13
Abr 14

¡Bomba!

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Esta bomba la pusieron como a 30 metros de donde yo estaba.  Las bombas tradicionales, de las procesiones festivas guatemaltecas, suelen ser abundantes y muy ruidosas.  Aunque uno sepa que van a estallar, uno no puede sino pegar un brinco cuando suenan.

¡Pum!, estallo esta y me tembló el teléfono.  Lo raro es que esta y las otras que estaban quemando hoy en la mañana sólo estallaban en el tubo y no estallaban en las alturas como suele ser.


11
Abr 14

La temporada más chapina

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Cuando me preguntan, a los visitantes extranjeros les digo que esta es la mejor y la peor temporada para visitar Guatemala.  Es la peor por las muchedumbres y porque la calidad de los servicios es desbordada por las multitudes; pero es la mejor porque Chapinlandia se luce con sus colores, sabores, aromas, sonidos y texturas.

Muchos chapines se entregan al misticismo en esta temporada; pero casi nadie escapa al ambiente veraniego. La playa y las montañas llaman.  Llaman los shorts y las sandalias.  Y si te dan ganas de atender al llamado a la meditación, te recomiendo: ¿Cómo obtuve las ideas que tengo? ¿Para qué sirven? ¿Las sostengo, o sólo digo sostenerlas? ¿Creo que la realidad existe, o que es una ilusión? ¿Tengo derecho a exigir que otros se sacrifiquen por mí y tienen los otros el derecho a exigir que me sacrifique por ellos?

¡Momento!…tampoco es que tengas que andar tan solemne.  ¿Qué tal unos molletes? ¿Qué tal un refresco bien helado de jocotes marañones, o de tiste, o de pepita?  ¿Te animas a probar el chinchivir (cuyo nombre viene de ginger beer?  Para mí esta temporada sabe a pan de yemas de la Costa sur, remojado en miel de garbanzos de aquella región.  Sabe al dulce de garbanzos con miel cristalina que hacían mi tía abuela La Mamita y hace mi tío Rony.  El mismo que hacemos en casa y que ya me está sacando surpiros.

Esta temporada me sabe a empanadas de leche y a añoranza por las empanadas de hierbas y las de salmón que ya no se consiguen. Me sabe a uno de mis platos favoritos en todo el universo-mundo: el bacalao a la vizcaína acompañado por arroz blanco, pan francés de horno de leña y un buen Carmenere.  Así, con su salsa de color rojo intenso y profundo gracias a una combinación generosa de buenos tomates y buen aceite de oliva.

La temporada me sumerge en una riqueza inmensa y cándida de costumbres y tradiciones.  Me da algo de añoranza por vacaciones y recuerdos en compañía de mi familia y amigos.  Me induce a caminar por calles animadas, de noche y en compañía de  personas a las que amo y con las que comparto valores.  Hoy comienza la parte más intensa de la temporada más chapina.

Columna publicada en El periódicola foto es un fragmento de una alfombra de aserrín.


07
Dic 13

¡A quemar al Diablo!

131205_diablos_luis_figueroaLos diablos -cachudos, barbados, rojos y con sus números 7- está por todas las calles de la ciudad de Guatemala a la espera de arder hoy en la noche.  Y con los diablos arderá El Diablo; aunque a El Diablo esas cosas le dan risa..

Es tradición chapina que el 7 de diciembre a las 6 de la tarde las familias se reunan para encender un fogarón en el cual se supone que arde Satanás.  Es un rito purificador en el cual se supone que se entragan a las llamas nuestros diablos personales.  ¿Cúal es tu diablo para quemar el 7?, me preguntaron en el programa de radio Así es la vida.  Y yo respondí que mi diablo es la impaciencia; pero igual hubiera podido responder otras cosas como la maña de procrastinar.

Con los fogarones se queman cohetes y a su alrededor también acuden los amigos. Es tradición chapina que en esta fecha se coman buñuelos con miel de anís; y que se beba un ponche de frutas (con piquete, mejor).

Con esta fiesta comienzan los festejos chapines del fin de año, conocidos popularmente como La vuelta Concepción Reyes en alusión al santoral.


01
Nov 13

Helado de camotes

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¡Ay caray!, como si el fiambre no fuera suficiente delicia para la celebración de este día en casa preparan un magnífico helado de camotes aderezado con mermelada de mandarinas.

El color cremoso y amarillo intenso de los camotes combina maravillosamente con el dorado y anaranjado de las mandarinas; escogidas una por una de modo que sus cáscaras sean impecables y aromáticas como uno no puede imaginarse.

Los sabores y los aromas se combinan graciosa y generosamente para producir una experiencia intensa y algo lujuriosa.  Este helado es perfecto para amarrar un almuerzón de fiambre porque a la tradición de aquel plato propio de este día se le añade la innovación audaz a partir de otro plato tradicional como lo es el dulce de camotes, o ate de camotes.


01
Nov 13

¡A comer fiambre, pues!

¡Qué dicha y qué alegría es ser parte de esta celebración del fiambre, en esta tierra costumbrera, como decía José Milla.

El que hacemos en casa es la receta de mi madre que, a su vez, es la receta de  mi abuela y de mi bisabuela paternas. No hay una sola receta de fiambre, porque cada familia tiene la suya; y aunque dos, o tres recetas vengan de una misma, todas serán distintas, porque cada quien le pone su sazón y cada quien le quita, o le pone ingredientes a su gusto. En mi familia –por ejemplo– aunque los fiambres de mi abuelita Frances y el de mi tía Baby venían del de mi bisabuela Adela, el primero tiraba a dulzón y el segundo, a ácido. A mí me gusta ligeramente endulzado con miel de abejas por el toque de madera que da la miel.

Hay cuatro tipos básicos de fiambre: verde, blanco, rojo y rosado; y el que hacemos en casa es de este último tipo. Lo importante, sin embargo, es que no importa qué receta se haga, el fiambre sea armonioso y balanceado. Demasiados, o muy pocos de algunos ingredientes pueden estropear la elegancia sutil de este plato.

El fiambre es, por mucho, el plato más extraordinario y magnífico de la cocina chapina. El plato tiene sus detractores que yo pongo en dos cajones: el de los melindrosos, del cual no vale la pena ocuparse; y el de los que han tenido una mala experiencia con él, principalmente porque han probado alguno que, en vez de ser una combinación armoniosa y balanceada, ha sido una mezcla pretenciosa, o sin equilibrio, ni sentido común.

Este es un plato que se come en familia y compartido. En la ciudad es algo difícil notarlo, pero en los pueblos es muy evidente. A lo largo de la mañana del día 1 de noviembre, platos van y platos vienen de una casa a otra. O bien, a la casa donde se hace el fiambre, llegan familiares y amigos a comer. Los invitados –y los invitados de los invitados– suelen llevar algo de su propio fiambre, o bien, a veces llevan otra cosa, como dulces de ayote, o de jocotes, conocidos como cabeceras. O panes de muerto. En casa el postre tradicional es helado de camote con mermelada de mandarinas. ¡Hágase, pues, la fiesta!

Columna publicada en El periódico.


02
Ago 13

Se muere el palo volador

La presentación de la danza precolombina del palo volador está en riesgo debido a la escasez de pinos de más de 50 metros de altura en bosques comunitarios. Este hecho, culturalmente triste, expone una realidad que hay que reconocer: El sistema colectivista de protección de bosques no está funcionando y la clave está en la palabra comunitario. Lo que es de todos, no es de nadie; y por eso es que la gente derriba los árboles que son de todos para hacerlos leña.

Entre la tragedia de los comunes y la pobreza (que hace que la gente tenga que usar leña), las malas políticas económicas están acabando no solo con los árboles, sino con la riqueza cultural de la gente.

¿Sabes? Nunca he visto un palo volador de verdad; y por compromisos de trabajo no lo vi este año. Una vez vi uno de metal en el D.F. en México; pero no es lo mismo. En los años setenta fue puesto un palo volador allá por donde está la estatua de Tecún Uman al lado del zoológico La Aurora. Se lo usó y ahí estuvo por años. Lo veía todos los días porque por ahí pasaba el bus de mi colegio y siempre me llamaba la atención. Me impresionaba lo alto que era y me imaginaba a los voladores bajando de él, porque mi padre me había explicado para qué servía.

En Cubulco, este año usaron el palo de 2012 luego de inspeccionar que la humedad no hubiera dañado la base; y afortunadamente no se supo que hubiera accidente alguno. Yo espero ver el palo volador el año entrante.

Para proteger la naturaleza y la cultura hace falta sustituir el régimen colectivista que carece de reguladores de las acciones de las personas y el estatista que se basa en la fuerza, por uno compatible con la naturaleza de los seres humanos. Uno que produzca incentivos para el éxito y los beneficios; así como sanciones para el fracaso y los costos innecesarios. Nadie cuida mejor lo tuyo, que tú. H. Lepage explicó que la función social de la propiedad privada ha sido, siempre, la de asegurar el buen uso y la conservación de aquello que se considera como los bienes que en común hemos recibido como humanidad*. ¿Qué tal si probamos algo diferente para no seguir teniendo resultados tristes?

¡Por esta  columna publicada en El periódicogané el Premio Charles L. Stillman 2013!

* Bendfelt J.F.  Economía y medio ambienteCentro de Estudios Económico-Sociales, Guatemala, 1992.


02
Ago 13

Casi extinto pito de un afilador, o remendero ambulante

¡Ala gran!, voy a decir que desde la primera mitad de los años 80 que no oía el característico y casi extinto pito de un afilador, o de un remendero ambulante en la ciudad de Guatemala.

Antes las calles de la ciudad eran recorridas por estos personajes que afilaban cuchillos, reparaban zapatos y soldaban ollas.  ¿Quién suelda ollas en estos días?  Se instalaban en las afueras de las casas de quienes requerían de sus servicios y ahí trabajaban hasta cumplir su cometido.

En casa de mis padres recuerdo que afilaban los cuchillos de la cocina; pero los de la mesa mi madre los llevaba a un afilador que tenía su negocio al lado del Mercado Central porque ahí se trabajaba muy fino.  Varias veces algún zapatero ambulante le dió un segundo aíre a algún par de zapatos míos; pero yo ya soy de la época en que no se reparaban las ollas.

¡Que gusto me dió escuchar este pito que yo creía que ya no se oía!


22
Jul 13

Se muere el palo volador

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La presentación de la danza precolombina del palo volador está en riesgo debido a la escasez de árboles de más de 50 metros de altura en bosques comunitarios.  Este hecho, culturalmente triste, pone expone una realidad que hay que reconocer: el sistema actual de protección de bosques no está funcionando y la clave está en la palabra comunitario.  Lo que es de todos no es de nadie y por eso es que la gente derriba los árboles que son de todos para convertirlos en ocote.

En el fondo, reconozcámoslo, entre la tragedia de los comunes y la pobreza (que obliga a la gente a usar ocote), las malas políticas económicas están acabando no sólo con los árboles y las aguas (ese tema lo podemos discutir luego), sino con la riqueza cultural las gentes de este país.

Yo nunca he visto un palo volador de verdad; y por compromisos de trabajo no lo veré este año.  ¿Lo veré el año entrante? No se.  Una vez vi uno de metal en el Distrito Federal de México; pero no es lo mismo.  En los años 70 y no recuerdo en qué contexto se puso un palo volador allá por donde está la estatua de Tecún Uman al lado del zoológico La Aurora.  Se lo usó y ahí estuvo por años.   Lo veía todos los días porque por ahí pasaba el bus de mi colegio y siempre me llamaba la atención.  Me impresionaba lo alto que era y me imaginaba a los voladores bajando de él porque mi padre me había explicado para qué servía.  También me llamaba la atención el hecho de que, durante todo el tiempo que estuvo ahí enhiesto, siempre tuvo una lata en su extremo superior.

En fin.  En Cubulco este año usarán el palo de 2012 con la esperanza de que la humedad no haya dañado la base.  Y yo espero que no haya un accidente.  Y espero poder ver el palo volador el año entrante.

El de la foto es el palo volador que vi en el D.F.


01
Jul 13

Jabón de coche (que no es de cerdo)


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Aunque el jabón de coche ya no se hace de grasa de cerdo, sino de res, todavía conserva sus color y olor característicos; y la gente asegura que conserva sus propiedades benéficas para la piel y para el cabello.

En casa de mi bisabuela, Mami, había jabón de coche (¡y Dove!, que contraste); y estoy seguro de que -más de una vez- me lavaron la cabeza con una de esas bolas en aquel baño que tenía una tina enorme y que olía de forma tan particularmente limpio.


27
Jun 13

Con el ataúd por la calle

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¿A quién le llevarán su cajón?   En algunas poblaciones es costumbre que las personas compren sus ataúdes con anticipación.  La gente no está tranquila si no tiene su cajón en su casa.  ¿Será este el caso, o la entrega del mueble es ex post facto?  Cuando vi esta escena me pregunté aquello y otras cosas.  Por ejemplo, quienes llevan la caja, ¿son familiares del difunto, o sólo prestan el servicio?  ¿Es para un servicio que se necesita en ese momento, o sólo están cambiando de lugar el féretro?

El velorio será algo muy sencillo, o será como se acostumbra en muchas poblaciones:  con panes, chocolate, tamales, café, caldo y la participación de casi todo el pueblo?  Cuando murió la abuela de un amigo, hasta construyeron una galera en el patio de la casa para recibir a los dolientes que llegaban de los alrededores.  Cuando murió el papá de este amigo, venían gentes en buses a presentar sus condolencias.

Yo quiero que mi caja sea muy sencilla; pero quiero que haya tamales.