05
Dic 07

No hay que soltar la presa

Me uno al llamado de la diputada Mineth Montenegro para que la Corte de Constitucionalidad deje sin efecto el decreto que les concede aumento de sueldo e indemnización a sus colegas.

En este proceso, fue particularmente efectiva la participacion ciudadana en cuanto a presionar a los diputados para que dieran marcha atrás en esta sinvergüenzada. La gente participó activamente en las cartas de los lectores, en los diarios; y con llamadas a los programas de radio. Ojalá que aprendamos de esta experiencia y que tomemos en cuenta que no es un asunto que haya concluido.
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01
Dic 07

Este macho, es mi mula

La Junta Directiva del Congreso y los jefes de bloques reconocieron que hubo errores en el procedimiento de aprobación de las reformas a la Ley de Servicio Civil de ese organismo, que concedió nuevas prestaciones a los diputados, como indemnización y aumento de sueldo. Por ello, pedirán al pleno que la medida quede sin efecto.

¡Canallas! Note usted que no reconocieron que lo que hicieron fue una sinvergüenzada; sino que aludieron a errores de procedimiento.


01
Dic 07

¡Trabajemos más!

En Bolivia, una turba incendió la casa de un senador a quien se le imputaba haberse vendido al presidente Morales. Y para no ir muy lejos, aquí en Guatemala ya hemos visto escenas de pobladores quemando casas de alcaldes, estaciones de policía y juzgados.

La primera lección de estas dos noticias es que, cuando la gente se cansa, se cansa de verdad. En tanto que la segunda lección que deberíamos extraer es que ¡¿Qué fregada necesidad hay de llegar a aquellos extremos?!

Resulta evidente que a ellos no se llega de la noche a la mañana. La suma de abusos es la que desata la furia de la plebe que, dada la naturaleza de esa furia, generalmente no concluye hasta que la violencia y la destrucción (o un muerto) sacian la sed de lo que la turba entiende por justicia.

El martes pasado, la mayoría de diputados guatemaltecos aprobó concederle a sus compañeros no reelectos una indemnización; y para más infamia los representantes se subieron el sueldo. Además. Los diputados gozarán de bonos y de canasta navideña. Por concepto de indemnización, los representatnes recibirán Q38 mil cada uno, por cuatro años de trabajo.

Este abuso de los diputados coincide con el momento en el que el Congreso aprobó un presupuesto de más de Q42 mil millones, en medio de quejas de que el dinero no alcanza para prestar los servicios mínimos de seguridad y de justicia que debería ofrecer el estado; ni para cubrir las necesidades de los pobres que, supuestamente, ocupan a la administración.

Dicho presupuesto incluye aportaciones para cuanto grupo de interés puede conseguir una. Si a aquellas tajadas les sumamos la sinvergüenzada de los diputados, se confirma que el propósito del gobierno chapín es transferir la riqueza a aquellos que tienen poder político; y que la consigna para los tributarios es: ¡Trabajen más duro!, porque los que viven del presupuesto dependen de ustedes.

Estas dos últimas observaciones me llevan a preguntar: ¿Quién tiene la culpa de que los diputados abusen como abusan?

A lo largo de la historia política de Guatemala, como electores y como tributarios, los chapines hemos tenido una actitud de súbditos más que de ciudadanos. Con inocencia impresionante, nos quejamos de lo ineptos y de lo corruptos que son los políticos, pero no vacilamos en entregarles nuestros ahorros y en encargarles tareas de importancia. ¿Cómo explica usted semejante incoherencia?

A lo largo de la historia política del país, las dirigencias se han apartado de los principios y han caído en las redes de la ambigüedad y del relativismo. El intercambio de concesiones y la tolerancia de la apariencia sobre la realidad han sido las actitudes corrientes en las relaciones sociales y en las relaciones de poder. El bueno, entonces, no es el que no roba; sino el que sabe distinguir cuándo y entre quienes es aceptable tomar los ahorros ajenos por la fuerza, y cuando hay que hacerlo con discreción.

La culpa del IETAAP, por ejemplo, no la tienen tanto los políticos, los burócratas y los grupos de interés que viven del presupuesto del estado, sino aquellos que, cuando se le conocía como ISET, hicieron concesiones y aceptaron la imposición de un tributo “extraordinario y temporal”.

Si los diputados se salen con la suya en cuanto a recibir las indemnizaciones que se han recetado, y si la administración se sale con la suya en cuanto a la ampliación de la vigencia del IETAAP, la culpa la vamos a tener los electores y tributarios que permitimos que aquello ocurriera. Y un día de estos nadie va a saber ni cómo ni cuándo pasó, pero, ¡Dios no lo quiera!, la gente se va a cansar de tanto abuso. Los Chávez y los Evos, así como las quemas de casas de políticos, no ocurren en el vacío. Están precedidos por historias de abusos que fueron dejados pasar, y por élites incapaces de comprender que la vida, la libertad y la propiedad deben ser defendidas; no negociadas. Trabajemos más, pues; porque los que viven del presupuesto, dependen de nosotros.

Publicado en el diario Prensa Libre el sábado 1 de diciembre de 2007


28
Nov 07

Un voto decente en el Congreso chapín

El siguiente es el voto razonado del diputado Julio Lowenthal contra el Impuesto Extraordinario y Temporal de Apoyo a los Acuerdos de Paz. Publico el texto, no sólo por el respeto que siento por el citado representante; sino porque las razones técnicas que expone Lowenthal son importantes para entender por qué es que dicho impuesto es otra expoliación inaceptable a la que somos sometidos los tributarios guatemaltecos.

1) Voto en contra. El Decreto número 1904 del Congreso de la República, aprobó el impuesto extraordinario y temporal de apoyo a los Acuerdos de Paz, iniciativa que en su momento apoyé y suscribí con mi voto.

2) La nueva Iniciativa con número de registro 3707 enviada por el Organismo Ejecutivo, tendiente a prorrogar la vigencia por un año más de este impuesto, constituye un engaño a todas las personas y empresas que pagan impuestos, demuestra una falta de disciplina por parte de las autoridades en el manejo de los fondos públicos, ya que se conocía la temporalidad que el Congreso de la República le asignó, con fecha de vencimiento el 31 de diciembre del 2007.

3) Las leyes fiscales no pueden estar sujetas a cambios constantes porque significan una falta de certeza fiscal y jurídica, lo que ahuyenta la inversión tan necesaria para la creación de empleos. A lo anterior debe adicionarse la tremenda inseguridad reinante en el país, situación que debe enfrentarse con carácter y mucha firmeza en las decisiones.

4) Me opongo a la renovación del impuesto del IETAAP, porque si se trata de sacar de apuros al Organismo Ejecutivo, debe tomarse en cuenta y hacer las preguntas sobre a dónde han ido a parar los ingresos extraordinarios y NO presupuestados en el presupuesto nacional del 2006 y actualmente vigente, provenientes del impuesto específico sobre los combustibles, así como el IVA correspondiente a este rubro. Se trata aquí de cientos de millones de quetzales anualmente, sobre los que nada se ha dicho!. Debe también tomarse en cuenta el aumento publicitado por el propio Ministerio de Finanzas Públicas, de la recaudación fiscal por el pago del IVA y del Impuesto Sobre la Renta, que asciende a más de 5 Mil Millones de Quetzales, así como los datos de una macroeconomía creciente para Guatemala.

5) Finalmente debo recordar que el impuesto del IETAAP lo tienen que pagar también las empresas que tienen pérdidas en sus operaciones, lo que les dificulta o imposibilita el poder invertir en renovación de tecnología y equipos, cosa que también redunda en aplazar la creación de nuevos empleos.

6) Desafortunadamente, no se pensó en reducir el aparato estatal, en recortar gastos innecesarios o en reducir nuestra asfixiante burocracia.

Por lo anterior, mi voto es contra la prolongación del IETAAP.

Arq. Julio Lowenthal Foncea
Diputado Independiente

Guatemala, 27 de noviembre de 2007


28
Nov 07

¡Canallas!, con razón no alcanza la plata

El presupuesto del estado de Guatemala crece y crece, como crecen, también, las presiones para que la administración eleve los impuestos. Esto es porque muchos grupos de interés dependen de aquella piñata para su existencia. Claro que no hay dinero para el Organismo Judicial, ni para seguridad ciudadana; pero si lo hay para canalladas como la indemnización para los diputados.

Con una moción sorpresiva el Congreso aprobó -de urgencia nacional- reformas a la Ley de Servicio Civil de ese organismo, que permiten que diputados que no fueron reelectos reciban indemnización al dejar el cargo. ¿Para eso necesitan el IETAAP?

Pero claro, la culpa no la tiene el loro, sino quien le enseña a hablar. La culpa la tienen los que aceptan la existencia de impuestos extraordinarios, la de tributos progresivos, y la de impuestos que no reflejan el costo de tener una administración que sirve a intereses particulares a costa del interés general.


09
Nov 07

Así, no hay impuestos que alcancen

Algunos diputados, y la administración, quieren extender la vigencia del Impuesto Extraordinario y Temporal para el Apoyo de los Acuerdos de Paz. Supuestamente es para financiar todas “las cosas buenas” que falta por hacer. Sin embargo, hoy nos enteramos de que el Congreso gasta $1,282 diarios en llamadas de teléfonos móviles; $55,930 mensuales en alimentos; $16,533 mensuales en combustibles y lubricantes; $30, 717 en reparaciones de vehículos.

¡Puchis, muchá!, así no hay impuestos que alcance. Por eso: ¡Ni un sólo centavo más, hasta que no saneen el gasto público! ¡No al Ietaap!


23
Jul 07

Lo que no nos cuesta, hagámoslo fiesta

Leo que “han transcurrido tres años y medio desde que los canales 5 y 9, los dos últimos de frecuencia abierta VHF del país, fueron entregados a la Academia de Lenguas Mayas de Guatemala (ALMG) y al Congreso de la República, y todavía no están en el aire”. Este injustificable desperdicio de recursos tiene sus raíces en aquel dicho que dice: “lo que no nos cuesta, hagámoslo fiesta”.

Ni la dirigencia indigenista, ni el Congreso están en capacidad de operar canales de televisión. Sinceramente pongo en duda que puedan hacerlo sin perder dinero en canastos, y menos aún ofreciendo algún tipo de programación que sea atractiva para los televidentes. Esos dos grupos recibieron los canales como un favor político y ya sabemos qué es lo que ocurre con la televisión cuando las frecuencias son una dádiva del poder.

Mi propuesta es que aquellos canales sean puestos a disposición de la Superintendencia de Telecomunicaciones y que las frecuencias sean subastadas para que alguien con talento los aproveche.


29
May 07

A aprender con el ejemplo, pues

El ministro de Agricultura del Japón, Toshikatsu Matsuoka, fue hallado ahorcado luego de verse incolucrdo en un escándalo por supuesta malvesación de fondos públicos por lo que ayer debía comparecer ante un comité parlamenterio.

A ver si algunos de por aquí aprenden con el ejemplo. Digo…en vez de tratar de que le den su curul en el Parlamento Centroamericano, o en vez de tratar de ser reelecto para el Congreso, por ejemplo.


23
May 07

Esta payasada es un circo

“Con payasos y felinos, representantes de 30 circos nacionales desfilaron ayer en rechazo a la aprobación en el Congreso de la ley que permite a cirqueros extranjeros presentarse en la provincia”.

¡¿Cómo no?! Si en guatemala todos tienen sus privilegios (empresaurios, sindicalistas, maestros y demás), ¿por qué es que los payasos no iban a querer los suyos?

Los payasos chapines (los de los circos, se entiende) aducen que habrá competencia deleal y que los circos extranjeros cuentan con mejor equipo que los nacionales. Dicen que la gente no tendrá motivación para pagar por los espectáculos nacionales; y que por eso necesitan el monopolio del espectáculo en las provincias.

Al menos los cirqueros guatemaltecos son honrados: admiten que la gente no pagaría por verlos si tuviera mejores opciones y que por eso necesitan su privilegio. Eso, en mi opinión, no los hace menos sinvergüenzas; pero les da un toque de superioridad por encima de otros grupos de interés que hacen creer a la gente sencilla que los privilegios que obtienen son en beneficio del bien común.


19
May 07

Cicig, no plis

En esta semana me llamó mucho la atención que el Vicepresidente de la República y el Procurador de los Derechos Humanos “¡urgieran a la creación de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala!”; y se me hizo evidente que ambos temen que el Congreso no apruebe aquella instancia.

En días recientes la Corte de Constitucionalidad opinó que el proyecto de creación de la Cicig no es ilegal y esto abrió paso para que aquella propuesta sea discutida en el Parlamento.

Para los que llegaron tarde, como se decía en las tiras cómicas de El fantasma, la Cicig es una comisión que la Organización de las Naciones Unidas y “los países amigos” de Guatemala están tratando de forzarnos a aceptar. Su objetivo principal es “determinar la existencia de cuerpos ilegales de seguridad y aparatos clandestinos, su estructura, formas de operar, fuentes de financiamiento y posible vinculación con entidades o agentes del estado y otros sectores que atenten contra los derechos civiles y políticos en Guatemala”.

Como era de suponerse, los promotores de la Cicig han acusado a aquellos que nos oponemos a ella de ser miembros, o ser financiados por aquellos cuerpos ilegales y clandestinos. La falacia es absurda, pero no es nueva. Es común, entre los chapines, que si uno escribe contra el monopolio de la educación pública, a uno lo tachen de defensor del analfabetismo; y que si uno advierte contra las imprecisiones de las ideas prevalecientes sobre el calentamiento global, a uno lo tilden de enemigo de Bambi.

La Cicig es sucesora de la difunta Comisión de Investigación de los Cuerpos Ilegales y Aparatos Clandestinos de Seguridad. Este engendro venía de la ONU plagado de inconstitucionalidades y de privilegios para sus ejecutivos y por eso fue rechazado. La Cicig superó aquellos obstáculos, pero su texto fue mantenido en secreto por sus promotores para que no pudiera ser conocido por los guatemaltecos antes de que aquellos estuvieran listos para “hacerla pasar” sin discusiones ni contratiempos.

Sin embargo, la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso, que no desconocía los vericuetos por los que había pasado el proyecto, se curó en salud y sometió el texto al análisis de la Corte de Constitucionalidad y resultó que este ya había sido saneado. De esa cuenta es que el tema regresó al Legislativo y ahora ese organismo tiene en sus manos preguntarse, en serio, si en realidad necesitamos la Cicig.

Mi hipótesis es que no la necesitamos. La primera vez que entré en contacto con la Ciciacs/Cicig pensé que, como tradicionalmente en Guatemala no han funcionado los ministerios, entonces creamos fondos sociales. Y como la cosa sigue sin funcionar, creamos los comisionados; y cuando estos fracasan también, entonces pasamos a hacer otra cosa.Así nos está pasando con el combate a la impunidad. No sólo con la de los cuerpos ilegales y clandestinos de seguridad, sino con la del crimen organizado, la de la corrupción de los funcionarios y en general con el incumplimiento de los contratos. Como el Ministerio Público no funciona y como las leyes no son respetables, pues engendramos la Cicig, o la Ciciacs, o lo que sea.Sostengo que hay un patrón en esta forma de conducta; y lo ilustro con algo que escribió Thoreau: “por cada mil personas atacando las ramas de un problema, hay una sola atacando sus raíces.”

En Guatemala necesitamos fortalecer las instituciones que hay, hacer que se cumplan las leyes que hay. No es cuestión de hacer más oficinas y de hacer más comisiones, o de hacer leyes comos si fueran salchichas.

Talvez es hora de decirles a la Organización de Vacaciones Unidas y a “los países amigos” que gracias, pero no gracias. Y que para cambiar vamos a hacer las cosas bien. Y si no las vamos a hacer bien, de todos modos, ¿para qué queremos una nueva versión de aquella Minugua que tantos malos recuerdos nos dejó?

Publicada en Prensa Libre el sábado 19 de mayo de 2007