11
Jun 17

¿Por qué es que la gente compra “de contrabando”?

Cuando leemos que 11 por ciento de los productos de la canasta básica que adquieren los hogares guatemalteos son de contrabando; lo que eso quiere decir es que 11 por ciento de aquellos productos que adquieren los hogares chapines son cargados con impuestos tan altos que -para proteger la economía familiar- los responsables de proveer aquellos hogares no tienen objeción alguna a pasar sobre la ley.

El caso es que los impuestos de importación elevan artificialmente los precios de muchos artículos de la canasta básica, hasta tal punto en que si estos mismos artículos son comprados -sin que hayan tenido que pagar lo que demandan los políticos y sus burócratas- el gasto rinde más.  El contrabando, por cierto, aunque es delito, no es crimen; es decir que no es malo en sí mismo, sólo es malo porque está prohibido.

El jueves pasado leímos que desde 2010 el quetzal ha perdido Q0.22 de poder de compra, y que en los últimos 12 meses el quetzal ha pasado de tener un poder adquisitivo correspondiente a Q0.87 (de 2010) a Q0.78.  ¡Nos están haciendo bajada! y por eso no es extraño que muchos hogares acudan a productos que sean lo más barato posible. Mientras tanto, el Banco de Guatemala se mantiene ocupado protegiendo el valor del dólar, frente al quetzal, y en consecuancia los bienes de la canasta básica importados son artificialmente más caros.

¿Viste por que es que la gente opta por comprar de contrabando?

Por cierto, ¿recuerdas el poema de Pepe Batres (1809-1844), sobre el contrabando?

Hubo siempre y habrá contrabandistas
que al gobierno defrauden sus caudales,
a pesar de los guardas, de los vistas,
los administradores, los fiscales;
inútilmente los economistas
con su ciencia y sus fórmulas legales
el medio de evitarlo van buscando:
¡Mientras más leyes hay, más contrabando!
.
Y yo de sopetón, sin que se entienda
que en materias que ignoro me entrometo,
a la dificultad hallo la enmienda;
y la quiero callar con el objeto
de colocarme al frente de la hacienda:
cuando la obtenga se sabrá el secreto,
que, en reserva, sin tropas y sin balas
consiste en suprimir las alcabalas.

08
May 15

Pepe Batres y las aduanas

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Hubo siempre y habrá contrabandistas/ que al gobierno defrauden sus caudales,/ a pesar de los guardas, de los vistas,/ los administradores, los fiscales;/ inútilmente los economistas/ con su ciencia y sus fórmulas legales/ el medio de evitarlo van buscando:/ ¡Mientras más leyes hay, más contrabando!

Los anteriores son versos de José Batres Montúfar, que murió en 1844 y a quien seguramente recuerdas por Yo pienso en ti.  Ya entonces, él sabía lo que parece ignorarse ahora: que las causas de la corrupción en las aduanas son su existencia misma, y las leyes que obstaculizan el comercio. La corrupción, y esto no debería sorprender a nadie, tiene sus raíces en la arbitrariedad propia de la legislación aduanera, en las barreras no arancelarias y en los contingentes de importación.

Entendido lo anterior, ¿cuál es el remedio para acabar con la corrupción en aduanas?  La solución de fondo nos la da el poeta: a la dificultad hallo la enmienda;/ y la quiero callar con el objeto/ de colocarme al frente de la hacienda:/ cuando la obtenga se sabrá el secreto,/ que, en reserva, sin tropas y sin balas/ consiste en suprimir las alcabalas.

El fracaso de la SAT y del sistema de aduanas nos presenta la oportunidad perfecta para dejar de hacer lo mismo de siempre y esperar resultados distintos: no hay que dejar pasar esta ocasión para cerrar las aduanas y eliminar los aranceles.  Esto no sólo acabaría con las fuentes de corrupción, sino que traería prosperidad porque, por medio de los precios más bajos para productos importados se mejoraría la calidad de vida de las personas y –para quienes se espantan de sólo pensar en una sociedad sin coerción, ni privilegios– mejoraría los ingresos para los políticos por medio de un IVA que debería ser universal [Esto es un sarcasmo, para los que necesitan que se les expliquen estas cosas].

¿No puedes imaginar una sociedad en la que sea abolida la facultad de los políticos para tomar dinero ajeno por la fuerza y redistribuirlo? ¿Qué tal un arancel único de x%?  Ello y la eliminación de barreras no arancelarias y los contingentes eliminaría la arbitrariedad que es el caldo de cultivo perfecto para la corrupción.  ¿Qué tal si no desperdiciamos la oportunidad?

Columna publicada en El periódico.

La ilustración la tomé de Facebook.


18
Oct 13

Aduanas: una trampa para el Ejército

El Ejército de Guatemala no debe caer en la trampa de involucrarse en la intervención de las aduanas.

El presidente Otto Pérez anunció la posible intervención de la Superintendencia de Administración Tributaria y para ello involucraría a tropas del Ejército. No para que el Ministerio de la Defensa nombre a un oficial como interventor, sino para que los soldados sellen dos puertos, la aduana central y dos pasos fronterizos.

La disposición es una trampa, porque en ninguna parte del Artículo 244 de la Constitución dice que sea función de la institución armada algo así como garantizarles ingresos tributarios a los pipoldermos. Es trampa porque expondrá a las tropas a uno de los ambientes más corruptos del sector público. Es trampa porque los soldados no están entrenados para hacerla de vistas.

Además, es un mal síntoma que, como lo informó La Hora, algunos grupos del sector privado hayan manifestado un anticipado apoyo a la disposición; y hayan pedido que se establezcan más controles en el sistema de aduanas. Parafraseando a Adam Smith: Los “empresaurios” del mismo gremio rara vez se reúnen con los “pipoldermos”, siquiera para pasar un buen rato, sin que terminen conspirando contra el público.

Los pipoldermos están desesperados por tomar más de tu dinero sin que la corrupción haya sido siquiera disminuida sustancialmente; sin que se haya eliminado del presupuesto todos los privilegios para intereses específicos; y sin que haya mejorado la calidad de la administración del dinero que le expolian a la gente. Por otro lado, ¿qué es el contrabando sino el intercambio, criminalizado por la idea de que gobernar es gravar para gastar?

El Ejecutivo y los patrocinadores de la mala idea de involucrar al Ejército en las aduanas pierden de vista lo que ya sabía José Batres Montúfar: ¡Mientras más leyes hay, más contrabando!/ Y yo de sopetón, sin que se entienda/ que en materias que ignoro me entrometo,/ a la dificultad hallo la enmienda;/ y la quiero callar con el objeto/ de colocarme al frente de la hacienda:/ cuando la obtenga se sabrá el secreto,/ que, en reserva, sin tropas y sin balas/ consiste en suprimir las alcabalas.

Columna publicada por El periódico.


26
Oct 12

Cigarrillos, impuestos y contrabando

La empresa Tabacalera Centroamericana S.A dejará de fabricar cigarrillos en Guatemala y se citan tres razones para esa decisión: las malas condiciones laborales, las malas condiciones fiscales y el contrabando.   En Guatemala, toda actividad productiva y la competitividad son amenazadas por una legislación laboral rígida y -en muchos casos- por sindicatos agresivos e ideologizados.  Aquí, también asfixian a la pructividad y a la competitividad un sistema impositivo diseñado para redistribuir la riqueza entre la clientela de los pipoldermos.  Y en el caso de los cigarrillos, o del alcohol, esa asfixia se agrava por impuestos que pretenden castigar el vicio y que encarecen artificialmente los productos.  A eso súmale campañas para que la gente no fume, o no beba.  Otro día me ocupo de estos temas.

Lo que me llama la atención, hoy, es que en diarios y redes sociales el tema en el que se enfocaron los comentarios fue el del contrabando.  La gente cree que el contrabando es malo.  La gente supone que el estado natural de cosas es que los pipoldermos puedan tomar dinero ajeno, por la fuerza, mediante la aplicación de aranceles.  Empero, la cosa no es así y voy a compartir con ustedes algo que ya había escrito antes:

Eso que falazmente se llama contrabando, no es más que el comercio voluntario y pacífico…luego de que el estado le impone aranceles con dos propósitos inmorales: el proteccionismo, y la redistribución política de la riqueza. Por eso es muy desatinado buscar la salud de las finanzas públicas por medio de un endurecimiento de las leyes y de la aplicación de estas para perseguir eso que llaman contrabando.

El comercio internacional no es más que el comercio entre personas (individuales, o jurídicas), y no no hay diferencia alguna entre dos personas comerciando entre la zona 1 y la zona 2 de la ciudad de Guatemala, o entre el municipio de Guatemala y el de Amatitlán, o entre el departamento de Escuintla y el de Santa Rosa. Tampoco la hay entre dos personas comerciando entre Guatemala y México, o Guatemala y cualquier país del mundo.

La diferencia -aparente- es artificial porque se basa en las fronteras, que son demarcaciones políticas. El comercio entre personas de Guatemala y México está regulado, controlado, prohibido, permitido y gravado, como no lo está el intercambio entre personas de San Marcos y de Petén, porque hay políticos que así lo disponen. Nada más. Si no fuera porque los políticos establecen regulaciones y gravámenes sobre el comercio entre personas de diferentes localizaciones políticas, el llamado contrabando no sería nada más, ni nada menos, que comercio o intercambio voluntario y pacífico. Como el que hay entre las personas de El Progreso y Quiché.

El contrabando, pues, no es un delito intrínsecamente inmoral o “delicta mala in se”, como se dice en la doctrina del Derecho. Es un delito sólo porque está prohibido por la ley positiva o “delicta mala quia prohibita”. El asesinato y el robo son delitos intrínsecamente inmorales porque violan derechos ajenos como el derecho a la vida y el derecho de propiedad; pero eso no ocurre con el contrabando “qua” intercambio.

El delito de contrabando existe, de forma artificial porque los políticos han dispuesto que las personas no pueden intercambiar bienes, a través de las fronteras, sin entregarle una porción de sus expectativas de ganancias a aquellos que controlan las fronteras. De hecho, el delito de contrabando tiene su origen en el despojo y en la expoliación que los que controlan las fronteras ejercen contra la propiedad de quienes intercambian pacífica y voluntariamente a través de ellas. Y encima los políticos disponen que, si las víctimas de la expoliación tratan de evitar ser despojados, incurren en delito.

Este es un caso típico en el que la legislación, en vez de proteger la vida, la propiedad y la libertad de las personas sirve para violar aquellos derechos y para convertir a los ciudadanos en súbditos. Por eso es que los aranceles son inmorales; y por eso es que es desatinado buscar la salud fiscal por medio de leyes más duras contra el intercambio voluntario y pacífico a través de las fronteras.

El contrabando es consecuencia de leyes malas y de impuestos desorbitantes; y Pepe Batres, poeta guatemalteco nos lo explicó así:

Hubo simpre y habrá contrabandistas
que al gobierno defrauden sus caudales,
a pesar de los guardas, de los vistas,
los administradores, los fiscales;
inútilmente los economistas
con su ciencia y sus fórmulas legales
el medio de evitarlo van buscando:
¡Mientras más leyes hay, más contrabando!
.
Y yo de sopetón, sin que se entienda
que en materias que ignoro me entrometo,
a la dificultad hallo la enmienda;
y la quiero callar con el objeto
de colocarme al frente de la hacienda:
cuando la obtenga se sabrá el secreto,
que, en reserva, sin tropas y sin balas
consiste en suprimir las alcabalas.

14
Jun 12

Contrabando: de Pepe Batres para políticos y burócratas

De este poema –Las falsas apariencias, por José Batres Montúfar- me acordé cuando leí que la Admnistracion está analizando cuáles de los 115 pasos fronterizos no autorizados (por políticos y funcionarios), podrían ser legalizados con el propósito (hazme reír) de reducir el contrabando, la trata de personas y el tráfico de drogas.
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Hubo simpre y habrá contrabandistas
que al gobierno defrauden sus caudales,
a pesar de los guardas, de los vistas,
los administradores, los fiscales;
inútilmente los economistas
con su ciencia y sus fórmulas legales
el medio de evitarlo van buscando:
¡Mientras más leyes hay, más contrabando!
.
Y yo de sopetón, sin que se entienda
que en materias que ignoro me entrometo,
a la dificultad hallo la enmienda;
y la quiero callar con el objeto
de colocarme al frente de la hacienda:
cuando la obtenga se sabrá el secreto,
que, en reserva, sin tropas y sin balas
consiste en suprimir las alcabalas.
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¡Que le pregunten a Pepe Batres, digo yo!

09
Feb 12

¡Más oportunidades para la corrupción!

A pruebas psicológicas deberán someterse los aspirantes a tramitar, por primera vez, un permiso para portar armas, o una licencia de conducir. La medida podría entrar en vigor en el transcurso de los próximos seis meses.

No…no es broma, ni es el Día de los Inocentes.  Es en serio.  Si vas a sacar tu licencia de conducir, por primera vez, vas a ser sometido a un examen psicológico; y si tu psiquis no llena los criterios burobráticos para obtener el permiso…no lo obtendrás…a menos que des mordida, claro.  Por que ¡hombre!, ¿desde cuándo es que los permisos y las licencias no se pueden obtener con sobornos?

Igual cosa pasará, supongo, con lo de las armas.  Excepto, claro, en lo que toca a los delincuentes.  ¿Sabes por qué? Porque los delincuentes no piden licencias, ni permisos.   ¿O sí?

Todo esto es un chiste; pero un chiste malo.  Muy malo.  En estos casos se aplica lo que advirtió José Batres Montúfar:  ¡Mientras más leyes hay, más contrabando! O sea: mientras más licencias, permisos, obstáculos, examenes  y trabas hay…más corrupción hay.

Aaaaaaaah, como quisiera que los promotores de este disparate hubieran estado en la conferencia titulada, La economía de la corrupción, por Oswaldo Schenone.  Seguramente el vídeo estará disponible, pronto; y pondré el enlace a ver si entienden por qué es que su idea es una oportunidad para la corrupción.


16
Sep 08

Las falsas apariencias

Las falsas apariencias es el título de un poema de José Batres Montúfar que bien podría ser el titular de la siguiente noticia: Con el fin de ofrecer un clima de tranquilidad para turistas y ejecutivos que visitan el país, el Comité de Seguridad Hotelera de Guatemala y la Administración socialdemócrata impulsan la estrategia Triángulo Seguro, para dar protección en traslados del aeropuerto a la Zona Viva o a Antigua Guatemala.

¿Se da usted cuenta? Todo es humo y espejos, falsas apariencias, papas y pan pintados. Cualquier turista puede ser asaltado y asesinado en Río Dulce, en La Antigua, en Tikal, o donde sea…pero no en el Triángulo Seguro. ¡Cualquier chapín puede ser asaltado y asesinado a la vuelta de su casa, cerca de su trabajo, o donde sea!…y, los chapines, ¿estaremos a salvo en el Triángulo Seguro?

Para agarrarle en chiste al asunto, ¿cuántas personas cabremos en el Triángulo Seguro? ¿Qué tal y si nos vamos a vivir, todos, al Triángulo Seguro?

Hace ratos leí que a Jorge Luis Borges le pidieron que participara en una comisión para mejorar la imágen de Argentina; y el gran Borges contestó algo así como que lo que había que mejorar es la realidad de Argentina, no su imágen.

Pues ahí está…los chapines no estamos para triángulos, ni pendejadas. Lo que queremos es un país seguro. Una realidad segura.


15
Mar 07

Para más Pepe Batres

Leo que “Traerán aduanas de EE.UU. a Guatemala” y pienso en Las falsas apariencias, del poeta guatemalteco José Batres Montúfar:

Hubo simpre y habrá contrabandistas
que al gobierno defrauden sus caudales,
a pesar de los guardas, de los vistas,
los administradores, los fiscales;
inútilmente los economistas
con su ciencia y sus fórmulas legales
el medio de evitarlo van buscando:
¡Mientras más leyes hay, más contrabando!
Y yo de sopetón, sin que se entienda
que en materias que ignoro me entrometo,
a la dificultad hallo la enmienda;
y la quiero callar con el objeto
de colocarme al frente de la hacienda:
cuando la obtenga se sabrá el secreto,
que, en reserva, sin tropas y sin balas
consiste en suprimir las alcabalas.