09
Ago 10

Gnocchi en casa de José Cecilio del Valle

En la sala de la casa que era de José Cecilio del Valle, el sábado almorcé un buen plato de gnocchi con queso gorgonzola, precedido por riquísimas ensalada caprese, vegetales asados y aderezados con aceite de oliva, y bruschetti . Don Chilo fue un estadista del Siglo XIX, conocido como El sabio Valle; y él redactó el acta de Independencia de Centroamérica. El restaurante conserva el cielo falso de la casa antigua; y el inmueble exhibe una magnífica puerta principal que -aunque rayada por grafitti– todavía muestra su dignidad.

El acontecimiento ocurrió en el Restaurante Ciao, ubicado en la 11 calle y 7a. avenida esquina, en el Centro Histórico de la ciudad de Guatemala. Dicho establecimiento ofrece comida italiana, en un ambiente encantador y enmarcada en el concepto de slow food. Por eso hay que ir preparado para sentarse y disfrutar, sin prisas, y para que una que otra cosa que se menciona en el menú no esté disponible. Ciao, por cierto, no abre en las noches y tiene estacionamiento al lado.

El Centro Histórico ha tenido su tradición de comida italiana, misma que se remonta a los recordados y extintos restaurantes Las Vegas y Boloña, donde se comía exquisito.

10
Jun 10

Adiós vendedores de la Sexta

 

El domingo pasé por la Sexta Avenida de la zona 1; y ese fue el último día de los vendedores callejeros en esa vía. 

El alcalde, Alvaro Arzú, los mandó a un edificio que construyó en donde antes quedaba El Amate, a inmediaciones del antiguo Mercado de La Placita (ahora Mercado Sur 2) y de la Municipalidad.

El dios del Palacio de la Loba hará un paseo de la antigua Calle Real, como parte de un plan para hacer la ciudad hostil para los automovilistas particulares


25
Feb 10

Las pintas en el Centro Histórico

Este inmueble, que se ve muy hermoso desde afuera y está localizado en la 9a. calle de la zona 1 está en alquiler. Y yo creo que allí estuvo el Banco de Londres c. 1950, antes de trasladarse al edificio que ocupó al final en la 8a. avenida.

Y digamos que alguien lo alquila. ¿Cuánto le va a costar, al año, borrar las pintas que la dirigencia popular dejará en su pared? Por lo menos habrá una pinta para el 1 de mayo, que es el Día del Trabajo; y habrá otra el 20 de octubre, en el que la mara celebra La Revolución. O sea que habrá por lo menos una cada semestre. Pero es posible que haya otra en el contexto de la Huelga de Dolores. Y quien sabe si haya otra fuera de todo contexto, sólo porque sí.

Las paredes del Centro Histórico de Guatemala están inmundas con todo tipo de pintas y pegostes.

25
Feb 10

Las pintas en el Centro Histórico

Este inmueble, que se ve muy hermoso desde afuera y está localizado en la 9a. calle de la zona 1 está en alquiler. Y yo creo que allí estuvo el Banco de Londres c. 1950, antes de trasladarse al edificio que ocupó al final en la 8a. avenida.

Y digamos que alguien lo alquila. ¿Cuánto le va a costar, al año, borrar las pintas que la dirigencia popular dejará en su pared? Por lo menos habrá una pinta para el 1 de mayo, que es el Día del Trabajo; y habrá otra el 20 de octubre, en el que la mara celebra La Revolución. O sea que habrá por lo menos una cada semestre. Pero es posible que haya otra en el contexto de la Huelga de Dolores. Y quien sabe si haya otra fuera de todo contexto, sólo porque sí.

Las paredes del Centro Histórico de Guatemala están inmundas con todo tipo de pintas y pegostes.

29
Dic 09

Injusta persecución contra las tiendas

Cuando yo era niño, y crecí en Ciudad Nueva, iba a la tienda que quedaba a la vuelta de la casa; y más tarde, cuando mis padres se fueron a vivir a la zona 10, iba a la tienda de El Gordo –que ahora es la célebre Carmelita– y que quedaba a unos 150 metros de mi casa. Cuando luego en mi vida, volví a Ciudad Nueva, sólo tenía que atravesar la Avenida Independencia, para ir a la tienda de doña Tinita. Y tanto El Gordo, como doña Tinita -por su afabilidad y generosidad- eran mucho más que los tenderos; uno no sólo iba a comprar ahí, sino que casi, casi, iba de visita.

Cuando vivíamos en la zona 15 caminaba 100 metros para ir a la tienda de La Canche, y curiosamente hacía lo mismo, para ir la tienda de otra Canche, cuando vivía en La Antigua. Donde vivo ahora, no necesito caminar más de 200 metros antes de encontrarme con por lo menos una tienda.

Las tiendas de barrio existen porque son muy útiles; y mientras más cerca de uno están, más útiles son. Esa es la razón utilitaria porque me parece injusto, impráctico e inaceptable, que se emprenda una campaña contra las tiendas de barrio en el Centro Histórico, o en cualquiera otra área donde viva la gente.
Hay, sin embargo, una razón más de fondo para oponerse a la injusta persecución contra los tenderos: Si su casa es suya, usted puede usarla para lo que le plazca, siempre y cuando sea una actividad pacífica que no viole derechos ajenos. Usted puede convertirla en tienda, o puede darla en alquiler para que sea usada como tienda. En un estado de derecho en el que se respetan los derechos individuales como el de la libertad y el de la propiedad, así sería. Empero, si el derecho de propiedad es inexistente, su casa ya no es suya, porque otros deciden qué puede hacer con ella, y qué no.
Una tienda puede que no sea lo más estético del mundo y puede que incomode a algunos; pero si presta servicios voluntarios y pacíficos que los vecinos aprecian, y si al prestarlos no viola la vida, la libertad y la propiedad de otros, ¡¿qué facultad podrían tener algunos para perseguir y estigmatizar aquella prestación de servicios?!

27
Sep 09

Excursión por el Centro Histórico

La guinda del pastel, en la excursión que ayer hice por la zona 1, fue una visita a ese lastimoso amontonamiento de cosas que lleva el nombre pomposo de Museo Nacional de Historia.

El museo se halla en un estupendo edificio neoclásico francés que fuera construido originalmente para alojar al Registro de la Propiedad Inmueble, en tiempos de José María Reyna Barrios. La colección tiene desde cosas muy hermosas como un aguamanil en forma de pez (que es mi pieza favorita), las coronas de laurel (hechas de plata) que eran de los autores del Himno Nacional, hasta cosas que a duras penas tienen sentido, como un amontonamiento de ladrillos y tejas que pretende ilustrar la destrucción de la ciudad durante los terremotos de 1917 y 18, y grupos de cerámica típica guatemalteca casi apilada en vitrinas.

En algunos casos, como ocurre con los amueblados de Jorge Ubico, se ve que hay un intento de ambientar la exhibición; y claro que el museo está organizado por épocas: Colonial, Independencia, Rafael Carrera, Justo Rufino Barrios, Manuel Estrada Cabrera y Jorge Ubico, por ejemplo. Sin embargo, la falta de cédulas en las piezas, y lo viejas y mal hechas, de algunas de las que hay, dan la impresión de que, al final, todo es inconexo e incoherente.

Vi esa colección, por primera vez, a principios de los años 70 cuando estaba en un sólo salón en el edificio que ocupan la Biblioteca Nacional y el Archivo General de Centroamérica. En algún momento de los años 80 la colección fue guardada y no volvió a aparecer hasta que lo hizo en el edificio que ocupa actualmente. De los 70 para acá, he visto cómo se deteriora y por eso usé como ilustración de esta entrada una alegoría de Guatemala.

Esta pieza es un collage cuyos colores se han ido destiñendo con el tiempo. La recuerdo brillante y ahora luce mustia junto a una ventana por la que le da la luz del sol. Y así ha ido pasando con muchas piezas a las que parece evidente que no se les da mantenimiento. Eso se nota, principalmente en los lienzos y en los retratos. Y a mí que no me digan que es por falta de presupuesto porque de verdad no puedo creer que en 30 años las cédulas sigan siendo las mismas. Que no me digan que, si ese fuera el caso, no pueden juntar un poquito de recursos para ir limpiando y organizando sala por sala, aunque sea una cada año.

Ir de paseo por la zona 1 y por rincones como este Museo siempre es une experiencia grata; pero sería muchísimo más enriquecedora si se hiciera más cuidado y si los lugares a visitar ofrecieran más que cosas viejas amontonadas. El tour, por ejemplo, nos lo dio un muchacho que tenía todas las buenas intenciones del mundo; pero cuyas explicaciones estaban tan llenas de nimiedades, que hicieron que rápidamente perdiera el interés en ellas.

Al final del paseo, y por nuestra cuenta -gracias a uno de los 15 cuates con los que hicimos la excursión- vimos la Plaza de la Constitución desde lo alto del Edificio Elma. Y de allí, nos fuimos a almorzar al Mercado Central, donde doña Mela.


19
Dic 08

Bravo, Bravissimo en el Centro Histórico

Bravissimo don Angel es el nombre de este lugar extraordinario que recién ha abierto en la Sexta avenida y Novena calle de la zona 1. Recién ha abierto, pero es un lugar con raíces profundas en la vida urbana chapina.

Allí se encontraban los almacenes La Perla y Biener. La Perla era joyería y óptica; en tanto que Biener traía equipo para ingeniería y cosas así, según recuerdo. Yo no estoy a favor de la conservación forzada del Centro Histórico, pero como me gusta mucho ese espacio, celebro iniciativas como estas que, de forma privada y sin violar el derecho de propiedad de nadie, buscan rescatar la belleza y la utilidad de edificios como este.

Note, usted, los capiteles en las columnas y el trabajo de hierro en las barandas. Art Deco hermoso, representativo de toda una época, seguramente la época de oro de la zona 1.

Bravissimo es cafetería y cuenta con un espacioso, moderno y elegante Café Internet. En un rincón, también tiene una centralita telefónica antigua, algunas cámaras y relojes, dos cajas registradoras y una televisión de tiempos idos (de aquellas teles que dejaban un puntito de luz en la pantalla cuando uno las apagaba). Todo ello en una combinación armoniosa que hace que este espacio sea relajante y muy agradable.

Lo que le falta, eso sí, es una buena capuchinera.


05
Oct 08

Bajo siete llaves

En Guatemala, cuando algo es guardado bajo siete llaves, quiere decir que está bien guardado o bien protegido. Este edificio -cuya puerta tiene ocho candados- se halla a resguardo en la Cuarta avenida de la zona 1, de la ciudad de Guatemala.


04
May 08

El antiguo consulado de los EUA

Después del terremoto de 1917 así es como quedó el edificio que ocupaba el consulado de los Estados Unidos de América; ubicado en la esquina de la Quinta avenida y 16 calle de la zona 1 de la ciudad de Guatemala.
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La casa de mi bisabuela, Gilberta, era vecina del consulado sobre la Quinta avenida; y mi abuelita Juanita, cuando contaba de aquel terremoto, relataba que la embajada de los Estados Unidos se nos metió en el patio de atrás. La casa de mi bisabuela no fue destruida por el movimiento telúrico; pero ella y su familia vivieron por un buen tiempo, en tembloreras, en el actual parque Gómez Carrillo, que en aquel tiempo se llamaba Parque Concordia.
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La casa de mi bisabuela ya no existe; pero la casona del viejo consulado todavía está en pie, aunque deteriorándose. En el Centro Histórico de la ciudad de Guatemala, ahí se encuentra la sastrería Azurdia Siliezar que ya existía en los años 60 y que recuerdo que anunciaban en un programa de televisión que se llamaba Buscando estrellas. También, durante los años 70, recuerdo que íbamos con mi padre, a ese lugar, pero sobre la 16 calle, a por mariachis.
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El edificio conserva algunas características propias de su época de esplendor; y mi favorita son los vidrios de colores en el arco de la puerta principal.

07
Feb 08

Desde mi balcón

Ayer, desde el balcón de mi casa, podía ver a este par de personajes. Uno cortándole el pelo al otro durante una agradable y brillante tarde.

La escena me recordó las barberías a donde iba a cortarme el pelo cuando era niño; eso sí, cuando no era don Rafa el que llegaba a cortarnos el pelo a la casa. Normalmente despues de almuerzo, justo antes de que pasara el bus para llevarnos al colegio, a mi hermano y a mí.

Cuando era niño pasé por Los caballitos, en la Quinta avenida y Primera calle; por la barbería del Hotel Palace, en la Cuarta avenida y ¿12 calle?; y por la barbería España, en la Quinta avenida y Novena calle, todas en la zona 1.