21
Ago 24

El rescate de la abeja

 

Encontré una abeja debilitada y empolvada en mi cuarto; y ¡Por supuesto que iba a tratar de rescatarla! Quienes visitan este espacio saben que son de mis animalitos favoritos. 

Al principio la abeja desconfiaba.

Corría la cocina para diluir miel en agua y con una cuchara ofrecérsela a la abeja.  Le acerqué el líquido y luego de superar la desconfianza natural empezó a beber con su probóscide. Libó un rato y decidí sacarla a la ventana para que se fuera.

Pero no se fue…y ahí se quedó. Entonces le derramé un poco del líquido dulce en el ladrillo por si necesitaba beber más.  Y no vi que bebiera.  Pero tampoco se iba. Y cayó la noche.

La abeja se paseaba por la cuchara.

Al día siguiente la abeja segúia en la ventana, así que decidimos moverla al balcón y depositarla en la hierbabuena donde estaría más protegida y después del desayuno, cuando la fuimos a ver, ya no estaba. Suponemos que se repuso y se fue.  

Desde que en la Primaria estudié a las abejas, las colmenas y la miel -en la clase de Ciencias naturales, agropecuaria y salud y seguridad, con Miss Estercita- valoro mucho el fruto del trabajo de aquellos animalitos.  Pero ya antes, desde la Preprimaria cuando mi abuelo Jorge volteaba la botella de miel y subía la burbuja y él decía que era el paracaidista, la miel llamaba mi atención y despertaba mi imaginación, y se me antojaba.

Se aproximó al líquido dulce.

Soy fan de las abejas

Cuando era niño, mi tía abuela, la Mamita hacía turrón a mano y cuando le ponía miel caliente a las claras de huevo para preparar aquel postre tradicional, a la cocina llegaba multitud de abejas que revoloteaban en el lugar; y a mí me fascinaba ese espectáculo.

Una vez, cuando tenía unos 14 años estaba viendo un documental de abejas en casa de mis padres y me entró un deseo irresistible de comer miel.  Fui a la despensa y me llevé la sorpresa de que no había miel de abejas.  Había de maple y de caña en el refrigerador, ¡Pero no había miel de abejas!  Lo que se me ocurrió fue dirigirme a la casa vecina de una amiga de mi abuela, y pedir que me regalaran miel.  ¡Así me quité el antojo!…y decidí que nunca debe faltar aquel producto en mi casa.

Le costó separarse de la cuchara.

Gracias a mi amigo, Bobby, cuyo padre tenía colmenas en Amatitlán, una vez –ca. 1979- participé en el proceso de sacar las colmenas, ponerlas en la extractora centrífuga y extraer el producto precioso y dulce elaborado por las abejas.  Me gocé lamer y chupar trocitos de colmena.

¿Cuándo fue la última vez que me picó una abeja? Creo que fue cuando estaba en Quinto año de primaria, minutos más, minutos menos, y fue en la finca Florencia durante un día de campo con mi familia, durante la temporada en la que mi papá corría en moto. Creo recordar que mi abuela me puso tabaco en la picadura, luego de sacar el shute de la abeja que me picó.

Después de haber bebido se paseaba como Pedro por su casa.

En otro orden de ideas, las abejas eran el símbolo personal de Napoleón I, emperador de los franceses.  Las abejas son símbolos muy antiguos relacionadas con la dinastía merovingia, símbolos del trabajo y de la inmortalidad.


27
Jun 24

Zompopos en casa y en clase

 

Más alegre que recibir la visita de zompopos de mayo en la oficina es recibirlos en casa…y comerlos en clase.

Los de las fotos, a uno lo encontré caminando en mi cocina y al otro lo hallé con sus alitas pegadas al piso del balcón. Luego de secar a este último lo lancé al bosque y se fue volando.

La semana pasada tuve la oportunidad de comer zompopos de mayo con un grupo de estudiantes. Les enseñé a comerlos sobre pan y guacamol; aunque es más rico sobre tortillas y tamibién se los puede comer sobre frijoles.  Les conté que es mejor comer sólo los abdómenes porque es más agradable y gourmand. Les recomendé que, cuando coman, no lo hagan como algo mecánico, o como si se estuviera consumiendo combustible por su octanaje y que lo hicieran por placer y para añadir alegría a la vida.

Me invitaron a una clase y comimos zompopos de mayo con aguacate.

En algunas poblaciones guatemaltecas a los zompopos de mayo los llaman macashes y en otras ch´eken. El año pasado me enteré de un área en la que les llaman chekeles, y de que son exportados. 

En el siglo XVIII, Francisco Ximénez, tel traductor del Popol Vuh, se refirió a los zompopos de mayo en su obra Historia natural del reino de Guatemala; y escribió que tienen la cabeza grande y unas tenazuelas que parece que son de acero y tienen filo, y punta corva y cruzada como las tixeras; y así cortan con ellas cosas bien duras…entre ellas hay unas muy grandes, y con alas, no son que críen alas, sin que es como la gente principal entre ellas. Aquestas grandes y con alas, no salen del hormiguero, sino es cada año cuando caen los primeros aguaceros, que es por el mes de mayo…y se levantan volando con una singularidad maravillosa, por lo cual los indios, y otras personas que las comen tostadas, y dicen que es comida sabrosa, las cogen con facilidad…y es que como no han visto luz, al verla tan hermosa se van a ella, y así los indios no tienen más que encender unos ocotes, y con esto se les vienen todas a las manos, y cogiéndolas las tuestan, y las comen, y aun las sacan a vender, como lo he visto.


12
Jun 24

¡Ya hay zompopos de mayo!

 

Lo novedoso de esta temporada de zompopos de mayo es que vi a las hembras preparando los agujeros donde depositan sus huevos. Nunca antes había visto esta actividad.

Una hembra de zompopo de mayo prepara su nido en el suelo.

El nombre científico de estas criaturas es Atta cephalotes y en Guatemala se los conoce como zompopos de mayo porque se los ve con las primeras lluvias en ese mes.  Por supuesto que como las primeras lluvias no caen al mismo tiempo, en todo el país, bien pueden aparecer en junio, porque en la ciudad de Guatemala, no fue hasta esta semana que cayeron lluvias respetables.

Después del apareamiento, las hembras de esta especia depositan sus huevos en la tierra acompañados por un hongo que facilita el proceso reproductivo y acompañados por saliva antibacterial que evita daños a los huevos.

Este año un zompopo cayó en mi oficina, y es mejor visita que los zancudos desgraciados. 

El zompopo que visitó mi oficina, con Maximón.

A mí me gusta comer una tortilla con frijoles, o con guacamol a la que le he añadido unos seis u ocho culitos de zompopos para elevar la experiencia. Allá por 1973, un cuate -cuya familia era de Santa Rosa- llevó al colegio una bolsa con zompopos de mayo fritos en mantequilla y les agarré más cariño a esos animalitos porque así son deliciosos.  Pero no los volví a probar hasta unas tres, o cuatro décadas más tarde.

Un zompopo de mayo vino a caer a mi librera.

Desde niño me llamaban la atención su tamaño, así como su dignidad y ferocidad porque cuando uno los agarraba, recibía rápido una mordida. Esta sin embargo, no era ponzoñosa como la de de una hormiga de fuego, ni nada parecido.  Pero era una señal inequívoca y valiente: ¡Conmigo no te metas y si caigo, voy a caer luchando!  Ese espíritu combativo también era su perdición; porque los chicos los cazábamos para hacer peleas de zompopos de mayo.  Yo prefería sentirlos caminar en mi manos y sentir los valientes mordidas; pero si había una pelea, no le hacía el feo. Este año, en El Soch, Quiché, me mordieron hormigas de esas que de verdad hacen arder la piel.

Un zompopo en mi oficina, con Maximón.

En algunas poblaciones guatemaltecas a los zompopos de mayo los llaman macashes y en otras ch´eken. La semana. pasada me enteré de un área en la que les llaman chekeles, y de que son exportados. Rumbo a El Soch, pasé por Cubulco, que es tierra de zompopos de mayo.

En el siglo XVIII, Francisco Ximénez, tel traductor del Popol Vuh, se refirió a los zompopos de mayo en su obra Historia natural del reino de Guatemala; y escribió que tienen la cabeza grande y unas tenazuelas que parece que son de acero y tienen filo, y punta corva y cruzada como las tixeras; y así cortan con ellas cosas bien duras…entre ellas hay unas muy grandes, y con alas, no son que críen alas, sin que es como la gente principal entre ellas. Aquestas grandes y con alas, no salen del hormiguero, sino es cada año cuando caen los primeros aguaceros, que es por el mes de mayo…y se levantan volando con una singularidad maravillosa, por lo cual los indios, y otras personas que las comen tostadas, y dicen que es comida sabrosa, las cogen con facilidad…y es que como no han visto luz, al verla tan hermosa se van a ella, y así los indios no tienen más que encender unos ocotes, y con esto se les vienen todas a las manos, y cogiéndolas las tuestan, y las comen, y aun las sacan a vender, como lo he visto.

Para que esta temporada comience con la alegría que debe comenzar, espero con ansias los primeros anacates del año.

¡Me alegró la visita de un zompopo en mi oficina!

De paso, algunos ecohistéricos, socialistas y colectivistas creen que el futuro es comer insectos porque no deberíamos comer carne.  Creen, incluso, que se debería prohibir la carne, o por lo menos ponerle impuestos tan altos que la hagan prohibitiva.  Pero tu, que eres listo, puedes distinguir que no es lo mismo echarle chapulines a la naranja para tomarse un mezcal, o comer una tortilla de frijoles volteados con unos cuantos zompopos, o deleitarse con unos escargots…¡Por placer!, que tener que comer bichos porque otras personas te fuerzan a hacerlo, o porque te prohiben, o te encarecen otras opciones.  Una cosa es comer algo por gusto y otra no tener opción.

Actualización: Lo único más alegre que recibir a los zompopos en la oficina es que nos visiten en la casa: 

Este zompopo alado llegó al balcón.

A este lo hallamos anoche en la cocina.

Anoche encontramos uno en la cocina y hoy en la mañana hallamos otro en el balcón.

@luisficarpediem

Lo novedoso de esta temporada de zompopos de mayo es que vi a las hembras preparando los agujeros donde depositan sus huevos. Nunca antes había visto esta actividad #zompoposdemayo #tradicion #attacephalotes #zompopos #alimento #comidatipica #insectos #luisfi61 #comidatipicaguatemalteca

♬ sonido original – Luis Figueroa


10
Jul 23

Rayos en el volcán de Agua

 

Una buena tormenta eléctrica se desató hoy al atardecer y produjo rayos sobre el volcán de Agua.

La hora dorada acompañada por rayos. Foto por Luisfi.

Desde mi balcón se aprecia rayo tras rayo sobre el coloso, junto a la ciudad de Guatemala.

La tormenta eléctrica duró varios minutos. Foto por Luisfi.

Me encantan las tormentas eléctricas…pero como dice mi mamá: De lejos se ven los toros.  Cuando los rayos caen muy cerca y uno tras otro ya no me encantan.


25
Abr 23

El regreso de las luciérnagas al cedro: un evento único y especial

 

Como en un bosque encantado, las luciérnagas nos ofrecen un espectáculo de luces en el cedro del vecino.  Cientos y cientos de lucesitas se encienden y se apagan en lo oscuro del bosque y en aquel árbol.

Desde 2014 que no veía esa intensidad de actividad y no es una dicha que tenemos con frecuencia; en 2011 conseguí una foto en la que las luciérnagas se veían -aunque muy tenues- en el fondo negro del bosque; y en 2010 uno de esos animalitos llegó hasta nuestro balcón.

Desde niño, las luciérnagas  siempre me han fascinado y me alegra muchísimo cuando puedo tener una, o varias en mis manos.  ¿Será mucho pedir que una, o varias suban a nuestro balcón este año?

La foto no las capta como las capta el vídeo, pero ahí están las luciérnagas.

Desde siempre me maravillaba al verlas aparecer y desaparecer, y también me llamaba la atención lo dóciles que son. Uno puede tomar una y tenerla en la mano caminando durante bastante tiempo sin que alce el vuelo. Cuando era chico, la primera vez que tomé una creí que quemaba, pero claro que no y estaba fascinado con ella en mi mano.

La magia de esta noche se ha incrementado porque la luna, de un color intenso, está sobre la ciudad y muestra sus cráteres a simple vista.

La Luna, en cuarto creciente, sobre la ciudad.

La Luciérnaga, por cierto, era el nombre un drive-in al que mis padres solían llevarnos los domingos para la cena. El local se hallaba donde hoy se encuentran las torres del Centro Financiero  en la zona 4; y a mis hermanos y a mí, ¡cómo nos gustaba ir a ese lugar! El nombre le iba porque el área era oscura y árboles grandes, y la luz del drive-in se veía tenue entre la oscuridad. Y ahora, que ya no tengo la inocencia que tenía a los 9 años, pienso que debe haber sido interesante lo que ocurría en algunos de los automóviles que llegaban a buscar refugio en aquel ambiente escondido. Y pienso que les debe haber parecido fastidioso un auto con dos adultos divertidos y tres, o cuatro niños bulliciosos.


29
Sep 21

Paseo a la laguna de Calderas

 

La laguna de Calderas, hace miles de años, fue un cráter de un volcán y hoy es un rincón encantador para ir de paseo y hacer picnic.

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El domingo dispusimos enmontarnos y el lugar elegido -por cerca y porque no lo conocíamos- fue aquella laguna.  Agarramos por la autopista a Palín entramos al cruce para San Vicente Pacaya, luego llegamos a San Francisco de Sales y la laguna está ahí nomás adelante.  Aunque es sinuoso y la parte final del camino es de terracería, se llega con comodidad y con facilidad.

Como es una caldera volcánica, y no es muy grande (900 x 600 metros), son especialmente atractivas las paredes de naturaleza que rodean el lugar, sobre todo porque las sientes cerca.  El agua de la laguna es sorprendentemente limpia, tomando en cuenta que los pobladores seguramente echan todo lo que pueden en la cuenca y también toman, de ella, toda el agua que quieren.  Nosotros íbamos con ánimo de picnic, pero leímos que hay oportunidades de senderismo, paseos en canoa, alguito de pesca y otras en Parque Calderas.

Optamos por la Finca Laguacate, teléfono 4219 5156 y 42126 203 donde hay una playita agradable, hamacas, bastante espacio, facilidades para churrasco, mesas, baños bien limpios y buena atención.  Llegamos y aunque había unas siete familias, por lo espacioso del lugar no nos cruzábamos unos con otros.  Sólo durante unos pocos minutos hubo un grupo molesto con una moto ruidosa.

Mi amiga, Carla, nos había recomendado el lugar porque ella y su familia se quedaron a dormir en unas cabañas chulas y creo que nos gustaría mucho ir ahí. Ha de ser riquísimo pasar ahí la noche y escuchar sus sonidos característicos y sentir sus aromas.  Ha de ser agradabilísimo amanecer allá, sobre todo en temporada de frío y disfrutar de los cambios en la luz y en los colores.

A principios de los 80 y con mi amigo, Bobby, dispusimos ir en moto desde la casa de sus papas en Amatitlán hacia la laguna; pero salimos tarde y a medio camino nos dimos cuenta de que si seguíamos hasta Calderas íbamos a tener que regresar de noche.  De esa cuenta nos devolvimos y nunca más regresamos y yo me quedé con las ganas de ir.

Me alegro de haber ido el domingo pasado. Descontando la salida de la ciudad de Guatemala es un viaje corto y agradable. Un paseo relajante y enriquecedor.


20
May 21

En el Día de las abejas

 

Hoy es el Día de las abejas; y como esos son unos de mis animalitos favoritos, pues lo celebro.

De vez en cuando una abeja cansada, o dos, caen en mi balcón y si tienen suerte me doy cuenta.  Me gusta prepararles agua con miel para que beban, se repongan y alcen el vuelo.  ¡Ni te imaginas lo alegre que me pongo cuando veo que vuela y se va!

En casa siempre hay miel y la usamos para comer waffles, panqueques y crepas, para comer con bananos, como golosina y para cocinar.  Siempre andamos en busca de mieles y tenemos preferncia por las que tienen sabor amaderado.  ¿Sábes qué es delicioso? Comer la miel con una astilla gruesa de madera recién cortada. ¡Que cosa rica el buen pan francés con miel!  ¿Has comido queso chancol, o queso manchego con miel?

El año pasado dos amigas nos regalaron cuatro mieles distintas, muy distintas, para catar y fue una experiencia encantadora.

Desde que en la Primaria estudié a las abejas, las colmenas y la miel -en la clase de Ciencias naturales, agropecuaria y salud y seguridad, con Miss Estercita- valoro mucho el trabajo de aquellos animalitos.  Pero ya antes, desde la preprimaria cuando mi abuelo Jorge volteaba la botella de miel y subía la burbuja y él decía que era el paracaidista, la miel llamaba mi atención y despertaba mi imaginación, y se me antojaba.

Cuando era niño, mi tía abuela, la Mamita hacía turrón a mano y cuando le ponía miel caliente a las claras de huevo para preparar aquel postre tradicional, a la cocina llegaba multitud de abejas que revoloteaban en el lugar; y a mí me fascinaba ese espectáculo.

Una vez, cuando tenía unos 14 años estaba viendo un documental de abejas en casa de mis padres y me entró un deseo irresistible de comer miel.  Fui a la despensa y me llevé la sorpresa de que no había miel de abejas.  Había de maple y de caña en el refrigerador, ¡Pero no había miel de abejas!  Lo que se me ocurrió fue dirigirme a la casa vecina de una amiga de mi abuela, y pedir que me regalaran miel.  ¡Así me quité el antojo!…y decidí que nunca debe faltar aquel producto en mi casa.

Gracias a mi amigo, Bobby, cuyo padre tenía colmenas en Amatitlán, una vez –ca. 1979- participé en el proceso de sacar las colmenas, ponerlas en la extractora centrífuga y extraer el producto precioso y dulce elaborado por las abejas.  Me gocé lamer y chupar trocitos de colmena.

¿Cuándo fue la última vez que me picó una abeja? Creo que fue cuando estaba en Quinto año de primaria, minutos más, minutos menos, y fue en la finca Florencia durante un día de campo con mi familia, durante la temporada en la que mi papá corría en moto. Creo recordar que mi abuela me puso tabaco en la picadura, luego de sacar el shute de la abeja que me picó.

En otro orden de ideas, las abejas eran el símbolo personal de Napoleón I, emperador de los franceses.  Las abejas son símbolos muy antiguos relacionadas con la dinastía merovingia, símbolos del trabajo y de la inmortalidad.

Hoy celebro a las abejas y al magnífico producto de sus afanes.


01
Feb 21

La alegría de liberar ranitas

Las ranitas arborícolas son encantadoras, no sólo por su precioso color verde, sino por sus ojos oscuros y prominentes, que contrastan sobre el resto de sus cuerpos, y por sus deditos adherentes.  Así que cuando me preguntaron que si quería participar en la liberación de ranitas dije que sí.  ¡Por supuesto que si!

Liberamos a los batracios, criados en cautiverio, en el jardín Manuel F. Ayau de la Universidad Francisco Marroquín donde están registradas en el Arboretum de La Marro; y fueron donadas por el criador y conservados Roberto Bregni.

Las ranitas llegaron en una cubeta y nos trasladamos a la fuente que hay frente a la Biblioteca Ludwig von Mises.  Don Roberto identificó el árbol y las hojas que más podrían gustarles a los animalitos y ahí procedimos a colocarlos bajo las hojas.

Pero resulta que las ranitas son animales nocturnos y que trabajan de 10:00 p. m. a 4:00 a. m. poco más, o menos; de modo que la mayoría estaban dormidas a la hora de la liberación.  Así que había que tomar una ranita, despertarla, asegurarse de que estaba despierta y luego acercarla a una hoja volteada de modo que se pegara a ella con sus deditos provistos de ventosas.  Así que ahí me tenías diciéndoles a las ranitas que me tocaron: ¡Ricos días!

Ya te imaginarás que las pobres no tenía idea de lo que ocurría, siendo que todas sus vidas las habían pasado en cautiverio; así que algunas se defendían.  ¿Y cuál es la primera línea de defensa? ¡Pues una meada!  De repente sentía que mi mano cubierta por guante se enfriaba notablemente y eran los orines de la rana.  Las ranas no mean tibio, sino que mean bien frío.

Yo no les tengo asco a las ranas, de niño solía pescar tepocates y una vez mi hermano y yo llevamos ranas a la casa de mis padres, obtenidas en casa de unos amigos y como se hacían las cosas en los años setenta, tomábamos a las ranitas con las manos, sin guantes y así las poníamos en el jardín.

Hay algo maravilloso en el acto de llevar animalitos a su habitat natural con la esperanza de que vivan ahí y prosperen.  La experiencia de las ranitas fue muy parecida a la liberar tortuguitas en Monterrico.  Excepto porque lo de las ranitas fue mucho más íntimo.

Hace unos 15 años yo ya había visto una rana arborícola en la UFM porque una de ellas apareció adherida a una ventana cerca de mi oficina, ahí estuvo un par de días y luego se fue.  Según don Roberto quizás andaba buscando dónde poner huevos.

Es muy probable que nunca vuelva a ver a alguna de las ranas que liberamos el viernes pasado, ni a sus proles, pero de verdad les deseo una vida larga y próspera.


06
Jul 20

La niebla más hermosa

La niebla más hermosa que he visto en mi vida se desplazó por la ciudad de Guatemala, desde la costa sur, ayer en la tarde.

La niebla fue cubriéndolo todo con un color dorado.

Vino justo a la hora en que empezaba el ocaso y se dejó venir rápidamente por la meseta central.  Fue agarrando un color dorado que contrastaba con el azul del cielo -que tenía tonos grises- y con lo verde de mi vecindario.

La niebla fue creando contrastes con los colores del atardecer.

Luego de tantos colores, todo quedó cubierto por la neblina espesa y gris para dar paso a la lluvia.

Fue como una explosión de colores.

A mí, la niebla me encanta.  Me da ganas de chocolate caliente con pan francés.  Me fascina especialmente cuando la veo avanzar a gran velocidad.  Fue una dicha ver este espectáculo.


23
Jun 20

¿Ya vino el polvo del Sahara?

La foto es hacia el norte de la ciudad de Guatemala y en el horizonte se ve una bruma que yo digo que es inusual.  En la madrugada, por ejemplo, había una bruma de color rojizo sobre la ciudad en el norte y en el nor-oeste. ¿Ya vino el polvo del Sahara?

¿Polvo del Sahara en la ciudad de Guatemala?

Cada año el polvo del Sahara se levanta de la tierra y es transportado por el aire a más de 3 mil millas sobre el océano Atlántico. Es un fastidio y a mi me ocasiona molestias en la garganta y en los ojos.

Si quieres seguir el movimiento de la nube de polvo haz clic aquí.

Así se veía la ciudad más cerca del medio día.

La Conred recomendó que tengamos cuidado con las personas con enfermedades respiratorias crónicas, adultos mayores, mujeres embarazadas y niños.

Si se tiene sensación de cuerpos extraños en los ojos, se deben lavar con abundante agua. Preferiblemente utilizar agua potable o hervida y lavarse las manos antes de iniciar. Cubrir las fuentes de agua como pozos, estanques de almacenamiento, toneles y recipientes para evitar la contaminación del líquidos.

Llovió en la tarde y algo se limpió el aire; pero ya se siente otra vez molesto.

Quienes están esperando una nube de arena, como en la película La momia, quedarán decepcionados.

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