15
Mar 16

Día de mercado en Bejo, 2016

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El domingo  me di cuenta de que lo que más, más me emociona en el Día de mercado en la finca Bejo son los aromas.  Los aromas de la tierra y de los vegetales.  Paso por el área de apios, de cebollas, de chiles pimientos, de chiles jalapeños, de zanahorias y de remolachas, por ejemplo, y los aromas de la tierra mezclados con los que son propios de cada una de aquellas delicias me envuelve e ingresa a mi cuerpo y a mi mente.  Es como un viaje fantástico que me lleva y me trae por caldos, guisos, encurtidos, y recuerdos.

No es que no me goce cosechar los vegetales, cortar los tomates y los chiles, desenterrar las zanahorias y las remolachas; pero lo de los aromas pone a mil mis sentidos y mi mente.  Ah, y no digamos los aromas y sabores que me atraen a los asadores donde doña Paula y su equipo preparan sus deliciosos churrascos y otras delicias.

En general, el Dìa de mercado, en Bejo, es una fiesta para todos los sentidos.  El tacto goza con las texturas de la tierra y de los vegetales; la vista se deleita con los colores y las formas; el oído se divierte con las risas de los niños y con los comentarios de la gente que -a veces- no termina de entender de qué se trata la experiencia; el gusto y el olfato -o más bien mi gusto y mi olfato- son los que más gozan, se deleitan y se divierten.

Esta experiencia anual me recuerda que uno siempre puede maravillarse y que uno siempre puede hacerse un poco niño.

¡Gracias, muchas, a mis amigos Los España por habernos invitado otro año a esta experiencia tan rica!, y gracias al equipo de Bejo por facilitar la cosecha. Cada año, en marzo,  Bejo organiza el Día de mercado en su finca de Parramos, Chimaltenango. Durante ese día uno puede conocer el surtido de variedades hortícolas; y los interesados pueden intercambiar opiniones con expertos, agricultores, compradores, procesadores y exportadores; y seleccionar sus variedades de acuerdo a las necesidades de su mercado.  Pero lo más hermoso de todo, además de los productos frescos y bellos, es ver a las familias gozando de un día agradable.

Lo que se recauda ese día, por cierto, es a beneficio de la Fundación Centro Educativo Agrícola Guatemala Melanie Beemsterboer; que provee educación básica a niños de entre 12 y 15 años, de  familias dedicadas a la agricultura que  no tienen medios para seguir una formación académica, en beneficio del sector agrícola para el mejoramiento de las condiciones de vida en el campo.

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22
Mar 15

Día de mercado 2015 en la finca Bejo

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¡Me encanta, y no sabes cuanto, el aroma de la tierra generosa y meter mis manos en ella y sacar de ahí sus frutos!: zanahorias y remolachas, por ejemplo.  ¿Sabías que hay remolachas anaranjadas y zanahorias moradas?  Me encanta el Día de mercado anual en la finca experimental Bejo porque siempre me encuentro con buenos amigos, porque disfruto mucho cortando tomates y descubriendo verduras que nunca antes había probado.

¡Gracias, muchas, a mis amigos Los España por habernos invitado otro año a esta experiencia tan rica!  ¡Gracias al equipo de Bejo por hacer que el día sea tan agradable y gracias a doña Paula y su equipo por todas las cosas sabrosa que prepara!

Cada año, en marzo,  Bejo organiza el Día de mercado en su finca de Parramos, Chimaltenango. Durante ese día uno puede conocer el surtido de variedades hortícolas; y los interesados pueden intercambiar opiniones con expertos, agricultores, compradores, procesadores y exportadores; y seleccionar sus variedades de acuerdo a las necesidades de su mercado.  Pero lo más hermoso de todo, además de los productos frescos y bellos, es ver a las familias gozando de un día agradable.

Este año la novedad fueron los tomates Mountain Magic que son más pequeños que un tomate Roma y más grandes que uno cherry; y su sabor ligeramente dulzón les da un carácter tan propio y delicioso que no quieres dejar de comerlo.   ¡Como me gustaría hacer el bacalao de este año con este tipo de tomates!  Los que me conocen no podrían imaginarme disfrutando uno de esos batidos de vegetales que están tan de moda; pero hoy probé uno de kale e hinojo que me pareció algo verdaderamente delicioso, algo riquísimo que si podría tomar con gusto.  Y por supuesto que traje mis remolachas con hojas para disfrutar de la tortilla de hojas de remolacha que tanto me gusta.

Cuando uno va a Día de mercado, de Bejo, uno quisiera regresar cargado con todo tipo de hortalizas: cebollas, puerros, apios, chiles, papas, broccoli, romanesco, coliflor, repollo, apio, culantro y más.  Yo quisiera comer todo el menú del almuerzo: carne asada, carnitas, frijolitos colados, tostadas, enchiladas, salsa de tomate y chirmol, ensaladas, dobladas y un atol de arroz con leche que me hace suspirar.  ¿Y de refresco? Jugo de zanahorias con piñas.  ¡Ya te imaginas esas salsas hechas con tomates, cebollas y hierbas del lugar!  ¿Te imaginas las enchiladas hechas con todo fresquísimo?  Todo ello en compañía de amigos queridos.

Lo que se recauda ese día, por cierto, es a beneficio de la Fundación Centro Educativo Agrícola Guatemala Melanie Beemsterboer; que provee educación básica a niños de entre 12 y 15 años, de  familias dedicadas a la agricultura que  no tienen medios para seguir una formación académica, en beneficio del sector agrícola para el mejoramiento de las condiciones de vida en el campo.

Algo que siempre me llama la atención es ver a los niños maravillados con las verduras.  ¿Quién, más que un niño que lo hace por primera vez, puede maravillarse tanto al extraer zanahorias, remolachas y papas de la tierra?  ¿Sabes quienes? Los ancianos.  Los ancianos también gozan mucho con esta experiencia.  Cuando uno llega le dan la bienvenida los aromas de la tierra y de sus frutos, familias enteras recorriendo el campo y arrastrando, o cargando sus preciosos cargamentos de variados colores, aromas, texturas y sabores.  Cada año espero este día con mucha alegría y nunca me defrauda.  Regreso cansado, pero tan contento.


21
Oct 14

¡Volví a El chayal!

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El domingo y con un grupo de cuates extranjeros volví a  El chayal.  Fuimos atendidos por una vecina amable que nos internó en su terreno, donde nos mostró abundantes vestigios de herramientas de obsidiana.

El Chayal es uno de los dos principales sitios de donde los mayas antiguos extraían la preciosa obsidiana taj.  Esta piedra era usada para elaborar armas de guerra y caza, como lanzas flechas; instrumentos ceremoniales y de sacrificiosadornos; así como para hacernavajas  con fines puramente utilitarios.  El sitio es enorme y se halla a pocos kilómetros de la ciudad de Guatemala, por la carretera al Atlántico y ya lo había visitado en 2012.

Lissa, Christiane, Zach, Sara, Raúl y yo -con compañía de nuestra anfitriona- nos enmontamos un rato.  Disfrutamos del bosque y sus sorpresas, vimos una fuente de agua natural y encantadora, y hallamos varios núcleos, puntas de lanzas y navajas de aquella piedra volcánica.

Site interesa el tema, haz clic aquí para ver una conferencia sobre la lítica y la economía mayas.

Los chapines -y yo cuando era niño- conocemos a las obsidianas como piedras rayo debido a la creencia de que se forman en lugares donde caen los rayos.  Eso no es cierto, claro; pero es lo que a uno le decían.  Allá por 1974 recuerdo haber recogido muchas obsidianas en el Campo de Marte, en la ciudad de Guatemala; pero no eran trabajadas como las que se hallan en El Chayal.  Ese nombre, por cierto, está relacionado con chayes (de chay abaj, en quiché), que es como se les dice, en Guatemala, a los pedazos de vidrio.

La foto es de dos puntas de lanza y dos núcleos en la mano de mi cuata, Christiane.  Nótese el suelo, cundido de piedras rayo.


26
Ago 14

“Breaking Bad” y “Modern Family”, las ganadoras

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Para nada me extraña y me alegra muchísimo que las series ganadoras de los Premios Emmy 2014 sean dos de mis favoritas: Braking Bad y Modern Family.

Hace unos meses me echaba unas desveladas tremendas viendo Braking Bad que lo lleva a uno por una montaña rusa y por un laberinto impresionante de en lo interior de la experiencia humana y de los problemas y dilemas éticos que esta nos presenta.  Si hubiera que buscarle moralejas a la serie, estas son que el crimen no paga y que la vida delictiva tiene costos emocionales y psicológicos muy elevados.

Ahora me estoy desvelando con Modern Family que es totalmente distinta.  Casi no paro de reirme con esta comedia que está engarzada con ingeniosísimas y sutiles joyas no sólo de humor inteligente, sino de meditaciones sobre la vida social y familiar en el siglo XXI.  Hay que estar bien vivo para cacharlas todas.  Si hubiera que buscarle moralejas a esta serie, estas son que la familia es algo maravilloso y que el universo es benevolente.

Si no las has visto, de verdad te las recomiendo.

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26
Mar 14

¡Como me gusta andar en bicicleta!

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¡Me encanta ir a trabajar en bicicleta!…me acompañan los matilisguates y las jacarandas, y también las buganvilias de distintos colores; así como  los pájaros y sus trinos.

Todo al suave ritmo del pedaleo.

Lo único que quisera que cambiara es que los automovilistas fueran menos agresivos y que tuvieran un poco más de cuidado con los que andamos en bicicleta.


17
Mar 14

Día de mercado en la finca experimental Bejo

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Lo primero que notas al llegar a la finca experimental Bejo, en su día anual de mercado, es la amabilidad con la que te reciben; y luego…luego es el aroma a tierra generosa y el de una mezcla seductora de aromas a perejil, apio, cebollas, y otras delicias entre vegetales y hierbas.

¡Como se pasa de rápido un año!  Gracias a mis amigos, los España, este año volvimos a la finca Bejo a cosechar hortalizas.

Este año me concentré en zanahorias anaranjadas para hacer el jugo que tanto me gusta en las mañanas; remolachas que me encantan -sobre todo con aceite de oliva y orégano; y con hojas para disfrutarlas luego– y tomates porque me gusta mucho tener salsas de tomate hechas en casa. Otros años llevamos cebollas, puerros, apios, chiles, papas, broccoli, y variedad de zanahorias.  ¿Sabías que aparte de las zanahorias anaranjadas las hay amarillas y moradas?

Siempre encuentro buenos y queridos amigos durante la cosecha.  Es muy agradable ver cómo es que los niños disfrutan de sacar las verduras de la tierra y como se maravillan con el tamaño de estas y con sus diversas formas.  A los niños les gustan mucho las zanahorias dobles, o triples que a veces los sorprenden entre la tierra.  Al final de la cosecha y como si hiciera falta más para hacer un día perfecto, uno termina almorzando las delicias que preparan doña Paula y su equipo: carne asada, longanizas, frijolitos colados, tostadas, enchiladas, salsa de tomate y chirmol, chuchitos, dobladas y un atol de arroz con leche que me hace suspirar.  ¿Y de refresco? Jugo de zanahorias con piñas.  ¡Ya te imaginas esas salsas hechas con tomates, cebollas y hierbas del lugar!  ¿Te imaginas las enchiladas hechas con todo fresquísimo?

Todos los años en marzo, Bejo organiza Días de mercado en su finca situada de Parramos, Chimaltenango. Durante esos días uno puede conocer el surtido de variedades hortícolas; y los interesados pueden intercambiar opiniones con expertos, agricultores, compradores, procesadores y exportadores; y seleccionar sus variedades de acuerdo a las necesidades de su mercado.  Pero lo más hermoso de todo, además de los productos frescos y bellos, es ver a las familias gozando de un día agradable.


03
Mar 14

Día de campo en El zapote

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Este año el tradicional y alegre día de campo en El zapote tuvo novedades: El lugar donde nos establecimos para el picnic olía a miel.  ¡Qué cosa más maravillosa!  Debe haber estado cerca de quién sabe qué panal enorme que olía deliciosamente a miel.  Por un momento pensamos que eran flores -orquídeas como Encyclia baculus que huelen intensamente- pero no las hallamos por ningún lado y concluimos que era un panal.

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Los rugidos y truenos que vienen del volcán de Fuego siempre se escuchan y se hacen sentir; pero ahora el paseo fue precedido por una inmensa erupción del volcán Pacaya.

El día se pasa plácido y suave en el jardín inglés de la finca.  Comemos y bebemos bajo la sombra de un árbol frondoso.  De cuando en cuando pasan amigos y conocidos a quienes da gusto saludar.  Las chicharras y los pájaros se dejan oír cada vez que pueden.

Esta excursión anual, que se hace gracias al Museo Ixchel, siempre me la gozo mucho. El zapote una finca antigua en la que se cultivaba café en el siglo XIX; y ahora se dedica al del árbol del cual se extrae la quinina. Y esta es ingrediente importante para combatir la malaria y para hacer agua tónica, o Campari, entre otras cosas. La corteza de aquellos árboles es exportada a Alemania y allá es procesada y comercializada.  Y ahora está la novedad de que uno puede alquilar alguna de las casas del lugar e ir a pasar ahí el fin de semana, por ejemplo.


06
Ene 14

Monterrico: siempre agradable, siempre hospitalario

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Desde principios de los años 90 que voy a la playa de Monterrico y desde entonces que me gusta mucho ir allá. Primero, porque me agrada mucho la actividad de soltar tortuguitas recién nacidas al atardecer; y porque hay algo muy encantador en eso de celebrar la vida desde sus primeros momentos y desde sus momentos más cruciales.  Segundo porque hay pocas cosas tan sencillas y deliciosas como ir a cenar pescado frito a El divino maestro, un comedor que está en la calle principal de la población.  Este año cenamos pargo la primera noche, y robálo en la segunda noche.  Y tercero porque la gente es muy hospitalaria, amable y servicial.  Desde hace varios años prefiero quedarme en el hotel El pez de oro y nunca me han defraudado; además preparan un flan y unos panqueques que son de no perdérselos.

Desde hace ratos uno puede llegar a Monterrico por medio de Iztapa y el puente Verónica Michelle; pero antes, antes la única forma de llegar era por Taxisco y había que dejar el auto en la aldea La avellana donde uno tomaba una lancha para atravesar el canal y llegar a la playa.  En aquel entonces Monterrico era, de verdad, un lugar aislado y remoto donde uno encontraba refugio.  Ahora no es aislado, ni remoto, pero igual ofrece refugio.

El pueblo ha cambiado porque el turismo y los chalets han ayudado a elevar el nivel de vida de las personas.  Uno podrá quejarse que ahora hay demasiada gente; pero es injusto hacerlo porque con la gente ha llegado una mayor actividad económica y más oportunidades para el comercio y los servicios.  Todavía viví la época en que en el pueblo y en los hoteles sólo se aceptaba dinero en efectivo, y la época dorada en la que uno iba apuntando lo que sacaba del frigorífico de las gaseosas y las cervezas. Aquello ya no es así; pero la gente de esa población sigue haciendo que uno se sienta bienvenido.

Las dos noches que pasé allá nos ofrecieron cielos maravillosamente estrellados; y por si eso no era suficiente hubo fuegos artificiales. Y una noche de chelas y people watching en El animal desconocido, siempre es algo divertido.

Monterrico sigue siendo uno de mis refugios favoritos.Imagen de previsualización de YouTube


13
Dic 13

Relax entre nubes, pinabetes y manzanillas


Imagina que ingresas a un bosque de cuentos.  De esos que leías en los libros cuando eras niño.  Te internas en el camino rodeado de árboles altos, sientes el olor de la tierra y de la vida.  La niebla está en todas partes y en ninguna.  A veces no ves más allá de tu mano si alzas el brazo, y a veces no ves la niebla pero tu cámara de fotos sí.  Con intensidad variable te envuelven los aromas de los pinabetes y de las manzanillas.

Y ahí te relajas; comes rico; lees; te maravilla la tecnología (ya que al atardecer volamos un cuadracóptero)  y gozas de la compañía, las bromas y las conversaciones con buenos amigos.  Así es cuando con los queridos Ajonjos vamos a El encanto, la finca de los papás de mi amigo Rafa.

Disfruto mucho de este paseo anual, no sólo por el hecho de salir al campo en compañía de mis amigos, sino porque es un lugar perfecto para la introspección.


06
Oct 13

Don Elías, el alfarero

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Hoy en la mañana me encontré con don Elías, alfarero en el Hotel Casa Santo Domingo.  ¡Me encanta ver la habilidad y maestría con la que los alfareros trabajan el barro en el torno!  Hay algo primordial y maravilloso en la forma en la que algo tan básico como el barro se combina con la tecnología y la habilidad de un artesano para convertirse en algo bello.

Hace unos tres años, gracias a la cuata Kira y a don José León, tuve mi oportunidad en el torno y uno no puede sino admirar y gozar cosas así.  No sólo como diversión; sino como una forma de aprendizaje y una forma de compartir con tradiciones de siglos y siglos.