03
Jun 08

De regreso al futuro

Cuando hago la broma de que la socialdemocracia chapina nos va a llevar de vuelta a las prácticas de los gobiernos de Arana, Laugerud y Lucas es en serio. Hoy, por ejemplo, nos enteramos que que la administración Colom se ha propuesto “que se cumpla la Ley Obligatoria y de Fomento para el Cultivo de Granos Básicos —decreto 40-74— , la cual obliga a propietarios o arrendatarios de tierras a utilizar un 10 por ciento del total de su extensión para la siembra de granos de primera necesidad”.

Supuestamente el Presidente cree que la escasez de granos se agrava por no haber aplicado aquella normativa que castiga con multas a los proietarios y arrendatarios de terrenos de más de 100 manzanas, que no cultiven granos básicos en el 10% de ellas.

La normativa viola el derecho de propiedad y el derecho a la libertad de los afectados; e impondrá costos inesperados, y más de una vez inaguantables, en los productores de alimentos. Y esos costos, ¿adivinen ustedes quiénes los pagan? Cuando sean trasladables los pagarán los consumidores y eso anulará el efecto remoto que pudiera tener la siembra obligatoria de granos. Cuando no sean trasladables, los pagarán los que se queden sin empleo.

En fin…como escribió Henry Hazlitt, “el objeto de la ciencia económica…es percibir consecuencias secundarias. También lo es, naturalmente, prever consecuencias generales. Para ser breves: es la ciencia que calcula los resultados de determinada política económica, simplemente planeada o puesta en práctica, no sólo a corto plazo, y en relación con algún grupo de intereses especiales, sino a la larga y enrelación con el interés general de toda la colectividad”.

Quienes promueven chizpazos como el Decreto 40-74 pueden creer que es una buena idea; pero si le prestan atención a la ciencia económica y toman en cuenta los efectos de su idea en el largo plazo y en la generalidad del país, rápidamente se darán cuenta del despropósito.


21
May 08

¡Sorpresa!, los precios acordados son una farsa

Cándido anda sorprendido y no puede entender porqué es que los precios solidarios, acordados entre la administración socialdemócrata y algunos empresarios, resultaron inoperantes, cuando no una farsa total. Lo que pasa es que Cándido no sabe que los precios no son el resultado de acuerdos y de pactos.

En el caso del aceite vegetal, la administración dijo que el precio acordado es de Q14.84 para la presentación de 750 mililitros. Sin embargo, esa presentación casi no se encuentra en los puntos de venta. El hecho es que alguien está tomando atol con el dedo; alguien se lo está proporcionando.

El viceministro de Economía, Erasmo Velásquez, prometió que verificará los datos y que desconoce si el acuerdo se había convenido con una marca específica o más, pero que si esa presentación no se usa mucho en el consumo popular habría que replantear el acuerdo con los empresarios.

En el caso del pollo importado se reportan precios que van dese Q6.75 a Q7.50 por libra, en piezas de pierna y cuadril. En varias carnicerías visitadas ayer, se vendía a Q7.50 la libra, aunque en otras tenía un precio de Q8. “No puedo rebajarla de Q8, porque los proveedores ya me la vendían más cara cuando el Gobierno sacó sus precios”, contó Gloria Monzón, que sabe más que Cándido y que el viceministro porque es encargada de una carnicería en la zona 1, y no tiene un pelo de tonta.

Velásquez afirmó que no se trata de precios “sugeridos” que se puedan mover en algún rango; sino son precios “acordados” para mantenerlos estables. A cambio de qué, pregunto yo.


15
May 08

Tres noticias que podrían ser mucho mejores

Tres noticias que leo hoy podrían ser mucho, mucho, mejores. La primera es que los pensionados del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social recibirán mejores pensiones a partir de julio. El presidente socialdemócrata, Alvaro Colom, anunció que se llegó a un acuerdo con la junta directiva del Seguro Social para iniciar un proceso de modernización. Lo verdaderamente bueno sería que dicha modernización incluyera la devolución de los ahorros previsionales a sus propietarios y la eliminación del monopolio que ostenta el IGSS. Empero, temo que la cosa no va por ahí porque el mandatario adelantó lo que se busca es ampliar la cobertura y la membresía del Seguro Social.

Los expertos consultados, tanto de la Asociación de Investigación y Estudios Económico Sociales, como del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales se refirieron a mejorar la recaudación y a aumentar las tasas de cotización y la edad de jubilación; pero no hicieron alusión a la posibilidad de eliminar el monopolio y devolverle el control de sus ahorros a sus propietarios.

La otra noticia que podría ser mejor es la de que el Ministro de Finanzas continuará con la reforma fiscal. A grandes, grande, rasgos, la reforma podría ir por dos vías: si fuera por la vía de reducir el costo de tener gobierno y mejorar la calidad del mismo, la reforma sería muy positiva porque pondría en manos de sus propietarios legítimos, los recursos que el estado desperdicia y maladministra. Las familias, entonces, tendrían más plata para defenderse del alto costo de la vida y seguramente habría más ahorros y más capital para generar más empleos productivos.

Empero, la reforma puede ir por otra vía; por la de aumentar los impuestos que el gobierno toma de las personas. Lo que se avizora en el horizonte es la pretensión de subirle el 40 por ciento a la tasa del régimen voluntario de 5% del Impuesto a los Rendimientos del Capital; lo cual le hará mucho daño no sólo a los que tiene que pagar, sino a la credibilidad del régimen y a la capacidad de formación de capital.

Lo siguiente debe ser un llamado de atención: Guatemala fue ubicada en el puesto número 14, entre 19 países, según su ambiente de negocios, de acuerdo con la Internet Latin Business Chronicle.

Guatemala obtuvo una calificación negativa en la categoría globalización-competitividad, y fue el tercer peor ubicado en América Latina, después de Venezuela y Haití. Guatemala fue considerado dentro del promedio, en cuanto a macroeconomía y nivel tecnológico y resultó mal calificado en competitividad y ambiente corporativo y político.

“A diferencia de anteriores gobiernos, la administración del presidente Alvaro Colom ha sido marcada con confusión y señales mezcladas para inversionistas extranjeros, lo que ha resultado en una calificación débil para el país”, revela el informe.

El manoseo de las tasas impositivas no contribuirá a mejorar las malas señales que envía la administración socialdemócrata.


13
May 08

Precios fijos, ¿a qué costo?

Hoy se anuncia que por tres meses la harina, el pollo y los aceites vegetales no subirán de precio; que los empresarios de esos sectores están dispuestos a cumplir con un acuerdo con la administración socialdemócrata para que aquellos productos no se sigan encareciendo. Claro que dicha medida sólo será sostenible mientras las condiciones del mercado lo permitan. El mismo presidente Colom ha explicado que más que eso, podría poner en riesgo la estabilidad económica.

Sin emmbargo, ¿qué siginifica este acuerdo? En primer lugar hay que entender que los precios de la harina, el pollo y los aceites no suben porque los empresarios de esos ramos sean unos malvados. Ideas como esa sólo caben en cabecitas que han sido demasiado sometidas a consignas de barricada.

Los precios suben por varias razones: Si hay inflación (exceso de masa monetaria), los precios suben. Si los productos escasean, los precios suben. Si las materias primas se encarece, los precios suben. Si la gente usa el maíz para hacer combustible, en vez de para dárselo a los pollos, o para comerlo, los precios suben. Y así nos podemos ir.

Al final de cuentas, digamos que el maíz para dárselo a los pollos se pone caro y caro, es natural que producir pollos también salga más caro. Y si a eso le sumamos que la gasolina para transportar pollos también es cada vez más costosa, también es más costoso que el pollo llegue a la mesa. El productor de pollos puede subirle a su producto, sólo hasta donde el consumidor de pollos esté dispuesto a pagarle; porque si sube más, ya no venderá sus aves, y tendrá pérdidas.

Ahora bien, los polleros han decidido seguirle la tonada a la administración y han prometido no subir sus precios durante tres meses. Y entonces, ¿qué pasará si siguen subiendo el maíz y la gasolina? Los polleros en vez de subirle unos centavos este mes, otros el siguiente y otros el siguiente, tendrán que subirle un montón en el cuarto mes. O tendrán que perder.

Pero recuerde usted que sólo pueden subirle al precio del pollo, hasta donde los compradores estén dispuestos a pagar. Ni un centavo más.

La moratoria para el alza en los precios es un engaño cruel porque la gente de buena fe se cree de verdad que un acuerdo así es posible. Menos mal que los involucrados advirtieron que sólo lo sostendrán mientras las condiciones del mercado lo permitan, lo cual evidencia que la realidad se impone al final de cuentas y que el acuerdo es sólo para ganarle tiempo a la administración.

Y por último uno se pone a pensar: la moratoria de precios, ¿fue a cambio de que se le cerraran las fronteras a las importaciones de huevos, harina y aceites?


12
May 08

El ñaque de las 10 medidas

La administración socialdemócrata chapina presentó un paquete de “diez medidas para sobrellevar la crisis”.

El problema con el paquete es que se apoya en premisas equivocadas; y, en consecuencia, sus resultados serán erróneos. La primera medida, por ejemplo, es impulsar acuerdos voluntarios para detener el alza de precios. Puesto así, parece evidente que los políticos y asesores encargados de la economía, creen que los precios son algo que se establece entre ellos y los productores. Parecen ignorar así, de tajo, toda la teoría de precios y la ley de la oferta y la demanda. Parecen ignorar que la inflación es un fenómeno monetario.

No voy a ocuparme a fondo, ni de todas las medidas porque no vale la pena. Baste mencionar que incluyen el tradicional uso de la fuerza como en el control de lo que ellos llaman especulación y acaparamiento (medida retro que fracasaba en los 70 y 80). Incluyen la apertura de más posibilidades para el clientelismo y los privilegios, como el plan de emergencia para producir granso básicos y alimentos, el impulso a las alianzas público-privadas para promover la infraestructura, y la repartición de subsidios en forma de transferencias monetarias condicionadas.

Léanme los labios: Las medidas que no sean intrasecendentes, van a ser perjudiciales. ¿Por qué? Porque a pesar de que las medidas dicen buscar el funcionamiento sano y transparente del mercado, lo que los pipoldermos persiguen, en realidad, es hacer que el mercado funcione como ellos quieren; lo cual es la causa de la crisis, en primer lugar. Los privilegios, los subsidios, el dirigismo, son las causas de la crisis aquí, y en el resto del mundo.

Hay una medida que me gusta, y aunque una golondrina no haga verano; lo cierto es que la austeridad del gasto público por lo menos hará que el costo de tener gobierno sea menos cargoso para los tributarios y para sus familias.

En lugar de tanta musaraña retórica y populista, yo haría tres cosas adicionales a la última mencionada:

1. Eliminaría las aduanas para que cualquiera pueda traer productos baratos de donde quiera que los encuentra.
2. Liberaría el mercado laboral para que cualquiera pueda trabajar voluntariamente en lo que considere necesario.
3. Eliminaría el impuesto sobre los rendimientos del capital para que haya más y mejores oportunidades de trabajo.

Sin tanta paja…mi paquete no sería un ñaque.


18
Abr 08

¿Precios acordados?, pueblo baboseado

Una de las mayores recompensas que se obtienen cuando uno estudia algo de ciencia económica es que lo ayuda a uno a poner los pies sobre la tierra. Hoy leo que el presidente socialdemócrata, Alvaro Colom Prepara lista de precios acordados; y que El gobierno espera estabilizar precios, y no puedo dejar de pensar en que alguien se está engañando a sí mismo, y está tratando de engañarnos a todos.

Las leyes de la economía, como la de la gravedad, pueden ser evadidas. Algunas personas, por ejemplo, podemos volar; pero sólo lo podemos hacer por tiempo limitado, no todas al mismo tiempo y a un costo. Algunos, por andar volando, se dan platanazos. Y tarde, o temprano, hay que regresar a la tierra.

Igual ocurre con fenómenos económicos como el de los precios. Algunos precios pueden ser alterados e intervenidos; pero sólo por tiempo limitado, no todos al mismo tiempo y a un costo. Meterse a manipular precios, generalmente termina en somatones. Y tarde, o temprano, los precios reales se manifiestan.

El costo de no contar con precios reales y de acordarlos es que se dificulta, o imposibilita el cálculo económico (que nos indica dónde colocar nuestros recursos escasos), y que genera fenómenos como escasez, mercados paralelos, criminalización de acciones que de otra forma no tendrían por que ser delictivas, mengua moral de las personas, desautorizacion de la autoridad, incremento en la necesidad del uso de la fuerza en las relaciones sociales, y otras consecuencias muy negativas para la convivencia social pacífica.

La falta de educación económica y no haber leído a Federico Bastiat, lleva a la mayoría de las personas a desconocer que en economía, lo que no se ve es tan importante, o más importante que lo que no se ve. Por eso es que la gente más sencilla cree que los precios los ponen los productores. Por eso es que Colom cree que puede acordar precios con los industriales, los agricultores, los comerciantes, y demás.

Empero, el fenómeno de precios no escapa a las leyes de la economía y de la teoría general de la acción humana; y resulta que los precios son consecuencia de millones y millones de interacciones individuales que conocemos como oferta y demanda. Y por eso es que el precio de las manzanas no lo fija el productor cuando dice que las frutas que vende valen Q15 la mano; sino que lo hace el comprador cuando le dice que no le pagará más de Q10; y ambos acuerdan que las manzanas se van por Q12.

Eso sí, si el comprador le paga Q15 al vendedor, sin chistar. ¡Entonces es cuando las manzanas valen Q15 la mano! El valor de las cosas lo determina aquel para quien son valiosas. Y el precio, si no está manipulado por terceros, generlamente refleja aquel valor.

Es cándido que la administración socialdemócrata crea que puede acordar precios con un grupo de productores, simplemente porque esos acuerdos son total y absolutamente irrelevantes. Es como sacrificar una gallina para que la cosecha del año entrante sea abundante, porque no hay relación causal. Y es patéticamente cándido que se lo crean la Prensa y algunos que se dicen intelectuales. Es una sinvergüenzada que engañen a la gente con esto de los precios acordados y que creen expectativas falsas entre la población más vulnerable.

Si usted está genuinamente intersado en saber cómo se crean los precios y sobre cuál es su función, seguramente disfrutará esta conferencia del maestro Osvaldo Schenone. Dura una hora y 40 minutos pero vale la pena si su inquietud es la de curiosidad intelectual.


17
Abr 08

Empresaurios subsidiados

¿Qué diría usted si se enterara que la administración socialdemócrata, por medio del banco central, subsidia a un grupo de empresaurios en perjuicio de la mayoría de los guatemaltecos?

Pues seguramente usted ya leyó al respecto, y no se dio cuenta. Claro, porque no es así como se mercadea el subsidio. Lo que usted ha leído es que “En 11 días, el Banco de Guatemala (Banguat) ha comprado US$28.7 millones, para combatir la caída del dólar respecto del quetzal, que ayer cerró en Q7.55, algo no visto desde el 18 de agosto de 1999”.

Empero, puesto en cristiano, lo que ocurre es que para mantener la competitividad cambiaria para los exportadores, la administración compra dólares de modo que el precio de estos se mantenga artificialmente alto. Dichas compras se hacen con quetzales que deberían servir para seguridad y para justicia, no para beneficiar negocios particulares. Dichas compras encarecen los dólares para aquellos que necesitan importar bienes de capital y, por lo tanto, encarecen la generación de más y mejores empleos, en perjuicio de aquellos que no tienen trabajo, o de aquellos que quisieran tener uno mejor. Dichas compras le encarecen los dólares a aquellos que alquilan casa en aquella moneda, o a los que están amortizando su casita con un préstamo en dólares. Esas compras son una de las fuentes de la inflación que, luego, la administración trata de combatir, mediante medidas absurdas.

La intervención en el mercado cambiario les manda mensajes equívocos y confusos a los agentes en el mercado. Esas informaciones mentirosas hacen que los recursos sean colocados en actividades que a lo mejor no son las más económicamente recomendables. De hecho, falsifican el cálculo económico. Pero, sobre todo, son un privilegio que pocos estarían dispuestos a defender si fuera explicado tal cual es.


17
Abr 08

¿Cómo dice que dijo, Eminencia?

El Buen Pastor se manifestó acerca del encarecimiento de la vida en Guatemala. Rodolfo Quezada, arzobispo metropolitano y cardenal, dijo que “es una situación preocupante y, por ello, hago un llamado a todos los sectores para encontrar una solución, aunque no total, sino significativa a este problema de pobreza y limitación”.

Y digo yo, ¿por qué es que el cardenal mediático pide una solución que no sea total? Supongo que es sólo un enredo de palabras; y no es que realmente Su Excelencia no desee lo mejor para los guatemaltecos. Sin embargo, lo que se lee de las declaraciones arzobispales, en Prensa Libre del 14 de abril, está lleno de aquel tipo de frases vacías: “El gobierno debe apresurarse a tomar las medidas necesarias para paliar esta crisis”, dice Quezada; pero claro, el purpurado no menciona cuáles. Y a lo mejor, ni debería.

Y luego, sólo para evidenciar lo vacío del discurso, uno puede reflexionar: si la administración tomara las medidas (misteriosas) para paliar la crisis, ¿por qué es que Quezada no pide que esas medidas sean una solución sea total.?


16
Abr 08

Conversación gasera

La siguiente es una conversación real, cortesía de mi amiga Carolina:

-“Doña Carol”, dice Tona, “don Rodrigo le quiere hablar”.
-“¿Quién es don Rodrigo?”, pregunta Carolina.
-“El hombre del gas”, contesta Tona.
-Lucía baja las gradas y le pregunta a Rodrigo, “Dígame, don Rodrigo”.
-“Mire doña Carol, yo quería saber si usted me va a seguir comprando gas”, pregunta Rodrigo.
-“¿Y por qué no iba a querer comprar gas?”, pregunta Carolina, intrigada.
-“Pues…es que…si se hace lo que dice el Presidente eso de irse a registrar y cobrar el subsido en cuatro meses…no…y si ponen precio tope, lo que voy a tener que hacer es darle una factura por el precio que digan, pero voy a tener que cobrarle adicionalmente el resto”, explicó el hombre del gas.
-“Ni modo, usted traiga el gas, y nos arreglamos”, dijo Carolina.

Moraleja: “La naturaleza, para ser gobernada, debe ser obedecida”. Alguien debería de pasarles este mensaje Alvaro Colom y a sus asesores económicos y fiscales. Los subsidios y los “precios acordados”, lo que generan es distorsiones en la economía, criminalizan acciones que no deberían ser criminales, obligan a la gente a hacer cosas que de otra forma no harían, y perjudican a todos…y no resuelven el problema.


11
Abr 08

Arrastrados por el tunel del tiempo

Los precios tope y los subsidios eran prácticas comunes durante los gobiernos de Arana, Lauguerud, Lucas y Ríos Montt. Y la administración socialdemócrata está por darnos, a los chapines, una arrastrada por el tunel del tiempo que nos llevará de vuelta a los años 70.

Hoy amanecimos con la novedad de que “El presidente Álvaro Colom decidió implementar un paquete de medidas económicas que incluiría fijar precios tope y subsidiar algunos productos, para paliar la crisis ocasionada por el incremento a los precios de la canasta básica”.

Los que tenemos memoria, y los que ya hace ratos que nos alumbra el sol, recordamos a qué llevaron los precios tope. ¿Recuerda, usted, cuando los panitos eran así de chiquitos? ¿Recuerda cuando las baterías, el papel toilette, la Incaparina, y otros productos básicos desaparecieron de los supermercados? ¿Recuerda que la industria lechera fue asesinada por los precios tope?

Aquí, y en la Cochinchina, los precios tope son una mala idea porque desincentivan la producción. Y son una peor idea porque obligan a la administración a multiplicar el uso de la fuerza contra la sociedad. Privan a los consumidores de productos que necesitan; ahogan a los productores y los orillan a la quiebra, o a quebrantar la ley. Multiplican la necesidad de burócratas contralores y supervisores. Como en una perinola maldita, todos pierden con los precios tope.

La administración socialdemócrata amenaza con subsidios, política setentera que manda mensajes confusos a los consumidores. Abarata artificialmente los productos subsidiados y alienta su consumo irracional sobre la premisa falsa de que su costo es bajo. Engaña a los consumidores y los lleva a tomar decisiones que de otra forma no tomarían, si tuvieran la información correcta sobre los precios. Beneficia artificialmente a productores que, si no tuvieran el apoyo de los pipoldermos*, se verían obligados a resolver sus problemas de costos.

Como en una perinola maldita, todos pierden con los subsidios.

*Pícaros políticos que por el momento detentan el poder.