111129, bombazo en parque central |
Los más jóvenes sin duda no se acuerdan; pero las escenas de aquel viernes 5 de septiembre de 1980, en el parque central de la ciudad de Guatemala fueron espantosas. Había partes humanas esparcidas por todas partes, los vitrales hermosos del Palacio Nacional fueron dañados severamente (y hasta la fecha permanecen incompletos), y hubo daños a la propiedad. ¡Dos bombas habían sido plantados en aquella área! Yo recuerdo todo bien porque tenía 19 años de edad.
Seis adultos muertos y un niño; y un número indeterminado de heridos reportó Prensa Libre en su edición del 6 de septiembre de 1980. Y esas víctimas tenían nombres y familias. Entre los muertos se contaban: Domingo Sánchez, piloto del Ministro de Agricultura; Joaquín Díaz y Díaz, limpiador de automóviles; y Amilcar de Paz, agente de seguridad. ¿Cuál era el propósito del acto terrorista? Contribuir al enfrentamiento armado para imponer la dictadura del proletariado o el socialismo real.
El Gráfico reportó así el acto terrorista: cadáveres decapitados colgados de las piernas entre los hierros retorcidos de vehículos deshechos, cuerpos informes entre vidrios y fragmentos de ramas de árboles por todos lados se provocó con la explosión terrorista que sacudió el corazón de la ciudad ayer a las 9:35 horas. Reporteros de El Gráfico que pudieron llegar al sitio mismo de la explosión segundos después del terrorífico estallido se encontraron con una escena verdaderamente infernal en la 6a. avenida y 6a. calle convertida en un gigantesco horno. Los reporteros presenciaron, también, el dramático auxilio de los heridos algunos de suma gravedad como un hombre que perdió completamente la pierna izquierda desde el muslo que sólo era jirones de piel.
Irónicamente, hoy, que fui a buscar las fotos de este acto terrorista, en la Hemeroteca Nacional, estacioné mi automóvil en el parqueo que hay debajo del parque central, ahora conocido como Plaza de la Constitución. A unos metros de donde fue la explosión.
Las imágenes que ilustran esta entrada son:
1_95_PL: La gráfica muestra a dos de los individuos que murieron a consecuencia de la explosión. El cadáver de la derecha quedó decapitado. El de la izquierda fue totalmente descuartizado, habiendo volado la cabeza del mismo a varios metros de distancia. (Foto por Jorge Yee, de Prensa Libre)
96_EG: Niña herida durante el atentado, cuando entraba al palacio nacional(Foto de El Gráfico)
3_PL: El mecánico que murió en la explosión, de los transportes Fortaleza. (Foto por Jorge Yee, de Prensa Libre)
1_PL: Vista parcial del centro capitalino donde estallara la más potente bomba. (Foto por Jorge Yee,de Prensa Libre)
2_PL: Estado en que quedó el autobús de la empresa Fortaleza (Foto por Jorge Yee, de Prensa Libre)
4_PL: Interior de la terminal de los Galgos. (Foto por Jorge Yee, de Prensa Libre)
5_PL: Vista de los vehículos incendiados en la explosión. (Foto por Jorge Yee, de Prensa Libre)
6_PL: Incalculables son los daños provocados por la explosión, en el palacio nacional, sobre todo en los vitrales que tienen valor histórico y artístico. (Foto por Jorge Yee, de Prensa Libre)
7_PL: Daños en el Edificio Elma, frente al palacio nacional. (Foto por Jorge Yee, de Prensa Libre)
8_PL: Vista parcial de otros vitrales destruidos en el palacio nacional. (Foto por Jorge Yee, de Prensa Libre)
9_PL: Más vitrales destrozados en el palacio nacional. (Foto por Jorge Yee, de Prensa Libre)
91_PL: En este tragante fue instalada la primera carga explosiva, que hizo estallar a otra similar que estaba dentro de un automóvil. (Foto por Jorge Yee, de Prensa Libre)
92_PL: En un tragante había una carga de dinamita la cual, al explotar, hizo explotar a otra que se hallaba en este auto (Foto por Meoño, de Prensa Libre)
93_PL: A los cinco minutos de haberse producido la explosión se originó el incendio de siete vehículos. (Foto por Jorge Yee, de Prensa Libre)
94_PL: Varios automóviles que estaban estacionados en el parque central quedaron parcialmente destruidos. (Foto por Meoño, de Prensa Libre)
96_EG: Niña herida durante el atentado, cuando entraba al palacio nacional(Foto de El Gráfico)
97_EG: Un bombero lleva en brazos a una empleada del Almacén Paiz, afectada por una crisis nerviosa luego del bombazo. (Foto de El Gráfico)
Curiosamente y muchos años después, durante mi vida como reportero y editor, trabajé con Jorge Yee en Siglo Veintiuino y con quien supongo que es Raúl Meoño.
Hasta ahora, los guerrilleros terroristas que habrían organizado el atentado no habían sido emplazados directamente. Hasta ahora, porque ayer fue interpuesta una denuncia formal al respecto. Y la denuncia dice:
Yo, Esthela de Matta viuda de Furlan, me presento como una ciudadana consciente y demócrata amante de la paz que gozamos todos los guatemaltecos, gracias a la lucha de los que defendieron la institucionalidad, a nuestra Carta Magna.
Hoy yo, demando en mi calidad de presidenta de la Asociación de Viudas de Militares y Especialistas del Ejército de Guatemala, (ASOMILGUA), la aplicación de la justicia en nuestro país, contra 32 personas, todos militantes de las facciones guerrilleras que sembraron el terror entre la población guatemalteca, con sus acciones violentas y ataque contra la seguridad y vida de millones de conciudadanos.
Hoy comparezco ante los administradores de justicia y en pleno goce de los derechos que me confiere la Constitución Política de nuestro país, para interponer una denuncia ante el Ministerio Público por otros 45 casos de la historia de terror y documentados, que grupos guerrilleros dirigieron contra millones de guatemaltecos y, en especial, entre los años de 1978 y 1982.
Mi demanda de justicia va dirigida contra 36 integrantes del llamado Ejército Guerrillero de los Pobres, (EGP) y el Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT), ambas facciones terroristas de la Unidad Nacional Revolucionaria Guatemalteca (URNG).
De estos tristes, deplorables y condenables actos de terrorismo cabe recordar al pueblo de Guatemala y, en especial, a las nuevas generaciones, dos hechos por demás violatorios al respeto a la vida de las personas, su integridad física y la paz del país.
Me refiero y en especial, a los dos ataques que con artefactos explosivos los delincuentes terroristas perpetraron un cinco de septiembre de 1980.
Si señores, ese día, esa mañana, un coche bomba fue hecho explotar en la esquina de la 6ª calle y 6ª avenida de la zona 1, en lo que fuera el antiguo Parque Central. Los destrozos materiales fueron cuantiosos en los edificios circundantes, en especial el Edificio Lucky, pero más lamentable lo fue la pérdida de vidas humanas.
En esa dantesca mañana, con pavor los guatemaltecos fuimos testigos del cómo quedaron esparcidos tras ser mutilados, los cuerpos de inocentes víctimas, varios niños entre estos y cuyos restos humanos fueron lanzados en un radio mayor a los 70 metros, al grado que el corredor y paredes del Portal de Comercio fueron mudos testigos de tales e inhumanos actos.
Niños anónimos, limpiabotas, niños que perdieron la vida por ese y en ese acto criminal perpetrado por los enemigos de Guatemala, los enemigos de la sociedad guatemalteca y contra quienes hoy se presenta esta nueva denuncia, en demanda y espera que las autoridades judiciales cumplan su función como les ordena la Constitución, para accionar y declarar la persecución penal por los delitos de lesa humanidad que cometieron los terroristas delincuentes.
Sí, esos, los enemigos del país a los que los integrantes de las instituciones de seguridad y autoridades de Gobierno debieron combatir para que hoy entre los guatemaltecos, reine la paz de la ausencia de una guerra política en el país, la paz sobre la violencia impulsada por intereses foráneos y extremistas del marxismo-lenilismo que se nos quiso imponer.
Hoy demando, demandamos, que el Estado de Guatemala cumpla los preceptos del artículo 301, 378 y 391 del Código Procesal Penal, por los presuntos delitos de: terrorismo y delitos contra los deberes de humanidad (125 artefactos explosivos detonados y dirigidos contra el Estado de Guatemala y su población) y de cualquier otro delito que resulte como consecuencia de la Investigación de los hechos denunciados.
Reiteramos que las autoridades están obligadas a realizar tal investigación sin distingo alguno, en contra de quien resultare responsable de tales hechos en calidad material, así como aquellos involucrados por omisión o encubrimiento, sin olvidar a los autores intelectuales para que, contra todos ellos, se giren las órdenes de captura correspondientes.
Señalo como responsables a confirmar, a los encargados de los frentes terroristas “Augusto César Sandino” (FACS) y Otto René Castillo (FORC) del EGP; los frentes terroristas PGT-6 de Enero; PGT Alamos o palomas azules y Comisión miliar (COMIL) del PGT, la estructura criminal que sometió a los habitantes del departamento de Guatemala y resto del país, a un terror sistemático.
De sus ilícitas e ilegales acciones fueron víctimas integrantes de amplios sectores de la sociedad civil, como empresarios, profesionales, catedráticos, integrantes de las instituciones de seguridad del Estado, y ciudadanos comunes, a través de sus ataques indiscriminados unos, planificados otros, pero todos a mansalva, con alevosía, ventaja, nocturnidad y uso masivo de fuerza.