24
Oct 25

En el tráfico, tu decides como

 

Dime una forma eficiente y rápida para añadir más motos al tráfico de la ciudad de Guatemala (pausa de 5 segundos para pensar). Es la aplicación de la política conocida como Hoy no circula, o Pico y placa. Esta medida restringe la circulación de vehículos según el último dígito de la placa (par, o impar) en días específicos. ¿Qué puede hacer alguien si no tiene dinero para comprar dos autos y tener uno con placa par y otro impar? Pues compra una moto. ¿Y si la política se aplica a las motos? Pues, si puede, compra una segunda moto. En la CDMX, estudios han mostrado un incremento en la compra de autos usados tras la implementación de Hoy no circula. Te lo comento porque esta semana dos personas me mencionaron aquella política.

Si el conductor del auto blanco de la derecha, sobre la 20 calle, hubiera sido cortés y le hubiera dado paso al claro de la izquirda, el rojo y los de atrás hubieran podido pasar y no se hubiera creado un nudo innecesario.

Sin opciones de transporte público eficientes y seguras, ¿qué crees que ocurriría en Guate? En Bogotá, aunque el sistema TransMilenio es robusto, no cubre todas las necesidades de movilidad, especialmente en zonas periféricas. El aumento constante de la población y el parque automotor en São Paulo, Bogotá y CDMX supera los supuestos beneficios de aquellas políticas. En muchos casos, existen privilegios para ciertos vehículos, como taxis, autos híbridos, políticos y burócratas, y la fiscalización suele ser inconsistente, lo que permite que algunos conductores evadan la norma. Las restricciones afectan más a los pobres, que dependen de vehículos antiguos y no pueden permitirse opciones como un segundo carro, o una segunda moto. Esto genera resentimientos y resistencia social, lo que limita el supuesto impacto positivo de la política.

Como no hay visos de que los políticos estatistas vayan a resolver el problema del tráfico, que ya es un problema político y de salud mental muy grave; es decir, como no hay visos de que se resuelva por medio del mercado de calles y del mercado de servicios, ¡a aguantarse!

Si el piloto del auto del centro no hubiera bloqueado el crucero, las motos y el tráfico que viene de la 14 avenida hubiera podido avanzar sin que se creara un tapón innecesario.

Lo que sí es cierto es que, en el tráfico y en otras situaciones incontrolables, lo que uno sí puede controlar es cómo las enfrenta. La vieja receta de mamá no falla: pide por favor y da las gracias. La buena educación y la cortesía en el tráfico ayudan a llevarlo mejor. Bajar la ventanilla polarizada -para que el encuentro en el tráfico, a la hora de pedir por favor y dar las gracias, no sea entre dos máquinas anónimas sino entre seres humanos que comparten circunstancias desafortunadas- también es una buena práctica.

Actuar desde el pensar y no desde el sentir es clave, tan clave como estar en el aquí y el ahora. Mucho del fastidio en el tráfico lo causan los que bloquean cruceros porque no calculan bien si van a poder pasar o no, o solo porque no les importa perjudicar a otros con tal de avanzar tres metros. Causan fastidio los que no dan paso porque no les da la gana, aunque sea evidente que los otros están en un predicamento, o en una necesidad de paso. Causan fastidio los que van hablando por teléfono, o texteando; esos no solo son fastidiosos, sino que son peligrosos. También son peligrosos los que van en el tráfico como en una competencia o en una carrera. Son fastidiosos los motoristas incapaces de una cortesía como permitir el cambio de carril, sobre todo cuando detrás de ellos viene una retahíla de motos.

Los conductores que -por avanzar tres metros- impiden el paso de los vehículos que necesitan salir de una calle, o avenida (como le ocurre al piloto del pick-up, crean colas y ansiedades innecesarias.

El genial Viktor Frankl, autor de El hombre en busca de sentido, enfatizó repetidamente la capacidad humana para trascender las circunstancias adversas. Su filosofía se basa en la idea de que, aunque no siempre podemos controlar lo que nos sucede, sí podemos decidir cómo responder a ello. Tengo amigos que escuchan podcasts en el tráfico y, a mí, me gusta cantar rancheras. Frankl escribió que no somos cosas entre otras cosas; las cosas se determinan unas a otras, pero el hombre, en última instancia, se determina a sí mismo.

Podemos elegir ser parte del problema, o parte de la solución. Cada pequeño gesto de cortesía, cada decisión de actuar con empatía, construye un mejor entorno. Así que, la próxima vez que estés atrapado en un embotellamiento, respira hondo y recuerda: el tráfico no te define, pero tu respuesta sí.

Columna publicada en República


26
Sep 25

Salud mental al volante

 

¿Quién no vio el incidente del piloto que embistió a un motociclista en la zona 9?  Hay muchos estrés y crispación allá afuera de modo que se hace muy necesario ponerles atención a la salud mental y a los buenos modales.

Haz clic en la foto para ver el vídeo en @vichoguate.

Tanto los encierros forzados del 2020 como el agravamiento del tráfico en la ciudad de Guatemala están teniendo efectos en el comportamiento de las personas en la calle. Los primeros representaron un desafío masivo para la salud mental de millones de personas en todo el mundo. Los encierros forzados generaron un estrés prolongado y disruptivo en la vida diaria, y en muchas personas afectaron aspectos emocionales como aumento de ansiedad, tristeza profunda y hasta depresión; sensación de soledad y aislamiento; estrés y miedo prolongado; y pérdida de control y frustración. Los jóvenes fueron los más afectados.

Cinco años después, los encierros forzados siguen teniendo efectos en mucha gente debido a la interacción de factores psicológicos, sociales y neurobiológicos que dejaron huellas duraderas. Los encierros no fueron un evento aislado, sino una experiencia disruptiva que alteró estructuras fundamentales de la vida diaria, generando consecuencias a largo plazo: traumas acumulados y estrés crónico; alteración de patrones sociales y emocionales; impactos en el desarrollo de niños y adolescentes; efectos socioeconómicos persistentes; refuerzo de patrones cognitivos negativos; y descuido de la salud mental.

¿Y el transito?

A todo aquello súmale las dificultades del tránsito, causadas en parte porque durante los encierros la Municipalidad de Guatemala y el gobierno asesinaron al transporte colectivo urbano e incentivaron la multiplicación acelerada de motos y automóviles en las calles. Esas dificultades se han profundizado y agravado en las últimas tres o cuatro semanas. El miércoles pasado tardé dos horas y media para ir desde mi casa, en la Villa de Guadalupe, en la zona 10, al antiguo convento de Santo Domingo en la zona 1. ¡Dos horas y media! Es lo que hace diez años hacía entre la ciudad de Guatemala y Panajachel, sin correr en la carretera. No puedo ni imaginar cómo es esa experiencia para quienes pasan por ella a diario, y menos para los que lo hacen en transporte colectivo en vez de ir en sus carros cómodos.

Dicho lo anterior, es un hecho que el tráfico es una realidad que, una vez en él, no podemos controlar ni evitar. En esas condiciones, ¿sobre qué sí tenemos control? Sobre nuestra actitud en esa situación. Sobre la forma maleducada, o educada con la que nos conducimos en el tráfico.

El jueves vi dos situaciones que ilustran lo que quiero compartir: la primera es la de los conductores que bloquean cruceros. Mucho del tráfico complicado se debe a esos personajes que, por avanzar tres metros, se dejan ir cuando tienen semáforo en verde sin tomar en cuenta que la fila no está avanzando y que hay muchas posibilidades de que bloqueen el crucero. Esto se puede prever con bastante facilidad si uno está en el aquí y el ahora, alerta como debe ser. Es el caso del perro del hortelano, que ni come ni deja comer, y que, de forma irracional, hace más complicada una situación que ya es difícil.

El carro blanco se dejó ir sobre la 20 calle y bloqueó la salida de la 14 avenida de la zona 10.

La segunda es la de los conductores que quieren cambiar de carril, o atravesar carriles, escondidos detrás de los vidrios polarizados de sus automóviles, sin tener la educación de pedir paso —por favor— como si sus padres no les hubieran enseñado reglas básicas de cortesía. Solo presionan y se dejan ir, y causan tensiones innecesarias. A ellos no es raro que se les sumen los conductores que, ¡por nada del mundo!, van a dejar que se les atraviesen y metan. Y por avanzar tres metros, bloquean al que está tratando de cambiar de carril o atravesar una vía. Es por este tipo de gente, por ejemplo, que Facundo Cabral dijo que hay que ser feliz en este mundo porque los que son infelices se la pasan jodiendo a los demás.

Si el que se atraviesa bajara la ventanilla y el que puede dar paso bajara la suya también, la relación tensa no sería entre dos máquinas. Sería una situación entre dos seres humanos que —en una circunstancia desagradable y muy temporal— tienen la oportunidad de comportarse de forma civilizada y cordial, en vez de competir por ver quién es el más cabrón.

El carro gris trataba de cruzar tres carriles y el carro negro le bloqueó el paso. Ninguno bajó su ventanilla.

Una ética mayor

Como escribió Henry Hazlitt, los modales son una ética menor; pero en otro sentido son una ética mayor porque son la ética de la vida diaria. Desde esa perspectiva, la moralidad cotidiana debería preocuparnos más que la moralidad en tiempos de crisis porque, como explicó Ayn Rand, por su naturaleza, las emergencias son temporales, y si perduraran, la vida humana se extinguiría.

En un mundo donde el tráfico y el estrés son inevitables, los buenos modales y el cuidado de nuestra salud mental son las herramientas que nos permiten no solo sobrevivir, sino vivir con dignidad y respeto mutuo. Cambiemos nuestra actitud, recuperemos la cortesía y construyamos un entorno más humano, ¡aunque sea desde el volante!


24
Mar 25

Algo chulo en el tráfico

 

El jueves pasado me pasó algo chulo en el tráfico.  En eso estaba cuando le dí paso a un taxista y ¡Sorpresa! cuando se pasó a mi carril sacó, por la ventanilla izquierda, un cartelito que decía Muchas gracias

Lástima que no pude tomarle foto al cartel; pero ahí va el taxi.

¡Y me hizo el día! porque aunque algunas personas agradecen con luces, o con un gesto cuando uno les da paso; aunque nunca faltan los corrientes que son incapaces de bajar su ventanilla, o de poner luces y pasan como si uno les debierra dar paso por obligación. Cuando estoy en el tráfico siempre doy via y siempre doy el paso porque estoy convencido de que algo de buena educación y cortesía básica mejorarían bastante la situación agobiante. 

El taxista en cuestión dio un paso más allá y con ese cartelito no sólo demostró ser un caballero, sino uno con sentido del humor y con ánimo de aliviar una situación que para muchas personas es casi tortura. Chapó para el buen hombre del taxi en cuestión. No le pude tomar foto al cartel porque me pilló de sorpresa. Pero un poco adelante, donde nos hizo parar el semáforo trate de fotografiarlo; y aunque no se pudo comparto la foto y la anécdota en agradecimiento. 

Mi abuela decía que es de bien nacido ser agradecido; y Henry Hazlitt escribió que los buenos modales sirven para hacer de la vida un baile armónico y no una serie de golpes y sacudidas. El cartel del taxista me recordó a una dama que fue fotografiada mientras pedía via con un guante de Minnie Mouse.  Hazlitt observó que los códigos morales con raícces religosas son ascéticos y severos; en tanto que los relativos a los modales requieren que, al menos en apariencia, seamos alegres, simpátcos, cordiales y corteses. El maestro dice que los buenos modales son la ética de la vida diaria. Por eso valoro muchísimo el gesto del guante y el del cartelito que dice Muchas gracias.

https://newmedia.ufm.edu/coleccion/festival-del-capitalismo-2023/las-buenas-costumbres-y-la-etica/

La de arriba es una conferencia que di al respecto en 2023 y espero que te guste.


10
Ene 25

Costos del caos vial

 

Nueva York es la primera ciudad gringa en establecer un sistema de cobro para conductores que quieran hacer uso de las calles con sus vehículos; se aplica a ciertas partes de Manhattan y la tasa es de US$9, que equivale a unos Q70.

Pero no es la única ciudad del mundo que cobra por circular. Singapur lo hace ¡desde hace 40 años! Oslo y Estocolmo tienen cobros desde 1990. Milán y Ámsterdam les cobran a los vehículos de acuerdo con la contaminación que generan. Londres ha ido ampliando el cobro desde 2003.

La ciudad de Nueva York cobrará un arbitrio por usar calles de Manhattan. La foto la tomé de X.

En la mayoría de ciudades, el cobro es por motivos ambientales; pero también puede ayudar a resolver el más básico problema de congestionamiento, como ocurre en la ciudad de Guatemala. Por un lado, el precio sirve para invitar a los conductores a hacer un uso más racional del recurso de las calles y evitar el desperdicio. Por otro lado, la tasa o arbitrio puede ser una fuente de ingresos para mejorar la calidad de las calles e incluso la del transporte colectivo si es que se insiste en seguir con la necedad de que dicho transporte sea estatizado. Sin embargo, lo ideal sería que fuera liberada la provisión de aquel tipo de transporte para que la creatividad empresarial buscara soluciones, en vez de encargársela a la burocrácia y la política anquilosadas.

Es cierto que el cobro puede enfrentar oposición, especialmente entre grupos que suelen estar a la búsqueda de cualquier oportunidad para la violencia. Pero en Guatemala esos grupos ahora están orbitando el poder, así que están bastante menos intensos. Además, ¿es posible confiar en que los beneficios para la calidad del aire y para el tráfico pudieran disuadir a la oposición irracional?

El 12 de diciembre pasado tardé 80 minutos en avanzar desde mi casa al Obelisco, que son solo 16 cuadras; ¡eso es cinco minutos por cuadra! El martes y miércoles pasados, los atascos en la 20 calle de la zona 10 fueron apocalípticos en la tarde/noche. ¿Viste la foto que circuló hace poco del mar de motocicletas en Ciudad Quetzal? Si yo estuve a punto de perder la paciencia en diciembre, ¿cómo será pasar por experiencias así casi todos los días?

Esos niveles de atascos tienen costos que la gente paga, pero no está consciente de que los paga. El tiempo de uso de los vehículos se multiplica y, con esa multiplicación, se elevan los costos. Las entregas se hacen más difíciles y caras. La calidad del aire se deteriora. Costos, costos, costos; pero sospecho que eso no es nada comparado con los costos emocionales del tráfico. ¿Cómo será pasar una hora, o dos en un tráfico que no avanza después de una jornada laboral? ¿Cómo será pasar ese tiempo de pie en una camioneta atiborrada? ¿Cuánto tiempo falta para que la crispación que genera el tráfico produzca incidentes violentos horribles? ¿Cuánto vale la hora extra que pasas en el tráfico en vez de pasarla con tus hijos? Costos, costos, costos.

Tráfico cualquiera en la ciudad de Guatemala.

Si las autoridades dejaran de jugar al hechicero -como Mickey Mouse en Fantasía– en aquellas condiciones los precios para el uso de las calles, acompañados por una liberalización del transporte colectivo, pueden ofrecer soluciones relativamente rápidas y eficientes para el sufrimiento costoso que viven miles y miles de personas todos los días.

Columna publicada en República.


21
Dic 24

Prudencia al volante salva vidas

Por favor, no manejes pasado de tragos, sobre todo si tienes familia. No manejes bolo, sobre todo por las demás personas. Por las fiestas de fin de año, es común que muchas personas manejen bajo los efectos del alcohol, o las drogas. Así que, incluso si tú no lo haces, por favor maneja con prudencia extraordinaria.

Accidente en la 10 calle y 14 avenida de la zona 10.

En eso pensé hoy en la madrugada, porque me despertó un choque en la esquina de mi casa. No sé si alguno de los involucrados conducía bajo la influencia de sustancias, pero lo cierto es que, por lo menos, uno conducía de forma imprudente. No hubo fallecidos, al menos en el momento; pero pudo haberlos. Y ya sabes, la prudencia es la virtud de pensar bien para identificar qué es lo verdaderamente bueno.

En estos días, también, la crispación –que ya es demasiado común en el tráfico– se eleva a la enésima potencia. Hay gente armada ahí afuera, y el problema no es que esté armada; el problema es que pueden ser personas emocionalmente no aptas para andar armadas.

Aprovecho la ocasión para recomendarte:

  • No bebas si manejas. Beber y manejar es criminal.
  • La vieja receta de tus padres y abuelos nunca falla: pide por favor y da las gracias. Baja tu vidrio polarizado para que las relaciones en el tráfico no sean anónimas, entre vehículos impersonales. Bájalo para que las relaciones en el tráfico sean entre personas.
  • Si te dan paso y no da tiempo de bajar el vidrio para dar las gracias, enciende brevemente las luces de emergencia para agradecer.
  • Cede el paso siempre que puedas; no pelees por avanzar tres metros. Los actos de bondad se multiplican.
  • El tráfico no es una competencia, ni son Los juegos del hambre. No hay ganadores ni perdedores. Bueno… sí hay perdedores si uno va tenso, irritable y dispuesto a la violencia.
  • Las condiciones del tráfico demandan atención. Que no se te vaya el pájaro. No textees, usa los carriles correctos, planifica bien tu tiempo y tu ruta.
    No bloquees cruceros. Eso es una desconsideración para los demás.
  • Ni sabes qué hago en el tráfico denso. Pongo mi playlist de música ranchera y canto… aunque un motorista cretino pase rayándome la parte de atrás del carro y salga huyendo.
  • Si vas en moto, no te subas a las aceras, ni pongas en peligro la integridad de los peatones.

Ahora mismo que escribo estas líneas oigo sirenas en la calle y pienso: ¡Qué sufrimiento innnecesario para quién sabe cuántas familias a causa de la imprudencia!


08
Nov 24

Caos vial: mercado vs. demagogia

 

El 29 de octubre pasado hice poco más de una hora y media entre mi casa y el zoológico La Aurora; un recorrido que normalmente no me hubiera llevado más de 20, o 30 minutos. Entre mi casa y el Obelisco hay 16 cuadras, y sólo ese recorrido me tomó 55 minutos.

Esto es porque el tráfico en la ciudad de Guatemala se ha ido complicando desde que, en 2007, escribí mi primer artículo sobre el tema, cuando noté que los planificadores estaban dispuestos a probar cualquier disparate para desfogar el tráfico antes que siquiera considerar una opción del mercado. Más tarde, en 2011, desayuné con Gabriel Roth, editor de Street Smart, libro que aborda el tema del crecimiento del parque vehicular y la mala calidad de calles y carreteras. Y con él conversé bastante sobre el tráfico.

En la ciudad de Guatemala, casi toda hora es hora pico.

El tráfico en Guatemala terminó de colapsar luego de que en 2020, con la excusa de los encierros forzados y del covid, las autoridades mataron el transporte colectivo urbano —que, mal que bien, medio funcionaba— y en connivencia con los empresaurios del sector, estatizaron el servicio después de haber creado incentivos perversos para que mucha gente comprara automóvil, o moto porque no había cómo transportarse.

Te cuento esto porque hace unos días el profesor Carlos Méndez publicó la propuesta de que una forma de arreglar el tráfico sería cobrar por carril de uso. Algunos carriles serían más baratos que otros y los precios cambiarían con la carga vehicular. En horas pico, el cobro por kilómetro sería más alto. Desde 2007, pasando por 2012, 2016 y 2023, he recomendado lo mismo. Pero los planificadores prefieren cualquier cosa, incluso el deterioro sostenido, antes que una solución de mercado.

Carlos explicó que la idea no es loca y que hoy es posible con el nivel de precisión que tienen apps como Waze o Maps. Faltaría incorporarles el cobro por ubicación, vinculado a un sistema de pago con el teléfono u otro mecanismo.

Entre las objeciones que recibió la propuesta, me llamó la atención que algunos de los amigos de Carlos opinaron que eso violaría la libertad de locomoción; pero, por supuesto, no se cobra por la libre locomoción, sino por usar bienes escasos que tienen costos (las calles). Sólo pagarían los que usan los carriles, en vez de que paguen todos; y, por lo tanto, no toda la gente pagaría los costos de las calles, como es ahora por medio de impuestos.

Claro que habría que afinar detalles, pero, como atinadamente comentó el profesor José Antonio López, con los incentivos correctos la creatividad se encarga de los detalles.

Me dan tristeza las opiniones de quienes sostuvieron que los guatemaltecos no estamos preparados para eso, que eso sólo funcionaría en el primer mundo, que nos falta educación y que lo del tráfico es responsabilidad del estado. Esas formas de pensar definitivamente nos condenan, porque supuestamente somos ignaros. Da escalofríos la gente que cree que los pipoldermos deberían tener la facultad de decidir quién puede circular y cuándo.

Finalmente, y en todo caso, tener vehículo propio trae consigo la responsabilidad de enfrentar los costos que ello implica: darle servicio cada X kilómetros, cambiar llantas, batería, frenos y amortiguadores cuando toca, tener seguros para uno y para terceros, pagar combustible, pagar estacionamiento cuando toca, amortizarlo si se compró a plazos, tener un guardadito para eventualidades, pagar lavado (o lavarlo uno, que también tiene costo) y pagar las calles que usa (sólo cuando las usa, y sólo si las usa).

Lo que urge, pues, es una solución de mercado, sin prejuicios ideológicos, sin demagogia y sin iniciar el uso de la fuerza para que las personas actúen contra sus intereses y sus mejores juicios.

Columna publicada en República


23
Feb 24

Tráfico urbano: ¿Sufrimiento por falta de soluciones audaces?

 

Ojalá me equivoque; pero…¿a veces no te da la impresión de que un porcentaje del tráfico es para crear condiciones artificiales para que la gente pida más y más regulaciones?

Es un disparate, claro; pero se me ocurrió cuando el jueves, 15 hice dos horas entre mi casa, en la Villa de Guadalupe y la Torre del Reformador. El peor tramo fue entre el Centro Comercial Los Próceres y el Hotel Barceló. Nada raro, vas a decir; pero…había por lo menos tres policías municipales de tránsito en el crucero de la Séptima avenida y Segunda calle de la zona 9, justo bajo la torre citada. ¡Y ahí mismo había un nudo gordiano de carros!

Policías de tránsito en el nudo bajo la Torre del Reformador el 15 de febrero de 2024.

Ese nudo era causado, principalmente, por conductores que, por no esperar racionalmente su turno, se dejaban ir y bloqueaban el crucero. De esa forma dejaban trabados a los que iban con semáforo verde. ¿Estaban pintados los agentes? ¿Por qué es que los agentes no multan a los pilotos que bloquean cruceros? Los pilotos que bloquean cruceros -por desesperados y por abusadores- causan muchos problemas parecidos en el bulevar Los Próceres casi siempre que paso por ahí. La falta de educación vial, por cierto, merece un artículo aparte.

Nada de raro, vas a decir; pero…¿cuánto crees que hice entre la Torre del Reformador y la Quinta avenida y Once calle? ¡Ocho minutos!..sin un solo PMT.

Nudo gordiano de tráfico bajo la Torre del Reformador el 15 de febrero del 2024.

He notado, también, mucho énfasis mediático en lo fastidioso el tráfico y si, claro que el tráfico es fastidioso; pero el clamor por una intervención política para resolver, el tráfico, lo que trae es más poder para que los políticos y sus burócratas invadan la esfera de acción privada de las personas mediante regulaciones y controles, y más poder para que los políticos y sus burócratas tomen más dinero de los tributarios.

Ya ves que, recientemente la Municipalidad de Guatemala se atribuyó la facultad de cobrar por el servicio de estacionamiento en la vía pública; cobro que, ¿te diste cuenta? ¿Qué servicio? y si la vía es pública, ¿por qué cabe un cobro?  

¿Sabes qué va a pasar? Tu Muni va a poner sus parquímetros inteligentes…supuestamente para eliminar a los extorsionistas cuidadores de carros;  y vas a tener que pagarles a los parquímetros y a los cuidadores.  Si el problema eran los cuidadores, a estos se les remueve a fuerza de batonazos.  No hace falta poner un sistema de exacciones por un supuesto servicio…en la vía que ya es pública.  

Además, si los propietarios de los inmuebles pagan tasas por el mantenimiento de las calles, que son las vías públicas (del público, ¿verdad?), ¿por qué es que Tu Muni, y no los que pagan las calles, es la que va a cobrar por estacionar en las calles? 

Estoy a favor de que el uso de las calles tenga un precio.  No sólo para parquear, sino para circular.  Ese precio debería ser cobrado por los que pagan por el mantenimiento de las calles (es decir por los propietarios de los inmuebles).  Y si no te gusta esa solución, otra sería que sea total y absolutamente prohibido estacionar en las calles (y no habría que instalar parquímetros, ni habría cuidadores).  Entonces habría incentivos para la construcción de estacionamientos privados que sí prestarían el servicio de parqueo. 

El problema es que los pipoldermos -cual Mickey Mouse como aprendiz de hechicero- van a probar todo tipo de artimañas políticas, sobre todo si acarrean esquilmar a las personas, antes de explorar soluciones que empoderen a los usuarios de las calles, a quienes pagan por ellas y a los tributarios.  

Total…los pipoldermos del 2020 mataron lo que quedaba del transporte colectivo urbano durante los encierros forzados.  Con eso incentivaron las motos y la multiplicación de los automóviles.  Ahora las motos y muchos carros son un problema. Y los pipoldermos de 2024 quieren resolver el desastre que hicieron mediante actos de hechicería. Y para ello necesitan que no sólo se agrave el problema, sino que se agrave la percepción del problema.

Los conductores que bloquean cruceros le hacen mucho daño a la fluidez del tránsito.

¿Recuerdas cómo desató el nudo gordiano Alejandro Magno? Pues eso. Yo digo que se necesitan soluciones audaces y no las viejas prácticas coercitivas y arbitrarias para entrarle al problema.

He notado, también, mucho énfasis mediático en lo fastidioso el tráfico y si, claro que el tráfico es fastidioso; pero el clamor por una intervención política para resolver, el tráfico, lo que trae es más poder para que los políticos y sus burócratas invadan la esfera de acción privada de las personas mediante regulaciones y controles, y más poder para que los políticos y sus burócratas tomen más dinero de los tributarios.

Ya ves que, recientemente la Municipalidad de Guatemala se atribuyó la facultad de cobrar por el servicio de estacionamiento en la vía pública; cobro que…,¿te diste cuenta?…¿Qué servicio? y si la vía es pública, ¿por qué cabe un cobro?  

¿Sabes qué va a pasar? Tu Muni va a poner sus parquímetros inteligente,supuestamente para eliminar a los extorsionistas cuidadores de carros;  y vas a tener que pagarles a los parquímetros y a los cuidadores.  Si el problema eran los cuidadores, a estos se les remueve a fuerza de batonazos.  No hace falta poner un sistema de exacciones por un supuesto servicio en la vía que ya es pública, o sea, de todos. 

Además, si los propietarios de los inmuebles pagan tasas por el mantenimiento de las calles, que son las vías públicas (del público, ¿verdad?), ¿por qué es que Tu Muni, y no los que pagan las calles, es la que va a cobrar por estacionar en las calles? 

Estoy a favor de que el uso de las calles tenga un precio.  No sólo para parquear, sino para circular.  Ese precio debería ser cobrado por los que pagan por el mantenimiento de las calles (es decir por los propietarios de los inmuebles).  Y si no te gusta esa solución, otra sería que sea totalmente prohibido estacionar en las calles, como no sea para carga y descarga (y no habría que instalar parquímetros, ni habría bisne para los cuidadores).  Entonces habría incentivos para la construcción de estacionamientos privados que sí prestarían el servicio de espacios para parquear. 

El problema es que los pipoldermos -cual Mickey Mouse como aprendiz de hechicero- van a probar todo tipo de artimañas políticas, sobre todo si acarrean esquilmar a las personas, antes que explorar soluciones que empoderen a los usuarios de las calles, a quienes pagan por ellas y a los tributarios.  

Total…los pipoldermos de 2020 mataron lo que quedaba del transporte colectivo urbano durante los encierros forzados.  Con eso incentivaron las motos y la multiplicación de los automóviles.  Ahora las motos y muchos carros son un problema. Y los pipoldermos de 2024 quieren resolver el desastre que hicieron, mediante actos de hechicería. Y para ello necesitan que no sólo se agrave el problema, sino que se agrave la percepción del problema.

¿Recuerdas cómo desató el nudo gordiano Alejandro Magno? Pues eso. Yo digo que se necesitan soluciones audaces y no las viejas prácticas coercitivas y arbitrarias para entrarle al problema.

Columna publicada en República.


03
Nov 23

El tráfico, rancheras y frustración

 

Cuando me atrapa el tráfico, ¿sabes qué hago? Pongo música ranchera, subo el volumen y canto a mis anchas.  Si no tengo prisa, ni voy a un compromiso, me relajo.  Si tengo prisa…un poco también, porque no hay nada que pueda hacer para remediar la situación.  Si voy a un compromiso, llamo para avisar que voy tarde.

Pero claro…no me toca pasar cuatro horas en el tráfico todos los días y eso debe ser espantoso.  Estoy seguro de que ese estado de cosas genera mucha frustración y desgaste, y es uno de los caldos de cultivo para la agresividad y la hostilidad que se notan cada vez más entre los chapines.

El problema del tráfico excesivo en la ciudad de Guatemala es un problema de mercado y hasta que no se entienda así, su solución posible está muy lejos (y en otras ciudades, pero me voy a centrar en el capitalino porque es el que me toca ver y vivir).

A ver, si la solución fueran un sistema de transporte colectivo eficiente y un metro, no habría tráfico fastidioso en ciudades como la CDMX, ni en Nueva York, ni en Washington, D. C.

Claro que el transporte colectivo y el metro son útiles; pero no elimina los embotellamientos en ninguna de aquellas ciudades porque es natural que las personas prefieran usar sus propios vehículos; y porque no tiene costo alguno visible el uso de las calles y carreteras.

En ciudades como la de Guatemala hay otro elemento que hay que tomar en cuenta: No es suficiente que el transporte colectivo (o el metro, si lo hubiera), o las góndolas colgantes (si las hubiera) sean seguras.  Aquello sirve de poco si cuando caminas de tu casa a la estación te pueden quitar la compu a punta de pistola; y si lo mismo puede ocurrir cuando caminas de tu trabajo a la estación.  La inseguridad ciudadana -que está como si les hubieran dado permiso a los ladrones para asaltar a gusto- no anima a usar el transporte colectivo.

Claro que nunca faltan quienes ofrecen soluciones coercitivas, por medio de legislación prohibitiva y de recursos punitivos.  Pero esas no sólo no son soluciones, como lo probó el Hoy no circula en la CDMX; sino que son violatorias de los derechos individuales y son fuentes de corrupción.

Toda solución sostenible para problemas de convivencia social como el tráfico denso, deben apoyarse en normas generales y abstractas aplicables a todos por igual, sin privilegios. Ya te imaginarás que prefiero soluciones de mercado.  Si te interesa el tema, checa Street Smart una obra fundamental para entender el transporte como elemento crucial para el bienestar económico y social. La obra, editada por Gabriel Roth sostiene que muchos de los problemas que hay en calles y carreteras –a causa del congestionamiento, altos costos, corrupción y mal mantenimiento, por citar algunos– pueden ser solucionados mediante la aplicación de los mismos principios solucionan otras necesidades. Es una obra para empezar a abordar el tema desde la perspectiva de principios y para entender la naturaleza del problema y la de sus posibles soluciones basadas en el principio de no agresión.

Cuando alguien va en un bus después de haberlo esperado por media hora en la calle; y sabe que le falta entre una y dos horas para llegar a su casa después de un día productivo no está para cantar rancheras.  Para el problema del tráfico, una solución de fondo y sin falsear la realidad debería ser prioridad de carácter nacional y no sólo municipal, porque cada día que pasa va a empeorar…como siempre…para los más vulnerables.

Columna publicada en República.


13
Oct 22

La mala educación en el tráfico

 

¿Sabes qué tipo de gente me parece muy despreciable? La gente que -en el tráfico- bloquea un crucero deliberadamente para avanzar…¿tres metros?  Algo así como el conductor del vehículo rojo de la foto de abajo.

El del vehículo rojo tuvo la oportunidad de dejar pasar a los dos, o tres vehículos que venían en la avenida tratando de cruzar la calle; pero decidió no hacerlo y aceleró, sólo para quedarse varado también.  Ese tipo de gente son como el perro del hortelano, que ni comen, ni dejan comer.

¿Otros personajes despreciables en el tráfico?  Los motoristas que se encaraman en las aceras y ponen en peligro a los peatones.  ¿Y qué tal los motoristas que van como almas que lleva el diablo y lastiman, o rompen espejos de los automóviles?

Hace dos semanas un extranjero visitante en la ciudad de Guatemala iba en Uber cuando uno de aquellos motoristas pasó rompiendo el espejo del automóvil.  El visitante no sólo se asustó mucho (debido a la mala reputación de seguridad que tiene Guatemala), sino que se apenó muchísimo por lo contrariado que estaba el conductor de Uber y porque le pareció evidente que el daño le iba a causar muchos costos.

El tráfico pesado en la ciudad es un hecho sobre el cual tenemos ningún control.  ¿Pero qué es lo que sí podemos controlar? Nuestra actitud.

  • La vieja receta de tus padres y abuelos nunca falla: Pide por favor y da las gracias. Baja tu vidrio polarizado para que las relaciones en el tráfico no sean anónimas, entre vehículos impersonales.  Bájalo para que que las relaciones en el tráfico sean entre personas.
  • Si te dan paso y no da tiempo de bajar el vidrio para dar las gracias, enciende brevemente las luces de emergencia.
  • Cede el paso siempre que puedas, no pelees por avanzar tres metros.  Los actos de bondad se multiplican.
  • No bebas, si manejas.  Beber y manejar es criminal.
  • El tráfico no es una competencia, no es una carrera, no hay ganadores, ni perdedores.  Bueno…sí hay perdedores si uno va tenso, irritable y dispuesto a la violencia.
  • Las condiciones del tráfico demandan atención.  Que no se te vaya el pájaro.  No textees, usa los carriles correctos, planifica bien tu tiempo.
  • Ni sabes qué hago en el tráfico denso.  Pongo mi playlist de música ranchera y canto…aunque un motorista cretino pase rayándome la parte de atrás del carro y salga huyendo.

¡Animo!


22
Jun 21

Benditas las personas…

 

Benditas las personas que, en el tráfico, no bloquean los cruceros de calles.  Benditas las personas que, en el tráfico, dejan paso para que fluya el tránsito a pesar de los embotellamientos.  Benditas las personas que, como los automovilistas de la foto de abajo actúan de forma civilizada y cortés a pesar de las circunstancias adversas.

Ayer, en la 20 calle de la zona 10 los automovilistas en este crucero dejaron un espacio para que los que circulaban sobre la avenida pudieran cruzar hacia la 19 calle y el tránsito fluyera a pesar del embotellamiento.

…y que un mal rayo parta a aquellos automovilistas que bloquean cruceros, que impiden el flujo del tránsito y que actúan con prepotencia y mala educación.  Que un mal rayo parta a los abusadores y desconsiderados que empeoran la situación en los embotellamientos.

Uno, o dos minutos más tarde con respecto a la foto anterior, el conductor de un vehículo, en la vía citada arriba no dudó en adelantarse 2 metros y bloqueó el paso sobre la avenida con lo que empeoró una situación que ya era fastidiosa.  ¡Por adelantarse pinches dos metros!

El tráfico pesado y los embotellamientos son hechos sobre los cuales tenemos poco, o ningún control; pero, ¿sabes qué si podemos controlar en esas circunstancias? Nuestra actitud.