Haz clic en la foto para ver más fotos |
Una máscara con dientes humanos enormes, o de mono, es lo que más me impresionó de la exhibición de máscaras de danzas tradicionales, en el Museo Popol Vuh. Lo otro que más me impresionó fue el montaje…es que parece que las máscaras estuvieran flotando. Finalmente me impresionó la variedad.
El Museo explica que Guatemala cuenta con un gran número de danzas que forman parte de las expresiones culturales de las personas. En los bailes, los participantes de valen de trajes y de máscaras para representar diferentes personajes que pueden ser reales, o mitológicos; humanos, o animales. El equipo se compra, o se alquila en morerías que son negocios especializados en donde se fabrican y se guardan los trajes y las máscaras. En 2011 visité la morería de don Esteban Suruy.
Durante la época de la colonia la iglesia católica trató de erradicar algunas danzas porque consideraba que eran paganas e introdujo nuevos temas de acuerdo con sus intereses. Algunos bailes antiguos sobrevivieron parcialmente, o cambiaron de nombre. Entre las que aún se conservan se cuentan: la del venado, la de los mexicanos, la de moros y cristianos, la de los viejitos y la de los güegüechos.
La exhibición del Museo Popol Vuh muestra el uso de máscaras en distintos contextos y a través de la Historia. El uso de las mismas se relaciona con el concepto de cambio y de transformación. Transformarse en algo distinto a lo que uno es convierte situaciones cotidianas en mágicas y espirituales. Las máscaras son elaboradas con materiales distintos y se usan en danzas así como en rituales de guerra, mortuorios y mágicos.
En la exhibición del Museo también destacan una máscara prehispánica, de barro, que es espantosamente bella; y una colección de figuritas enmascaradas que parecen personajes salidos de un cunto de H. P. Lovecraft, como un hijito de Cthulhu, o algo así.