Esta no es una foto de Corea del Norte en el Día de la Tierra; así es como es siempre. Hoy no te olvides de celebrar el capitalismo y el comercio, que nos aseguran que no vivamos en permanentes privaciones.
La foto la tomé de Facebook.
Un viejo chiste ruso cuenta la historia de un campesino que tenía una vaca y odiaba a su vecino porque él tenía dos. Un hechicero le ofreció al primer campesino que le concedería un único deseo. Y ¿qué pidió el campesino? mata la vaca de mi vecino le ordenó al brujo.
De esto me acordé cuando leí que los productores locales de cigarrillos, en vez de exigir que los políticos y funcionarios dejen de extorsionarlos con impuestos y regulaciones, piden que se persiga y se castigue a los comerciantes que traen cigarrillos al país sin pagarles tributo a los extorsionistas.
En una actitud propia de la sanción de la víctima, los productores locales dan por legítimo que deben doblar la cervíz frente a los extorsionadores y -como el campesino del chiste- en vez de rehusarse a ser expoliados, lo que piden es que se persiga como delincuentes, contrabandistas y lavadores de dinero (el nuevo sambenito) a los que les traen productos más baratos a los consumidores de cigarrillos.
Para combatir el comercio libre y encarecer más la vida de los guatemaltecos mediante los impuestos a las importaciones, la vicepresidenta Roxana Baldetti asumirá la dirección de la Comisión Interinstitucional de Combate al Contrabando, creada en 2011. Andrés Castillo, presidente de la Cámara de Industria, explicó que durante la reunión sostenida entre empresarios con el presidente Otto Pérez y Baldetti, el mandatario se mostró anuente a continuar los trabajos alcanzados hasta ahora.
Los políticos de turno dicen que combaten el contrabando; pero…¿qué es el contrabando?
Eso que falazmente se llama contrabando, no es más que comercio voluntario y pacífico…luego de que el estado le impone aranceles con dos propósitos inmorales: el proteccionismo, y la redistribución política de la riqueza. Por eso es muy desatinado buscar la salud de las finanzas públicas por medio de un endurecimiento de las leyes y de la aplicación de estas para perseguir eso que llaman contrabando.
El comercio internacional no es más que el comercio entre personas (individuales, o jurídicas), y no no hay diferencia alguna entre dos personas comerciando entre la zona 1 y la zona 2 de la ciudad de Guatemala, o entre el municipio de Guatemala y el de Amatitlán, o entre el departamento de Escuintla y el de Santa Rosa. Tampoco la hay entre dos personas comerciando entre Guatemala y México, o Guatemala y cualquier país del mundo.
La diferencia -aparente- es artificial porque se basa en las fronteras, que son demarcaciones políticas. El comercio entre personas de Guatemala y México está regulado, controlado, prohibido, permitido y gravado, como no lo está el intercambio entre personas de San Marcos y de Petén, porque hay políticos que así lo disponen. Nada más. Si no fuera porque los políticos establecen regulaciones y gravámenes sobre el comercio entre personas de diferentes localizaciones políticas, el llamado contrabando no sería nada más, ni nada menos, que comercio o intercambio voluntario y pacífico. Como el que hay entre las personas de El Progreso y Quiché.
El contrabando, pues, no es un delito intrínsecamente inmoral o delicta mala in se, como se dice en la doctrina del Derecho. Es un delito sólo porque está prohibido por la ley positiva o delicta mala quia prohibita. El asesinato y el robo son delitos intrínsecamente inmorales porque violan derechos ajenos como el derecho a la vida y el derecho de propiedad; pero eso no ocurre con el contrabando qua intercambio.
El delito de contrabando existe, de forma artificial porque los políticos han dispuesto que las personas no pueden intercambiar bienes, a través de las fronteras, sin entregarle una porción de sus expectativas de ganancias a aquellos que controlan las fronteras. De hecho, el delito de contrabando tiene su origen en el despojo y en la expoliación que los que controlan las fronteras ejercen contra la propiedad de quienes intercambian pacífica y voluntariamente a través de ellas. Y encima los políticos disponen que, si las víctimas de la expoliación tratan de evitar ser despojados, incurren en delito.
Este es un caso típico en el que la legislación, en vez de proteger la vida, la propiedad y la libertad de las personas sirve para violar aquellos derechos y para convertir a los ciudadanos en súbditos. Por eso es que los aranceles son inmorales; y por eso es que es desatinado buscar la salud fiscal por medio de leyes más duras contra el intercambio voluntario y pacífico a través de las fronteras.
El comercio internacional no ocurre entre países -y, a menos que en las transacciones estén involucrados gobiernos totalitarios- tampoco ocurre entre gobiernos. El comercio internacional es intercambio entre personas -naturales, o jurídicas-; y como para que haya intercambio ambas personas tienen que ganar, el comercio no es un juego de suma cero. Si lo fuera, ¿qué sentido tendría intercambiar?
Dicho lo anterior, es un disparate suponer que porque los políticos y los funcionarios reciben menos impuestos a causa de las cargas que le imponen al comercio, los países pierden cuando baja la recaudación de aranceles.
En tanto el intercambio sea pacífico y voluntario las partes involucradas en él incrementan su riqueza; y si los pipoldermos no obstaculizaran, castigaran e impidieran aquel intercambio, el enriquecimiento de las partes involucradas sería mayor. Y mientras más intercambio hay, más enriquecimiento hay. Y usted ya sabe…el único remedio contra la pobreza, es la riqueza.
En Rancho Fortaleza y con el apoyo de Students in Free Enterprise, un grupo de cultivadores de piñas emplean sus conocimientos técnicos y científicos para mejorar sus productos y elevar su calidad de vida. Este proyecto podría recibir un premio de Q 1,000,000 de la Fundación Juan Bautista Gutiérrez si usted envía RONY al 4067 por medio de su móvil. Y también si visita fundacionjbg.org.
La foto muestra un sembrado de piñas en el Lienzo de Quauhquechollan. El lienzo fue pintado ca. 1530; y como las piñas no son nativas de Centroamérica, sino de América del Sur, su presencia en este documento implica que para aquellas fechas ya había comercio entre Sudamérica y el Istmo. ¡Y que los habitantes de estas tierras ya cultivaban piñas desde entonces!
El sector empresaurial de la leche, uno de los más acostumbrados a usar el poder de la ley para proteger sus negocios y a usar el presupuesto del estado para incrementar sus ganancias, se manifestó, ayer, contra la eliminación de las barreras que los protegen y contra la posibilidad de que los guatemaltecos podamos comprar productos lácteos que no sean las que ellos producen.
El domingo fui a la Despensa Familiar en busca de azúcar y no encontré; entonces me fui a La Torre y ahí tomé compre tres de las 12 ó 14 bolsas que había. Cuando ya estaba en el auto me acordé que no tomé foto para este espacio y ahora lamento mucho no haberlo hecho.
Muy atinada fue la decisión de la Corte de Constitucionalidad en el sentido de declarar que ni el presidente de la República, ni las autoridades aduaneras, tienen facultad alguna para ordenar el cierre de fronteras ¡por ningún motivo!