Hongos, pinol y zompopos en San Juan

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En busca de hongos, pinol y zompopos de mayo, cada último domingo de junio un grupo de amigos y yo hacemos una excursión al encantador poblado de San Juan Sacatepéquez a sólo unos kilómetros de la ciudad de Guatemala.  En el mercadito que se arma en el parque central, la gente siempre es muy cariñosa y goza con nuestras ocurrencias.  A las señoras les encanta hablar de los hongos y de sus hermosos huipiles y tzuts.

Como en otros años llegamos temprano pero nos dimos el susto de que no había hongos; y en el portal no había zompopos.  El lugar estaba vacío y las señoras nos contaron que este año hubo pocos.  Medio resignados nos fuimos a desayunar a Pollo Campero -como es la tradición- y a ver el juego de fútbol en el que ganó Holanda.  En esas estábamos cuando se me ocurrió volver a levantarme y regresar al parque.  Fue buenísima decisión porque ya había canastillas con hongos.  No había muchos, es cierto, pero unos cuantos sanjuanes y unos cuantos anacates son suficientes para que uno se ponga contento.  La suerte no nos abandonó porque también encontramos zompopos y mi sobrino -El Ale- salió con una buena bolsita de esos deliciosos insectos.

Gracias a la chef, Euda Morales y a doña Olga Chajòn nos dimos gusto con el delicioso pinol, platillo de gallina típico de San Juan.  ¿Y de postre? Crepas con Nutella y café de primera.  El pinol es un recado a base de maíz, elaborado con caldo de gallinas y acompañado con arroz.  Me encanta su sabor y su textura primordiales.  Además el comedor de doña Olga es un lugar muy alegre y concurrido.

San Juan es un poblado encantador y ¿sábes qué me llamó mucho la atención? El hecho de que en la carretera y en las calles, los postes de energía eléctrica no están sucios con propaganda política como en muchos otros lugares del país.  En San Juan, los postes están pintados con flores.  ¡Mis felicitaciones para quienes hayan tenido esa idea!  Que maravilla porque, además, San Juan es una tierra de flores.

Durante el paseo también disfrutamos de las danzas tradicionales que ofrecen los moros y que alegran las fiestas patronales de muchos pueblos.

Este año -aunque la vimos- se nos olvidó comer iguana; pero compramos huevos de pato y eso desayunamos ayer.  Vimos las hondas tradicionales y multicolores.  Nos encontramos con un magnífico anuncio de arreglos dentales.  Y pasamos un día muy agradable,

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