Ve pues…así que la Junta Internacional de Estupefacientes, de la Organización de las Naciones Unidas, se pronunció en el sentido de que la despenalización de las drogas no es una opción.
Por un lado suena divertido, porque Junta Internacional de Estupefacientes es a Junta Internacional contra los Estupefacientes; lo que Esta medicina es buena para el dolor de cabeza, es a Esta medicina es buena contra el dolor de cabeza. Ve tu a saber.
Pero ya en serio. ¿Qué es la ONU? Una organización que acoge en su seno -junto a países respetables- a regímenes como los de Guinea-Bissau, Kosovo, Afganistán, Burma, Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador y otros que están íntimamente relacionados con el narcotráfico. Eso no sorprende si recordamos que regímenes asesinos como el soviético y el chino, o el de Pol Pot, en Camboya, eran miembros dignos de la ONU. Regímenes espantosamente corruptos como el de Robert Mugabe, o los de Iraq, Sudán y la República Democrática del Congo, son dignos miembros de la ONU. No son extraños, entonces, ni el cinismo, ni el absurdo que acarrea esta organización internacional.
¿Por qué iba a estar a favor de la descriminalización de las drogas si entre sus miembros distinguidos tiene a productores, traficantes y consumidores? ¿Por qué es que los burócratas cuyos puestos dependen de la guerra perdida contra las drogas iban a manifestarse a favor de despenalizar los estupefacientes?
El Institute for Global Ethics, citado por el periodista Eric Frattini, en ONU, historia de la corrupción, expone a la ONU como uno de los mayores centros de corrupción en el mundo Occidental; y entre las lacras que afectan a la Organización menciona corrupción, malversación, abusos y acosos sexuales, nepotismo, amiguismo, derroche, estafas, depilfarros, torturas, sobornos y mala gestión.
Jordi Raich, en El espejismo humanitario, nos cuenta historias de horror que el establishment de la burocracia internacional se empeña en ocultar.
¿Deberíamos tomar en serio la opinión de la Junta Internacional de Estupefacientes, de la ONU? Yo digo que no. Y por cierto, si te interesa el tema seguramente querrás firmar una petición internacional de apoyo, al Presidente de Guatemala, por su propuesta de discutir el tema de la descriminalización de las drogas. Puedes firmar aquí.
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