Tal vez ya se supo y no me he enterado; pero cuando fueron exhumados los restos de Miguel García Granados -héroe de la Revolución liberal de 1871- la caja que los contenía estaba adornada con un escudo de Guatemala y otras piezas de metal. Sin embargo, cuando los restos fueron devueltos al Cementerio Ganeral, la caja en la que iban no tenía ornamento alguno.
Si la familia decidió quedarse con los adornos pues ¡que bien! De hecho cuando exhumamos a mi abuelo, Luis, yo me quedé con su lápida de bronce y cuando exhumamos los de mi padre, Luis, mis sobrinos se llevaron las letras de bronce de la lápida.
Me gustaría que aquel fuera el caso; y no que los ornamentos hayan ido a parar a manos de los amigos de lo ajeno. Digo, porque en el Cementerio General el saqueo de bronces y otras piezas metálicas es escandaloso. En la ciudad de Guatemala, monumentos y placas han sido arrancados y mutilados de una forma vergonzosa. Unas plaquitas de bronce que había en la Sexta avenida y 8a. calle de la zona 1 desaparecieron cuando fue remodelada esa vía; y cuando fue remodelada la Plaza de la Constitución, la placa que recordaba a las víctimas del bombazo de septiembre de 1981 por parte de la guerrilla, también fue desaparecida. El mismo monumento a don Miguel, en la Avenida de la Reforma, está mutilado.
También llamó la atención la poca dignidad con la que las autoridades trataron los restos del líder de aquella importante revolución.
¿Alguien sabe qué pasó con las decoraciones que había en la caja de don Miguel?
Las fotos las tomé de Facebook.