Anoche hubo un terremoto de 8.01 grados (que en Guatemala se sintió de 7.7) y ocurrió a frente a la costa de Chiapas (México), a 199 kilómetros de San Marcos (Guatemala)*. El movimiento duró 1:33 minutos, algo notable si tomamos en cuenta que el terremoto de 1976 en Guatemala (23,000 muertos) duró poco más de 33 segundos. Es el más fuerte y largo que he sentido en años…y casualmente la de abajo es mi columna de hoy en elPeriódico:
Una de mis primas vive en Puerto Rico y cuando escribí estas líneas andábamos con el pendiente de que Borinquén iba a ser golpeada por la fuerza de Irma. Voy a suponer que, para hoy cuando el artículo es publicado, el huracán no pasó de ser una experiencia para Paola y su familia.
La ventaja de los huracanes, sobre los terremotos que nos toca vivir en Guatemala, es que para aquellos te puedes preparar; pero para los terremotos, no hay forma de estar inmediatamente preparado. Los tifones y ciclones ocurren con suficiente frecuencia como para que la gente no olvide lo que implica su paso. Son fenómenos aterradores que dejan destrucción y muerte como en Texas y en el Caribe; y nadie quiere vivir un huracán, como nadie quiere vivir un terremoto. Nadie te puede avisar que va a ocurrir un movimiento telúrico, con dos, o tres días de anticipación; y, sin embargo, hay que estar conscientes de que habrá uno y de que hay que estar listos.
Guatemala está localizada sobre tres placas tectónicas, está cruzada por infinidad de fallas geológicas y tres de ellas son muy activas. Hay 37 volcanes en el país, y tres de ellos arrojan lava y cenizas casi todos los días. ¿Cómo no va a haber terremotos?
Por ello es preciso anticipar qué vas a hacer cuando haya uno. ¿Dónde estará tu familia y cómo harán para comunicarse y reunirse si están dispersos? ¿Tienes kit de terremoto? Linternas, agua, medicinas, alimentos, ropa, vodka (por versátil), algo de dinero y otras necesidades para unas 72 horas. ¿Cómo y por dónde vas a evacuar el edificio donde vives, o donde trabajas? ¿Tienes carpa y bolsas de dormir por si hicieran falta?
Recuerdo bien el terremoto de 1976 y lo críticas que son las primeras 48 horas. Dormíamos en los automóviles hasta que unos colegas de mi papá nos enviaron carpas desde Nicaragua. No había bancos, ni supermercados, ni agua, ni pan, ni tortillas. Ir al baño era muy incómodo. Mi madre hizo bisquits con harina que había en casa, y no hubo pan hasta que un empleado de mi papá nos llevó del que hacían en su casa. Mis padres lo organizaron todo muy bien; pero ya con experiencia, prefiero estar preparado. ¿Y tú?
*Ha sido seguido por más de una docena de temblorones más, frente a la costa de Chiapas; y en Guate fue de 7.7 grados.
Actualización: hice una consulta en @luisficarpediem y 46 lectores contestaron a la pregunta: ¿Tienes un kit de emergencias para el caso de un terremoto? Sólo 4 contestaron que sí; pero afortunadamente 23 dijeron que, aunque no tienen uno, sí van a prepararlo. Dieciocho lectores dijeron que no prepararán uno. Ojalá que ninguno de estos últimos sea mi vecino y luego venga a pedirme un par de pastillas contra el dolor de cabeza, cuando le haga falta.