El siglo XX empezó con 20 años de gobierno de Manuel Estrada Cabrera. Es cierto que fue un tirano, pero muchos aspectos de su vida son fascinantes: fue un civil que ejerció el poder entre una sucesión de militares y otra. Su presidencia fue la más estable de su tiempo. Su régimen no fue una dictadura bruta y sin contenido, sino que se inspiró en ideales ateneos de moda entre intelectuales de la belle époque. Fue el ejemplo vivo de un muchacho del interior del país que se superó mediante la educación. Fue el poster boy de la revolución liberal*.
La ilustración la tomé de Cultura Altense.
Es cierto que la suya fue una dictadura por donde se la vea, pero… no se puede permanecer ¡22 años en el poder! —en una sociedad tan díscola como la chapina— si esa continuidad no es útil y sin el apoyo y complicidad de sectores amplios de la ciudadanía.
Te cuento esto porque el investigador Luis Andrés Schwartz acaba de publicar los cinco capítulos de una investigación titulada: A 100 años del fallecimiento de Manuel Estrada Cabrera, apuntes biográficos y genealógicos breves sobre Pedro Estrada-Monzón Rivera (Quetzaltenango, 14 de abril de 1817 – 14 de enero de 1880). Puedes empezarla a leer en gazeta.gt/79548/ y, si te gusta la historia (en contraste con las recopilaciones de chismes y meras anécdotas), te vas a engasar con los descubrimientos.
¿Quién era, realmente, el padre de Estrada Cabrera? No desde la superficialidad de que se llamaba Pedro, o de que tal vez era cura, sino desde lo profundo de los archivos hemerográficos, genealógicos y oficiales,del que fuera un político y funcionario quetzalteco emparentado con lo más granado de la élite liberal de Justo Rufino Barrios. No te voy a espoilear el ensayo de Schwartz, pero prepárate para una aventura genealógica sorprendente.
El primer paso para responder aquella pregunta es entender que la historia la escriben los vencedores, y que lo que los guatemaltecos creemos saber de don Manuel ha sido oscurecido, deformado y manipulado por quienes lo derrocaron (con razón) y por sus corifeos (por tarea). El más conocido de estos fue Rafael Arévalo Martínez, que en su momento fue adulador de Estrada Cabrera e incluso pronunció discursos en las fiestas Minervalias. Del autor de ¡Ecce Pericles!, Luis Cardoza y Aragón dijo: Pergamino locuaz, cuyos labios decían menos que su mirada, lírico espárrago miope, muy miope, en celo, en celo siempre, de urticante voz amarilla que lanzaba saetas de vidrio. Desapégate de Arévalo Martínez.
Y el segundo paso es entender que la genealogía es un instrumento valioso para conocer el contexto de cualquier personaje, que en este caso es Pedro Estrada-Monzón. ¿Por qué? Porque esta disciplina no es sólo un listado aburrido de nombres, sino una ventana para explorar la historia de Quetzaltenango y de cómo las ambiciones de los antepasados de don Manuel se materializaron en su persona.
Con aquello en cuenta, en el ensayo se descubren un padre y un hijo que no son sólo lo que te enseñaron en segundo grado de primaria, ni únicamente lo que tus abuelos te cuentan. El ensayo no exculpa al tirano de sus tiranías, pero enriquece al hombre de quien sólo juzgamos 22 años, sin conocer los primeros 44. Para esto último, la identidad del padre de Estrada Cabrera, y sobre todo su huella política e intelectual, no deberían ser ignoradas. ¿Qué tan dispuesto estás a enriquecer tu narrativa con información nueva?
*Liberalismo francés o contintental, como lo describió Friedrich A. Hayek en Los fundamentos de la libertad en contraste con el liberalismo inglés, o empirista. Esto ma faltó aclararlo en el original que fue publicado en República.