19
Feb 11

“El buche”, no es buche

Ayer me enteré de que el buche, no es buche.  Una de mis comidas típicas chapinas favoritas es ese picadillo que conocemos como buche y yo siempre creí -desde que era niño- que se trataba de un plato hecho con aquella bolsa que, en las aves, se almacenan, humedecen y ablandan los alimentos para digerirlos lentamente.  Pero ahí está que no.  El buche que comemos en tortillas, picado con tomate, cebolla y hierbas, es, en realidad, panza de cerdo.

De eso me enteré ayer, cuando pasé por el comedor de doña Mela a comerme una tortita de yuca con miel de abejas. Y bueno, igual me sigue gustando el buche e igual seguiré disfrutando las tortillas con esa delicadeza chapina.

A pesar de lo anterior, la frase chapina que dice que te voy a agarrar del buche sigue queriendo decir te voy a agarrar del cogote.


19
Feb 11

La Luna sobre la ciudad

Así estaba la Luna, ayer como a las seis y tantito de la mañana.  Desde la jara, escondido, atrapé a Selene justo antes de que terminara de esconderse detrás de las montañas.

A mí no me sienta bien levantarme temprano; pero cuando el día empieza así, ¿para qué quiere uno estar en la cama?


18
Feb 11

¿Nos estamos civilizando poco a poco?

Lejos, lejos quedaron los tiempos en los que los guatemaltecos armaban la de Dios es Cristo cuando subía el pasaje del servicio de transporte colectivo urbano.  Lejos quedaron los tiempos en los que las turbas salían a quemar autobuses y en los  que se detenía la prestación del servicio.  Ojalá que sea porque los chapines nos estamos civilizando poco a poco; y ojalá que no sea porque el Transurbano es un gallo-gallina en el que se mezclan intereses políticos, con intereses de políticos y con intereses empresauriales.

En eso pensé cuando leí que el Transurbano incrementará su pasaje de de Q1.10 a Q1.50 en su servicio a la zona 24 de la ciudad de Guatemala.


18
Feb 11

¿Los bares de rock “no califican”?

Como comenté en julio pasado Los cultunazis salieron de cacería y la agarraron contra un bar de roqueros.  Y ahora dispusieron que Bad Attitude, un bar de roqueros de la zona 1 no califica para estar donde está.

Los cultunazis se han erigido en jueces superemos de lo que califica y de lo que no como cultura y como vecino.  El snobismo de los cultunazis se pasa; pero la culpa no es del loro, sino del que le enseña a hablar y los responsables de que haya grupos de interés que tengan el poder para decidir quién califica y quién no, la tienen aquellos que creen que los políticos deberían tener al poder para zonificar y para ordenar a su antojo lo que no les parece que está bien ordenado.

Los roqueros que favorecen la planificación urbana y la zonificación deberían echar pan en su matate. Esto es lo que pasa cuando los ciudadanos le dan a las autoridades la facultad de decidir qué aporta, y que no aporta a una zona urbana. Los roqueros que favorecen el control político de la cultura y la asignación política de fondos tomados de los tributarios, para la cultura, deberían echar pan en su matatate. Esto es lo que pasa cuando los ciudadanos les dan a los políticos la facultad de decidir qué es cultura, y qué no. El precio de la libertad es su eterna vigilancia.

Al respecto, lee:

Municipalidad versus rock

Bad Attitude



18
Feb 11

Más terrorismo contra la energía eléctrica

Por quinta ocasión fue atacada la línea de transmisión  que conecta la planta Hidro-Xacbal (en Quiché) con el Sistema Nacional Interconectado de energía eléctrica. Esta vez los terroristas derribaron tres torres.

¿Quiénes, y con qué propósitos están efectuando estos actos delincuenciales?


18
Feb 11

Facta, non verba: la lucha, la paz y Menchú

No tengo ningún impedimento, pero tampoco creo que sea la única persona que pueda encabezar un movimiento de lucha, dijo la Premio Nobel de la Paz, Rigoberta Menchú.

La empresaria -porque también es propietaria de farmacias- añadió que su partido ya está en 14 departamentos” de Guatemala, sin tener padrinos políticos, ni padrinos empresarios.

Es bien curioso el lenguaje que usó Menchú en la Feria Internacional del Libro 2011, en Cuba, donde también expresó su cariño por el tirano Fidel Castro.


18
Feb 11

Otra vez la arrogancia de “un experto”

Salomón Lerner, objetó el exceso de partidos políticos que hay en Guatemala; y yo me imagino que tan distinguido personaje, ha de tener el número exacto, o el número aproximado de partidos políticos que debería tener una sociedad como la guatemalteca.  ¿Serán dos, serán tres, serán cuatro?  ¿Cuántos serán?  Ah, sí.  Parece que dice que tres.

Lerner cree que los chapines se equivocan al permitir que haya muchas expresiones políticas compitiendo por el poder; y -según creo yo- él ha de creer que un número reducido de competidores sería mejor.  Yo, en cambio, prefiero que haya los que tenga que haber y que la gente sea libre para decidir a quienes apoyar con recursos y con votos.  Y los que no reciban apoyo, que desaparezcan.  Pero que desaparezcan por voluntad de los ciudadanos y no por el diseño de expertos que creen saber más y mejor que la gente.

He aquí algo que escribí hace algún rato al respecto:

Es cierto que los partidos políticos chapines no son esas plataformas filosóficas y programáticas que funcionan como intermediarios entre quienes ejercen el poder y los gobernados.  Es cierto que son, o terminan siendo roscas de amigos y clientes, maquinarias electoreras, diseñadas para obtener un boleto en los comicios y controlar el poder, o influir en él.

Por un lado, y si aquel es el mal de fondo, el problema no es el número de partidos, sino la perversión del concepto mismo de partido.  A final de cuentas, los partidos son lo que son porque la demanda política no pide más.  Por otro lado, ¿quién puede pretender, arrogantemente, que tiene la información necesaria para saber cuál es el número ideal de partidos políticos en una sociedad cualquiera?

Sólo la demanda política sabe a qué partidos apoya  y por qué.  Sólo la demanda política sabe cómo apoya a los partidos y por qué. Sólo la demanda política sabe cuánto tiempo apoya a los partidos y por qué.  Y la demanda política está en cambio constante.  Los principios -si lo son- permanecen, porque son generales; pero lo que es circunstancial está en cambio y en movimiento contantes.

Es un error arrogante creer que podemos diseñar y construir, forzadamente,  instituciones para una sociedad, sólo porque las que hay no nos gustan.  Lo que sí podemos es persuadir a los miembros de la sociedad para cambiar el estado de cosas que no nos gusta.  Y en ese sentido, la educación de la demanda política juega un papel muy importante.  Por eso no se debe “poner el carro antes que el caballo”.  Una modificación positivista que impida la libre formación de partidos de todos los sabores y colores, y que obligue a algún tipo de consolidación artificiosa, será una falso remedio.  Lo será porque si no es precedida por las convicciones cívicas de una demanda política que ha aprendido de sus errores y que ha sido persuadida de que hay mejores opciones, aquella modificación no sólo será un fracaso, sino que servirá a quién sabe qué intereses.

Es posible que algunos planificadores arrogantes crean que el espectro político está compuesto por la izquierda, el centro y la derecha; o por los colectivistas y los individualistas; o por los conservadores y los liberales; o por “gases” y “cacos”.   Los “gases” y los “cacos”, por cierto, eran los motes que recibían los partidos realista e independentista en tiempos de la Independencia de Centroamérica; nomenclatura que cambiaría, poco después a “serviles” y “fiebres” para distinguir a conservadores  y liberales.

La creencia de que se puede fabricar un bipartidismo, o un tripartidismo para mejorar la calidad de la oferta política es una fantasía planificadora.  La calidad de la oferta política sólo va a mejorar -independientemente de cuántos partidos haya- cuando eso le importe a la demanda política.  No antes.

Adicionalmente, me llamó la atención algo que dijo Lerner sobre el mercado.  Lerner advierte contra un mercado en donde todo es ganancia.  Y como advierte contra eso, uno supone que según él, un mercado en donde todo es ganancia es indeseable.  La pregunta entonces, es, si a Lerner le parecería deseable, o bueno un mercado en el que todo sea pérdida (que es lo contrario a uno en el que todo sea ganancia). ¿Qué sentido tendría un mercado en el que todos perdieran?

Talvez la idea de Lerner no es tan radical, y prefiera un mercado en el que la ganancia de unos sea la perdida de otros, de modo que no todo fuera ganancia.  ¿Qué sentido tendria un mercado en el que unos ganaran a costa de otros?

La gracia de ese proceso que conocemos con el nombre de mercado es que en él, todos ganan.  Gana el que vende y gana el que compra, siempre que sus transacciones sean voluntarias y pacíficas, cosa que sólo puede ocurrir cuando nadie fuerza a la gente a tomar decisiones.  El intercambio, no es un juego de suma cero. Es decir, cuando no hay un arrogante que le dice a la gente qué debe ofrecer y qué no, ni a qué precios.


17
Feb 11

La lección de Egipto y el control de la telefonía

Las supuestas autoridades de seguridad ciudadana son incapaces de controlar el robo de teléfonos móviles; y se estima que hay unas 300 denuncias de este tipo de robos, ¡cada día!, en el Minsterio Público. Entre 15 y 20 mil móviles robados se venden bajo las narices de la policía en lugares públicos y conocidos.  Muchos de los robos también ocurren en lugares plenamente identificados, a la luz del día y a la vista de todos.

Sin embargo, ¿qué es lo que  se les ocurre a las autoridades para controlar aquellos robos y aquel comercio ilegal?  Un registro único de teléfonos que, aunque sirvera para disminuir los robos, sin duda también tendría una utilidad política invaluable.   Para el control de la prensa independiente, de la oposición y de la población en general (a la luz de fenómenos como el de Egipto), una ley que les permitiera a los políticos socialdemócratas el control de las comunicaciones por la vía móvil, no tiene precio.

Las libertades no se pierden de golpe; sino que se pierden así por poquitos y generalmente porque la gente está asustada.

…y por si fuera poco, el registro -para combatir los robos- ¡Ya fracasó en Mexico! como nos cuenta el lector Guillermo.

La nota, aunque con un gazapo, fue publicada por El Periódico.


17
Feb 11

Las fases de la supuesta reforma fiscal

La supuesta reforma fiscal, que no es nada más nuevas formas para apretar a los tributarios, tiene tres fases según leemos hoy; sin embargo, ninguna de ellas es la de racionalizar el gasto, eliminar el desperdicio y la mala administración, combatir con seriedad la corrupción y priorizar las inversiones.

Estos cuatro elementos son precondiciones para una reforma sana y verdadera.  Sin ellos, lo único que está haciendo la administración socialdemócrata es expoliar a los guatemaltecos.


17
Feb 11

…¿y si lo de WikiLeaks fueran chismes?

Marcelo Cojón me llamó la atención con respecto a que, en mi anterior comentario sobre WikiLeaks, yo había omitido una frase está en el cable que originó la publicación en El País: Las frecuentes conversaciones entre el fiscal español y el embajador norteamericano dibujan una nación institucionalmente débil y vulnerable a la infiltración del delito organizado en ámbitos oficiales, pese a la buena voluntad reconocida al presidente, Álvaro Colom, y a los organismos comprometidos con la legalidad y la decencia.

Y yo le respondí que no lo había hecho porque no me había merecido atención; y porque los elogios para Alvaro Santa Clos Colom se los dejo a la diplomacia, a sus agentes de relaciones públicas y a la prensa servil.

Pero ahí está que el mismísimo Ronaldo Robles, secretario de Comunicación Social,no  le da valor al asunto.  El Secretario cuestionó la credibilidad y la autenticidad del contenido de WikiLeaks y afirmó que se trata de chismes.  Esas declaraciones están en la página 5 de Prensa Libre de hoy.