18
Jul 12

El caso del Fu Lu Sho

Mi cuata, Claudia, solía presentarme así: Luis Figueroa, que fue cocinero del Fu Lu Sho.  A mí me cae en gracia la broma y cuando la hago de mesero, cocinero, o cantinero, digo: Es que fui mesero (cocinero, o cantinero) del Fu Lu Sho.

Hace años, para que no se diga que me morí sin ir a dicho restaurante chino ubicado en el Centro Histórico de la ciudad de Guatemala, fui a cenar ahí.  Me comí una hamburguesa y un milk shake de vainilla; y lo puse en mi currículo.  Para que tuviera verdadero valor cultural fuí antes de que fuera remozada la Sexta Avenida y los otros comensales eran prostitutas y taxistas, principalmente.

Todo esto viene al caso porque el inmueble que ocupa aquel negocio -que existe desde 1956- cambió de dueños; y con el remozamiento de la Sexta Avenida, muchos propietarios -inlcuidos los del edificio en el que esá el restaurante-  han subido los alquileres de sus locales.  Esto, claro, incomoda a los inquilinos.  Y algunos inquilinos creen que tienen algún tipo de derecho al alquiler bajo, o algo parecido.  Los dueños del Fu Lu Sho han acudido al público para evitar que les suban el alquiler. Y algunos miembros del público los apoyan.

Ejemplo de ello es una carta en la que el lector dice que se debe congelar la renta que el propietario anterior estableció, y que este debería indemnizar a los dueños del Fu Lu Sho por todo el tiempo que estuvieron en ese local.

La mara no le atina; pero menos mal que de cuando en cuando la luz de la razón alumbra por ahí.  Este es el caso de la columna La controversia del Fu Lu Sho, por mi amiga, Dina Fernández.  En el caso del Fu Lu Sho, se vale lanzar una letanía por la posible pérdida de un restaurante con personalidad e historia. Pero en vez de llorar, sería mucho más útil para los propietarios una asesoría diseñada para incrementar ingresos o una campaña en redes sociales para llevarles clientes.   Hay que evitar, sobre todo, caer en la tentación de proponer que a los lugares antiguos se les proteja por la cantidad de años que llevan operando. Esas medidas bien intencionadas generan incentivos perversos que consiguen exactamente lo opuesto de sus propósitos. Ni qué decir de la gente que aconseja a los dueños del Fu Lu Sho que se atrincheren en el local y se conviertan en invasores. Eso raya en lo delictivo, pues los propietarios del edificio tienen todo el derecho de recuperar su inversión, dice la columnista.

Este es un caso en el que un interés, el de los dueños de un negocio, entra en conflicto con un derecho, que es el del propietario del inmueble que ocupa aquel negocio.  Como los derechos son principios morales que permiten la cooparación social pacífica, los derechos deben prevalecer sobre los intereses para que la sociedad sea sana y viable.

Y alguien dirá que, entonces, ¿qué ocurre con el derecho de los dueños del restaurante a tener su negocio?  Pues no hay problema.  El derecho de unos a tener un restauante no es violado por el derecho de otros a pedir determinado alquiler por el local que ocupa aquel restaurante.  El alquiler le da al inquilino la facultad de ocupar un espacio del que no es propietario; y priva al propietario de la facultad de usar ese espacio para otras cosas.  Pero el cambio de las condiciones del alquiler no priva al inquilino -en este caso el dueño del Fu Lu Sho- del derecho a tener su restaurante…en otra parte.

Nadie tiene derecho a ocupar una propiedad ajena, sin llegar a un acuerdo pacífico y voluntario con el propietario.  No se vale usar la coerción, ni los privilegios, para obligar a alguien a darle algo a uno contra su voluntad, o en condiciones que de otra forma no aceptaría.  Eso es usar la violencia para conseguir los propios fines.

No olvides que la característica inequívoca de un derecho es la de que para su ejercicio no necestitas violar los derechos de otros.  Esto es porque mi derecho a levantar la mano termina donde comienza la nariz de mi vecino.

Ta vez sea una lástima que desaparezca el Fu Lu Sho. No se. Nunca volví a comer ahí.  Pero sería más lastimoso aún que desaparezcan los derechos, en favor de los intereses.


11
Jun 12

“La Shakira” del Centro Histórico


“La Shakira” es una señora que baila y se divierte en la Sexta Avenida del Centro Histórico de la ciudad de Guatemala.  Acompaña, o es acompañada por un grupo de músicos y el público goza mucho con ellos.  Su pecho lo cruza una banda que dice Reina…de algo que no pude leer.

Me recordó a La abuelita del disco, un personaje de la peli Studio 54; y es uno de los personajes que hacen que cada visita al Centro Histórico valga la pena.


10
Jun 12

Los jóvenes y la estatua de Tasso

Ayer, que andaba por La Sexta, me dio gusto ver a este grupo de jóvenes tomándose una fotografía con la estatua de Tasso Hadjidodou. Su actitud contrasta con la de los delincuentes que dañaron ese monumento durante su manifestacion del 1 de mayo.

La gente le tiene mucho cariño a esa estatua y es muy común que individuos, familias y grupos se tomen una foto con Tasso.  Y es una lástima que haya por ahí, sueltos, cretinos que la dañen de cuando en cuando.  Por cierto que las estatuas de jaguares, también ubicadas en la Sexta están como abandondadas.  Sin pintura, con plasticos pegados.  Triste su caso.

Y Tasso, por cierto, andaba ayer caminando por la Sexta, acompañado por dos damas que lo llevaban dándole apoyo en sus brazos.


10
Jun 12

Peligro en la Sexta

Esta ilustración, de una señora con mariposas, se halla sobre la entrada de lo que era el estudio de fotografía de El Canche Serra, en la Sexta Avenida del Centro Histórico.  Hasta hace poco era sólo una curiosidad; pero de un tiempo para acá la ilustración se ha ido moviendo y ahora se ve muy separada de la pared.  ¿Cuándo se irá a caer y sobre quién?


10
Jun 12

Meones del demonio

Ayer me encontré con este letrero en la Torre de estacionamiento, en el Centro Histórico; y que desgracia es esa de que la gente mea donde le da la gana.  El letrero y la pésima costumbre de orinar en calles y edificios, me recordó que una vez leí que alguien le había llevado a su hijo, de 15 años,  al almirante Nelson para que el héroe de Trafalgar le diera un consejo.  Y, ¿qué le dijo el célebre marino?, le dijo: Never miss a chance to make water.

Excelente consejo para no verse en la necesidad de mear en cualquier parte.  Si estas en tu casa, orinas antes de salir; si estas en un bar, meas antes de salir.


17
May 12

No se vale exigir la reparación de una estatua, ¿o sí?

Durante la manifestación que la dirigencia sindical organizó el 1 de mayo pasado, algunos participantes en ella ensuciaron la Sexta avenida del Centro Histórico y mutilaron la estatua de Tasso Hadjidodou que se halla en ese paseo.  Se comprobó, una vez más y por si hacía falta, que el que pinta pared y mesa, demuestra su bajeza.

A unos días de aquellos actos, grupos de jóvenes estudiantes llegaron a la Sexta a limpiar la inmundicia que dejó la dirigencia sindical; y al lado de la estatua latimada, una señora lamentó: Que mala esa gente que hizo eso.

Comento esto porque hoy leo (PL P. 20) que vecinos y transeuntes de la Sexta demandan que la escultura sea reparada.  Y yo, que celebré esa escultura y repudié el vandalismo de los manifestantes del 1 de mayo, (como he repudiado otros actos vandálicos) creo que la demanda es inaceptable. Los amantes del arte solicitan a las autoridades que reparen esta pieza escultórica, que está abandonada desde hace tres semanas.

La estatua ha sido dañada, por desconocidos, en otras ocasiones; y cada vez las autoridades la han reparado.  Pero esta vez, la marcha de sindicalistas tenía responsables conocidos.  La dirigencia sindical que organiza y encabeza la marcha debería hacerse responsable de los daños que son ocasionados -deliberadamente- durante la manifestación.

Si los vecinos de la Sexta y los amantes del arte quieren que la estatua sea reparada, yo sugiero que hay dos cosas sensatas para hacer -sin castigar a los tributarios.  ¿Sabes? Al final son los tributarios los que pagan la estatua, su mantenimiento y reparaciones.  Entonces, lo que cabe es que los vecinos y los amantes del arte le exijan a la dirigencia sindical que asuma su responsabilidad y que cubra los gastos de los daños ocasionados.  O bien…que los vecinos y amantes del arte, que quieren la estatua, corran con los gastos.

De este último modo la estatua será más suya que nunca…y la próxima vez que alguien vaya a dañarla, quizás lo piense dos veces.


11
May 12

Hoces y martillos

Después de la marcha para celebrar el Día del Trabajo fui al Centro Histórico para mostrarle la ciudad a una visitante de los EE.UU.

Fui con ese propósito y con el de ver las pintas que la dirigencia sindical había hecho en la Sexta Avenida. Tanto mi cuata, Rosemary, como yo estábamos indignados. No solo por la suciedad que dejaron los sindicalistas; sino por la abundancia de hoces y martillos, símbolos del socialismo real, que es como si un grupo de manifestantes hubiera pintado esvásticas, el símbolo del nacional-socialismo.

A Rosemary y a mí nos conmovieron dos escenas: la de una mujer que, junto a la estatua mutilada de Tasso Hadjidodou, expresó: Qué mala esa gente que hizo eso; y la de los jóvenes que limpiaban la inmundicia que dejaron los manifestantes. Ojalá que cuando recuerden la suciedad que tuvieron que limpiar, también se acuerden de la abundancia de hoces y martillos.

¿Malos? ¡Malísimos, y de hecho, criminales! Los muertos del socialismo real se cuentan por millones. Los muertos en la República Popular de China, entre 1949-87, se estima que llegan hasta 76 millones 702 mil. En la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, entre 1917-87, se calcula que llegan hasta 61 millones 911 mil. Durante los soviets de Mao, en China, puedes añadir otros 3 millones 468 mil. En Corea del Norte, entre 1948-87, hubo 1 millón 553 mil muertos aproximadamente (¿Cuántos habrán muerto de hambre y frío entre 1988 y 2012?). En Camboya, entre 1975-79 (en solo 4 años) hubo 2 millones 35 mil. Todos estos muertos, y más, en regímenes socialistas de uno u otro color. Todos ellos, poco más o menos unidos por símbolos comunes como la hoz y el martillo, y las banderas rojas y negras.

Al utilizar símbolos de regímenes (y de filosofías) criminales para pintar paredes y destruir monumentos, la dirigencia popular chapina –que alienta, o tolera– el uso de hoces y martillos, no solo pone en evidencia sus raíces y vinculaciones políticas reales, sino que radicaliza el diálogo político e introduce elementos de violencia que fueron pesadillas en los años sesenta, setenta y ochenta cuando la guerrilla intentó tomar el poder por la fuerza e imponer la dictadura del proletariado, con las consecuencias que muchísimos guatemaltecos lamentamos. Las pintas del 1 de mayo deben darnos qué pensar.

Esta columna fue publicada en El Periódico.


08
May 12

La dirigencia popular y sindical ensucia


El viernes, después de la marcha que organizaron los sindicatos para celebrar el Día del Trabajo fui al centro para mostrarle la ciudad a una visitante de Virginia, EUA.

Fui con ese propósito y con el de ver las pintas que la dirigencia sindical había hecho en la Sexta Avenida del Centro Histórico. Tanto mi cuata, Rosemary, como yo estábamos indignados. No sólo por la suciedad que dejaron los sindicalistas; sino por la abundancia de hoces y martillos, el símbolo del socialismo real, que es como si un grupo de manifestantes hubiera pintado esvásticas, el símbolo del nacional-socialismo. Sólo que peor.

A Rosemary y a mí nos conmovieron dos escenas: la de una mujer -que fotografíé junto a la estatua mutilada de Tasso Hadjidodou- que expresó: Que mala esa gente que hizo eso; y la de los grupos de jóvenes que se dieron a la tarea de limpiar la inmundicia que dejaron los manifestantes. Ojalá que cuando recuerden la suciedad que tuvieron que limpiar, también recuerden la abundancia de ominosas hoces y martillos.

¿Malos? ¡Malísimos, y de hecho, criminales! Los muertos del socialismo real se cuentan por millones. Los muertos en la República Popular de China, entre 1949-87, se estima que llegan hasta 76,702,000. En la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, entre 1917-87, se calcula que llegan hasta 61,911, 000. Durante los soviets de Mao, en China, puedes añadir otros 3,468,000. En Corea del Norte, entre 1948-87, hubo unos 1,553.000 de muertos (¿Cuántos habrán muerto de hambre y frío entre 1988 y 2012?). En Camboya, entre 1975-79 (en sólo 4 años) hubo 2,035,000. Todos estos muertos y más en regímenes socialistas de uno u otro color. Todos ellos, poco más o menos unidos por símbolos comunes como la hoz y el martillo, y las banderas rojas y negras.

Al utilizar símbolos de regímenes (y de filosofías) criminales para pintar paredes y destruir monumentos, la dirigencia popular chapina -que alienta, o tolera- el uso de hoces y martillos, no sólo pone en evidencia sus raíces y vinculaciones políticas reales; sino que radicaliza el diálogo político e introduce elementos de violencia que fueron pesadillas en los años 60, 70 y 80 cuando le guerrilla intentó tomar el poder por la fuerza e imponer la dictadura el proletariado, con las consecuencias que muchísimos guatemaltecos lamentamos. Un ejemplo de lo que es capaz de hacer la gente de la hoz y el martillo es el bombazo del Parque Central en 1980, bombazo del cual muchos jóvenes no han oído hablar.

Las pintas del 1 de mayo deben darnos que pensar.


15
Sep 11

Alegres las fiestas de Independencia


Desde hace ratos descubrí el encanto de las fiestas de Independencia.  Primero asistía al monumento a los Próceres u Obelisco, porque ahí se juntaban los grupos de barrios, familias, amigos, colegios y escuelas, iglesias, empresas, equipos deportivos y toda clase de gente a encender sus antorchas y llevarlas a sus lugares de origen; algunas veces en la ciudad, y otras en poblaciones lejanas.

Esa era una fiesta bastante espontánea en la que la gente se divertía con muchísimo entusiasmo.   La gracia era, siempre, la de pasarla bien.  Ya fuera mojándose con los cuates en la fuente del monumento, o participando en alguno de los grupos de antorchas.

La fiesta en el Obelisco se estropeó cuando la Administración dispuso tener una participación directa en ella y dispuso organizarla.   Los burócratas prohibieron que los chicos se metieran a la fuente y llevaron grupos musicales y artistas que le arrancaron lo espontáneo y la calidez humana a la celebración.

Desde el año pasado prefiero pasar la fiesta en el Parque Central o Plaza de la Constutición en donde -a pesar de que hay actos oficiales- la celebración conserva su carácter popular y encantador.   Ahí hay bandas escolares, grupos que llevan antorchas, una ceremonia para izar la bandera y, a pesar de que los escolares son sometidos a la propaganda de los pólíticos de turno, domina el animus juvenil de gozarla y pasarla bien.

Por eso es que, cuando empezaron los discursos, lo que se me vino a la mente fue la siguiente frase: ¡Colom y Espada, esta es la juventud a la que le fallaron!

En estas fiestas, los niños son los más beneficiados.  Ellos se gozaban a los personajes que llevó el Ejército que incluían un soldado vestido de Jeep; un grupo de soldados que acompañaban a una ardilla; y otros más.  Los niños se gozan las golosinas y las bandas.  La fiesta es para los que tenemos alma de niños.

Este año dispusimos cenar en el Centro con la esperanza de que menguara el tránsito; y, por casualidad nos dimos con Foto 30, una iniciativa creativa que le añadió un toque especial a las fiestas. La misma consistió en una serie de exposiciones fotográficas, actividades, música y diversión.  ¡Hubo torito y quema de globos en la Sexta Avenida!

En la galería NOA visitamos Alienación, una muestra colectiva de fotógrafos chapines que incluía fotos por los cuates Rudy Girón y Andrea Aragón.  En Incubador zona 1 encontramos la muestra ¡Cataplum!, por Andrés Asturias; y en Proyectos Ultravioleta encontramos Vestidos para expresar, por Byron Mármol.  Paramos encaramados en el tejado, con una vista inusual de la antigua Calle Real.  Sobre NOA encontramos, Casa Azul,  una tienda encantadora de tchotchkes mexicanos que vale la pena visitar.

Ahora, espero el próximo 14 de septiembre para ver qué sorpresas encuentro en esta que es una de mis fiestas chapinas favoritas.  Las fotos que ilustran esta entrada no son muy afortunadas porque no llevaba mi cámara y tuve que usar la del móvil; empero, creo que reflejan el ambiente festivo y juguetón de la ocasión.


10
Sep 11

“Bboying” en La Sexta


Después de los aguaceros de hoy en la tarde el aire estaba muy limpio y el ambiente estaba fresco; así que salí a dar un paseo por La Sexta en el Centro Histórico y me encontré con este alegre grupo de chicos haciendo Bboying.

Me cayó en gracia porque hoy me voy enterando de que el Break Dancing ya no se llama así, sino Bboying. Es que soy old fashioned, me dijo uno de mis sobrinos hace unos meses. Ja ja, old fashioned sería si dijera que los chicos estaban haciendo suertes en la calle.

Me dio mucho gusto ver a estos patojos pasándola bien y haciendo que la gente también pasara un buen rato.