08
Abr 14

Lo que llama la atención en el proceso de El aguacate

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El 22 de noviembre 1988 miembros de la Organización del Pueblo en Armas cometieron La masacre de El aguacate en la que fueron asesinados 22 campesinos guatemaltecos.  La Orpa era una de las organizaciones marxista-leninistas que integraban la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca e intentaban tomar el poder por la fuerza para instaurar un régimen de aquel corte ideológico.

Fermín Felipe Solano está siendo procesado como el supuesto guerrillero que lidereó aquella masacre, con el pseudónimo de David; y durante la diligencia de ayer estas son las cosas que me llamaron la atención basado en lo que reportó El periódico:

1. El Ministerio Público señala a un David y el comandante de David señala a David; el imputado dice que no es David.  Pero David es un pseudónimo.  Luego de todas las diligencias, ¿habrá forma de probar que David es el imputado? Este caso, ¿será un éxito, o un fracaso planificado por el Ministerio Público?

2. El comandante de David -Luis Antonio Santa Cruz Mendoza, cuyo pseudónimo era Comandante Santiago, o Pablo- ahondó en la masacre y justificó el hecho.  Dice que fue un pecado de guerra y un grave error que iba contra los principios filosóficos de la guerrilla; pero que muchos de los combatientes apoyaban la acción.  Entonces, era un grave error que iba contra los principios filosóficos de la guerrilla…pero muchos apoyaban la acción.  ¿Entonces?

3. Rodrigo Asturias -el comandante Gaspar Ilom y dirigente máximo de la Orpa- ordenó que David fuera fusilado.  ¿No te da como escalofríos cuando te enteras de que alguien puede ordenar que otro sea fusilado, así como así?

4. Solano afirma que el hijo de Pedro Palma Lau -excomandante guerrillero, asesor del Ministerio de Gobernación y ex diputado del Frente Republicano Guatemalteco (el partido de Efraín Ríos Mont) respondía al pseudónimo de David.  ¿Sabremos, alguna vez, quién era David? ¿Sabremos si tuvo que ver con El aguacate?

Por cierto…las víctimas de aquella masacre cometida por la Orpa murieron estranguladas, supuestamente para no ocasionar ruido. Los cadáveres sufrieron contusiones en los genitales y heridas punzocortantes en el tórax, mismas que presuntamente fueron hechas en vida.  O sea que fueron torturados.  Algunos tenían muestras de haber sido amarrados de las muñecas.

La ilustración muestra un comunicado de la Orpa en el que reporta un fusilamiento y actos de terrorismo.


19
Feb 08

Van dos a dos

“Es lamentable que una persona que tenía tantas deudas con la ley no haya pagado por ellas. No tuvo justicia en el mundo, pero será Dios quien le pida cuentas”, dijo Nery Rodenas, director de la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado, al comentar la muerte del general Germán Chupina, que dirigió la Policía Nacional durante la presidencia de Romeo Lucas.

“Carmen Aída Ibarra, analista de la Fundación Myrna Mack, señaló que Chupina es el segundo de los acusados en la justicia española por delitos de genocidio, que muere sin enfrentar un juicio. El primero fue el ex presidente Romeo Lucas, quien falleció en Venezuela, en abril del 2006”.

Puestas así, las cosas, veo que el asunto va dos a dos. Sin enfrentar la justicia, y en la tranquilidad de sus hogares, murieron los excomandantes guerrilleros Rolando Morán y Rodrigo Asturias; e igualmente se han ido Chupina y Lucas.


05
Ene 08

Pies de barro

Estoy convencido de que el avance de la humanidad, y su mejor forma de aprendizaje, son un largo proceso de prueba y error. A veces damos tres pasos para adelante, y cuatro para atrás; pero a la larga no se pierde si aprendemos de los errores, y porque perder por conocer, no es perder. Verá, usted, que la historia política reciente de Guatemala ilustra muy bien aquel largo proceso de aprendizaje.

En el primer período presidencial, luego de la Constitución de 1985, los chapines eligieron como emperador a un muchacho de barrio, bastante hiperactivo, que, abanderado del socialcristianismo, hizo de su administración una parranda de cinco años. A él le sucedió un advenedizo que trató de hacer las de Fujimori y a quien hubo que sacar a cinchazos. El tercero de esta etapa fue sólo para pasar el aguacero y, anodino, como pocos, concluyó sin pena ni gloria.

El cuarto período presidencial, de esta etapa, fue el del aristócrata arrogante que sabe mejor que nadie lo que es bueno y que no duda en hacer berrinches y pataleos si no se hace su voluntad. Como reacción a tanto encumbramiento, los electores chapines optaron por un matón con sombrero, botas y todo; y el pobre se mareó tanto de vivir en la zona 14 que terminó fugitivo en México. Eso porque allá había pasado sus años de revolucionario y a pesar de que allá es donde debía unos ayotes.

El sexto período presidencial fue para el bonachón. Arrastrado a la presidencia por la falta de algo mejor, el actual jefe de la administración vino, vio, y pasó, con cantos de grillos como música de fondo.

En aquella importante tradición de la prueba y el error, el chapín promedio va a saborear, ahora, una fórmula diferente: la de la socialdemocracia pelada. Digo pelada porque, en realidad, Guatemala siempre ha sido una socialdemocracia. Aquí, los intereses colectivos siempre han privado sobre los derechos individuales; los impuestos sirven para redistribuir la riqueza, o para moralizar; el estado se reserva muchos monopolios como el del seguro social y el de la educación pública; la Junta Monetaria diseña y controla la macroeconomía; y bueno…uno puede seguir enumerando características que no son propias de una sociedad libre y que dibujan una sociedad inclinada hacia el socialismo.

Claro que aquella socialdemocracia no ha sido expresa; pero aquí ha estado siempre, al servicio de quienes tienen la posibilidad de usar el poder en su beneficio propio. Y ahora, en manos de un empresario progre y de un médico chispudo, los chapines tendremos la oportunidad de experimentar sin inhibiciones.

Lo bueno de todo esto es que, en la política guatemalteca, vivimos un período de desplome de ídolos con pies de barro. Tal fue el caso de la memoria de Jacobo Arbenz, cuyo hijo obtuvo 1.52% de los votos en su oportunidad; o el del difunto guerrillero, Rodrigo Asturias, que sólo consiguió 2.58 de los sufragios. Por cierto que, en aquella elección iconoclasta, también cayó el mito de Ríos Montt, que fue favorecido por un magro 19.32% de los electores. Y en 2007 Rigoberta Menchú y los otros dos candidatos exguerrilleros, no juntaron ni el 6% de los votos válidos.

Los triunfadores, Colom y Espada, tienen la oportunidad de hacer realidad los sueños más salvajes de los socialdemócratas, de los socialcristianos, de los socialistas reales y de otros revolucionarios y reformadores; y ojalá que lo que hayan de hacer lo hagan pronto. Que la agonía no dure cuatro años. Que ofusquen al máximo la fatal arrogancia del colectivismo y que pasado el primer año de desmadres, retornen la razón y el buen juicio. Así, se desplomará el ídolo con pies de barro que es la “nunca antes probada socialdemocracia chapina”.

Publicada en el diario Prensa Libre, el sábado 5 de enero de 2007


31
Oct 07

Rigoberta se quiere llevar su pelota

Cuando uno era chico, uno de los personajes más desagradables que uno se podía encontrar era aquel vecino, o condiscipulo que, dueño de la pelota, del guante, o del bate, agarraba sus cosas, hacía berrinche y se iba, cuando perdía el juego, o cuando el árbitro fallaba en su contra.

Así se ve, ahora, Rigoberta Menchú; que luego de haber perdido estrepitosamente las elecciones, ¡hasta en su propio pueblo y entre su propia gente!, nos sale hoy con que “Estas elecciones no pueden ser legítimas”.

Desde 2003, los comicios guatemaltecos han demostrado que algunos ídolos tenían pies de barro. Tal es el caso de la memoria de Jacobo Arbenz, cuyo hijo obtuvo 1.52% de los votos; o el caso del difunto dirigente guerrillero, Rodrigo Asturias, que sólo consiguió 2.58 de los sufragios. Por cierto que en esa eleccion iconoclasta, también cayó el mito de Ríos Montt, que fue favorecido por un magro 19.32% de los electores. Y en 2007, Rigoberta Menchú y los otros dos candidatos exguerrilleros, no juntaron (entre todos) ni el 6% de los votos válidos.

Yo digo que en lugar de hacer berrinche y de actuar como en la barricada; la señora Menchú (y la izquierda exguerrillera) deberían enfrentar el gran reto que se les presenta: convencer a los ciudadanos de que la suya es la mejor opción, en el marco del ejercicio democrático y con respeto a las leyes y a los procedimientos republicanos.

Comparto con ella la idea de que en estos comicios no hay por quién elegir; y comparto con muchos la idea de que es menester reformar todo el sistema porque el que tenemos ya no responde a las necesidades de la evoulción de la sociedad guatematleca. Estoy seguro de que gane quien gane, el país seguirá en picada si no reformamos la Constitución de modo que garantice absolutamente el respeto a los derechos individuales y la igualdad de todos ante la ley.

Pero una cosa es proponer la reforma del sistema; y otra cosa es minarlo y deslegitimizarlo a fuerza de pataleos…y de todos modos, ni es su pelota; porque con 3.09% de votos a su favor (compartidos con el liderazgo de Nineth Montenegro) la señora Menchú no puede decir “con justicia” que tenga algún peso político.