29
Dic 13

Ante los atentados contra la libertad de expresión

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La junta directiva de la asociación de ex diputados constituyentes publicó un comunicado muy oportuno ante los atentados contra la libre emisión del pensamiento.  En el mismo expresaron su preocupación y alarma ante el servilismo de algunos miembros del Organismo Judicial, especialmente en acciones contra los ciudadanos José Rubén Zamora y Mario David García, así como contra el diario El Periódico y el Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras.

Recuerdan, los exconstituyentes, que la función de la Procuraduría de los Derechos Humanos es la de defender a los ciudadanos contra los abusos de los funcionarios del estado y que la crítica hacia esos funcionarios no es delito.

El documento advierte contra el debilitamiento de las instituciones.


30
Ago 13

Por la libertad de expresión II

Proclamo en voz alta la libertad de pensamiento, y muera quien no piense como yo, escribió Voltaire (como ironía); y pareciera ser que esa es la consigna del Procurador de los Derechos Humanos… y la de su clientela.

¿Cuál es la evidencia para aquella afirmación? El hecho de que el PDH condenara a Ricardo Méndez-Ruiz por sus expresiones sobre el pasado guerrillero de muchos miembros de Organizaciones no gubernamentales que medran alrededor del tema de los derechos humanos. El Procurador cree que puede condenar moralmente a Méndez-Ruiz (como podría condenar a cualquier otro ciudadano que no estuviera de acuerdo con él), porque supone que las perspectivas que expone el ciudadano señalado criminalizan las actividades de muchos oenegeros durante el enfrentamiento armado interno.

El hecho, sin embargo, es que la guerrilla organizaba y ejecutaba actos como secuestros; y no hay necesidad alguna de criminalizar el secuestro, porque esa actividad ya está tipificada en el Código Penal. ¿Sabes qué otra cosa escribió Voltaire? A los muertos se les debe respeto, y a los vivos nada más que la verdad. La Historia de Guatemala está siendo escrita ahora mismo y –en busca de la verdad– los guatemaltecos tenemos derecho a escuchar todas las perspectivas posibles de lo que ocurrió durante los años en los que la guerrilla intentó establecer la dictadura del proletariado por la fuerza. Méndez-Ruiz, y otros ciudadanos como él, están abriendo ventanas para entender mejor lo que ocurrió entonces.

Alguien, en Facebook, escribió que no se debería señalar a los exguerrilleros por pecadillos que cometieron en los años setenta y ochenta. Perdonen, pero pecadillos cometen los acólitos que se toman el vino de consagrar en las sacristías. Los secuestros y otros delitos cometidos por exguerrilleros (y ahora oenegeros) no son pecadillos; y los guatemaltecos y la Historia tenemos derecho a conocer de aquellos actos y a saber quiénes los cometían. Aunque eso incomode a la clientela del Procurador.

La libertad de expresión está bajo asedio, no mediante la vieja censura, sino por medio de actos como la judicialización y la condena de las informaciones y opiniones inconvenientes.

Esta columna fue publicada en El periódico.


23
Ago 13

Por la libertad de expresión

Hasta hace poco, quienes más hacían uso de la libertad de expresión en público y con frecuencia eran los periodistas desde sus diarios, y sus estaciones de radio y televisión; por eso anda por ahí la creencia de que aquel derecho individual es un privilegio para periodistas.

Empero, la libertad de expresión es una manifestación de la libertad (a secas), uno de los indiscutibles derechos individuales reconocidos en toda sociedad civilizada para todos sus miembros sin distinción alguna. Por eso es que es cierto aquello de que quien defiende su derecho, lo defiende para todos los demás.

Aquella condición adquiere más importancia si tomamos en cuenta que la libertad y la tecnología empoderan como comunicadoras a todas las personas que quieran hacer uso de las numerosas posibilidades que hay (Facebook, YouTube y Twitter, para citar tres). Una persona cualquiera no necesita de un diario, una radio, o un canal de televisión para hacerse escuchar y para tener influencia; y por eso es que los que usufructuan el poder están aterrados.

Hasta hace poco era relativamente fácil que los dictadores del momento, o los aspirantes a dictadores, ejercieran sus facultades –legales o no– para censurar información y opiniones que perjudicaran sus intereses, o los de sus clientelas. Ahora es más difícil, porque la censura es generalmente mal vista en todas partes y porque, si un régimen quiere mantener las apariencias republicanas, no puede actuar de forma burda como se hacía antes. Pero, sobre todo, porque la tecnología ha descentralizado y desconcentrado las fuentes de información y de opiniones. Por eso es que los regímenes más hábiles acuden a recursos como la judicialización y la criminalización de las informaciones y opiniones inconvenientes.

Tu libertad de expresión está siendo asediada y muchas veces el asedio es sutil, pero otras es descarado y muy violento. Y a los chapines de estos tiempos nos toca defender la libertad de expresión frente a los ataques directos, así como contra las falacias y mentiras que los pipoldermos y sus clientelas fabrican para coartar la libertad.

Columna publicada en El periódico.


09
Ago 13

La censura y la dictadura

Las dictaduras del viejo cuño censuraban a lo bruto; o había una oficina oscura por en algún edificio del régimen por la cual tenían que pasar todos los materiales sujetos a inspección; o en los lugares donde pudieran surgir esos materiales -medios de comunicación masivos, por ejemplo- se instalaba un equipo de censores.

En la historia reciente de Guatemala, y cuando yo trabajaba en Aquí el Mundo (un noticiario de televisión), mis compañeros me contaban que durante el régimen de Efraín Ríos Montt la censura operaba de tal manera que las noticias pasaban por el censor segundos antes de que estuvieran programadas para ser transmitidas; de modo que si al censor se le ocurría que una noticia no podía ser transmitida, había una pausa incómoda.  La censura no sólo es una violación a la libertad de expresión; sino que suele ser ejercida con lujo de fuerza y de forma abusadora…sólo porque se lo puede hacer de esa forma.  Hace pocos años y durante el golpe de estado que protaginizó Jorge Serrano, ese régimen torpe intentó actos de censura que muchos enfrentaron valientemente y otros aceptaron ovejunamente.

La censura puede ser un instrumento útil para una dictadura, o para un régimen que pretende elevar sus niveles de control político sobre la población casi a los de una dictadura.  Pero tiene desventajas: La primera es tecnológica porque no es lo mismo imponer censura en 3 diarios impresos, 3 canales de televisión y 16 noticiarios de radio (las cifras son sólo para ilustrar) que tratar de callar todos los blogs, Facebook, Twitter y docenas y docenas de otros medios de comunicación.  En los años 90, recuerdo que en Burma el régimen militar castigaba con 8 años de prisión a quien tuviera un fax.  Recientemente, en Egipto el régimen no puedo detener las comunicaciones por medio de redes sociales y teléfonos que facilitaron su derrumbe. La segunda es que la censura generalmente tiene mala prensa (cuando la prensa no es cómplice, claro).  La censura y las mordazas que la hacen posible, generalmente son denunciadas y rechazadas en todo el mundo civilizado y por eso es que los regímenes autoritarios y los que pretenden ser totalitarios ya no censuran pelado.  China y Rusia pueden censurar a lo bruto, pero sólo porque sus regímenes son extremadamente inescrupulosos.

Recientemente, en Ecuador, el régimen diseñó una ley que les permite a los políticos controlar el contenido de las noticias y de los comentarios por medio de la regulación nacionalista de los contenidos y de la propiedad de los medios masivos.  Allá, el régimen de Rafael Correa utiliza la legislación (que no la ley) para protegerse de la crítica, de la denuncia, de la oposición y de la actividad contralora por parte de la prensa, de los tributarios y de los electores.  En consecuencia, las leyes, que deberían proteger a la gente contra los abusos de quienes ejercen el poder, se convierten en normas que impiden el ejercicio sano de la ciudadanía y provee de blindaje a los actos abusivos de quienes controlan las armas, los tribunales y las regulaciones.  Regímenes como los de Venezuela, Bolivia y Nicaragua, usan las mismas técnicas amordazantes de forma legal.

¿Qué, entonces, es una mordaza?  La organización Un mundo sin mordaza considera que es mordaza todo instrumento, medida o regulación que se utilice:

Consideramos mordaza todo instrumento, medida o regulación que se utilice:

  • Para frenar, limitar, coartar, censurar o condicionar la libre creación , expresión y difusión de ideas, opiniones o sentimientos y el libre ejercicio de actividades culturales en el sentido más amplio, que incluye la investigación, la ciencias, las artes, los cultos, los credos y todas las prácticas de búsqueda de la verdad, la belleza, la justicia y la felicidad conforme al dictado de la libre subjetividad de individuos y grupos.
  • Para criminalizar la protesta o para impedir la objeción, la crítica, el disenso, la discrepancia y la diferencia.
  • Para forzar a la pertenencia, a la asociación o al ejercicio de conductas, prácticas y actividades contrarias al libre criterio subjetivo del individuo o del grupo.
  • Para convertir a la educación en una herramienta de indoctrinamiento. Para forzar a la adhesión a ideologías, credos o dictámenes de personas, instituciones u organizaciones.
  • Para limitar el derecho al trabajo, a la propiedad privada, a la libre empresa, al comercio, al salario, al juego, a la vida, a la libre asociación y al libre desempeño de cualquier actividad lícita de expresión, comunicación o comercio de ideas.

Dada la inaceptabilidad de la censura en estos tiempos de democracia, los regímenes que quieren hacer uso de instrumentos amordazantes deben hacerlo mediante el uso de las facultades que se atribuyen como consecuencia de haber sido electos por mayoría; y al amparo de leyes que consiguen por medio de sus aplanadoras parlamentarias, y de tribunales sumisos.  Así es fácil de disfrazar la censura con velos y velos de regulaciones y fallos serviles que, aunque legales (en el sentido más ofensivamante positivista del término), nunca pueden ser legítimos…ni remotamente aceptables.

La libertad de expresión es un derecho incuestionable en una sociedad sana y civilizada; y como tal no puede estar sujeta a las necesidades políticas, ni a las exigencias del poder. Ya sabes: los derechos individuales deben prevalecer sobre los interes colectivos y sobre los intereses individuales.

Estas meditaciones vienen al caso en el contexto de los procedimientos express contra Giovanni Fratti por opiniones vertidas en la radio en el contexto del caso de Rodrigo Rosenberg.  Los pipoldermos tardaron en animarse a imitar a sus colegas de América del Sur y están haciendo sus pinitos en el arte maligno de censurar mediante expedientes democráticos y guizachadas.  Los Colom lo intentaron con el tuitero @jeanfer; Rafael El machete Espada lo intentó con Marta Yolanda Díaz-Durán y ahora los pipoldermos de turno lo intentan con el caso de Fratti; con un caveat, eso sí:  No lo intentan directamente, sino por interpósita persona.  Así son menos evidentes la intimidación y la censura; intimidación y censura que no sólo van dirigidas al personaje que es víctima directa del ataque, sino contra cualquiera otro que vaya a tener la osadía de exprersar opinión alguna que incomode a los pipoldermos, o a su clientela.

Si esta intentona por judicializar las opiniones tiene éxito, los pipoldermos tendrán en sus manos una herramienta poderosa y efectiva de censura y de control poblacional.  No te engañes pensando que las víctimas sólo seran los periodistas.  Toda persona tiene opiniones (informadas, o no).   Tu libertad de expresión está en peligro.

Si funciona el acoso judicial contra las opiniones, todos aquellos que expresen opiniones contrarias a los intereses de los pipoldermos podrían enfrentar denuncias judiciales que, aunque espurias e ilegítimas, tendrían costos para las víctimas.  Costos monetarios, psicológicos, sociales y, en casos extremos, hasta penales.

La judicialización de opiniones es una arma muy peligrosa de intimidación política; sobre todo si es de carácter penal.  En una sociedad sana, si se qusiera proteger la honra de las personas contra acusaciones o sindicaciones falsas, por ejemplo, lo más atinado sería optar por la vía civil.  Además, para más protección de los derechos individuales y de la labor contralora que los ciudadanos deberían ejercer sobre los mandatarios, estos y sus funcionarios no deberían de poder evadir la crítica mediante procedimientos judiciales.  Total, la libertad y la responsabilidad son dos caras de la misma moneda.

Con el caso en cuestión, la sociedad guatemalteca esta en uno de esos momentos críticos que demandan acción y responsabilidad de parte de la ciudadanía.  Y la bifurcación es la siguiente: ¿Le abrimos la puerta a la censura legalista y enmascarada, o se la cerramos con fuerza y en defensa de la libertad? ¿Defendemos la república, o le ponemos la alfombra de bienvenida al autoritarismo y a la dictadura?  ¿Actuamos como seres humanos, o como ovejas?

Tu…¿qué decides?


18
Abr 13

¿Qué dice el Procurador de los Derechos Humanos?

Llamado a la paz y a evitar la confrontacion social

En las últimas semanas, diversas acciones y pronunciamientos que atraen la polarización,  insinúan e incluso podrían incitar a la violencia, me hacen reiterar la necesitdad de apelar al sentido de nación y espíritu democrático de toda la población guatemalteca,para que no se dejen manipular por ningún tipo de presiones ajenas al debido proceso y al ejercicio imparcial de la justicia, dice un comunicado publicado por el Procurador de los Derechos Humanos.

Dado que en política, la palabra polarización se refiere a la división de la opinión pública en extremos opuestos, uno puede suponer que al Procurador le incomoda aquella división.  ¿Preferiría, el funcionario, que la opinión pública fuera una sóla?    Si es así, ¿cuál prefiere? ¿Preferiría que en el contexto del juicio viciado por supuesto genocidio no se cuestionaran los designios de los grupos nacionales e internacionales interesados en condenar a Efraín Ríos Montt y a José Mauricio Rodríguez aún a costa del estado de derecho y del debido proceso?

Personalmente, yo preferiría un Procurador que considerara total y absolutamente inaceptables los procesos judiciales y las presiones ajenas al debido proceso, al ejercicio de la justicia.  Preferiría un Procurador que fuera inmoderado en su defensa de la presunción de inocencia y de otras garantías procesales.  No sólo para los encartados en el proceso que originó el pronunciamiento, sino para todos los habitantes de la República.  Personalmente preferiría un Procurador que defendiera la libertad de expresión no sólo en esta caso, sino en cualquiera otro.

¡A ver si el Procurador dice algo con respecto a las presiones que ejerce la presencia de cuatro jueces y fiscales que vinieron a apoyar a los grupos interesados en sentencias condenatorias a cualquier costo!

El futuro de Guatemala está en juego y más que una mordaza lo que necesita la opinión pública es confianza en que se puede reflexionar, cuestionar y discutir sin la censura de quienes están obligados a defender la libertad de expresión.


05
Abr 13

Nuevo ataque cibernético a “El periódico”

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Por sexta vez, desde octubre, y desde la cobarde clandestinidad, la administración de Otto Pérez Molina ha botado el sitio Web de El periódico.  Te invito a leer esta columna de José Rubén Zamora, presidente del diario.


18
Feb 13

Libertad de expresión, “Plaza pública”, e impostura

Estoy de acuerdo con la idea de que los medios de comunicación -incluidos los masivos- existen para el ejercicio de la libertad de expresión de sus propietarios; y por eso creo que no se debe limitar la existencia de medios de comunicación.  The more, the merrier; porque así los hay para todos los gustos.  Creo, también -pero esta es una consideración más mercadológica, que de otra naturaleza- que a los medios de comunicación que tienen pretensiones de ser masivos, les conviene ser diversos.  Y a los usuarios nos conviene que compitan.

Estoy convencido de que cuando los propietarios de un medio de comunicación deciden publicar algo, o no, lo que hacen es ejercer su derecho de propiedad y que esa decisión no constituye censura.  El propietario tiene derecho a decidir qué ideas va a apoyar con sus recursos, y qué ideas no.  Y ya que hay ideas buenas, e ideas malas, no considero que sea algo virtuoso financiar, o apoyar la diseminación de las ideas malas.  Es más, creo que eso es intrínsecamente malo.  El buen periodismo debe ser objetivo; pero…¿tiene que ser imparcial?

Dicho lo anterior no me parece que Plaza pública haya cometido censura cuando su director, Martín Rodríguez tomó la decisión de quitar una columna de opinión y cerrar el blog: La vida parcialmente examinada, compartido por Walda Salazar y Oscar Pineda.  El director de aquel medio actuó en defensa de los intereses de los propietarios del diario y de sus patrocinadores.  El diario es de los jesuitas y estos tienen derecho a pedirles a sus empleados y a sus colaboradores que no critiquen a la Compañía, ni al Papa, ni al Vaticano.

Y hasta aquí llegaría la cosa si no fuera porque Plaza pública se presenta como paladín de la libertad de expresión sin compromisos con los poderes, ni con los patrocinadores o anunciantes.  Con respecto a la relación entre el periodismo y los patrocinadores, el 9 de marzo de 2012 el diario publicó un editorial titulado El periodismo y la censura empresarial.  En esa pieza el diario afirmó que  uno de los problemas más profundos de la libertad de expresión en una democracia y la consideración del derecho a la información como un bien público para la sociedad de Guatemala y Centroamérica: la censura empresarial y la autocensura de los medios.

“Plaza pública” surgió…porque un grupo de periodistas estábamos frustrados con los límites a la libertad de expresión y de prensa que existen en los medios tradicionales a la hora de abordar …el papel del sector privado en nuestro país.

Los periodistas y los medios en Guatemala nos legaron en 25 años una democracia en la que le perdieron el miedo a fiscalizar a los políticos y a los militares, pero nos heredaron también una gran deuda en cuanto a describirnos al resto de poderes en la sociedad, empezando por los más poderosos, los empresarios. Y es que, contrario a las restricciones imaginarias construidas por el discurso conservador, la cosa pública, el interés público, eso que debe ser discutido y abordado por una sociedad, no se limita a las acciones y a los actores del Estado.

En la democracia guatemalteca y su libertad de expresión –abortada en el siglo XX y amordazada desde el Estado al amparo de la elite conservadora– es comprensible que la alerta permanente para evitar censuras dirija sus reflectores a los políticos y al Estado. No está de más.

Pero desde esta tribuna…queremos apuntar otros reflectores hacia la censura que ejerce fuera de micrófonos parte del sector privado sobre el periodismo en Guatemala y que no tiene que ver con la línea editorial de los medios, línea que en muchos casos, da buen y legítimo cobijo a los intereses patronales. Es algo cotidiano que ante un cuestionamiento de parte de un reportero, un empresario llame al dueño del medio para vetar artículos que considera que pueden afectar a las aspiraciones de su empresas, o de sus amigos, casi siempre con éxito. O incluso llegar al extremo de que telefónicas tengan el poder de vetar cartas de los lectores que sean críticas con sus servicios.

En aquellas líneas, Plaza pública daba la impresión de ser un medio que estaría libre de la censura, o autocensura que supuestamente ejercen los poderosos, los dueños, los anunciantes y los patrocinadores.  Daba la impresión de que se erigía frente a los lectores un medio de comunicación al que no frustrarían los límites a la libertad de expresión que ejercen los poderosos y los conservadores.  Daba la impresión de que sus reflectores no iban a apuntar sólo a las acciones de los políticos y del estado, sino que iban a ser de más amplio espectro.  Daba la impresión de que ninguno de sus colaboradores iba a recibir llamada alguna de propietario alguno  para vetar artículos que perjudicaran sus intereses, o los de sus amigos.  Y daba la impresión de que, si eso llegara a suceder, el que llamara no iba a tener éxito.

Pero qué va.  Ahí está que no.  Ahí está que era impostura.  Ahí está que a Plaza pública, como a cualquier otro medio de comunicación masivo, tiene que pensar dos veces si se mete con sus propietarios, con sus intereses, con los amigos de sus propietarios, con los socios de sus propietarios, ni con sus intereses.  Y si se mete…tiene que enfrentar las consecuencias.

Más valiente y cabal hubiera sido que Plaza pública fuera sido objetivo y que no se hubiera puesto ínfulas de paladín contra los poderes, ni contra los intereses de los propietarios y patrocinadores de otros medios.  Mejor hubiera sido que, desde el principio, hubieran dicho que aunque no reconocían el derecho que los anunciantes tienen de decir que ideas patrocinan y qué ideas no patrocinan, si reconocían la facultad de los jesuitas a decidir qué ideas patrocinan y qué ideas no.  Hubieran dicho, desde el principio, que no creían que los propietarios y anunciantes de otros medios tuvieran el derecho de negarle espacio y tiempo a nadie; pero que esa creencia exceptuaba a los jesuitas, al Papa, al Vaticano y a sus intereses.  Así la gente no se hubiera confundido y las cosas hubieran sido claras, respetuosas y transparentes; sobre todo para sus lectores, y también para Salazar, Pineda y otros colaboradores.

Al final de cuentas Plaza pública no va a morder la mano que le da de comer; porque si lo hace, y ad majorem dei gloriam, un jesuita va a llamar a Martín para recordarle que en ese medio no se debe criticar a los dueños, ni a los patrocinadores.


10
Oct 12

“Carpe Diem” celebra aniversario

Carpe Diem, este espacio, de periodismo de reflexión por la libertad y la razón, cambió de look.  Esto es porque ahora, en octubre, celebro 6 años de publicar el blog, casi a diario.   Hay 5,485 entradas.

Gracias miles a los visitantes, y a los que dejan comentarios (siempre que tengan la bonhomía de identificarse y que no insulten a las personas a las que les tengo cariño y respeto).  Gracias a los que están suscritos y a los que leen las entradas en Facebook y en Twitter.  Gracias a los que se ríen, se enojan y lloran conmigo.  Gracias a los que me mandan enlaces, fotos, vídeos y otros materiales.

En 6 años de bloguear he aprendido un montón y no es fácil enfrentarse todos los días a un público exigente.  Unos porque con ellos comparto valores y detectan cuando incurro en inconsistencias; y otros porque no comparto valores con ellos y me exigen que piense mejor mis argumentos.

Este blog nació porque pensé que era bueno publicar mi columna -que ahora es publicada generosa y semanalmente por el diario guatemalteco  El Periódico– en un rincón propio del ciberespacio.  Existe porque, en Filosofía: quién la necesita, mi filósofa favorita, Ayn Rand recomendó:  Si a usted le interesa seriamente luchar por un mundo mejor, empiece por identificar la naturaleza del problema.  La batalla es ante todo intelectual (filosófica)…en una batalla intelectual, no es preciso convertir a todo el mundo.  La historia fue hecha por minorías, o, más precisamente, por movimientos intelectuales los cuales son hechos por minorías…No deje pasar una oportunidad para expresar sus puntos de vista sobre las cuestiones importantes…Si alguna vez se implanta una dictadura en este país, será por la negligencia de aquellos que guardaron silencio.

Carpe Diem significa Apodérate del día y resume bien mi visión del mundo. La libertad es el valor fundamental que guía mi vida y mis reflexiones en este espacio. Vivo en Guatemala, un país que aún está por ser construido y en el que los derechos individuales y la igualdad ante la ley tienen una existencia precaria. Por eso, aquellos son mis temas favoritos para estos comentarios. Con todo y todo, este espacio existe al amparo del artículo 35 de la Constitución de la República; y del 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (por si acaso), en ejercicio de mi libertad de expresión. Me gustan la cocina, la lectura y la compañia de mi famila y de mis amigos. También me gusta pasar tiempo conociendo mi país y a su gente. Al perpetrar Carpe Diem -un espacio políticamente incorrecto- comparto con mis lectores algunas reflexiones y experiencias en busca de lo que es bueno, lo que es bello y lo que es pacífico. ¡Por la libertad y la razón!

¡Gracias por visitar Carpe Diem!


13
Mar 12

¿Para qué sirven los relatores de la ONU?

Hoy, José Raúl González nos cuenta sobre la zafada de alfombra que Frank La Rue -relator de la libertad de expresión de la ONU- les hizo a los periodistas guatemaltecos Sylvia Gereda y Pedro Trujillo.  La Rue, calificó de falsedades y mentiras (sin fundamento alguno) el trabajo periodístico de ambos periodistas que puso en evidencia que las embajadas de Suecia y Noruega financian a grupos delincuenciales.

A La Rue le bastó que el enviado diplomático de Suecia dijera que lo publicado por los periodistas no era cierto, para darles la espalda y intentar desacreditar a dos periodistas prestigiosos.

José Raúl se pregunta, y yo me adhiero a la pregunta, si el Relator es un vocero de los gobiernos que le patrocinaron sus aventuras de cuando colaboraba con la guerrilla marxista-leninista, o si es un verdadero defensor de la libertad de expresión.

Yo digo que son una plaga los relatores o burócratas internacionales que simpatizan con causas totalitarias y colectivistas.  Ponerlos a cuidar los derechos individuales es tan absurdo como amarrar chuchos con longanizas.


12
Abr 11

“Carpe Diem”, la blogósfera y APEE

Junto a un grupo destacado de blogueros, ayer participé en un panel titulado The Institutional Evolution of the Blogosphrere, durante la Conferencia de la Association of  Private Enterprise Economic Education.

Los temas abordados fueron los objetivos de las bitácoras involucradas, el éxito que han conseguido, y la evolución de los blogs.  Hablamos de cómo ha cambiado la blogósfera y qué tan efectiva es en la discusión de temas propios de la economía y la política.  También exploramos algo del futuro.

Yo relaté cómo es bloguear en un país en el que los derechos individuales son precarios y en el que hay una administración muy interesada en controlar la libertad de expresión.

Los blogueros participantes fueron Arnold S. King, de EconLog; Michael C. Munger, David R. Henderson y Edward J. López, de Division of Labour; Art Woolf, de Vermont Tiger; y yours truly, de Carpe Diem; moderados por Amy M. Willis, del Liberty Fund.

Hoy actuaré como Chair en un panel llamado The Place of Economics in Education.