20
Oct 09

Alfajor, el dulce perdido

Después de unos 35 años, ¡mi madre volvió a hacer alfajor! Mi tía abuela, La Mamita, hacía este dulce -que llamaba alfajor- con miel de azúcar, miel de abejas, miga tostada de pan y jengibre. En casa se dejó de hacer porque c. 1974 mi madre lo hizo y le salió muy duro. Recuerdo muy bien que estaba petrificado; y bueno, nunca volvió a animarse a hacerlo. Y el último alfajor hecho personalmente por La Mamita, debe haber sido de allá por 1970.

Lo llamo el dulce perdido no sólo porque tenía tantos años de no comerlo, sino porque no se lo encuentra entre los dulces típicos guatemaltecos. Me gustaría saber si algún lector chapín recuerda el alfajor, porque tengo la impresión de que ya nadie lo come por aquí. Y, de hecho, en estos 35 años que pasaron desde que lo comí por última vez, nunca oí que alguien lo mencionara.

Me gusta mucho su sabor de jengibre; pero también la textura de la miga (que La Mamita insistía en que no debía ser muy fina) y el sabor de la miel.

Muy conocidos son los alfajores argentinos Havanna, claro; pero estos son muy diferentes a los de La Mamita. En Google, las principales referencias a alfajor me llevaron a los argentinos que son dos galletas, masas, o pastas unidas por algún tipo de dulce y aveces cubiertas por chocolate. Empero, existe un dulce llamado alajú o alfajor que se parece al alfajor chapín: esto es un dulce hecho con pasta de almendras, piñones o nueces, pan rallado y tostado, especias y miel. El citado alajú se come entre obleas, como el turrón; y a mí eso me parece una idea muy práctica porque el alfajor chapín lo comíamos con cucharitas.


11
Oct 09

Procesión en la Villa de Guadalupe

Mi barrio siempre está activo con festividades populares. Ayer hubo esta procesión y hoy había marimba en la plaza. La Villa de Guadalupe tiene vida propia. Ahora mismo, en la plaza, hay un coheterío que parece como de Año Nuevo.
La procesión recorre las calles del barrio en donde la esperan las alfombras tradicionales de flores, frutas y aserrín. La acompañan escolares, bandas, devotos y los quemadores de cohetes y de incienso. La siguen los vendedores de golosinas.

08
Oct 09

El chiclero

En Guatemala, El chiclero es un vendedor callejero de golosinas; pero no es ambulante, sino que tiene su esquina. Me pregunto si los chicleros son comerciantes individuales y emprendedores, o si en realidad hay alguien que es dueño de todos los puestos de chiclero en la ciudad y emplea a los dependientes.

Durante mi pre adolescencia tuve mis productos de chiclero favoritos: galletas Cremas, de Pozuelo; chocolates Crispín, de Sharp; pastillas de menta y de violeta, y tapitas de Gallito; unas pastillas con sabores muy delicados que venían envueltas en papel como celofán y que posiblemente eran de algo así como marca Lister; chocolates Polo, de Granada; y Tortrix, por supuesto. Gracias a mi amiga Lucía por su contribución a esta entrada.
En los comentarios, un lector me ha recordado -muy atinadamente- que aquí también son chicleros los recolectores de chicle; lo que me trajo a la memoria la siguiente anécdota:
Mi amiga, Mayra, tomó un atajo en Tikal y se perdió en la selva. Ella y sus acompañantes pasaron una noche en la jungla y al día siguiente fueron localizados por un grupo de chicleros. Cuando ella contó su aventura, mi amigo Toño preguntó muy sorprendido: ¡¿Y qué hacían unos chicleros en la selva?! Porque él -muy urbano que es- estaba pensando en los expendedores callejeros, y no en los recolectores de chicle.
Por cierto que la novela chapina de chicleros es Guayacán, de Virgilio Rodríguez Macal, y me gusta mucho.
La foto es por mi amigo, Raúl.

05
Oct 09

Una zopilota, dos aplausos…

Una zopilota, con dos aplausos y un hombre adentro; mis padres contaba que así se pedía una sopa de frijoles, con dos tortillas y un huevo en un lugarcito que frecuentaban en San José, Costa Rica, a principios de los años 60.
De eso me acordé cuando vi a este par de zopilotes frente a mi ventana. También me acordé de que mi tía abuela, La Mamita, cantaba algo que iba así: Ya murió la cucaracha,/ ya la llevan a enterrar./ Entre cuatro zopilotes/ y un hermoso gavilán.
Los zopilotes también sirven para piropos…aunque no sean piropos muy agradables. Mi padre contaba de uno que, apropiado para una chica vestida de negro, decía: Adiós zopilotío lindo, aquí está tu chucho muerto.

04
Oct 09

Hoy nos bailó el convite

Un convite tradicional de mi barrio, La Villa de Guadalupe pasó por mi casa. La gente organiza este convite para recaudar los fondos necesarios para la procesión que saldrá el próximo sábado.
.
A mí me divierten los convites y por unos pesos el cortejo se detiene y los integrantes bailan una pieza. El primer convite que vi, fue en Panajachel cuando yo tenía unos 6 años. Recuerdo que no me lo esperaba y que me impresionó mucho lo grandes y cabezones que se veían los personajes. Recuerdo que seguí al cortejo hasta la cocina del Hotel Casa Contenta en donde nos dieron gaseosas y pastel.

25
Ago 09

Dos bandas bajo mi ventana

Como vivo en un barrio antiguo de la ciudad de Guatemala, hay mucha actividad pueblerina bajo mi ventana. Procesiones, desfiles, ventas de atol, feria y otras prácticas alegran la vida insegura en el Valle de la Ermita.

El domingo pasado, dos bandas escolares desfilaron bajo mi ventana. No bajé a preguntar, pero supongo que es en preparación para las festividades del 15 de septiembre cuando se celebra la Independencia de Centroamérica. Dicha efemérides involucra desfiles de esta naturaleza -que es lo que realmente le gusta a la gente- y otras actividades que la posmodernidad ha tratado de convertir en costumbres.

En los pueblos no faltan los concursos de distinta naturaleza, los bailes, y una de mis favoritas que es la de las carreras con la llama de la libertad.

Allá por 1975 estuve así de cerca de desfilar con ocasión del 15 de septiembre. Asistí a todas las prácticas; pero a la hora de la hora mis padres se fueron al mar y tuve que elegir: ¿mar, o desfile? ¿mar, o desfile? ¿mar, o desfile?…y ganó el mar. Claro que después, en el colegio, tuve que pagar las consecuencias; pero la verdad sea dicha, ni siquiera recuerdo cuáles fueron.

A la larga supongo que ir a desfilar hubiera sido una experiencia divertida. Y es que no conozco a nadie de mi generación que haya marchado, y que no recuerde con cariño y nostalgia sus días de desfiles septembrinos.

19
Ago 09

Shute, metete, nariz de cutete

En Guatemala se le dice (¿o se le decía?) shute, metete, nariz de cutete, a aquella persona que se entremete o se inmiscuye donde no le toca. De shute, pues, anda la administración de Los Colom, cuando opina con respecto a la visita que un grupo de empresarios guatemaltecos le hicieron a Roberto Micheletti, presidente de Honduras.


16
Ago 09

Cuadros de costumbres: chapines bailando

Estas escenas me recuerdan un cuadro del pintor Ramón Banús. Los danzantes están en el Centro Comercial Peri-Roosevelt y si algún lector pudiera ayudarme con identificar la pieza que están bailando, sería buenísimo.
La idea de Cuadros de costumbres, en Carpe Diem y en homenaje al escritor José Milla, será la de retratar escenas de la vida cotidiana chapina.

12
Ago 09

Martín y sus dientes de oro

Martín es mi proveedor de anacates; y aparte de traerlos siempre frescos, es un sujeto divertido. Además, tiene esta estupenda sonrisa adornada con sus iniciales ME y una estrella en oro.

22
Jul 09

Riquísimos membrillos en limón

Sólo de verlos se me encoje la mandíbula, me dan escalofríos y empiezo a salivar como chucho. Son membrillos en limón, propios de esta temporada en Guatemala. Irresistibles y ácidos que son, despiertan al pequeño masoquista que hay en mí y no puedo comerme una, o dos rodajas, sino que bien puedo ingerir unas seis, u ocho. Pero no más.

En Guatemala, los membrillos se comen así, en jalea, en conserva y son elementos importantes para la festividad del Corpus.