Yo no se si a usted también, pero a mí me me dio mucha tristeza la foto que hay hoy en la página 14 de Prensa Libre, en la que un bombero carga el cuerpecito muerto de un niño de 19 meses de edad. Oliver Cutiño fue alcanzado por una bala, en el cráneo. Esto ocurrió durante un ataque armado cometido desde un vehículo contra una residencia en la zona 5 de la ciudad de Guatemala. Ocurrió en la colonia Arrivillaga, en donde se distribuyen drogas.
De acuerdo con la Policía esta situación -la distribución de drogas prohibidas- ha generado que ocurran múltiples balaceras y muertes violentas en esa área.
¿Cuándo fue la última vez que usted supo que hubiera una balacera entre vendedores y distribuidores de pollo, tomates, ron, o cigarrillos? ¿Cuándo fue la última vez que usted supo que hubiera una balacera entre vendedores y distribuidores de marihuana, cocaina, o crack? ¿Notó la diferencia?
Oliver Cutiño, de 19 meses de edad, fue una víctima no intencionada de la guerra perdida contra las drogas. ¿Valdrá la pena?