Algo de lo que más me emociona de esta temporada son los postres. En casa de mis padres -y en la mía- en la Navidad se sirven una pequeña variedad de postres, elegidos de acuerdo con lo que plazca en ese año.
El de más raigambre es el Mincemeat pie, que era el favorito de mi padre (y es mi favorito). Este es un pie inusual en estas latitudes; y se hace con manzanas, almendras, nueces de Corinto, jerez y una variedad de especias. En la casa, y no se por qué, se sustituía el sherry por whisky.
Las más populares, sin embargo, son las galletas. Entre los niños las más buscadas son los árbolitos de almendras; pero mis favoritas son las de mantequilla de maní con chocolate chip, los gusanitos de almendras y las de Corn Flakes y Mosh, así como las de chocolate (de verdad). Esas eran (y son) las de ley; pero hubo, en distintos años, algunas que entraron y salieron del menú: las de cardamomo, las de nueces, las barras de dátiles y las de molasses aparecían de cuando en cuando. Las recetas de mincemeat pie y de galletas eran de mi abuela, Frances, y de mi madre.
A finales de los 70 apareció en el menú un pastel de frutas que descubrí en uno de los libros de cocina de mi abuela -y que fue mi aportación para las opciones navideñas-. Este no es un pastel de frutas de esos que se bañan en brandy durante meses, y tiene la ventaja de que puede ser hecho en el mismo día. Su sabor es bien intenso gracias a las nueces, las frutas, las especias y el sherry.
El stollen hizo su ingreso a finales de los 90 gracias a que lo probé en casa de mi tía Rita. Y lo que me gusta de este es su sabor delicioso a mantequilla y ron. El stollen forma parte de una triada de postres que nunca hemos preparado en casa; y que a mí me gustan mucho. Los otros dos son el pandoro, y el panettone. El stollen es originario de Dresde; en tanto que el Pandoro es de Verona, la ciudad de Romeo y Julieta y el panettone es de Milán. No recuerdo cuándo ni donde comí el primer pandoro; pero sí recuerdo que el primer panettone lo comí en la casa de Paco, un amigo de mis padres.
Este año romperemos la costumbre y haremos un postre que no está en el menú navideño tradicional: San Isidro Pecan Pie, de acuerdo con la receta de Aggie, una amiga de mi madre.
La ilustración es de la revista The Nortwestern Miller and American Baker, c. 1930.