No hay Navidad chapina sin cohetes. Los cohetes o petardos, así como los tamales, las manazanillas y los pinabetes son elementos propios de las fiestas de fin de año en Guatemala. Estos cohetes fueron burlados porque sus compañeros si estallaron y ellos no.
Cuando yo era niño no era muy de quemar cohetes; pero me gustaban muchísimo los volcancitos, los saltapericos, las luces de bengala, las estrellitas, los silvadores, los misiles y unas bolitas de colores que uno golpeaba contra el piso y estallaban. Los saltapericos, por cierto, fueron prohibidos a principios de los 70 porque había mara que los confundía con dulces y se los comía…y bueno…el fósforo hacía lo suyo. Los silvadores fueron prohibidos a principios del siglo XXI porque antes se hacían con papel enrollado y no agarraban fuego; luego los empezaron a hacer con plástico y, al agarrar fuego, caían en lugares donde podían ocasionar incendios.
En algún momento de mi adolescencia, tuve un tubo de cañería que en un extremo estaba tapado con un palo de escoba. Usaba ese tubo para poner dos cohetillos; uno viendo para adelante y otro para atrás. Luego encendía la mecha del que veía para adelante y al estallar ese expulsaba a su compañero y le encendía la mecha para que -al instante- saliera volando y estallara en el aire.
A los guatemaltecos nos gusta quemar cohetes y bombas para las festividades. Los chapines quemamos pólvora cada vez que podemos. Cuenta la leyenda (que leí en Noticias del imperio, por Fernando del Paso) que en tiempos de Fernando VII . cierto mexicano visitó la corte de aquel monarca español y en algún momento de la mañana el Rey le preguntó que qué es lo que sus paisanos estarían haciendo en ese momento. Y el mexicano contestó que seguramente estarían quemando cohetes. El Deseado volvió a hacer la pregunta más tarde, sólo para obtener la misma respuesta. Y a la misma pregunta, horas más tarde, volvió a contestar lo mismo. Exactamente lo mismo durante todo el día. Lo que digo es que eso mismo se nos aplica a los chapines. Los chapines quemamos pólvora con cualquier pretexto, a cualquier hora