14
Feb 07

Cicig, la KGB chapina

Con mucha esperanza leo que “pese al cabildeo intenso que realizan los funcionarios del Ejecutivo sobre dos proyectos de ley, la aprobación parece ir cuesta arriba. Propuestas como el proyecto que crea la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (Cicig); y el Estatuto de Roma sobre la adhesión del país a la Corte Penal Internacional son proyectos que generan desacuerdos entre las bancadas”. No pongo enlace porque no lo encontré en el sitio Web de El Periódico.

Para los que llegaron tarde, la Cicig es la sucesora de la Ciciacs; entidad que se pinta no sólo como la Stasi, la KGB, o la Gestapo chapina; sino que es un ejemplo clarísimo de cómo es que otros países intervienen para imponer sus agendas.

Como este es un tema que puede acarrear malentendidos, de buena y de mala fe, aquí va lo último que he escrito al respecto:

En la clandestinidad, a oscuras y por temor a un saludable y transparente debate público sobre su naturaleza y sobre su legitimidad, fue negociada la creación de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala, por la Organización de las Naciones Unidas y la Administración de Oscar Berger.

La Cicig, es la sucesora de la nonata Comisión de Investigación de Cuerpos Ilegales y Aparatos Clandestinos. Por eso se entiende que la ONU y la Administración, hayan llevado a cabo aquellas negociaciones al amparo del secreto y de las sombras.En 2004 los guatemaltecos repudiamos la formación de la Ciciacs porque era inconstitucional. Por ejemplo: usurpaba del Ministerio Público la facultad de ejercer la persecución penal; y violaba el principio de igualdad de todos ante la ley, al crear privilegios tributarios y procesales para sus funcionarios.La inconstitucionalidad, la usurpación y la multiplicación de privilegios fue lo que motivó a muchos a oponerse a la creación de la Ciciacs.

Nadie, en su sano juicio, se va a oponer a la eliminación de los cuerpos ilegales y a los aparatos clandestinos; y nadie, con dos dedos de frente, se va a oponer al combate contra la impunidad. Pero esas batallas deben ser libradas dentro del marco del estado de derecho y no a su costa. Este principio era válido para rechazar la Ciciacs y es válido para evaluar la Cicig. ¡A los cuerpos clandestinos y a la impunidad que pudren el estado hay que acabarlos; pero no con una Stasi, una KGB, o una Gestapo!

Ahora que la negociación entre la ONU y la Administración chapina es un hecho, nos vamos enterando de que la Cicig podrá recabar, evaluar y sistematizar información oficial y privada; de que podrá publicar informes y de que podrá exigir la aprobación de leyes especializadas, entre otras facultades. Está por verse si los guatemaltecos nos sentimos cómodos con un procunsulado de esa naturaleza; y si así fuera, habría que asegurarse de que sus funciones sean hechas, ¡por lo menos!, con respeto a las garantías constitucionales y de forma proba.Digo esto último porque una de las cosas que más llaman la atención es la candidez de aquellos que, haciendo caso omiso de los escándalos de corrupción que involucran al hijo de Koffy Annan y los que envuelven a la Organización Internacional de Migraciones, ven en la ONU y en los organismos internacionales a ángeles puros, radicalmente diferentes a los burócratas venales criollos. Suponen, los inocentes, que en nuestra incapacidad de cuidarnos a nosotros mismos, los chapines necesitamos de niñeras y capataces extranjeros para salir adelante. ¿Usted que cree?

Por lo pronto, y de acuerdo con dos exconstituyentes (Molina y Linares), y un exmagistrado de la Corte de Constitucional (Rohrmoser), la Cicig no viene exenta de peligros. Algunos son de procedimiento como el traslape de funciones con el Ministerio de Relaciones Exteriores y con el Ministerio Público; pero otras son de fondo como la posible violación de la confidencialidad y la privacidad de las personas y la inmunidad frente a daños a terceros que pudieran cometer los funcionarios de la Comisión, entre otras.El futuro de la Cicig pasa ahora a manos del Congreso de la República donde su discusión debe ser serena. No sólo evaluando las ventajas de doblar la cerviz frente a la ONU y las embajadas “amigas”; sino sopesando los costos en el largo plazo, principalmente para la constitucionalidad y el estado de derecho.


30
Dic 06

12 uvas

1. Estos son mis 12 deseos para Guatemala y los guatemaltecos en este Año Nuevo. ¿Qué tal si nos atreviéramos a romper paradigmas y nos decidiéramos no sólo tener un año mejor, sino un siglo mejor?

Primera uva: Acabemos con el Impuesto Sobre la Renta. Los guatemaltecos necesitamos más y mejores empleos, y más oportunidades para salir de la pobreza. La existencia de un impuesto a los rendimientos del capital es uno de los obstáculos para que haya más y mejores inversiones.

Segunda uva: Dejemos de preocuparnos por a quién darle nuestro voto en los próximos comicios. Enfoquémonos en cambiar el sistema porque si no lo hacemos cambiar, no importa quién llegue, su gestión será un fracaso más. Por favor, lea la propuesta de www.proreforma.org.gt

Tercera uva: Digámosle No a los privilegios. Optemos -de una vez por todas- por la igualdad de todos ante la ley sin distinción de posición económica, etnia, sexo, religión o lo que sea.

Cuarta uva: Abandonemos la arbitrariedad. Impidamos el aprovechamiento de la majestad de la ley por parte de grupos de interés para su propio beneficio. Decidámonos por apoyar la fundación de un estado de derecho, en vez de continuar con uno en el que los intereses de unos prevalecen sobre los derechos de todos.

Quinta uva: Aprendamos de José Batre s Montúfar: “¡Mientras más leyes hay, más contrabando!”. Cerremos de una vez las aduanas. Que se reconozca la libertad de las personas para intercambiar con cualquiera sin tener que sufrir coerción y sin tener que hacer pagos innecesarios.

Sexta uva: Para obtener su parte del presupuesto del Estado, grupos de ecohistéricos, de etnicistas, de proteccionistas, de sexistas y muchos otros, distraen nuestra atención con gritos de “¡Ahí viene el lobo, ahí viene el lobo!” ¿Qué tal si les decimos ¡hasta aquí!, y nos negamos a financiar sus aficiones y sus intereses?

Séptima uva: Dejemos de vivir en el pasado. Que Alvaro Arzú, Oscar Berger, los exguerrilleros, los burócratas y las ONG que viven de ellos se peleen por celebrar los acuerdos de pacificación. Los demás veamos al futuro, celebremos que ya no hay más guerra para defendernos del marxismo-leninismo y demandemos un gobierno que proteja nuestra vida, nuestra libertad y nuestra propiedad.

Octava uva: Sepultemos al pragmatismo, al posmodernismo y al relativismo. Probemos qué se siente vivir conforme a principios. Si decimos que defendemos la libertad, por ejemplo, defendámosla para todos y siempre, aunque nos perjudique personalmente en algún caso específico.

Novena uva: Pongamos en su lugar a los entrometidos organismos internacionales y a las embajadas de otros países Ni Cicig, ni guerra contra las drogas, ni contratos millonarios, ni leyes racistas, ni médicos activistas deberían ser aplaudidos. Comportémonos con dignidad para que “los amigos” dejen de tratarnos como si fuéramos subciudadanos de sus colonias.

Décima uva: ¿Qué tal si pudiéramos salir a caminar sin temor a que nos quitaran el celular, la billetera, el reloj…o hasta la vida? ¿Qué tal si hubiera seguridad para que recuperemos la confianza en Guatemala?

Undécima uva: Pasemos más tiempo con la familia y los amigos. Leamos más libros y veamos menos televisión. Tomemos mejor café y comamos mejor chocolate. Conozcamos Guatemala; y si no los ha probado, pruebe los refrescos de chan y de tiste.

Duodécima uva: Compartamos algo con alguien que no tiene; y como dicen por ahí: “trabajemos como si no necesitáramos el dinero, amemos como si nunca nos hubieran lastimado y bailemos como si no nos estuvieran viendo”.

En esta noche de Año Nuevo, mientras come sus 12 uvas, por favor piense en ¿qué tal si en vez de hacer siempre lo mismo, optáramos por tener un país mejor?

2. Mojito de año nuevo: Entra el médico y le dice a Raúl Castro: “Comandante, Fidel ha muerto”. Y Raúl le contesta: “¡Coño!, y ahora, ¿cómo se lo vamos a decir?”.

Publicada en Prensa Libre el sábado 30 de diciembre de 2006.


16
Dic 06

En clandestinidad

1. En la clandestinidad, a oscuras y por temor a un saludable y transparente debate público sobre su naturaleza y sobre su legitimidad, fue negociada la creación de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala, por la Organización de las Naciones Unidas y la Administración de Oscar Berger.

La Cicig, es la sucesora de la nonata Comisión de Investigación de Cuerpos Ilegales y Aparatos Clandestinos. Por eso se entiende que la ONU y la Administración, hayan llevado a cabo aquellas negociaciones al amparo del secreto y de las sombras.

En 2004 los guatemaltecos repudiamos la formación de la Ciciacs porque era inconstitucional. Por ejemplo: usurpaba del Ministerio Público la facultad de ejercer la persecución penal; y violaba el principio de igualdad de todos ante la ley, al crear privilegios tributarios y procesales para sus funcionarios.

La inconstitucionalidad, la usurpación y la multiplicación de privilegios fue lo que motivó a muchos a oponerse a la creación de la Ciciacs. Nadie, en su sano juicio, se va a oponer a la eliminación de los cuerpos ilegales y a los aparatos clandestinos; y nadie, con dos dedos de frente, se va a oponer al combate contra la impunidad. Pero esas batallas deben ser libradas dentro del marco del estado de derecho y no a su costa. Este principio era válido para rechazar la Ciciacs y es válido para evaluar la Cicig. ¡A los cuerpos clandestinos y a la impunidad que pudren el estado hay que acabarlos; pero no con una Stasi, una KGB, o una Gestapo!

Ahora que la negociación entre la ONU y la Administración chapina es un hecho, nos vamos enterando de que la Cicig podrá recabar, evaluar y sistematizar información oficial y privada; de que podrá publicar informes y de que podrá exigir la aprobación de leyes especializadas, entre otras facultades. Está por verse si los guatemaltecos nos sentimos cómodos con un procunsulado de esa naturaleza; y si así fuera, habría que asegurarse de que sus funciones sean hechas, ¡por lo menos!, con respeto a las garantías constitucionales y de forma proba.

Digo esto último porque una de las cosas que más llaman la atención es la candidez de aquellos que, haciendo caso omiso de los escándalos de corrupción que involucran al hijo de Koffy Annan y los que envuelven a la Organización Internacional de Migraciones, ven en la ONU y en los organismos internacionales a ángeles puros, radicalmente diferentes a los burócratas venales criollos. Suponen, los inocentes, que en nuestra incapacidad de cuidarnos a nosotros mismos, los chapines necesitamos de niñeras y capataces extranjeros para salir adelante. ¿Usted que cree?

Por lo pronto, y de acuerdo con dos exconstituyentes (Molina y Linares), y un exmagistrado de la Corte de Constitucional (Rohrmoser), la Cicig no viene exenta de peligros. Algunos son de procedimiento como el traslape de funciones con el Ministerio de Relaciones Exteriores y con el Ministerio Público; pero otras son de fondo como la posible violación de la confidencialidad y la privacidad de las personas y la inmunidad frente a daños a terceros que pudieran cometer los funcionarios de la Comisión, entre otras.

El futuro de la Cicig pasa ahora a manos del Congreso de la República donde su discusión debe ser serena. No sólo evaluando las ventajas de doblar la cerviz frente a la ONU y las embajadas “amigas”; sino sopesando los costos en el largo plazo, principalmente para la constitucionalidad y el estado de derecho.

2. Mojito peligroso: Fidel está en las últimas; y llama a Raúl y le dice: “Raúl, estoy preocupado por el futuro de nuestro pueblo. Si me muero, ¿crees que te seguirán como líder?” A lo que Raúl contesta: “Si Fidel, no lo dudes ni un momento”. Y Fidel pregunta: ¿Y si no te siguen?” Entonces Raúl contesta: “Te prometo que entonces te seguirán a ti”

Publicada en Prensa Libre el 16 de diciembre de 2006


29
Nov 06

La Stasi chapina

Los textos secretos que darán vida a la Comisión para la Investigación de Cuerpos Ilegales y Aparatos Clandestinos de Seguridad (Ciciacs) fueron enviados por la Organización de las Naciones Unidas y ayer fueron conocidos en el gabinete de la administración de Oscar Berger. Se espera que en dos semanas el canciller Gert Rosenthal se presente a la ONU para firmar el convenio de creación de la Stasi guatemalteca.
Los textos no han sido dados a conocer deliberadamente en Guatemala y son mantenidos en absoluto secreto. Mi hipótesis es que esto es porque son impresentables. En 2004, en un gran debate de opinión pública, los guatemaltecos rechazamos la Ciciacs tal y como había sido concebida. Empero, los intereses creados alrededor de aquella Gestapo insisten en darle vida y para evitar su discusión pública y un posible nuevo repudio, los textos son mantenidos en secreto.
El texto anterior contenia vicios inaceptables. Yo opino -independientemente de si la KGB chapina debería ser aprobada, o no- que en aras de la transparencia los textos deberían ser dados a conocer inmediatamente para conocimiento de los votantes y de los tributarios.