El comercio internacional y los impuestos

El comercio internacional no ocurre entre países -y, a menos que en las transacciones estén involucrados gobiernos totalitarios- tampoco ocurre entre gobiernos.  El comercio internacional es intercambio entre personas -naturales, o jurídicas-; y como para que haya intercambio ambas personas tienen que ganar, el comercio no es un juego de suma cero.  Si lo fuera, ¿qué sentido tendría intercambiar?

Dicho lo anterior, es un disparate suponer que porque los políticos y los funcionarios reciben menos impuestos a causa de las cargas que le imponen al comercio, los países pierden cuando baja la recaudación de aranceles.

En tanto el intercambio sea pacífico y voluntario las partes involucradas en él incrementan su riqueza; y si los pipoldermos no obstaculizaran, castigaran e impidieran aquel intercambio, el enriquecimiento de las partes involucradas sería mayor.  Y mientras más intercambio hay, más enriquecimiento hay. Y usted ya sabe…el único remedio contra la pobreza, es la riqueza.

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  1. La gran utopia de los libertarians es un mercado autorregulado, que repare por si mismo sus desajustes y viva feliz para siempre.