, a cargo de Onkar Ghate y Aaron Smith ofrece una aproximación a los aspectos éticos relacionados con el manejo privado y público de la pandemia.  Y eso no es de extrañar porque el ARI suele tener este tipo de enfoque que muchas veces no es abordado desde otras perspectivas.

Ambas actividades ofrecen paneles extraordinarios.


05
Abr 20

La plaga de Milán

¡Chispas!, como dejé de leer los Harvard Classics -por andar con la cabeza en otras cosas- se me pasó que el lunes pasado era el día de leer acerca de la plaga de Milán (1630), en I promessi sposi o Los novios, de Alessandro Manzoni.

Sospecho que dentro de unos lustros nos pasará algo así como lo que cuenta Manzoni:

I promessi sposi, Harvard Classics, Vol. 21.

De los muchos relatos contemporáneos, no hay uno que sea suficiente por sí solo para transmitir una idea distinta y conectada del mismo; como tal vez no haya uno que no nos brinde ayuda para formar esa ideaEn todos, sin exceptuar el de Ripamonti [Josephi Ripamontii] que excede considerablemente a todos los demás, tanto en copiosidad como en su selección de hechos, y aún más en su método de verlos, se omiten hechos esenciales que se registran en otros; en cada uno hay errores de importancia material, que pueden detectarse y rectificarse con la ayuda de algún otro, o de los pocos actos impresos o manuscritos de autoridad pública que aún permanecen; y a menudo podemos descubrir en una, esas causas, cuyos efectos se encontraron parcialmente desarrollados en otra. En general, también prevaleció una extraña confusión de tiempos y cosas, y un perpetuo vagabundeo hacia atrás y hacia adelante, como si fuera al azar, sin diseño, especial o general.

Me pregunto, ¿cómo se enterarán nuestros nietos y bisnietos del virus chino? ¿Cuáles serán sus fuentes? ¿Qué sabrán del rol del régimen de Pekin y el de los socialistas y comunistas españoles durante la pandemia? ¿Qué versiones leerán de lo que ocurrió en México, Nicaragua, Venezuela y Cuba? ¿Y en Guatemala? ¿Leerán? Es natural que las fuentes sean diversas y que unas pongan énfasis en tal, o cual detalle; pero, las generaciones que nos sucedan, ¿se esforzarán por entender qué ocurrió y por qué?

¿A qué viene esto? A que en estos días de recogimiento, por decir algo, dispuse leer lo que toque de The Harvard Classics, de acuerdo con su guía de lectura Fifteen Minutes a Day.  Dicha guía le permite, al lector viajar por las mentes y los escritos de algunos de los más fascinantes pensadores de todos los tiempos…y algunos no tan fascinantes.

El editor, Charles W. Eliot, que fue presidente de la Harvard University, más de una vez dijo en público que, en su opinión, un estante de cinco pies, podría contener suficientes libros para permitir un buen sustituto para una educación liberal, a cualquiera que los leería con devoción, incluso si sólo dispusiera de quince minutos al día para leer.  En fin, The Five-Foot Shelf of Books fue uno de los regalos que mi abuela, Frances, me regaló cuando me gradué de bachillerato en 1979.  De cuando en cuando acudo a la colección para consultas en casa; pero hoy decidí leer las lecturas asignadas cada día durante el distanciamiento social, para leer temas distintos a los que suelen ocupar mis momentos de lectura por trabajo y por placer, que al final resultan ser lo mismo.


03
Abr 20

Cuarentena, aislamiento, distanciamiento social

La primera vez que escuché el término cuarentena fue cuando la tripulación del Apolo 11 amarizó y fue rescatada para luego ir a cuarentena; mi papá me explicó que aquel era un período en el que las personas tenían que estar aisladas para asegurar su salud y evitar contaminaciones eventuales. La palabra tiene su origen en el siglo XIV durante la peste negra; pero la separación o aislamiento por amenazas a la salud es una práctica antiquísima.

Tose como Batman.

El distanciamiento social, al contrario, es un concepto del que obtuve conciencia exactamente el lunes 16 de marzo en el contexto de la práctica de guardar una distancia (de 1.8 metros) con otras personas para disminuir el contagio de la Covid-19 o enfermedad china.  A pesar de que es lo que uno hace cuando tiene gripe y dice: No te doy la mano porque ando griposo. El distanciamiento social no tiene consecuencias económicas, ni emocionales.  Es una buena práctica para el bienestar propio.

De las consecuencias del aislamiento, que se refiere a estar separado de otras personas, igualmente para evitar contagios, no adquirí conciencia hasta en estos días. El aislamiento empieza por causar daños emocionales porque implica separación de seres queridos, en momentos de mucha necesidad anímica y eso dispara los niveles de ansiedad, peor si hay amenazas económicas.

Por lo tanto, la cuarentena, que trae consigo el aislamiento, tiene efectos emocionales y económicos.  Separa a las personas de sus seres queridos y les impide velar apropiadamente por sus necesidades económicas.  Por esas razones eleva los niveles de ansiedad, angustia, miedo y vulnerabilidad.

De ahí que sea útil distinguir las tres prácticas y -desde un punto de vista económico y de salud mental- sea menester ponerle atención a la cuarentena y al aislamiento, que podrían requerir atención profesional.  Mientras tanto te recomiendo dos recursos que que puedes googlear: Este vídeo, https://youtu.be/7klvBZNkNKc porque mi padre decía lo de la cama; y https://bit.ly/3aCFK0q porque Ed Locke y Ellen Kenner dan muy buenas perspectivas sobre stress.

Columna publicada en elPeriódico.


28
Mar 20

¡Felicitaciones a Santa Catarina Pinula!

Mis respetos para la corporación municipal de Santa Catarina Pinula y para el alcalde Sebastián Siero que, en medio de la calamidad que vivimos a causa del virus chino -que es de orden sanitario y de orden económico- ha optado por aliviar de algún modo la carga que pesa sobre los tributarios del municipio.

Disposiciones tributarias en San José PInula.

En el municipio de los chicharrones habrá exoneración de la mora del IUSI, descuentos en multas de tránsito y administrativas, en el pago de alquileres, exoneración en la mora del canon de agua y reducción de la tasa por destace de marranos, así como una ampliación en el tiempo de vigencia de licencias de construcción.

En contraste con quienes están hablando de no reducir cargas -tanto en el sector estatal como en el sector privado- y aunque uno podría discutir si los porcentajes podrían ser más generosos, o si sería mejor eliminar el IUSI, esta es una iniciativa más de acuerdo con la crisis que vivimos.

Tanto, o más peligrosa que la crisis sanitaria que tenemos encima es la crisis económica que está creciendo y se está enraizando aceleradamente.  Mucha riqueza está siendo destruida para siempre y nunca cae mal un alivio.  Pero no es lo mismo que el alivio sea sano, mediante la eliminación de cargas artificiales y políticas, que mediante la multiplicación de privilegios y de relaciones clientelares.

¿Qué otra corporación municipal va a hacer algo así, o algo mejor? ¿Cómo es que la Municipalidad capitalina va a aliviarle la carga a las gente?

La idea es salir de la crisis, y no convertirla en un nuevo estado de cosas.