05
Oct 14

“Tesoros, recetas con historia”, presentó la chef Euda Morales

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Tesoros, recetas con historia, se llama el libro de Euda Morales, en el que la chef extraordinaire comparte una selección de comidas chapinas no sólo como recetas -o hechos alimentarios- sino como historias, como expresiones culturales y de tradición.

Ya estaba bien que Euda nos compartiera sus investigaciones culinarias en forma de un recetario amistoso; pero en Tesoros hizo algo más.  Nos lleva de la mano hacia la intimidad de la cocina y de la mesa.   Hacia la intimidad del fuego, de las ollas de barro y las paletas de madera.  A la intimidad que se comparte no sólo con la familia y los amigos, sino con cientos de años de sabiduría adquirida a fuerza de picar, tostar, moler y colar.  Todo tan lleno de significados, de búsqueda de la excelencia y de orgullo.  La cocina…pero más aún, la cocina con amor, no puede ser menos.  Y Euda pudo capturar aquello en su recetario de tesoros.

La presentación del libro estuvo acompañada por las palabras de Euda, que nos llevaron a las quesadillas de Zacapa; las de Anibal Chajón, que nos recordaron que en la tradición chapina hay alimentos fríos y alimentos calientes, independientemente si se sirven fríos, o calientes.  También estuvo acompañada por las palabras de Olga de Chajón, intérprete fiel y orgullosa de la comida tradicional en San Juan Sacatepéquez; así como de la editora Ligia García y dos alumnos de Euda.

Y…no podría ser algo menos…la presentación de Tesoros fue coronada por una degustación de platillos a cargo de las manos expertas, generosas y casi mágicas que interpretan siglos de sabores, aromas y texturas. De Olga de Chajón probamos sus magníficos pinol, rellenitos de plátano y chiles rellenos.  Señoras de Quiché y Totonicapan prepararon pollo al quichón, panes con pollo, tamalitos de siete camisas y un caldo de res con una hierba que no identifiqué.  Todos ellos preparados como debe ser…con las raíces profundas.  Con gracia y orgullo.   Como un homenaje a la vida y a todo lo que es bueno.

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27
Jul 14

Día de Caldo colorado

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Hoy hubo festejos por una de las fiestas patronales de la villa de Mixco y allá las celebran con Caldo colorado.  Este es un delicioso caldo de res con verduras, riquísimamente sazonado con culantro.  Luego de ser muy bien atendidos y de almorzar fuimos al parque porque ahí sonaba la marimba orquesta y ahí estaban bailando los del convite.  Es el convite más raro que he visto, porque los disfraces no eran los tradicionales de animales, superhéroes y otros.  Estos eran como salidos de la  versión Beta de alguna película de ciencia ficción y bien elaborados y me cuentan que eran invitados de Quiché.

¿Sabes? Haciendo cuentas, la última vez que fui a Mixco debe haber sido antes de que cumpliera 10 años.  Fui con mi tío Freddy a comprar chicharrones porque aquella población siempre ha sido famosa por sus chicharrones y por su chocolate.  También porque de allá bajaban las chichiguas, las nodrizas que le daban el pecho a los niños de la capital cuando sus madres no podían, o no querían hacerlo.

Fuimos a Mixco por invitación de mi amiga, Mayra,  que conoce algo de las tradiciones de esa población y cuya bisabuela era muy importante en aquella villa.


06
Jul 14

Spaghetti con anacates

 

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¡Llegaron a casa los primeros anacates de la temporada!  En casa, el segundo semestre del año empieza con la llegada de los anacates (chanterelles).  Ahora son bastante comunes; pero cuando yo era niño era una gran cosa cuando había anacates en casa de mis padres, o de mis abuelas.  Nunca había muchos y se los comía con gran alegría y respeto.  Sus incomparables sabor y textura eran muy apreciados, como lo son ahora.

A mí me gusta prepararlos de forma que se luzca el sabor de los hongos y que este no sea opacado por especias y otros ingredientes.  ¡Hay que resistir la tentación de echarles cosas a los anacates!  Los de la foto llevan un toque de aceite de oliva, sal, pimienta, crema y perejil.  Van sobre spaghetti y aderezados con que so paremesano.  Todo ello sólo para enmarcar el sabor y la textura de estos hongos maravillosos.

Otra forma de prepararlos es con mantequilla, un poco (poquito) de cebolla, sal, pimienta, perejil y jerez seco, salsa que se espesa ligeramente con maicena.  Esta era la forma tradicional de servirlos en casa de mis padres y en la de mis abuelas.  Los he probado en pulique, y son deliciosos; pero nunca hecho pulique y creo que el apazote con el que se sazona el pulique interfiere con el sabor delicado de los hongos.  Para uno de mis cumpleaños, en los 80, recuerdo que servimos unos spaghetti con salsa de anacates, preparada a base de crema de pollo. No estuvo mal; pero si he de comerlos sobre pasta prefiero cualquiera de las dos primeras recetas.


01
Jul 14

Hongos, pinol y zompopos en San Juan

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En busca de hongos, pinol y zompopos de mayo, cada último domingo de junio un grupo de amigos y yo hacemos una excursión al encantador poblado de San Juan Sacatepéquez a sólo unos kilómetros de la ciudad de Guatemala.  En el mercadito que se arma en el parque central, la gente siempre es muy cariñosa y goza con nuestras ocurrencias.  A las señoras les encanta hablar de los hongos y de sus hermosos huipiles y tzuts.

Como en otros años llegamos temprano pero nos dimos el susto de que no había hongos; y en el portal no había zompopos.  El lugar estaba vacío y las señoras nos contaron que este año hubo pocos.  Medio resignados nos fuimos a desayunar a Pollo Campero -como es la tradición- y a ver el juego de fútbol en el que ganó Holanda.  En esas estábamos cuando se me ocurrió volver a levantarme y regresar al parque.  Fue buenísima decisión porque ya había canastillas con hongos.  No había muchos, es cierto, pero unos cuantos sanjuanes y unos cuantos anacates son suficientes para que uno se ponga contento.  La suerte no nos abandonó porque también encontramos zompopos y mi sobrino -El Ale- salió con una buena bolsita de esos deliciosos insectos.

Gracias a la chef, Euda Morales y a doña Olga Chajòn nos dimos gusto con el delicioso pinol, platillo de gallina típico de San Juan.  ¿Y de postre? Crepas con Nutella y café de primera.  El pinol es un recado a base de maíz, elaborado con caldo de gallinas y acompañado con arroz.  Me encanta su sabor y su textura primordiales.  Además el comedor de doña Olga es un lugar muy alegre y concurrido.

San Juan es un poblado encantador y ¿sábes qué me llamó mucho la atención? El hecho de que en la carretera y en las calles, los postes de energía eléctrica no están sucios con propaganda política como en muchos otros lugares del país.  En San Juan, los postes están pintados con flores.  ¡Mis felicitaciones para quienes hayan tenido esa idea!  Que maravilla porque, además, San Juan es una tierra de flores.

Durante el paseo también disfrutamos de las danzas tradicionales que ofrecen los moros y que alegran las fiestas patronales de muchos pueblos.

Este año -aunque la vimos- se nos olvidó comer iguana; pero compramos huevos de pato y eso desayunamos ayer.  Vimos las hondas tradicionales y multicolores.  Nos encontramos con un magnífico anuncio de arreglos dentales.  Y pasamos un día muy agradable,


05
Jun 14

Enchiladas chapinas

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Las enchiladas guatemaltecas no sólo me gustan por su sabor intenso y complejo, sino porque son hermosas. Lindas. ¡Qué colores!…y ¡Qué sabores!

La enchilada chapina va sobre una tortilla de maíz tostada, luego una hoja de lechuga, encima va un encurtido de remolachas, ejotes, arvejas y repollo delicadamente conservado en vinagre y sazonado con cebollas, ajo, laurel y tomillo. Luego va la carne picada y sazonada delicadamente con los mismos elementos y sobre ella, o mezclada con ella una salsa de tomate (que si se hace con tallos de cebolla es maravillosa).  Luego se adorna con perejil picado, queso seco rallado, algo de cebolla y una rodaja de huevo duro.

¿Cómo no se va a ver hermoso, y a saber delicioso algo así?

Ahora no me como más de dos, o tres; pero cuando era adolecente -y porque las hizo mi madre- una vez me comí doce.  Mi amiga Miti también las hace riquísimas, y la de la foto es de Nutripunto, donde almuerzo con alguna frecuencia y donde guisan sabroso.  Cuando era niño eran famosas las enchiladas de Santa Rosa, precisamente porque preparaban la salsa de tomate con tallos de cebolla rodajados finamente.  También las de doña Mela, en el Mercado Central, son deliciosas.


04
Jun 14

¡Que alegre, zompopos de mayo!

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¡Llegó al primer zompopo de mayo a mi casa!  A mí estos animalitos me encantan…de muchas formas. Me gustan por su tamaño y aunque no soy amigo de los insectos -para nada- estos me parcen encantadores.  Además me encanta comerlos: asados, con mantequilla y sal,  unos pocos en una tortilla con frijoles fritos, o con guacamol.  En casa los preparamos con mucha alegría.

La gente dice que no deberían llamarse de mayo, porque salen en junio y otros dicen que los que aparecen en junio están atrasados.  Lo cierto es que no.  Algunos zompopos salen en mayo y otros hasta tarde en junio.  Con un grupo de amigos tenemos la tradición de ir a San Juan Sacatepéquez el último domingo de junio a comprar hongos y zompopos y casi siempre los hay en esa fecha. No es raro, para nada, que haya zompopos de mayo en junio.

Mee gustan desde que en Cuarto, o Quinto año de Primaria, un compañero de clases los llevó al colegio. Me saben como a maní tostado, y otras personas le encuentran gusto de chicharrones molidos.

Ya en el siglo XVIII, Francisco Ximénez, traductor del Popol Vuh, se refirió a los zompopos de mayo en su obra Historia natural del reino de Guatemala; y escribió que tienen la cabeza grande y unas tenazuelas que parece que son de acero y tienen filo, y punta corva y cruzada como las tixeras; y así cortan con ellas cosas bien duras…entre ellas hay unas muy grandes, y con alas, no son que crien alas, sin que es como la gente principal entre ellas. Aquestas grandes y con alas, no salen del hormiguero, sino es cada año cuando caen los primeros aguaceros, que es por el mes de mayo…y se levantan volando con una singularidad maravillosa, por lo cual los indios, y otras personas que las comen tostadas, y dicen que es comida sabrosa, las cogen con facilidad…y es que como no han visto luz, al verla tan hermosa se van a ella, y así los indios no tienen más que encender unos ocotes, y con esto se les vienen todas a las manos, y cogiéndolas las tuestan, y las comen, y aun las sacan a vender, como lo he visto.

¡Bievenidos, zompopos de mayo!


19
Abr 14

¡Miel de garbanzos!, al estilo de la costa sur

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¿Y  qué hubo hoy, para el desayuno? La deliciosa miel de garbanzos tradicional de la costa sur guatemalteca.  Deliciosos y delicados garbanzos acompañados con cubitos de mangos, plátanos maduros y papaya, bien caladitos en panela canche.

Ya solitos son buenos; pero…¿qué tal si en esa miel remojas pan de horno de leña?  ¡Aaaaaaaaaaaah, eso es la vida!, como dijeron unos cuates peruanos el año pasado cuando la probaron en casa.

Este es uno de los dulces tradicionales de esta temporada y en casa hacemos dos versiones, esta de la costa sur y la que es propia de la ciudad de Guatemala y del altiplano.

Nota el colorido de la fruta entre la miel y los garbanzos.  Atrás, en la foto, se atisba algo del pan tradicional de la costa.


17
Abr 14

Dulce de garbanzos, mi favorito

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Mi dulce favorito de la temporada es el de garbanzos.  El sabor de los garbanzos se combina deliciosa y delicadamente con la miel y la canela.  A mí me transporta a mi niñez y su elaboración me da mucha alegría.

Me encantan su sabor y su aroma, su color y su textura.  Me divierte verles su carita de pollito a los garbanzos; y por eso es que se llaman chickpeas en inglés.  Pienso en Cicerón porque cicer significa garbanzo.

En mi casa hay dos tradiciones de dulce de garbanzos. Los de la foto cuya receta viene de mi madre, de mi tío Rony,  su tío abuelo Pancho y mi tía abuela La Mamita.  Y también hacemos la miel de garbanzos con frutas, tradicional de la Costa Sur.  Ya luego les contaré de esa.

Parece increíble que en la antiguedad estas delicias fueran asociadas con la frugalidad e incluso con la rudeza.  Los griegos comían garbanzos en los banquete fúnebres, y me pregunto si es por eso que este dulce es tradicional de esta temporada chapina.

En la ciudad de Guatemala, los garbanzos en dulce se preparan en una miel de agua, azúcar y canela. La noche anterior se dejan en agua, con un toque de bicarbonato y en la mañana se pelan laboriosamente. Luego se cuecen y cuando están cocidos se cuelan y se apagan inmediatamente en la miel para que calen bien.

El año pasado, ¡dos de mis fotos de garbanzos en dulce fueron publicadas por la Revista D!; y este año ¡una de esas fotos apareció en el diario Siglo 21!


17
Abr 14

Chayes con banderita

 

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A estos no los había visto desde hace un montón de tiempo.  Les decíamos chayes cuando era niño porque, en Guatemala se les dice chayes a los pedazos de vidrios rotos.  Son dulces de azúcar que parecen pedazos de vidrios rotos.  Vienen en esos cucuruchos y adornados por banderas de papel de China de colores.

En medio del alboroto sólo se me ocurrió tomarles fotos y olvidé comprar uno.  Espero que en mis andanzas de hoy, por el Centro Histórico, me tope con un vendedor de chayes para comprar unos y compartirlos en Carpe Diem.


16
Abr 14

“El bacalao es alabao…”

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Aaaaaaaah si, como dijeron Les Luthiers: el bacalao es alabao.  Por motivos de agenda, el bacalao que tradicionalmente se almuerza el viernes -en Guatemala-, en casa lo almorzamos hoy miércoles.   Y luego comeremos un poquito el jueves y otro poquito  el viernes y el sábado rasparé la olla con buen pan hasta que no quede nada.

Este año quedé fascinado por el color que tomó la salsa vizcaína.  Adquirió un color como de ladrillo, de un rojo intenso y profundo que daban ganas de verlo y  de verlo…y que invitaba a remojar en la salsa trozos y trozos de pan.

En casa lo cortamos en cubos y le cambiamos de agua unas tres o cuatro veces a lo largo del día para quitarle la sal. Luego colamos los cubos y los secamos bien, bien y  los freímos en abundante (generosamente abundante) aceite de oliva, cebollas rodajadas finamente, ajos picados y tomates asados y licuados, con chiles guaque y chiles pasa asados; a esa salsa le añadimos tiras de chiles morrones, aceitunas rellenas de pimientos y alcaparras sin sal. Luego lo comemos sobre arroz blanco, y en su salsa remojamos pan francés de horno de leña en la salsa. Con lo que hay que tener cuidado es con quitarle bien la sal.  ¡Es espantoso el bacalao salado!

Recuerdo que desde muy niño me gustaba mucho este plato emblemático de la temporada.  En aquel tiempo aún el bacalao de mejor calidad venía con espinas; de modo que a los niños nos vigilaban cuando comíamos el pescado y uno ya se sentía grande cuando podía comerlo por su cuenta.

No recuerdo cuándo fue la primera vez que preparé mi propio bacalao y voy  a aventurar la idea de que puede que haya sido muy a principios de los 90.  Antes de eso lo comía en casa de mis padres, o en las casas de mis abuelas, donde, además, a veces hacían el también tradicional pescado seco chapín, envuelto en huevo y con vegetales.   Ese también es una delicia.