01
Ago 25

Agua a salvo, III

 

Recuerdas, ¿verdad? «Sin agua no somos nada» es la frase que inspiró esta serie de artículos sobre la legislación de aguas. Hoy voy a abordar las características que debería tener una legislación de aquella naturaleza para que respete la propiedad y la libertad, proteja el ambiente y favorezca el desarrollo social.

Pero no lo hago en un vacío filosófico ni práctico. Para ello me baso en principios como el de que el derecho surge a partir de las interacciones y conflictos entre individuos, no necesariamente de la intervención de un Estado, bien explicado en el libro «Fundamentos praxeológicos del derecho», de Ricardo Rojas; y en las experiencias del Property and Environment Research Center.

Lago de Amatitlán.

Una legislación de aguas alineada con aquellos principios y experiencia debería:

Definir claramente los derechos de propiedad:
Establecer derechos de propiedad transferibles sobre cuerpos de agua (ríos, lagos, manantiales) o derechos de uso específicos (por ejemplo, para riego, pesca o turismo). Estos derechos pueden asignarse a individuos, comunidades u otras formas de organización, según el contexto. Ejemplo: Similar a los mercados de agua en el oeste de los EE. UU., donde los agricultores pueden vender derechos de agua a municipios o empresas turísticas, una legislación en Guatemala podría facilitar que comunidades locales gestionen manantiales o ríos no navegables.

Mecanismos de mercado para la asignación:
Facilitar el surgimiento de mercados de agua donde los derechos puedan comprarse, venderse o arrendarse, asegurando que el agua se destine a los usos más valiosos (agrícolas, turísticos, domésticos). Esto fomenta la eficiencia y reduce conflictos. Ejemplo: Un agricultor podría vender parte de sus derechos de agua a una empresa turística que desee preservar un lago para actividades recreativas.

Responsabilidad por daños ambientales:
Establecer normas claras que responsabilicen a los propietarios o usuarios por la contaminación o degradación de las aguas. Esto incluye multas, compensaciones o la obligación de restaurar (por ejemplo, tratar aguas negras o reforestar riberas). Basado en «Los fundamentos…», los tribunales privados o sistemas de arbitraje podrían resolver disputas, evitando la burocracia estatal.

Incentivos para la conservación:
Podrían considerarse beneficios fiscales o económicos a los propietarios que implementen prácticas sostenibles, como sistemas de tratamiento de aguas negras, reforestación de riberas o mantenimiento de cauces. Ejemplo: PERC propone que las tarifas de entrada a parques nacionales se usen para financiar su mantenimiento. En Guatemala, los ingresos por el uso de aguas (por ejemplo, en turismo) podrían ser reinvertidos en la conservación.

Descentralización y participación comunitaria:
Facilitar que las poblaciones locales gestionen sus recursos hídricos mediante acuerdos voluntarios, como propone Rojas. Esto respeta el conocimiento local y fomenta la cooperación. Ejemplo: Comunidades indígenas en Guatemala podrían tener derechos sobre manantiales cercanos, gestionándolos según sus tradiciones y necesidades. Hay que entender mejor las experiencias en Totonicapán, donde las poblaciones han desarrollado sistemas comunales exitosos para la preservación de bosques y fuentes de agua, con comités de vigilancia y guardabosques que integran el manejo hídrico con la conservación ambiental. En La Fragua (y otras localidades de Zacapa) hay experiencias valiosas sobre la admnistración del agua por parte de los usuarios. 

Flexibilidad para diferentes tipos de aguas:
Es necesario reconocer que cada tipo de agua (marítimas, lacustres, ríos navegables, no navegables, manantiales, aguas negras) requiere enfoques específicos. Por ejemplo: Aguas marítimas: Gestionadas mediante derechos de pesca o navegación, como las cuotas transferibles individuales propuestas por PERC. Lagos y ríos: Asignar derechos de uso a comunidades o empresas, con obligaciones de reforestación y mantenimiento. Aguas negras: Promover sistemas privados de tratamiento, incentivados por beneficios económicos.

Minimización de la intervención estatal:
Limitar el rol de políticos y burócratas a garantizar los derechos de propiedad y resolver disputas graves, dejando la gestión diaria a los propietarios y usuarios. Evitar regulaciones uniformes que ignoren las particularidades de cada cuerpo de agua, como se critica en «Los fundamentos…».

Promoción del desarrollo social:
Explorar la conveniencia de que los mercados de agua incluyan mecanismos para proteger a las poblaciones vulnerables, como subsidios cruzados o derechos prioritarios para el consumo humano. Fomentar la inversión privada en infraestructura hídrica (por ejemplo, sistemas de riego o plantas de tratamiento), lo que impulsa no solo la conservación del agua, sino la creación de riqueza.

En última instancia, una legislación de aguas anclada en la propiedad privada y la libertad no es solo un marco teórico: es la clave para transformar un recurso disponible en un motor de prosperidad compartida, donde cada gota cuente para un futuro sostenible y justo para los guatemaltecos.

Columna publicada en República.


25
Jul 25

Agua a salvo, II

 

La semana pasada expliqué cuatro motivos por los cuales las aguas no deben ser estatizadas, con base en la frase Sin agua no somos nada. Argumenté que no hace falta una legislación de aguas que estatice el líquido vital y expuse la perspectiva praxeológica del derecho de aguas, así como otras experiencias.

Lago de Amatitlán de noche.

Prometí que hoy comentaría por qué la estatización de las aguas y su manejo son peligrosas para la conservación del líquido vital, para su buena administración, para el ambiente y para el desarrollo social.

La estatización de las aguas sería perjudicial por las siguientes razones, a partir de las aportaciones del libro Fundamentos praxeológicos del derecho y del Property and Environment Research Center:

Conservación del agua: La falta de derechos de propiedad claros lleva a la sobreexplotación y contaminación. Por ejemplo, los ríos en Guatemala, como el Motagua, sufren contaminación por aguas negras y otros desechos debido a la falta de responsabilidad directa. El PERC argumenta que los propietarios privados, al tener un interés económico en el recurso, invierten en su conservación (por ejemplo, al limpiar un lago para turismo). La gestión estatal a menudo no logra monitorear ni sancionar eficazmente a los contaminadores, menos aún si la contaminación proviene del propio Estado (como desde las municipalidades), lo que degrada la calidad del agua.

Buena administración: La centralización estatal, como se desprende de la praxeología, ignora el conocimiento local y las necesidades específicas de las comunidades. Por ejemplo, un manantial en una población rural podría gestionarse mejor por los habitantes locales, que conocen sus necesidades, que por un ministerio en la capital. El PERC señala que los mercados de agua, basados en derechos de propiedad, permiten una asignación más eficiente. En contraste, la gestión estatal en Guatemala es lenta y politizada, lo que dificulta responder a crisis como sequías o contaminación.

Ambiente: La estatización desincentiva la reforestación y el mantenimiento de riberas, a pesar de las obligaciones constitucionales. Los usuarios, al no ser propietarios, carecen de motivación para invertir en estas tareas. El PERC ha documentado casos en los que poblaciones con derechos de propiedad sobre recursos naturales (como bosques, o ríos) implementan prácticas sostenibles, como la reforestación, porque obtienen beneficios directos. La contaminación de aguas negras, un problema grave en Guatemala, se agrava por la falta de sistemas de tratamiento efectivos, que podrían desarrollarse más rápido mediante inversiones privadas incentivadas por derechos de propiedad. Aquí, los edificios están obligados a tratar las aguas, pero luego las aguas tratadas se mezclan con las negras.

Desarrollo social: La estatización limita el acceso equitativo al agua, ya que el Estado puede favorecer a ciertos grupos (por ejemplo, grandes empresas agrícolas) sobre poblaciones locales. La perspectiva praxeológica argumenta que los acuerdos voluntarios entre individuos, basados en derechos de propiedad, generan un orden social más justo. El PERC destaca que los mercados de agua permiten a las poblaciones negociar derechos, lo que favorece que el agua llegue a quienes más la necesitan (por ejemplo, para riego en poblaciones rurales), fomentando el desarrollo económico y social.

La semana próxima abordaré qué características debe tener una ley de aguas que respete la propiedad y la libertad, proteja el ambiente y favorezca el desarrollo social.

En conclusión, la estatización del agua no solo amenaza su conservación y manejo eficiente, sino que también frena el desarrollo social y ambiental. Solo a través de la libertad y la propiedad privada podemos garantizar un futuro donde el agua, que es un recurso precioso, sea protegido y aprovechado con justicia.

Columna publicada en República.


18
Jul 25

Agua a salvo, I

 

Sin agua no somos nada, dice un eslogan de poray; y por eso es que los guatemaltecos no necesitamos más ley de aguas, que las disposiciones constitucionales y las del Código Civil [artículo 124, transitorio] que ya existen. No necesitamos la estatización de las aguas, porque ya sabemos cómo van la estatización de la educación, la salud, los puertos y las carreteras; y porque recordamos muy bien cómo iban la estatización de las telecomunicaciones y la de la energía eléctrica.

El lago de Amatitlán es asesinado todos los días porque es de todos.

La experiencia de Totonicapán —para citar un ejemplo— nos recuerda que el derecho no depende intrínsecamente de la intervención de una autoridad pública. Ricardo Rojas, en su libro Fundamentos praxeológicos del derecho, explica que desde la perspectiva de la ciencia que estudia la acción humana podemos entender el derecho como parte de los procesos de intercambio social. Entonces, el derecho surge a partir de las interacciones y conflictos entre individuos, no necesariamente de la intervención de un Estado. El derecho en general y el derecho de las aguas en particular pueden ser estudiadon como fenómenos que surgen de las decisiones y acciones individuales, en lugar de ser vistos sólo como conjuntos de normas impuestas por una autoridad estatal, según explica Rojas.

En esa dirección, la experiencia y estudios realizados por el Property and Environment Research Center evidencian que los derechos de propiedad y los mercados son herramientas efectivas para mejorar la calidad ambiental, en contraposición a las regulaciones gubernamentales invasivas. El PERC ofrece investigaciones valiosas sobre mercados de agua para asignaciones más eficientes, como flujos en ríos; y concluye que los derechos de propiedad privada fomentan la gestión responsable de los recursos; los subsidios gubernamentales a menudo dañan el medio ambiente; los incentivos de mercado motivan a los individuos a conservar recursos y proteger la calidad ambiental; y que los contaminadores deben ser responsables por los daños que causan.

Dicho lo anterior, te comparto cuatro motivos por los cuales las aguas no deben ser estatizadas; y la semana entrante te contaré por qué es que la estatización de las aguas y la de su manejo son peligrosas para la conservación del líquido vital, para su buena administración, para el ambiente y para el desarrollo social.

PERC enfatiza que los recursos de acceso público, como las aguas estatizadas, tienden a sobreexplotarse porque nadie tiene incentivos claros para conservarlos. Por ejemplo, el lago de Amatitlán ha sido asesinado porque es de todos (y no es de nadie), los usuarios han abusado de él sin considerar los costos a largo plazo.

Desde la praxeología, Rojas argumenta que las decisiones estatales no reflejan las preferencias individuales, ni las necesidades locales. El Estado, al gestionar las aguas desde la política, impone regulaciones uniformes que ignoran las particularidades de cada cuerpo de agua (un río navegable vs. un manantial). Esto reduce la eficiencia y desincentiva la innovación en la gestión.

¡Sorpresa! La gestión política de las aguas, como señala PERC, a menudo está sujeta a ineficiencias burocráticas y decisiones de poder. En Guatemala, la falta de recursos y la corrupción pueden impedir una administración efectiva, resultando en ríos contaminados, o lagos (como Amatitlán) que no se recuperan pese a la intervención estatal.

Aunque la Constitución dice que el aprovechamiento de las aguas debe servir a la comunidad, la gestión estatal suele priorizar intereses políticos, o económicos de corto plazo (por ejemplo, otorgar concesiones a industrias contaminantes). Esto contradice el principio praxeológico de Rojas de que el orden social surge de acciones individuales coordinadas, no de imposiciones centralizadas.

En conclusión, la estatización de las aguas no es solución. Confiar en los derechos de propiedad y los mercados, como demuestra la experiencia, fomenta una gestión responsable y eficiente. Si queremos preservar el agua, el camino es dejar que las acciones individuales, guiadas por incentivos de mercado y responsabilidad, lideren el cambio, no las burocracias estatales que han fallado una y otra vez.

Columna publicada en República.


05
Jun 25

Jaguar-Stitch: ¡un guiño maya!

El de la foto es un jaguar; pero dime si no se parece a Stitch, de Lilo & Stitch. Cuando atiendo visitantes en el Museo Popol Vuh, una de las bromas que me gusta hacer es decir que este personaje es el de la película.

Jaguar en el Museo Popol Vuh. Se parece a Stitch, ¿si, o no?

No he visto la peli, pero el tema principal me pareció encantador y vi que cuenta la historia de un rey que le devolvió el hula a la gente luego de que los misioneros lo prohibieran. A man of my own heart, ciertamanente.

Debido a que se crió en Hawaii, mi abuela Frances bailaba hula, y la recuerdo muy bien bailando Lovely Hula Hands y Hukilau Song. Esta última también la bailaba mi mamá, y era muy hermoso verlas a las dos. La última vez que mi mamá bailó fue hace 11 años, en un Año Nuevo en Amatitlán, acompañada por mi sobrino, Alejandro, con el ukulele.

Nora baila la Hukilau Song y El Ale toca el ukulele.

De vuelta al jaguar, es parte de la tapadera de un inciensario, es del Período Clásico y… mira la casualidad, proviene del fondo de aquel lago.

@luisficarpediem

El de la foto es un jaguar; pero dime si no se parece a Stitch, de Lilo & Stitch. Cuando atiendo visitantes en el Museo Popol Vuh, una de las bromas que me gusta hacer es decir que este personaje es el de la película #stitch #liloandstitch #jaguar #maya #museopopolvuh #luisfi61 #humor #pelicula

♬ He Mele No Lilo Dance – Ser Justine TV 👨🏻‍🏫

¡Un jaguar que parece Stitch, un baile que une generaciones y un lago que guarda historias: la cultura siempre nos sorprende!


02
Ago 20

Amatitlán, en busca de sol y aire fresco

Ayer agarramos p´al monte y cogimos camino hacia el lago de Amatitlán subiendo por Santa Elena Barillas y bajando pasadito Villa Canales. Para quienes no la conocen es una ruta encantadora, con una variedad notable de flora debido a la variación de altitud.

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Para el primer fin de semana luego de que las reglas del encierro forzado fueran relajadas, esa era una buena opción de paseo. Además, tenía como desde 2000 de no ir por esa ruta.

Aparte de que es una buena carretera la vista desde el mirador es preciosa.  Se ven los volcanes Pacaya y Agua, el lago de Amatitlán, las siembras de caña de azúcar y pequeñas porciones de la carretera entre la vegetación exuberante.

El lago de Amatitlán y los volcanes Pacaya y Agua.

Es una lástima que tan bello mirador no sólo no esté bien cuidado, sino que la gente inmunda deje ahí toda clase de basura.  En el mirador encontramos unas familias y parejas disfrutando de la vista y tomando fotos.

Al llegar al nivel del lago empezamos la circunvalación rumbo al sureste, por el lado pequeño del lago.  Fue muy agradable sentir la brisa fresca y el aire limpio de área.

Lago de Amatitlán, al sur de la ciudad de Guatemala.

A la altura de la planta termoeléctrica La laguna hay una playita que si no fuera por la basura que hay en ella sería más encantadora.  Ya había estado ahí en 2000, pero la novedad ahora fue que notamos que brotan aguas termales en el lugar.  ¡El agua hirviendo que brota de las cercanías del volcán Pacaya y que están relacionadas con las fuentes que alimentan La laguna.  Es el tipo de cosas que disfruto mucho.

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En la playita también había varias familias y el oleaje del lago -unido a algo de reguetón que tenía una pareja- crearon un ambiente…digamos simpático y divertido.  ¿Vas a creer que fueron momentos de mucha relajación los minutos que estuvimos ahí?

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Seguimos el camino bordeando el lago y llegamos al cruce para El morlón.  Ese centro recreativo fue el chalet de don Jorge Ubico, ahí estaban las armas que fue a traer Francisco Javier Arana antes de ser emboscado y asesinado en el puente de La Gloria; y luego fue parte del club de oficiales del ejército.  No entramos, pero tengo la impresión de que -medio en el abandono- está en uso y es como un centro recreativo.

Llegamos a la población de Amatitlán y una visita infaltable fue al puente de La Gloria.  Fue una sorpresa agradable ver que ese puente, del siglo XVII, ha sido restaurado y se ve muy bonito.  Es, sin embargo, un lugar de tragedia porque ahí fue emboscado y asesinado Francisco Javier Arana, mientras Jacobo Arbenz observaba, con binoculares, desde El Filón.

Puente de La Gloria, en la población de Amatitlán.

Luego de la visita al puente y como el hambre aprieta nos dirigimos al Parque Las Ninfas, un lugar encantador que ha perdido su prestancia debido al abandono, la desidia y al mal gusto.  Pero también a causa del encierro forzado.  Me dio tristeza ver las tiendas cerradas, donde antes había comercio y alegría, sobre todo los fines de semana.  Yo tenía añales de no ir, posiblemente desde principios de los años 80; pero antes había ventas de dulces tradicionales y de mojarras fritas.  Aunque yo no me atrevería a comer nada pescado en el lago. Es sí, en la palangana del pick-up, nos gozamos los sandwichs que llevábamos.

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Almorzamos en el parque junto a varias familias que disfrutaban del ambiente tranquilo y de la naturaleza que aún es encantadora en el lugar.  Oímos muchos trinos que no habíamos escuchado antes y paseamos un poco por los alrededores.

Puente de La Gloria, por Humberto Garavito, 1944. MUNAM.

Luego de un breve descanso decidimos no volver por la carretera al Pacífico y la calzada Aguilar Batres, como era el plan original, sino que regresar por donde habíamos venido. No sólo porque es más bonito e inusual, sino para pasar por El Relleno.  El Relleno es precisamente un relleno que divide el lago en dos y que servía para el paso del ferrocarril, cuando el tren llegaba al lago.

Lado poniente del lago de Amatitlán, desde El Relleno.

En el relleno todavía se ve la vía férrea, y ahí hallamos ventas de mojarras fritas, gente muy amable y un rebaño de cabras que nos hicieron reír.

¿Así, o más risueña?

A mí, Amati siempre me trae buenos muy buenos recuerdos.  Los domingos en la casa de mis tíos abuelos Freddy y Olga; los domingos en las casas de mi padrino y del padrino de mi hermano; los fines de semana en la casa de mi tío Freddy y lo rico que era esquiar aunque yo esquiara como mi planta. Las siembras, las abejas y los buenos ratos en la casa de los Lizama.  Los fines de semana con mis amigos del colegio. Las excursiones con mis amigos de la universidad y las fiestas de los 90.

Lado oriente del lago de Amatitlán, desde El Relleno.

Luego de disfrutar las brisas del lago y las vistas hermosas agarramos camino de vuelta. Otra vez rumbo a la carretera a El Salvador y de ahí, de vuelta a la ciudad de Guatemala.

¿Tengo algo de que quejarme? Pues de la agresividad de algunos motoristas, que no es sólo descortesía, sino hostilidad.  Y del letrero que vimos en el mirador, que dice:  Asaltos y robos. De verdad es una lástima la impunidad de la delincuencia.  Nosotros nos sentimos seguros porque había varias familias en el área…y porque el lugar es muy bellos.  En fin, la delincuencia es algo de lo que hay que estar consciente siempre, y en todo lugar.

Esto no deja de ser triste e incómodo.

De cualquier manera, así es como son las cosas y si te gusta agarrar camino por gozar del paseo y sin prisas, esta es una opción muy agradable.  Con variedad de flora y fauna, vistas espectaculares, algo de historia y algo de geología.