Si…vi la serie de Luis Miguel, en Netflix y aparte de aprender a detestar a Luisito Rey, lo que más me ha llamado la atención es que en mucha gente hubo la expectativa de que el protagonista encontrara -en la serie- a su mamá perdida y no hallada en la vida real.
En Twitter, el Guarromántico lo puso así:
Es fascinante cómo es que las series y los medios de comunicación masivos tienen la facultad de atrapar y envolver tanto, a su público, que muchas personas llegan a creer que lo que están viendo en la pantalla puede sustituir a la realidad. Si el fenómeno ocurre brevemente por la intensidad emotiva de las escenas, no hay clavo (cuando yo era niño, yo creía que los piratas y los romanos como los veia en las pelis existían en la realidad); pero si el hábito se enraíza y sustituye a la racionalidad y a la virtud de la honestidad, el consumidor está en problemas y todos estamos en problemas.¿Todos? Si, todos porque luego esa gente vota en las elecciones.
Un amigo está viendo la serie de la vida de José José, el príncipe de la canción -también en Netflix- y hay una escena en la que, al calor de los tragos, el protagonista juega ruleta rusa. En esa escena, mi amigo se agarró a sí mismo pensando, ¡Que no se mate!, sólo para darse cuenta del disparate en el que había incurrido, siendo que es evidente que José José está vivo, y que no murió de un disparo en la sien a causa de aquel juego macabro.
Cuando me lo contó nos reímos mucho; pero, ¿qué tiene que ver aquí la virtud de la honestidad? Pues es que, según mi cuate, Craig Biggle, en Loving Life, honestidad es la virtud de rehusarse a falsear la realidad, es decir, rehusarse a pretender que los hechos son otra cosa que lo que son. ¿Por qué? porque como dijo el Cochiloco, en la película El infierno: Una cosa es una cosa, y otra cosa es otra cosa; o porque, como dijo Aristóteles; A es A.
Mi cuate de José José se dio cuenta rápidamente de que había sido atrapado por la serie; e inmediatamente dejó a un lado el pensamiento irracional que lo había asaltado. Pero, ¿cuántas personas no son capaces de separarse de lo que ven en los medios y en las series y no son capaces de cuestionar qué tanto tienen que ver con la realidad y qué tanto tienen que ver con agendas de todo tipo?
Un consumidor de noticias, información, series y otras fuentes de conocimiento, está obligado a evaluar, con honestidad, cuándo es que él está falseando la realidad frente a lo que ve, o escucha.
La honestidad, de paso, no debe ser confundida con la virtud de la honradez que es actuar de forma transparente, con rectitud, según mi amigo, Warren Orbaugh, en El retorno del superhombre.