Cuando usted lea en los medios de comunicación tradicionales que 500, o que 1000 personas se reunieron en la Plaza de la Constitución para pedir la renuncia de Alvaro San Nicolás Colom, y vea las fotos que muestran aquel espacio abarrotado, ¿qué va a pensar?
Cuando vea los titulares que dicen que los amigos y parientes del asesinado abogado Rodrigo Rosenberg se reunieron para manifestar, ¿qué va a pensar?
Ayer estaba extasiado cuando ví las fotos que un cuate me hizo el favor de tomar desde lo alto del camión que lleva el equipo de sonido para la gesta. Es que desde abajo no se nota el gentío que llega. Frente a la Catedral Metropolitana, un mar de guatemaltecos valientes y comprometidos con la justicia y con la paz estabamos ahì reunidos. Vea, usted, las fotos y se dará cuenta de la magnitud de este encuentro que ya es el tercero.
Hoy ocurrirá la cuarta jornada y si usted y los suyos nos acompañan, esta será mucho más numerosa…¡No bajemos la presión!
Ayer fue especial porque, ¡al fin!, la administración se dió cuenta de lo peligroso y contraporducente que es que ponga a sus acarreados en el mismo espacio que ocupan los ciudadanos que acuden de forma voluntaria y pacífica. Esta vez, la contramanifestación era de la Unidad de Acción Sindical y Popular, pero los dirigentes de esa asociación y sus patrocinadores en la administración tuvieron el buen tino de reunirse frente a la Casa Presidencial y no en la plaza. Y los organizadores de la demostración por la justicia tuvieron la buena idea de poner la tarima y el sonido frente a la Catedral. Yo me acerqué a la manifestación de la UASP y ellos también celebraban su encuentro y vitoreaban a San Nicolás en paz y de forma ordenada. Por un momento los motoristas se acercaron a los que apoyan a Los Colom, pero prevaleció la prudencia y se retiraron por la Quinta calle.
Así, sin provocaciones, había un ambiente de fiesta cívica y de encuentro. Esta vez también había presencia policial en atención a que el martes, muchos nos dimos cuenta de que ni la Policía Nacional Civil, ni la Policía Municipal de Tránsito habían asumido su responsabilidad en cuanto a garantizar la seguridad en el área para todos los chapines de uno y otro lado que ahí estaban reunidos.
Algunos medios de comunicación tradicionales llamaron la atención sobre aquella irresponsabilidad. Yo les escribí a algunos amigo en los cuerpos diplomático y consular para que le pidieran a la administración que no llevara provocadores y que garantizara la seguridad de todos en la plaza. Lo mismo hice con amigos médicos para que hablaran con Espada, y con los amigos y familiares que tienen parientes en la administración.
Muchá…aquellos de ustedes que no han asistido a estos encuentros se están perdiendo de experiencias inolvidables y cívicamente muy educativas. ¿Saben que al final de la gesta, los organizadores hasta piden que la gente recoja la basura que hay en su área para dejar la plaza limpia? ¡Ojalá pudieran ver la luz que hay en las caras de aquellos manifestantes que llegan en familia! Vieran que gusto da ver a personas que uno tenìa ratales de no ver; y el martes, por ejemplo, me encontré con un compañero del Tercer año de primaria. Vieran que gusto da ver a tanto chapin compartiendo la pasion de hacer la Historia.
Cuando vea las fotos lea las pancartas, note usted las piñatas, las playeras creativas, y otros recursos que la gente aporta de forma libre y espontánea. Note las expresiones de los ciudadanos en la plaza. Note cómo se organizó de bien la recolección de firmas para pedirle al Congreso que proceda con el antejuicio para Colom de acuerdo con la Constitución y las leyes.
En medio de todo, la reunión tuvo sus momentos. Uno de ellos fue cuando llegaron los motoristas. Al escuchar el ruido de sus máquinas la gente grita y los ovaciona para darles la bienvenida y los atronadores aplausos llenan la plaza.
En otro momento nos enteramos de que en la Séptima avenida la policía no dejaba pasar un autobús que -en recuerdo de los pilotos asesinados- venía para unirse al encuentro. Al bus se sumó un grupo de jóvenes muy entusiastas y fue detenido a la altura de la Novena calle. Periodistas y manifestantes corrimos para tratar de convencer a la policía que los dejara pasar y para acompañar al bus. Unos pocos minutos fueron necesarios para que privaran la razòn y la cordura y los jefes de la policìa dieron la orden para que el pelotón antimotines abriera el paso, luego de que los manifestantes nos hicieramos a un lado. La tensión bajó rapidamente y vi cuando varios manifestantes pasaron dándole las gracias a los polis. Por cierto que la intervención del equipo de la Procuraduría de los Derechos Humanos es de mucha ayuda en estas circunstancias.
La razón, la buena voluntad y la responsabilidad deben prevalecer en reuniones como esta; y por eso digo que esta gesta es un ejemplo cívico. Por eso digo que estas reuniones son experiencias de las que todos los chapines deberíamos aprender y que los extranjeros amigos que viven entre nosotros deberían de tratar de entender.
Cosa curiosa, pero no extraña, fue que en la terraza del Palacio Nacional había un equipo de fotógrafos haciendo lo suyo con los que estabamos en la plaza. Un par de cuates se dieron cuenta de eso mientras acompañabamos al equipo de Libertópolis en su cobertura periodística.
El martes, el sonido de la caracola maya nos hizo el llamado para continuar en esta gesta ciudadana y pacífica; y hoy, el eco de aquel llamado está presente. ¡Nos vemos en la plaza y que renuncie Colom para permitir la transparencia en la investigación!