Entre grupos de jóvenes indígenas, en los años 80, a los guerrilleros se los conocía como gorilas. Esto es porque eso era lo que entendían los patojos cuando los gringos decían guerillas, lo que a los oídos de los chicos sonaba como grilas. Sería eso y porque no era difícil identificar a aquellos terroristas, que muchísimas veces amenazaban sus vidas y sus propiedades, con las huestes de Urko, de la peli El planeta de los simios. ¿Qué otro nombre usaban -aquellos jóvenes y muchos adultos- para referirse a los guerrilleros? El de canchitos, debido al número notorio de extranjeros que militaba en las filas de la URNG.
De aquello me acordé porque, cuando la dirigencia popular celebra la Revolución del 20 de octubre, en Guatemala, el centro de la ciudad suele ser pintado con hoces y martillos; así como con mensajes de odio. También es así el Primero de mayo. Así ocurre cuando se celebran los ideales de los gorilas y de los canchitos.
No cabe duda de que en 1944 era necesario deponer al ancien régime y ese propósito unió a tirios y troyanos. Empero, no era necesario que la Revolución fuera cooptada por las corrientes más colectivistas, ni era necesario que se encaminara hacia el asesinato de Francisco Javier Arana, ni al enraizamiento del socialismo en la burocracia, en la educación, y en otras esferas de la vida chapina. De ahí que la celebración del fin de una dictadura, no debería estar vinculada a las consignas de una ideología asesina.
En el mundo, una de cada cinco personas vive bajo un régimen comunista; y puesta así la cifra no dice mucho. Empero, un poco de perspectiva aclara las cosas: en 100 años, el socialismo real costó 100 millones de vidas humanas. Sesenta y cinco millones en China, 30 millones en la URSS, 2 millones en Corea del norte y en Camboya respectivamente, y así sigue la cuenta. Ciento cincuenta mil en América Latina, según cifras de la Victims of Communism Memorial Foundation. En Guatemala, por cierto, al conmemorar los 100 años de la revolución bolchevique, desde la perspectiva de los derechos humanos, la Universidad Francisco Marroquín está recordando a aquellas víctimas.
Haz clic en la foto para ver la conferencia de Ramiro Ordóñez Jonama, sobre la Revolucion de 1944.
Columna publicada en elPeriódico.