De estas cosas no te enteras cuando, en los medios de comunicación masivos, lees los artículos de propaganda sobre la energía verde y contra los combustibles fósiles.
- Desde 2007, el número de casos de fraude y corrupción en el negocio de las energías renovables se han disparado, especialmente en Italia. Según el análisis de la consultora internacional de riesgos Kroll, en el sur de Italia está la mafia y allí, especialmente en Sicilia, ha crecido el sector eólico mucho más que en el norte del país. Según los expertos, la mafia está lavando dinero negro procedente de actividades ilícitas como el tráfico de drogas gracias a su apuesta eólica.
- Los molinos de viento para producir energía eléctrica tienen impacto en las grandes corrientes de viento a nivel mundial. Las masas de aire pueden llegar a transportar 100 gramos de agua por metro cúbico; y esa agua se encontrará con las corrientes frías en otras partes del mundo. Mientras más molinos haya, aquella circulación de aire y agua tendrá más efectos en el régimen normal de lluvias en cada región. También afectara la evaporación sobre los espejos de agua ya sean lacustres, fluviales, marítimos, o sobre la misma vegetación; ya que al perder su energía cinética se reduce enormemente su velocidad; y esto influye en la velocidad de evaporación por un aumento de la humedad relativa del ambiente cambiando el habitat de los cultivos, pudiendo hasta desarrollarse enfermedades de las plantaciones por la falta de ventilación.
- La gente cree que los automoviles eléctricos son verdes; pero ahí está que no. Casi la mitad de las emisiones de dióxido de carbono provenientes de un auto eléctrico durante toda su vida útil vienen de la energía usada para producir el auto, especialmente la batería. Cuando un auto eléctrico sale de la línea de producción ha sido responsable de 30,000 libras de emisiones de dióxido de carbono; en tanto que un auto convencional sólo ha producido 14,000 libras. Mientras que los conductores de autos eléctricos conducen presumiendo de virtuosos, todavía recargan las baterías de sus carros usando energía eléctrica producida con combustibles fósiles.