01
Jul 10

Desfile de carrozas alegóricas

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Las carrozas alegóricas, durante la fiesta en San Juan Sacatepequez son muchas y muy ricas en expresiones. Por supuesto que siendo que aquella es tierra de hongos y de zompopos de mayo, no podían faltar carrozas alusivas a aquellas delicias.
Me disfruté mucho este desfile que, como muchos de su género, expresa la naturaleza festiva y solemne de los chapines. La creatividad de la gente se manifiesta no sólo en los temas escogidos, sino en los materiales que se usan, en la abundancia de flores, y en la iconografía. También es evidente que hay tradiciones que respetar. ¿Qué carroza que se respeta iría sin por lo menos una bealdad coronada?
Aaaaaaaaaah, como quisiera tener más tiempo para pueblear y visitar más de esta Guatemala tan hermosa.

03
Jun 10

El da la paloma y ella da el mico, costumbre chapina

¡Ah, que mal!, otra vez me perdí de la tradición del mico y la paloma en el Parque Central de la ciudad de Guatemala. Resulta que hoy, muchos chapines celebran la fiesta del Corpus Christi; pero como aquí es la tierra en la que las piedras flotan, la madera se hunde y como no, quiere decir sí, las fiestas cristianas toman giros fascinantes.
Se acostumbra que durante la fiesta, las parejas de novios, o cónyuges se hagan regalos entre sí; pero no cualesquiera regalos. La costumbre manda que el hombre le regale una figurita en forma de paloma y un membrillo a la mujer; y que esta le regale una figurita en forma de mico y una pera a su hombre. El intercambio de palomas y micos, así como de membrillos y peras tiene connotaciones sexuales que se les escapan a los que no conocen. Ergo: el hombre da la paloma y la mujer da el mico.
La mara cachureca dice que el intercambio tiene que ver con la primavera y la fertilidad; pero la primavera se acaba en dos semanas y a mí que no me digan que la fertilidad no tiene que ver con el sexo. Y que no me digan que la mara no es pícara cuando puede.
Yo tenía la intención de ir al Centro para comprar fotografiar esta costumbre, pero me agarró el trabajo y no me pude salir de la oficina. En fin…el año que viene, será.
¡Que bien!, mi amigo Pablo Velásquez nos proveyó esta foto de los micos que hay este año…y arriba, casi en la esquina se ve una paloma. ¡Gracias, Pablito!

01
Jun 10

¿Qué es del Puente de Los Esclavos?

Mientras que la mayoría de puentes construidos por Jorge Ubico (1931-1944) sobrevivieron a los huracanes Mitch y a Stan, la mayoría de puentes construidos por administraciones posteriores y supuestamente con materiales y tecnología modernas, se caen. ¿A qué se deberá eso? Yo empezaría a explorar la corrupción…;pero puede que esté equivocado.

Mientras tanto, ¿alguien me puede contar si el Puente de Los Esclavos aguantó a Agatha? Ese puente fue construido por el diablo, así que a lo mejor sí.
El domingo 6 de junio se reportó que sí, que el puente de Los Esclavos sobrevivió a Agatha. ¿Sobrevivirá a la basura que los vecinos le tiran al lado?

11
May 10

Barquillos, horchata y refresco de canela

Típicos de las fiestas infantiles, en Guatemala, son los barquillos, los chiquiadores, el helado y los refrescos de horchata y de canela; también el pastel con turrón y los sandwichs de jamón y queso, y más recientemente los hot dogs, o las pizzas.

El sábado pasado, durante un almuerzo al que asistí, nos ofrecieron barquillos y turrón; y fue impresionante cómo reaccionamos en la mesa. ¡Aaaaaah, barquillos y turrón! Esas golosinas sacaron a los niños que llevamos dentro y ahí mismo brincó el espíritu ludico. Lo primero fue recordar el menú de las fiestas infantiles de casi todos los que estábamos en la mesa; y acto seguido el infaltable juego de ponerse los barquillos en los dedos.

La verdad sea dicha, nunca disfruté de las piñatas y de las fiestas infantiles. Me fastidiaba tener que socializar con niños desconocidos y -como era introvertido- detestaba ser el centro de atención cuando había que romper la piñata. Y para mí, lo único bueno que había en aquellos acontecimientos era el momento en el que comía mi helado con barquillos, y el momento en el que tomaba agua de canela (que ya no se acostumbra).

En casa nunca tuve una piñata. Mis padres organizaron dos, o tres en el colegio, cuando estaba en Pre-primaria y Primaria; y mi abuela, Frances, me hizo otra cuando tenía unos 5, o 6 años. En casa de mi abuelita Juanita y de La Mamita mi hermano y yo podíamos tener piñatas para dos cuando quisiéramos; pero poquísimas veces hicimos uso de esa facultad. Yo era un antisocial y mi hermano era el sacrificado.

¿Y cómo celebrábamos nuestros cumpleaños? Mis padres nos invitaban a cenar afuera, con amigos de ellos, o con alguno que otro tío, o tía. Y nos la gozábamos como micos. La primera vez que rompimos con el tema de la fiesta infantil fue cuando estaba en el Segundo año de primaria y cuando volví de clases, al medio día, mis padres me estaban esperando para ir a almorzar a La Antigua. Comparado con eso, ¿por qué iba a querer una piñata con críos?

Eso sí, antes y ahora, siempre estoy listo para comer barquillos con turrón. Y por lo visto, los niños que ahora son mis cuates, también.


10
May 10

¿Por qué amo y admiro a mi madre?

Ayer pasé por su casa, en la tarde, y se hallaba feliz porque estaba ayudando a uno de mis sobrinos con su álbum del Mundial. Si hubieras visto las chispas que salían de sus ojos cuando contó que ya sólo les faltaban 26 estampas, sabrías por qué es que es imposible no sentir admiración y cariño por esta septuagenaria que sabe como apasionarse como niña.

Lo de las estampas me llega porque cuando yo era niño, era ella la que me llevaba a la Sexta Avenida, a inmediaciones del antiguo almacén Marlin, a comprar las de mis álbumes. Se, como mi sobrino, que ella de verdad se goza lo de las estampas y lo de llenar los álbumes.
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La admiro mucho porque ha sabido llevar la adversidad con dignidad; porque faltó mi padre no se intimidó y porque si lo hizo, sus hijos nunca nos enteramos. La admiro porque sabe ser la voz de la razón, en medio de la confusión; porque sabe conservar la serenidad, en medio del caos; y porque siempre tiene palabra de consuelo y cariñosas para cuando hacen más falta.
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La admiro porque es generosa, paciente, comprensiva y alegre. ¡Ah, como es alegre! Aunque fracasó miserablemente en enseñarme a bailar, nunca se desanimó en esa empresa. Y aunque ella baila fabuloso, nunca se avergonzó de que su primogénito tuviera dos pies derechos. Gracias a ella y a mi padre, en casa nunca faltaba la música.
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Nora debe tener, por ahí, un manual de cómo ser madre…y ahora lo aplica en su versión de cómo ser abuela. Sus nietos la adoran y yo se por qué. Porque contagia alegría, porque no pierde la cabeza y porque sabe lo que es la justa medida.
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Que sea divertida, generosa y paciente, no quiere decir que no sepa cuándo apretar el tornillo. Una mirada suya solía ser suficiente para evitar travesuras y otra conductas infantiles. Y si la mirada no bastaba, pues ahí iba un pellizco de dimensiones bíblicas seguido de la sentenciosa frase: Te es-tás luciendo.
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Ahora, con sus nietos, es incapaz de dar un buen porrazo; pero una de las anécdotas que estos más gozan que les cuente es cuando una vez, en la cocina, sin duda la tenía tan desesperada que agarró una paleta de madera y la levantó como para darme una nalgada con ella. Empero, la paleta sin duda estaba algo quemada, que, con la fuerza del momento de levantarla se rompió. Y yo quedé mudo, y ella se echó a reír con muchas ganas.
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Nora cocina como…como…como…!cocina de una forma innenarrable! Por mencionar sólo cuatro cosas, ¡nadie! hace mejor fiambre, mejor lasagna, mejores pies, ni mejores galletas, que ella. Tiene un green thumb increíble para los culantrillos; y sabe disfrutar de la vida. Se goza igual, una tortilla con sal, que cualquiera de las comidas que he mencionado antes. Tiene un talento nato para navegar en los ambientes más diversos y para hacer que los demás se sientan cómodos, bienvenidos, valorados y queridos.
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A mi lado estuvo cuando me dieron varicela, hepatitis y malaria; estuvo de mi lado cuando perdí un año en el colegio y cuando perdí mi primer empleo; estuvo cuando perdí a mi padre y cuando me le escapé a la parca. Ha estado en todas las buenas, y se las arregla para estar en las malas. Sabe cuándo hay que abrir una botella de vino, y sabe cuándo es mejor que haya silencio. Nora se ve menuda, pero siempre ha sabido cuidar a sus cachorros.
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A mis hermanos, a mis sobrinos y a mi -¡y a quien se le acerque con cariño!- siempre nos ha ofrecido un hogar feliz y un lugar a su lado; y aunque aveces no todo ha salido bien, lo cierto es que donde ella está, siempre hay lugar para la alegría, para la luz, para las cosas algo locas, para los aromas y sabores olímpicos y para la generosidad.
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Amo a mi madre porque es como es; y porque me ayudó a ser como soy.
A Nora -y a todas las madres que, por dicha, tengo en mi vida- ¡Feliz Día de la Madre!

07
May 10

¿Una procesión en reversa?

Esta procesión, de Pedro de Betancourt, va en reversa. Pero no porque sea una tradición, ni nada parecido; sino porque, sin duda, esa es la forma más fácil de sacarla del callejón. Hace unos sábados, por mi casa, me encontré con esta escena que ahora les comparto.

05
Abr 10

…¡y vino el conejo de pascua

¡El Conejo de Pascua vino a casa!, y ahora si que tenía como cinco años de no pasar por aquí. Cuando era niño, el Conejo venía sin falta, ya fuera que estuviéramos en casa, o que aún no hubiéramos vuelto de la playa o de donde fuera.
Sin que los niños nos diéramos cuenta, mis padres escondían los huevos de chocolate en el jardín y en el momento oportuno nos decían que el Conejo había pasado y que saliéramos a buscar huevos. Cuando los mayores crecimos un poco, se nos mandaba a alguna habitación lejos del jardín y -aunque ya sabíamos que eran mis padres los que escondían los huevos, y que no había tal conejo- igual disfrutábamos de salir a buscar y encontrar los dulces. Cuando chicos, lo importante era encontrarlos; y cuando crecíamos el asunto era de a ver quién encontraba más.
La tradición del Conejo de Pascua es de origen germánico y celebra la vida, la fertilidad y la abundancia.

04
Abr 10

La banda, el cedro y el fin de la Semana Mayor


Este es el sonido de la banda de la procesión de Resurrección en la villa de Guadalupe. El cortejo pasa junto a mi casa, detrás del cedro que nos alegra las mañanas. Aquí, en mi barrio, le ponen muchas ganas a la fiesta de hoy; y esta procesión sale a las 6 de la mañana, recorre La Villa y regresa al medio día.

A la salida y a la entrada se queman muchísimos cohetes y bombas, como es costumbre en las procesiones festivas. En la mañana, poca gente acompaña al cortejo; pero cuando regresa muchos vecinos vienen detrás de las andas.
Hoy concluye la Semana Mayor chapina, se acaba el descanso y mañana volvemos todos a disfrutar de nuestras ocupaciones. Por la vida: ¡Lehaim!

04
Abr 10

La magnífica miel de garbanzos

La miel de garbanzos que hicieron en casa salió magnífica. Este postre es distinto al dulce de garbanzos porque se prepara con panela, en vez de con azúcar, y porque se le añaden frutas. En la Costa Sur suele ponérsele plátano y papaya; pero en la casa se le puso plátano, mango y pera. La panela y las frutas le dan una complejidad característica a este dulce chapín, mismo que se disfruta muchísimo más si uno remoja pan en la miel.
Los de la foto son los panes que hicimos en la casa y que, a final de cuentas cumplió con dignidad su cometido.
Yo no conocía este dulce riquísimo hasta que hace unos 8 años que lo probé, por primera vez, en Villa Hermosa, Flores Costa Cuca; sentado en el porchecito de la casa de doña Laura, cuando ella ya pasaba de los 100 años y todavía preparaba los garbanzos.

02
Abr 10

Panes de Flores Costa Cuca y de San Marcos

Los de la primera foto son tres panes de Flores Costa Cuca, que recibimos en casa, gracias a los cuates Alexis y Mari. Y los de la segunda foto son dos panes de San Marcos, que nos trajeron mi hermana Guisela y el Ale.
Nótense los diseños distintos; y su sabor y texturas también son diferentes. Cada región tiene sus panes característicos; pero todos tienen los mismos propósitos: que haya pan durante la temporada en la que ninguna panadería trabajaba; y compartirlo con familiares, amigos y vecinos. Durante esta temporada el pan se hace por arrobas y se obsequia, o se intercambia.
La tradición, en la Costa Sur, es comerlo remojado en miel de garbanzos; y no se qué ocurre en otras partes del país. Pero estoy seguro de que, sin duda, también se come remojado en chocolate y en café con leche.
En un momento desayunaré miel de garbanzos y remojaré, en ella, pedazos de estos panes deliciosos.