28
Feb 25

Casa Popenoe celebra al aguacate

 

La primera vez que estoy consciente de haber comido aguacate fue durante un almuerzo, con mi papá, en el Hotel Casa Contenta cuando yo tenía unos seis años de edad. Mi padre preparó una salsa se la añadió al aguacate de entrada y comimos con mucho gusto. Aquella fue la primera ocasión en que fui a pasar vacaciones a Panajachel, ¡sin mis padres!, y mi papá fue a visitarme, por lo que yo estaba muy contento y orgulloso de almorzar con él en el comedor principal. Yo estaba feliz por partida doble: ¡mi padre había llegado, y se había iniciado mi relación de gusto y placer con los aguacates!

Yours Truly con aguacate.

En casa siempre hay aguacates y los comemos todas las semanas. Aunque yo los prefiero en cubos, sazonados solo con sal negra de Sacapulas, también los comemos como guacamol, en caldo de frijoles, o en caldos de pollo o de res, y para acompañar todo lo que se deje complementar por esa fruta deliciosa. Incluso disfruto mucho los helados de aguacate. Nos gustan los aguacates de Panajachel, de La Antigua, de Petén, de la costa sur y de dónde sea, porque todos tienen su carácter particular.

¿Quieres la receta de salsa para aguacates, de mi bisabuela, Adela? Se mezcla en licuadora ½ taza de aceite de oliva, 1 lata de crema de tomate, ½ taza de vinagre de manzana, sal al gusto, 2 cucharaditas de paprika, azúcar al gusto, 2 dientes pequeños de ajo, chiltepes al gusto,se licúa y se prueba la sazón.

Cuento todo aquello porque mañana sábado, en la Casa Popenoe de La Antigua Guatemala, se llevará a cabo el Sexto Festival del Aguacate para celebrar las investigaciones que Wilson Popenoe inició hace más de 100 años sobre el aguacate en Guatemala. Además, seré maestro de ceremonias en esa ocasión celebratoria…y, además, el placer es una necesidad psicológica profunda, como escribió Ayn Rand.

A partir de las 9:30 a. m. habrá dos conferencias: «Aguacate al descubierto: su historia, simbolismo y significado» por Jocelyn Degollado, antropóloga social; y «El aguacate aderezado con… pasión, talento y tecnología» por Enrique García Gaviria, fundador y CEO de Avolution Lab, primer laboratorio gastronómico del mundo dedicado exclusivamente al aguacate.

A partir de las 12:15 p. m. habrá degustaciones con la participación de cuatro escuelas culinarias: Las Gravileas, de La Antigua; la escuela culinaria del Intecap, de La Antigua; la escuela culinaria Las Margaritas, de Guatemala; y la Escuela de Nutrición de la Universidad Francisco Marroquín. También participarán los chefs Josué Alvarado, de Porta Hotel Antigua; Ronald Álvarez, de Casa Santo Domingo; Alex Quintana, de Quintana Bistro; y Marco Sáenz, de Villa Bokeh.

Aguacates con sal negra de Sacapulas.

Mi experiencia con las cuatro veces en las que he participado en el Festival del Aguacate es deliciosa y alegre en muchos niveles. Por supuesto que uno aprende bastante en las conferencias, y luego, en las degustaciones, la variedad y creatividad son impresionantes. Los sabores, aromas y texturas que presentan los platillos salados y dulces que se ofrecen en el jardín de la Casa Popenoe pueden ser sorprendentes y no se puede ser indiferente a sus encantos. Prepárate para sabores que despiertan el alma y para una experiencia de placer a la sombra del ciprés capuchino de la Casa Popenoe.

Columna publicada en República


14
Abr 18

El III Festival del Aguacate

No te imaginas lo feliz que me hace participar en el Festival del aguacate que organiza la Casa Popenoe en La Antigua Guatemala.

Si visitas este espacio, quizás ya leíste que en mi casa es muy raro que no haya aguacates para los almuerzos de los sábados.  Me gustan sólo con sal, en guacamol, con algún aderezo, en tortillas, sobre panes con ajo, me gustan los fuertes, los Hass, los de la costa, los de Panajachel, los de La Antigua, los de Petén.  Me gustan los que son pura mantequilla, los aperados, los redondos, los de cáscara verde claro, y los de cáscara verde oscuro, los de cáscara casi morada, los que se pelan y los que no.

Cuando estudiaba en la universidad solía ver un programa de televisión al medio día acompañado por un aguacate; o o por una, o dos tortillas con alguna hierba como macuy, puntas de güisquil, o algo así.  Mi primer recuerdo de aguacates es durante un almuerzo con mi padre -en la Casa Contenta, de Panajachel- a mediados de los años 60.

Por eso es que cuando me invitan a ser juez en el Festival del aguacate, soy feliz como una perdiz, y este año es la segunda vez que tengo aquel honor. Los otros jueces fueron Ana Carlos, de El sabor de mi tierra;  y Ricardo Schlosser, de Idea Verde.

La actividad consistió  en una degustación y concurso de platillos, preparados por algunos de los mejores chefs de La Antigua, que elaboraron sus recetas más exquisitas.

Mis favoritos de este año fueron:

En platillos dulces:

En platillos salados:

Más de cien años después de la primera expedición de Wilson Popenoe a Guatemala, el III Festival del aguacate se se celebró en la Casa Popenoek de la Universidad Francsico Marroquín; una residencia que compró Wilson en 1930, conocida para entonces como la casa del Capuchino por el ciprés capuchino que aún preside el patio principal. Wilson Popenoe fue un botánico, agrónomo y docente estadounidense experto en frutas y aguacates. Desde 1914 trabajó para el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, exploró la flora de Centroamérica y del mundo, trabajó para la United Fruit Company y fundó la Estación Experimental Valle de Lancetilla.

La foto es por Así es la vida.

 


22
Nov 16

El II Festival del aguacate

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En casa es muy raro, pero muy raro que no hay aguacates para los almuerzos de los sábados.  Cuando estudiaba en la universidad solía ver un programa de televisión al medio día acompañado por un aguacate; o o por una, o dos tortillas con alguna hierba como macuy, puntas de güisquil, o algo así.  Mi primer recuerdo de aguacates es durante un almuerzo con mi padre -en Panajachel- a mediados de los años 60.

¡Me encantan los aguacates!

Por eso me dio mucho gusto participar como juez en el II Festival del aguacate que se celebró en la Casa Popenoe, en La Antigua Guatemala. Durante el mismo degustamos deliciosas y hermosas creaciones culinarias que involucraban aquella fruta maravillosa.  Platillos creados por chefs profesionales y reconocidos en la comunidad antigüeña y nacional; así como por estudiantes de Gastronomía nutricional y empresarialidad, en la Universidad Francisco Marroquín.  El festival fue una fiesta para los sentidos.

Los otros jueces fueron Ana Carlos, Mario Gallio y Ricardo Schlosser.

Mario Campollo, chef ejecutivo del Hotel Casa Santo Domingo, obtuvo el primer lugar en la categoría general, con un Mousse de chocolate con cubos de aguacate salteados con sirope-esponja de cilantro-crumble de chocolate, gel de yogourt y de aguacate, poporopos de cacao y aceite de oliva al limón. También ganó en las categorías de creatividad, armonía entre sabores y presentación. El segundo lugar fue para Jean Francois Desmoulins, de restaurante Tartines Antigua, y el tercer lugar para un equipo integrado por Sofía Chavarría, Ayleen Rosenberg, Cristian Brenner, Alessandra Wagner, Susana Selle, estudiantes de la UFM.

Más de cien años después de la primera expedición de Wilson Popenoe a Guatemala, el II Festival del aguacate se se celebró en la Casa Popenoe; una residencia que compró Wilson en 1930, conocida para entonces como la casa del Capuchino por el ciprés capuchino que aún preside el patio principal. Wilson Popenoe fue un botánico, agrónomo y docente estadounidense experto en frutas y aguacates. Desde 1914 trabajó para el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, exploró la flora de Centroamérica y del mundo, trabajó para la United Fruit Company y fundó la Estación Experimental Valle de Lancetilla.

Foto por la Escuela de Nutrición, de la UFM.


15
Ene 15

Pepián en un poyo del siglo XVIII

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¡Mira que dicha!, tuve la suerte de ser invitado por la chef Euda Morales a presenciar la elaboración de un pepián tradicional guatemalteco en el poyo de la Casa Popenoe.

El pepián es un recado chapín hecho con carnes, vegetales, semillas y chiles; y la Casa Popenoe es una residencia señorial antigueña.

No te imaginas lo emocionante que es cuando se enciende el fuego en el poyo y la cocina se llena de olor a carbón y leña.  Lo chulo que es ver como se asan los tomates y los chiles en el comal y la nostalgia que uno siente cuando ve las semillas en la piedra de moler.  Yo todavía vi a mi tía abuela, La mamita, hacer horchata con arroz molido en piedra.

Sobra decir que el pepián salió riquísimo y bellísimo.  Disfrutado, además, en un contexto histórico y tradicional que lo conecta a uno  -en el tiempo y en el espacio- con siglos de sabores, aromas, colores y texturas.


26
Ene 10

La dicha de ver a un artista trabajando

El

paisajista de La Antigua por excelencia, autor del cuadro sobre el corte de café que está en el reverso de los billetes de Q50 y personaje de gran corazón, don José Luis Alvarez todavía pinta e ilumina lienzos a la edad de 93 años.

Hoy tuve la dicha de verlo trabajando en la Casa Popenoe de la ciudad colonial.

27
Ene 09

¡Las primeras candelarias!

¡Wow!, estas son las primeras candelarias que veo durante esta temporada. Me las he encontrado en La Casa Popenoe, de La Antigua, en donde estoy entrevistando a personajes como Carlos Alberto Montaner, Enrique Ghersi, Martín Krause, y otros grandes del pensamiento liberal.

Las candelarias, cuyo nombre científico es Catleya Skinneri; y son propias de febrero. También son la flor nacional de Costa Rica en donde se las conoce como guarias moradas.


27
Ago 07

El bacín de don Quijote

“Váyase vuestra merced, señor, norabuena su camino adelante y enderécese ese bacín que trae en la cabeza y no ande buscando tres pies al gato”, le dice el Comisario a don Quijote, en el capítulo XXII de Don Quijote de La Mancha.

Este bacín, muy parecido al que El Caballero de la Triste Figura usaba en sus aventuras se halla en la Casa Popenoe, de La Antigua Guatemala.

Lo vi ayer durante mi visita a ese magnífico lugar.


26
Ago 07

El palomar y el espíritu emprendedor

Este es el palomar en la Casa Popenoe, en La Antigua Guatemala. La casa fue construida c. 1632-1636; fue destruida por el terremoto de Santa Marta en 1773; fue reconstruida por Fredrick y Dorothy Popenoe en 1929.

Este es un espacio mágico con “apartamentos” para 115 palomas mensajeras, y era un lugar de juegos para los niños Popenoe.

Anoche asistí ahí a un concierto del Dúo Similia, integrado por Nadia y Annie Labrie.

“La Casa Popenoe reta a nuestra mente inquisitiva y genera en ella preguntas sobre las ideas, la pasión, el compromiso; sobre la historia, el arte la ciencia, la belleza, la austeridad, la proporción. ¿Qué papel ha jugado cada uno de estos elementos en el desarrollo humano y en el desarrollo de la civilización?”.

En 1937, Louis Adamic escribió: “He aquí lo mejor del hombre: el constructor, creador; el reconstructor, recreador, que no lucha contra sí mismo, sino contra un adversario más porderoso. La naturaleza le impuso un reto destruyendo su obra; él lo aceptó y levantó de nuevo la casa, quizás mejor que nunca, desafiando a los elementos. Nos encontramos frenta a frente con ese dramático enigma que es el Tiempo, en el que el Hombre, indefenso, participa de manera profunda”.